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Mostrando las entradas de octubre, 2020

Las cosas cambian en un año

  Bien la vida es algo tan efímero que muchas veces nos aferramos al pasado, debemos de entender una cosa, que el pasado ya fue.   Nos habíamos dejado de ver por un año, fue así como sin nada, de pronto un día cesaron las idas al bar, al café, a comer costillas, a tocar timbres y echarnos a correr, pero bueno también cesaron las llamadas, los mensajes, los escritos sobre ella, fue complicado pero de un día a otro casi casi la olvidaba, así que poco a poco la fui olvidando. Pasados dos meses conocí a Patricia, fue una cosa muy rara, de esas cosas que me gusta llamar del destino, estaba yo sentado en esa cafetería donde nos vimos por última vez con Andrea, había pedido exactamente lo mismo de toda la vida, una horchata caliente y un muffin de chocolate, estaba escribiendo sobre lo bueno que es estar solo, justo estaba escribiendo “… la soledad no es mala, uno debe de saber estar solo para poder estar acompaña…” justo sentí como derramaban café caliente en mi hombro derecho, esa sensa

Dios te bendiga

  “…Se sorprenderían  de saber que hace mucho tiempo  que la casualidad juega con ellos…”   “¿Gustas un poco? No te preocupes viene cerrado el empaque, si tienes desconfianza puedes abrirlo y yo morder la parte que gustes del sándwich” , de pronto ella se sonrojo y tomo el sándwich, después lo comió y me dijo una frase con la cual me hizo recordar mi infancia, “ Dios te bendiga muchacho” , no sé en verdad si le agradezco que me encomendó a Dios o porque me dijo muchacho, intercambiamos números de teléfono por si algo se le ofrecía en la ciudad, después recordé cuando mi madre me dijo que Dios era algo más que pedirle cosas, era algo superior a lo que yo entendería a mis 8 años, pero a partir de ese momento comprendí una cosa, eso que llaman fe, es extraño, yo no creía ni siquiera en la suerte, mi abuelo paterno decía que “Dios le dio alas a los pendejos”, y fue cuando entendí que era un pendejo, Dios me había dado alas.   Recuerdo aquella ocasión cuando me marcó esa señora

Quizás

  ¿Qué tal? ¿Cómo estás? ¿Cómo te va?, creo que te sorprendes de verme, pero créeme que yo soy el más sorprendido, aunque te soy sincero, yo esperaba que no vinieras, pensé que nunca más te iba a volver a ver, ¿te parece si pedimos algo para beber y platicar? quizás también podríamos empezar con una cerveza como en los buenos tiempos, te encargo una lager y una ipa hermano por favor,  ademas unas alitas parmesano y unas mango habanero por favor, esas son mis preferidas, perdón por poco lo olvidaba, también me pueden traer dos costillas, una en salsa bbq y la otra con la salsa de la casa, una con papas de gajo y las otras con aritos de cebolla, ah lo olvidaba, también una orden de dedos de queso y nachos con carne molida, ¿pensaste que había olvidado lo que te gustaba?, nah quizás es algo que tengo en automático, también recuerdo tu fecha de cumpleaños, el día que nos vimos por primera vez y más detalles, pero bueno quisiera empezar a platicar, te he echado mucho de menos, usualmente lo

Pachuca

  Esta mañana ha sido muy peculiar y aunque desperté con la misma alarma anunciando el inicio de mis horas hábiles, el primer sorbo del café se combinó con el frío del otoño transportandome hacia el pasado con un puñado de recuerdos que aparecieron al buscar mi encendedor en el bolsillo derecho. Habían pasado justo 4 años ya, por ese entonces mi vida era un RoadTrip que se llevaba bien con mi trabajo del momento y es fue lo que me había arrojado hasta Pachuca.  Me había hospedado en un hotel modesto cerca de la Plaza Juárez. Durante aquella temporada de trabajo solía ejercer el hobbie de dar paseos nocturnos bajo la llovizna sobre aquella misma plaza y así como aquellas cosas que pasan como si ya estuvieran escritas en un libro, me encontré con la impresión del Destino golpenadome la frente y más tarde el corazón, era una imagen coincidente, tanta casualidad o causalidad, no lo sé, si predestinada o Deja vu tampoco lo sé... El hecho fue que cruzando sobre la glorieta frente a ese monum

Chula Luna de Octubre

  “… Solo llamé, Para saber si estabas sola, Y si esta él, di por favor, Que me he equivocado…”     Llevaba ya 3 meses sin beber una gota de alcohol, estando a dieta rigurosa, haciendo ejercicio variado, vaya había cambiado tanto mi vida en los últimos tres meses que incluso bastantes amistades me habían dejado de frecuentar, cerré redes sociales y leía un poco más que de costumbre, pero mi vida era buena de todas formas, quizás me hacía falta un poco eso, aunque para ser sinceros había dos vicios que no me quería quitar, tomar café y fumarme unos cigarrillos, claro esto era mientras leía, escribía o simplemente si se me antojaba.   Estando yo profundamente dormido recibí una llamada al celular, por un acto reflejo contesté la llamada sin revisar quien marcaba, claro yo estaba dormido:   Yo : ¿Bueno? ¿Quién habla?   Persona : Buenas noches, espero que no te haya despertado, me ha costado muchísimo poder comunicarme contigo, espero que estés muy bien, por favor,