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No te has ido



Nos habíamos conocido una tarde en la oficina de aquel lugar donde trabajaba, tu ibas de paso y alguien tuvo a bien pausar tu ir y venir para presentarnos, ese fue nuestro primer momento, después de allí hablábamos casi a diario, cada vez con más frecuencia, siempre fuiste tan distante, nunca me dejaste conocerte entero, tenías tanto misterio que me atraía hacia ti, tu tono cortés, el ir bien alineado, educado, siempre modesto.

Nuestra primera cita fue en aquel viaje al que me invitaste, tenía ya un mes de no haberte visto, solo te tenía en los mensajes, llamadas y el recuerdo de ti al presentarnos y aunque íbamos en plan de disfrutar con algunos amigos que por destino eran en común, caímos en cuenta que ninguno de los dos esperaba el habernos encontrado y por fortuna nuestros caminos cruzado.

Estaba emocianda en parte por todo, justo necesitaba un fin de semana libre, lejos de la ciudad, no había tenido vacaciones y en verdad me hacía falta, te ofreciste a llegar por mí a la estación, te reconocí de inmediato al verte de pie en esa parada del Bus... Te vi y sabía que era todo lo que esperaba, desayunamos miéntras me preguntabas sobre si descanse durante el viaje, que por cierto había sido muy temprano, el salir de la CDMX hacia ese destino, ni siquiera había dormido, me peinaba en el autobús y solo quería verme bonita, terminamos el desayuno y partimos al encuentro con los demás chicos, yo estaba encantada contigo, tu voz y tú conversación me parecía tan ocurrente, siempre tenías algo que decir, que contar, con que hacerme reír y sentir bien.

Era un fin de semana planeado con diferentes tours por pueblitos mágicos, yo no quería despegarme de ti, ni tu tampoco, teníamos todo, tanta química, bonitos paisajes de sueños románticos, tan perfecto era ello y lo éramos los dos, que al pasar tan solo 2 horas ya nos habíamos besado, justo al final de aquella Urban que nos llevaba, yo solo te sentí, asentí con el corazón y quedé encantada, todo, todo en un solo un fin de semana.
Un fin de semana de risas, besos, abrazos, de caminar de la mano, tal vez no lo sabes pero aún te extraño...

Las semanas siguientes fueron las mejores, nuestros encuentros eran cada vez más frecuentes, fuimos de todo, amigos, compañeros, fugaces y eternos, éramos tan libres en amarnos que a veces creo que volvería a intentarlo, pero también me lleno de dudas por qué se que eres muy complicado y eso sabías bien que no iba conmigo, tenías tantas letras, algunas frases y filosofías, como cuando me decías que el amor dura, lo que dura una canción, que en ciertos casos un par de años... que las alas son para emprender el vuelo, que nunca te quedabas quieto, que osabas en siempre irte más y más lejos, a mí me dolía eso y sin embargo te apoyaba en tus planes y proyectos.

Días atrás me contaron que de vez en cuando preguntas por mí y ello me hace querer imaginar que lo haces como extrañandome también, como pensandome con ese amor tan bonito que me regalaste una vez, esa conversación te hizo revivir y llenarme de ganas de saber de ti, fue como reaccionar y darme cuenta que en realidad no te has ido...
A pasado el tiempo y no estoy segura de si eres para mí o yo para ti, creo que un reencuentro nos quedaría bien y si el destino no lo quiere, entonces seguiremos nuestro camino como hasta ahora, así cada uno, yo con los sueños que he ido construyendo y tú, tú tan valioso, así como siempre te recuerdo...

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