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Lo mas barato era una mentada de madre

 

“…Allá, pegado a la sierra

Hay un ranchito re te bonito,

Aquella lomita, se ve más cerquita,

Todas las estrellas y las muchachitas,

Todas son tan bellas, como florecitas,

Y entre todas ellas, este gallo habita…”

 

¿Se preguntarán que hago en este lugar tomándole fotos a la luna? Pues bueno es una historia larga pero no tan complicada. Era viernes y fui a visitar a mis padres, tenía ya cerca de 6 meses de no verlos y pedí una semana en el trabajo, al inicio les dio mucho gusto verme pero sabía que estaban como incomodos, vaya quizás era mi percepción ya que había manejado por 8 horas y me sentía cansado, abrumado, el calor de esta tierra hace que tenga unas ganas terribles de beber una cerveza bien helada, pero bueno, fui a la tienda para traer una cerveza y unas cosas que mi madre me encargó para la comida; venía de regreso cuando de pronto escuché cuando mi padre le decía a mi madre que ¿Qué iban a hacer con el viaje?, por fin sabía que no era percepción mía, de pronto ellos se dieron cuenta y solo me dijeron “no sabíamos que ibas a venir, no nos avisaste y tenemos un viaje ya programado ¿vienes?”, lo que hice fue decirles que no, que mejor los esperaba, necesitaba unos días para estar solo y estar en el pueblo me daba mucha tranquilidad, así que se podían ir sin problema, después de esa charla estuvimos platicando e incluso les ayudé a hacer sus maletas.

 

Al despertar desayunamos y al querer irse su auto empezó a marcar el check engine y pues les dije que se llevarán el mío, un poco a regañadientes pero se fueron, yo esa mañana decidí ir a hacer validos mis recuerdos, primero inicie yendo por una birria al centro, esa birria que tenía muchos años que no probaba y aprovechando que estaba nublado decidí ir a caminar, ¿A dónde? La verdad sin rumbo fijo, agarré caminando hacia donde mis recuerdos me dictaban, fue maravilloso recordar tanto, recordar aquellos días de cacería, esos días que íbamos con la palomilla solo a echar un baño, otros de que andábamos en las bicis y así, los recuerdos fueron inundando mi mente, incluso me metí a bañar a uno de esos estanques, después de estar unos minutos empezaba a sentirme cansado, no tenía prisa así que saqué un cigarro y me puse a ver el paisaje que tenía enfrente, ¿cuántos años que no hacía esto?, incluso me quedé dormido.

 

Al despertar recorrí el mismo camino de regreso, cada paso lo disfrutaba al millón, ya entrando al pueblo venia absorto en mis recuerdos cuando escuché que me gritaban, era un amigo de la adolescencia, estaba bebiendo junto con otras personas a fuera de una tienda, me acerque y de inmediato me dio un vaso con cerveza, me supo a gloria, me supo tan rica que en verdad la disfrute, pero bueno pasaron las horas y de la tienda nos fuimos a beber al lago del pueblo, ahí nos encontramos con otros amigos y todo iba viento en popa, en verdad éramos como 15 en total, dentro de la plática y la borrachera iban saliendo recuerdos, pero también más gente se nos arrimaba para tomar, curiosamente no teníamos música tocando, solo eran nuestras historias las que sonaban a diferencia de otras personas que estaban en el mismo lago, hubo un momento donde me puse a platicar con un chavalo, quizás tendría el unos 18-19 años, debo de aceptar que me sentía extraño porque es como si hubiera estado tomando con mi hijo que quizás es uno o dos años menor que él, incluso creo que nunca he hablado de eso con mi hijo, de esos amores, del amor de vida de uno, como siempre yo omití nombres como toda la vida, solamente le platiqué mi historia que paso hace 20 años más o menos, era el amor de mi vida lo acepto, incluso hasta una lagrima rodó por mi mejilla, en ese justo momento decidí irme, quizás fue una señal que estaba ya demasiado borracho, así que me despedí de todos y me fui caminando a casa.

 

Me desperté porque mi celular no paraba de sonar, también el timbre de la casa y solo gritaban mi nombre, yo estaba desconcertado, no se me hacía familiar la voz, con trabajos me paré de la cama, grité “ya voy”, mientras tomaba mi celular y veía la hora, recién había dormido 3 horas solamente, al ver por la puerta era el chaval al que le había platicado la historia, solamente me dijo “¿no se acuerda que me dijo que me iba a acompañar?”, en ese momento la cabeza me daba vueltas y mi cabeza me dolía, no podía pensar, al abrir la puerta el chaval me dio un vaso con michelada y camarones, le di un trago y la vida me estaba volviendo al cuerpo, le hice pasar y le dije que me diera 10 minutos en lo que me bañaba rápido, el chaval entró y se puso a jugar en el Play Station.

 

Yo no decía nada en todo el camino, íbamos en un auto del chaval, en verdad no recordaba nada, solamente escuchaba la música de fondo que traía el chaval, quizás pasaron 5 o 6 horas, cuando recobré conciencia estaba en otro lugar, una ciudad pequeña pero con una iglesia muy bonita, recuerdo bien, vi que estaban las 10 figuras de cristo en la iglesia y además un santo en la entrada que la gente le dejaba listones con promesas o mandas, cuando entramos se estaba oficiando una misa, el chaval que me había llevado estaba de traje pero no estaba al frente, recuerdo bien que había una mina y otro chaval en primera fila, ella traía un traje de novia con un velo y una cola grandísima, el que fungía como novio traía un traje de pingüino, la vida es cabrona, casi nos chutamos 40 minutos cuando el clérigo dijo “¿alguien tiene algo que decir? Que hable ahora o que callé para siempre”, ahí no recuerdo nada, no sé qué sucedió, la presión se me bajó, quizás me desmayé o quizás perdí la memoria, cuando recobré el conocimiento estaba yo viendo esa luna casi a cuarto menguante en un descampado y una voz que me decía “no chingues, ¿no encontraste a alguien más pendejo para cumplir tu sueño? Mi hijo acaba de hacer la pendejada más grande de su vida, escucha bien, ¡impidió una boda! si en la iglesia y todo”, yo la interrumpí y le dije “pues creo que sin querer le hizo un favor a la mina, ella no era feliz con ese chaval, le ahorramos un divorcio cabrón, donde lo mas barato era una mentada de madre, creo que lo que yo no hice, lo hizo tu hijo”



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