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Prométeme que algún día, vas a escribir de mi

“puede parecer que soló quedar contar los fracasos,
Por eso aplazamos siempre el último trago,
Mientras tanto bebo, fumo y amo,
Quizá como todos…”

La vida del chaval solo se remontaba a puros recuerdos, no había mucho que recordar pero lo poco que hacia era con gran sentimiento, recordó sus inicios en el fútbol, su primer día de clases, su primer trabajo, el primer beso, su primer enamoramiento, su primera decepción amorosa, su primer trago, su primer cigarro, su primera borrachera, estaba recordando tanto hasta que un recuerdo lo paró en seco, se acordó de aquella mina que nunca más volvió a ver, esa mina que se encontró en uno de los viajes al sur, el andaba en su bicicleta en el mítico Bacalar, era la segunda vez que visitaba ese pueblo, se dedicó a rodar y rodar, en sus audífonos sonaba Oceransky, Lazcano Malo, Fernando Delgadillo, Joaquín Sabina y Ismael Serrano, tenía cerca de 2 horas de estar rodando y ya había recorrido todo el pueblo, ya de camino al hotel donde estaba hospedado paso por una cerveza en un pequeño bar improvisado, el cansancio ya había hecho su función y el chaval pidió una michelada para poderse recuperar, mientras esperaba la michelada encendió un cigarrillo y saco su celular para leer una entrada del blog que recién había subido antes de salir a andar en bicicleta, en si tardó cerca de 10 minutos ya que estuvo leyendo otras entradas y encendió un cigarrillo, cuando una voz le dijo “disculpa la tardanza pero es que fui a comprar el clamato” el chaval alzo la cara y vio a una mina muy linda, fue entonces cuando le dijo que no se apurará, no tenia prisa, la mina le regalo una sonrisa, el chaval dejo su celular en la barra improvisada y le dio un trago largo a su michelada, la mina vio el celular del chaval y vio que habían letras y se animó a preguntarle “perdón pero ¿Qué libro estas leyendo?” el chaval un poco desconcertado dijo “De los maras a los zetas” mientras lo sacaba de su mochila, la mina lo tomó y dijo “¿pero lo estas leyendo en el celular y en el libro?” el chaval le dio otro trago a su cerveza y le dijo “no, en el celular es un blog que tengo, ahí escribo cosas que se me ocurren, regularmente es de mi pasado o cosas que voy viendo” la mina se le quedo viendo “¿puedo leer lo que escribes?”, el chaval desbloqueo su celular y se lo dio anticipando “pero no soy muy bueno, solo lo hago por gusto”, la mina empezó a leer aquel escrito “Y así fue Bacalar” que es un escrito que habla sobre un chaval y una mina que se enamoraron y fueron a Bacalar, la mina se ahogo en el cenote de la bruja y un señor de edad avanzada le comento al chaval “sabes, este lugar es tan místico, que la gente llega para quedarse para siempre”, la mina al terminar de leer el escrito le dijo “¿puedo leer los demás?” el chaval ya con el tarro vacío le dijo “si, pero pásame una victoria de vidrio”, la mina con el celular en la mano saco una victoria del refrigerador y se la dio al chaval, pero sin dejar de leer.

Pasaron cerca de 2 horas, la mina leía y leía los escritos del chaval, le hacia preguntas de los escritos y el chaval se limitaba a contestar, quizás la mina estaba leyendo porque no había mas gente en el bar, el chaval solo se había tomado las dos cervezas iniciales y había continuado con café americano, de pronto la mina se acordó del tiempo que llevaba leyendo y dijo “discúlpame ya te quite mucho tiempo y quizás tu novia va a estar buscándote o igual ya se ahogo en el cenote de la bruja y tu ni en cuenta”,  esto mientras soltaba una sonrisa tímida, el chaval solo sonrió y le dijo “no te apures, estoy a gusto y si se ahogó pues ya después consigo otra” y soltó una carcajada muy sonora, la mina se le quedo viendo extrañada y el chaval se apuró a decir “no te apures, vengo con mis padres y no tengo novia”, la mina le regalo una sonrisa mas bonita, el chaval sacó una pluma y apuntó la dirección del blog del chaval, la mina lo acompañó con un café y un cigarrillo, mientras le preguntaba sobre las historias de la mina y el chaval, donde el chaval le dijo la verdad que en esencia era una persona con la que había tenido un breve amorío pero que lo había dejado marcado, la mina se enterneció un poco con la historia del chaval y platicaron por un largo tiempo, la mina le dijo apurada “una disculpa, ya tengo que cerrar, ¿vas a hacer algo en la noche?”, el chaval sorprendido le dijo “no tengo nada planeado, si acaso voy al centro con mis papás pero solo a cenar algo, pero te paso mi número por si tienes plan me avisas”, el chaval se quito su sheaffer de la bolsa de la camisa y apuntó su número en una servilleta y se lo dio a la mina, ella se extraño un poco cuando recibió la servilleta y dijo “ krudo, que extraño nombre tienes, quizás tan extraño como tú”, el chaval empezó a reír y dijo que era su apodo, se dieron un abrazo y un beso en la mejilla, el chaval dejo la cuenta pagada y un extra de la propina, agarró su bici y se fue el hotel.

