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Mostrando las entradas de julio, 2019

Casandra

“yo no te buscaba y te encontré, Dijiste una palabra que no esperaba escuchar, Y yo mordí el anzuelo y tu que no querías pescar” Destapé esa cerveza con la firme intención de poder bajar un poco la sed a causa del clima tan fatigante, era extraño, tenia tanto tiempo que no tomaba una cerveza mientras pensaba en nada, solo estaba leyendo aquel libro que me habían recomendado, encendí un cohiba y puse el blues del perdedor para acompañar el momento, tenia ya bastante tiempo que me habían recomendado este libro, aunque no había hecho clic con él, por fin era la tercera noche que pretendía leer al menos un capítulo, empecé leyendo el capitulo tercero, lo leía mientras fumaba y le daba tragos cortos a mi cerveza, hasta que de pronto mi teléfono empezó a sonar, no quería atender la llamada ya que era un número desconocido pero al final lo hice: Yo : Bueno ¿Quién habla? Persona: ¿me recuerdas? Yo: ammm tu voz se me hace familiar, ¿me das una pista? Persona: soy ese amo

Que dirán los demás o mejor lo diré yo... Aún te pienso...

Llevaba una media hora sentado en aquellas escaleras que daban hacia el ático (o tal vez sólo un par de años) pensando y pensando, cosas que ni siquiera eran existenciales, rodaban más por mi mente una especie de reproches, reproches de aquellas minas cuestionándome el por qué pese al tiempo no había podido olvidarme de ti, era muy obvio para ellas, esas mismas a las que les había contado nuestra historia, jamás te lo dije pero sabes? aportaste más a mi alma que cualquiera, más que cualquier cosa, mas que cualquier experiencia, alegría, franqueza, cumpleaños,  fin o fracaso, lo seguías siendo todo y yo sin hablarte durante este par de años... Bueno eso le decía a los demás, aunque de vez en cuando el valor me tenía a tope te lanzaba un hola que siempre respondías y esa parte tuya siempre amaba, amaba tu amabilidad de responder pese a ser yo, a ser lo que soy, quien se fue arrepentido en ese último tren de la estación, quien se fue sin dejar una carta, sin jamás escribir, ni hablar

A las 4 y 26...

Tenía un extraño comportamiento, mi psicólogo me decía que era un TOC, era una extraña manía de despertar siempre a la misma hora: a las 4 y 26 cada madrugada, nadie lo entendía, ese era mi momento, el punto antes de salir el Sol, antes del amanecer, cuando el frío se sentía hasta los huesos, cuando más te extrañaba. Esto se sumaba a otras manías, unas coherentes y otras menos inteligentes, como la de dormir con la puerta sin llave, de tener el móvil al 100 esperando una llamada o un mensaje, de tener bajo la cama una botella que nunca bebía y una copa sobre la repisa donde aquella Noie había dejado marcado el lipstick de sus labios, de rehusarme a quitar ese viejo reloj de la pared por creer que podía detener el tiempo al no darle cuerda. Estába entrando el invierno y el tiempo se me iba recordando aquel octubre donde te había dejado, tratando de olvidar aquel último beso, el último abrazo, eso me traía de vuelta tu aroma, tu calor en mi piel y ese temblor en las piernas, todo e

No me preguntes a mi...

No me preguntes a mi por ti, ni por mi, ni por nada, si te extraño, si he podido sobrevivir? si mis noches son frías, si no puedo dormir? pregúntale a alguien mas, pregunta... pregunta a este o a aquel, pero pregunta... al que miro tu alma a través de tus ventanas, al que se rió contigo a carcajadas, al que bailo hasta que te dolieron los pies, al que te conoce de frente y al revés al que durmió a tu lado bajo la luna, al que  te amaba como a nadie, como a ninguna, al que siempre buscaba ser tu abrigo, al que de tanto mirar tu brillo quedó ciego, Al que tapo con un dedo el desengaño, al que juro no volver si le hacías daño, Al que degusto la suerte de tenerte, al que se negaba a retroceder o a perderte, al prófugo, al condenado, al exiliado, al del naufragio, el del corazón destrozado, al que tus lunares conoce de memoria, al que corrió contigo bajo la lluvia, al que siempre de ti algo nuevo descubría, al que te dijo que por ti moriría, al que desde mañana a

No te has ido

Nos habíamos conocido una tarde en la oficina de aquel lugar donde trabajaba, tu ibas de paso y alguien tuvo a bien pausar tu ir y venir para presentarnos, ese fue nuestro primer momento, después de allí hablábamos casi a diario, cada vez con más frecuencia, siempre fuiste tan distante, nunca me dejaste conocerte entero, tenías tanto misterio que me atraía hacia ti, tu tono cortés, el ir bien alineado, educado, siempre modesto. Nuestra primera cita fue en aquel viaje al que me invitaste, tenía ya un mes de no haberte visto, solo te tenía en los mensajes, llamadas y el recuerdo de ti al presentarnos y aunque íbamos en plan de disfrutar con algunos amigos que por destino eran en común, caímos en cuenta que ninguno de los dos esperaba el habernos encontrado y por fortuna nuestros caminos cruzado. Estaba emocianda en parte por todo, justo necesitaba un fin de semana libre, lejos de la ciudad, no había tenido vacaciones y en verdad me hacía falta, te ofreciste a llegar por mí a la e

Lo que pienso mientras me preparo un café en la cafetera

No miento, me he pillado mas de un par de veces pensando en ti mientras me preparo el café, ese ritual que tengo para abrir la lata de ese café chiapaneco, me quedo unos segundos sintiendo el aroma a tostado, esto mientras escucho y tarareo “el Faro” de Oceransky, después encajo la cuchara y voy vaciando poco a poco, como si quisiera que no acabara nunca de servir, termino de servir y vierto el agua, reviso que todo este correcto y mientras canto “ no dudes, siempre navegar contra corriente, vuelve fuerte, si no pierdes el faro que esta al final” enciendo la cafetera, me quedo observando como niño cuando mete algo al horno de microondas, de pronto empieza a hacer un ruido que es inconfundible, es aquel ruido que si hablara diría algo como “ empezamos a hacer su café, favor de esperar unos momentos atento” , pero no dice nada, en cuanto empieza a mezclarse el agua caliente con el café y empieza a caer el agua con el café ya disuelto empiezo a pensar en ti, empiezo con esas preguntas t

Me dejaste casi en ruinas...

Me levanté con un chingo de coraje... Pero feo, feo, feo, de aquellos de soñar contigo, de extrañar en la madrugada tu abrigo, de sueños que ni pueden expresarse, de qué te extraño y no puede contarse, sueños interminables, con el fin volátil, que te vuelven frágil, que te rompen el alma y la calma, pero despiertas y vez que vales para una chingada, que al final estoy solo y sin ser nada... Te quise más a ti que a mi mismo, tus canciones eran mis canciones, tus hobbies, los míos, mi rutina era una adaptación a la tuya, para mí ya no había el yo, ni lectura, ni Márquez, Cortázar, ni neruda, ni  trova, clásica barroca, reggae, rock, ni nada, ni física, cuántica, termodinámica, filosofía, religión, multiversión, cosmovisión, ni nada, yo ya no era nada... Deje todo por ti, hacerme básico, es lo que fuí renuncie a lo que más amaba, a aquello que en mi pasaba, mi propia vida me lo reclamaba y siempre lo ignoraba, me cagué una y mil veces me reclamaba y mi

Ximena...

Esta tarde de Octubre era fría, como casi toda la semana y Ximena tenía su mirada distante, tan aislada, como extrañando aquellos días en que éramos felices. Yo había intentado de todo y no tenía forma de repararlo, cada vez que la miraba le amaba aún más, ella siempre me recordaba a ti, tenía una pizca tuya pero su propia personalidad, tanta dulzura en sus ojos y una sonrisa de simetría igual a la tuya que me hacían recordarte, yo quería lo opuesto, pero Ximena eran tan tú, sin serlo al mismo tiempo. Siempre trataba de salir a tiempo del trabajo, pasaba por ella al colegio y volvíamos a casa, nuestra rutina siempre nos llamaba a sentarnos en el sofá, yo le hablaba de tu y de mi y me contaba mil historias, siempre reíamos a carcajadas, había días en que bailabamos descalzos hasta que nos dolían los pies, ella giraba y giraba tan hermosa, me decía que era una princesa, yo le admiraba y le animaba, pero al final cuando la tristeza se mostraba en mi mirada y parecía que nada la ahuyen

Nos vemos en el infierno

“…Entonces siempre acuérdate de lo que un día yo escribí pensando en ti, pensando en ti…” Habían pasado tres años, ocho meses y veintidós días desde que Alejandra se había ido de mí, era complicado, en verdad me había quedado yo en esa relación, no me preocupaba por conocer una persona más, siempre que conocía una mina era para llevármela a la cama y en cuanto me aburría la botaba o quizás se iban cuando se daban cuenta que a escondidas aun leía esas cartas que nos llegamos a enviar con Alejandra en aquel año que fue el decisivo en nuestra relación, ese jodido trabajo por el cual me había ido para juntar dinero para la boda pero se me olvido lo mas importante, el tiempo con Alejandra, ella no aguanto mi año en Tampico y un día, así como sin querer me marcó cuando estaba en el aeropuerto yo no le creí y colgué la llamada, estaba muy entretenido con mi trabajo y de pronto llego un mensaje de voz de ella, aún recuerdo ese audio “Chaval, ¿crees que puedas recogerme en el aeropuer

Éste será nuestro secreto

“…vio a una sirena morena De ojos tan lindos, Era la mujer más bella que había mirado, Ella decía que lo amaba, Que era su vida y que todo ese tiempo lo había esperado…” Era imposible no recordar, aquella tarde mientras planeaba el siguiente destino me hablo un compadre para invitarme a un torneo de pesca en Sonora, el no iba a poder asistir y ya había realizado todos los pagos que no eran reembolsables, el sabia muy bien que me gustaba la pesca por lo tanto sabía que no iba a decirle que no, así que acepte su invitación, me iba a prestar su equipo de pesca que incluía un pequeño yate, con todos los aditamentos para poder realizar la actividad, ese yate ya lo había manejado varias veces y también había ido de pesca con él, entonces no tenia que apurarme, solo tendría que pagar mi vuelo a Guaymas, me iba a quedar en el departamento de mi compadre ahí en Guaymas, pensándolo bien me hacía falta una actividad en el mar para poder olvidar a aquella mina. Llegue un par de d