Al llegar no se podía creer que había conocido a esa mina, era muy linda y amigable, empezó a pensar en tantas cosas que se le hizo mejor idea escribir en papel la descripción de la mina, fue a cenar con sus padres, comieron una marquesita y un café, después regresaron al hotel, el chaval estaba ansioso, seguía escribiendo, veía varias veces el celular, esperando una llamada o un mensaje de la mina, termino el escrito y se maldecía por no haberle pedido el número a la mina, estaba por dormirse cuando un mensaje lo hizo volver a abrir los ojos “krudo, ¿ya te desocupaste?” el chaval no pudo evitar sonreír y contestó el mensaje, siguió una larga charla por 5 minutos y al final se quedaron de ver en el centro de Bacalar, el chaval le dijo a sus padres que volvía, iba a salir y estaba al pendiente del celular por si algo se les ofrecía, salió el chaval con un una sonrisa de oreja a oreja, andaba con una bermuda, sus típicos huaraches cruzados, camisa a cuadros azul, sus cigarrillos, su encendedor, celular, su cartera y un kinder bueno en la bolsa. Al llegar a la plaza se sentó donde habían quedado, miro a su alrededor y no vio a la mina, así que saco un cigarrillo mientras fumaba, iba a la mitad del cigarrillo cuando por la espalda le taparon los ojos, de inmediato supo que eran de mujer, se sentían los dedos delgados, tenían un aroma un poco peculiar a vainilla que podía adivinar que era Victoria’s Secret y dijo “eres la lectora, la chica del bar”, ella empezó a reír un poco, le quito las manos de los ojos y dijo “quería saber cómo ibas a reaccionar o que ibas a decirme, no te he dicho mi nombre” y empezó a reír, el chaval le regalo una sonrisa y suspiro, la mina lo vio a los ojos y le dijo “sabes, no te voy a decir mi nombre, pero puedes llamarme -la mina-“, el chaval en ese momento reaccionó y dijo “mucho gusto Mina, yo, soy el chaval” y empezaron a reír los dos, se sentaron a platicar y fumarse un cigarrillo, el chaval le regaló el kinder bueno que traia en la bolsa y la mina lo guardó presurosa en el bolso que traía, la mina lo invito a una fiesta y el chaval acepto, pasaron por una botella de whisky, vasos, hielos y una agua mineral a la tienda y una cajetilla de cigarrillos y caminaron por 3 calles hasta llegar a la fiesta.

Era una fiesta un poco extraña, había cerca de 20 personas, pero todos con un look un poco hípster, la mina saludo a todos y presento al chaval como un escritor, el chaval se sintió incomodo por la presentación pero no quería hacerla quedar mal, entonces solo decía “soy escritor amateur, aun no publico nada”,  la fiesta transcurrió sin contratiempos, el chaval y la mina platicaban muy animados, de pronto alguien pasaba y felicitaba al chaval por sus escritos, él un poco apenado recibía el elogio, hubo un momento donde un tipo dio una idea, que era que el chaval leyera un escrito de él frente a todos, le preguntaron a la mina y ella decidió que leyera “prométeme que no te vas a enamorar”,  el chaval con poco de pena pero se tomó de un trago largo el whisky que tenia en su vaso, encendió un cigarrillo y empezó “Prométeme que no te vas a enamorar…”, fumaba mientras leía, a pesar de que su dicción no era muy buena tenia a toda la gente atenta, al leer la parte de “… el chaval se había enamorado, sabía que no estaba planeado, pero la mina logró enamorarlo…” se le hizo un nudo la garganta al recordar a la mina por la cual había escrito ese post, pero prosiguió, cuando acabó de leer el escrito, la gente se puso de pie, algunos lo felicitaron con un abrazo y comentarios como “esta chingón” “me encanto” “cuanto sentimiento” y demás elogios, pero cuando llego con la mina ella le dio un beso, un beso de esos que sientes que la vida se te va, que el tiempo se para, que sientes el amor a flor de piel, de esos besos que sabes que es principio del fin, terminando el chaval le dijo a la mina “gracias, nunca había leído un escrito mío para otras personas”, la mina volvió a besarlo y todos hicieron una gran bulla.

La noche transcurrió como dice el tic tac del reloj, la mina y el chaval se besaban en cada momento y el chaval olvidaba por completo donde estaba, al dar las 3 de la mañana la mina dijo que tenia que irse, el chaval se ofreció a llevarla “si quieres paso por la camioneta, la tengo en e hotel”, la mina le dijo “no te preocupes es cerca, ¿podemos ir caminando?”, el chaval acepto y fueron caminado por tres calles, aunque el recorrido inicial era de 8 minutos ellos hicieron cerca de 15, se iban besando, abrazando, dándose caricias prohibidas en plena calle, hasta que por fin llegaron a la casa donde estaba la mina, se besaron en el portal, un beso de esos que llaman apasionados, la mina al separarse le dio un abrazo y le dijo “gracias, tenia tiempo que no me sentía tan bien, perdón por hacerte pasar por el hecho de que leyeras ese escrito pero me enamoré de tus historias, quería que tu me leyeras una de ellas”, el chaval le dio un beso después del abrazo y la mina al abrir la puerta de su casa dijo “¿tendrás 10 minutos? Quiero me leas otro escrito, pero ahora solo para mí”, el chaval asintió y entró con ella, la casa era sencilla de dos plantas, entrando a la derecha estaba la sala, después un espacio donde estaba un comedor con una mesa de madera y 6 sillas, después a la izquierda estaba el baño y a la derecha estaba la cocina, una puerta que daba hacia un pequeño patio trasero, a la izquierda entrando estaba una escalera con 11 escalones, la mina y el chaval se sentaron en la sala, la mina le pidió que leyera “sabes, eres un cabrón, al terminar la mina le dio un beso tan grande como la canción de Oceransky, un beso grande, el chaval después del beso le dio el escrito que traía en la bolsa de su bermuda, la mina lo leyó en voz alta, la mina al terminar de leer, se le fue a los brazos al chaval, le dio un beso y siguieron las caricias traviesas, la mina llevo al chaval a la parte de arriba, con besos y caricias, el chaval se dejo llevar, subieron los 11 escalones, al llegar arriba había un descanso y cuatro puertas, era un baño y tres habitaciones, entraron en la segunda puerta del lado derecho y ahí dieron rienda suelta a su bajos instintos, se dejaron llevar por el momento, se hicieron uno mismo y si nos ponemos un poco poéticos podríamos decir que hicieron el amor, la mina quedo dormida en el pecho del chaval.

El chaval se despertó cercano a las 6 de la mañana, vio a la mina en su pecho y la movió para darle un beso, ella se despertó para abrazarlo, el chaval le dijo “discúlpame, tengo que irme”, la mina le dio un par de besos y le dijo que se quedará un momento, mientras con sus manos lo acariciaba, el chaval no podía negarse, la acaricio a ella y tuvieron un round de antología, quedaron los dos rendidos en la cama, si alguien hubiera tomado una fotografía en ese momento, hubiera quedado como una postal en blanco y negro, los dos tirados en la cama, abrazados, él besando la frente de la mina y ella postrada al pecho del chaval. El celular del chaval empezó a sonar a las 8 de la mañana, buscó hacer a la mina a un lado sin despertarla y buscó en el piso su bermuda, la encontró y de la bolsa derecha sacó su celular, tomó la llamada, era su padre, le decía que si estaba bien y el chaval dijo que si, que se había parado temprano para ir a correr, mintió un poco, en eso la mina se despertó al escuchar la voz del chaval, el chaval se despidió de ella y se fue al hotel.

Pasaron dos días, donde la mina y el chaval se veían diario, se dieron tantos besos que quizás seria imposible poder contabilizarlos, la mina y el chaval se habían enamorado, hubo tantas letras como besos, pero el tiempo pasaba y el chaval tenia que irse, esa tarde es complicada de recordar, paso al bar donde trabajaba la mina a la hora que cerraba, fue entonces cuando en el centro comiendo una marquesita el chaval le dijo a la mina “sabes, se me complica tanto decirte esto, yo me enamore de ti pero solo vengo de paso, mañana salgo, voy para palenque Chiapas a seguir con mi viaje con mis padres, quisiera quedarme, pero creo que tú tienes tu vida y yo tengo que seguir con la mía, te quise mucho en estos días y te voy a seguir queriendo, pero tengo que marcharme”, ella lo vio a los ojos y sabía que decía la verdad, solamente lo abrazó, le dio un beso y le dijo “no voy a pedirte que te quedes, sé que eres ese caminante que no se estaciona en un lugar, me la pase maravilloso contigo, quisiera que te quedaras pero sé que tienes que seguir tu camino, solo te voy a pedir una cosa, prométeme que algún día, vas a escribir de mi”…


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