“me gusta verte
dormir,
Aun no sé cómo
llegamos a coincidir,
Confieso que me
encanta escucharte cantar,
Así como también verte
cuando nos vamos a duchar”
Es complicado poder recordar y lo
que recuerdo no sé si en verdad sucedió, ya que es lo que mis conocidos me han
dicho y en mi mente maquino esos recuerdos, lo que en verdad me molesta es que
se refieren al “accidente” pero sin decirme que paso en ese “accidente” cuando
llego a preguntar, después de estar varios meses en coma y cerca de dos años
bajo tratamiento médico por fin me dejaron volver a casa, mis padres probaron
con todo tipo de tratamiento para poder regresar a quien era antes pero no había
respuesta positiva, el medicamento solo me mantenía en un estado de relajación
profunda pero sin lograr ningún avance, un día se les ocurrió que fuéramos al
zoológico y como se pudo esperar olvidaron mis medicamentos, en vez de ponerme
“loco” empecé a recordar muchas cosas cuando estaba pequeño y quizás ahí fue
donde empezaron a descubrir el hilo negro de mi problema, a partir de ese
momento íbamos a lugares conocidos y poco a poco iba recobrando mi yo, en las
pizzas, en la casa, en el cine, en los tianguis demasiado populares, en el
teatro, en el estadio, poco a poco fui recordando, el medicamento lo “olvidaba”
tomar porque me causaba cierta resistencia a mis recuerdos, después de unos
meses empezaba a viajar solo en el metro y también empecé a recordar cómo se
manejaba el auto. Cierto día íbamos caminando por las calles del centro cuando salió
de mi boca un “Se me antoja una cerveza”
mis padres se me quedaron viendo y me llevaron a un local de alitas donde
sabían que me encantaba ir con una amiga antes del “accidente”, después de
varias alitas y un par de litros de cerveza empecé a platicar de más, platicaba
de mi pasado y quizás recriminaba un poco mi presente a mí mismo, eso fue un
gran avance según me dijo mi médico de cabecera y por primera vez mis padres
estaban de acuerdo en que utilizara el alcohol como ayuda.
Era un día capicúa cuando al
llegar a casa manejando después de hacer el super, me lleve una gran sorpresa
al ver quienes me ayudaban a bajar las cosas del auto, era mi papá y un viejo
conocido, al acomodar las cosas en la despensa y dejar el check list, me senté
en la mesa con el viejo conocido, mi papá saco una botella de tequila y unos
cigarros de los rojos los dejo en la mesa, mientras arrimaba tres caballitos y
los servía con tequila, la verdad me perdí en el aroma que despedía y en mi
mente venían muchos recuerdos recordaba aquellos momentos de gloria en el
bachillerato donde era el AS del tequila, de pronto navegue a la cata en la
tierra prometida de Tequila Jalisco, después a los labios de una mina que me
besaban dulcemente después de tomarse un caballito de Añejo, regrese a la mesa
cuando mi papá dijo “¡salud!”
mientras alzaba el caballito de tequila, mi viejo conocido y un servidor
hicimos lo mismo y lo empinamos al mismo tiempo, sonaron los tres caballitos vacíos
en la mesa y los tres movimos la cabeza de un lado a otro, después mi papá se
despidió diciendo “bueno, pues los dejo, cualquier cosa que necesiten estaremos
en la planta de arriba” asentimos y mi padre se marchó, creo que era la primera
vez que lo veía hacer eso, empezamos a platicar con mi viejo conocido que yo lo
veía con cierto miedo, quizás pensaba que le iba hacer algo, le empecé a
platicar que en verdad no hacía nada, solo necesitaba recuperar mi memoria
porque quería saber lo ruin que era, el solo sonrió y encendió un cigarrillo,
el aroma me volvió a transportar, vi a una mina que me lo quitaba de una
cachetada, después a la misma mina pasándome el humo del tabaco con un beso y
sonriendo, después caminando por diferentes calles de Guadalajara fumando, después
en la cama con una mina recargada en mi pecho y fumando un cigarro de los
rojos, aterrice en mi realidad cuando mi viejo conocido me paso la cajetilla y
me dijo “toma uno, quizás te ayude un poco”, lo hice y la verdad en la primera
bocanada sentí que me ahogaba y empecé a toser como loco ya que no recordaba cómo
se fumaba, pero después lo fui haciendo poco a poco como un niño armando un
LEGO, venían recuerdos de nuevo y esto lo hacía sin dejar de fumar, era tan
placentero que serví otros caballitos, mi viejo conocido saco su celular y empezó
a sonar “…Sol, de media noche, dile que
estoy muerto, dile que estoy seco, yo quiero estar con ella, quiero sentir su
cuerpo otra vez…” no podía creerlo, empecé a recordar a una mina saque mi
celular y empecé a marcar un número, mi viejo conocido solo se me quedaba
viendo, así que empecé una charla con la mina que me atendió del otro lado de
la línea y quedamos en vernos, colgué la llamada y mi viejo conocido solo se limitó
a sonreír, terminamos la botella y los cigarrillos, él dijo que era momento de
irse y se marchó en su auto color negro, me quede con la duda quien era en
verdad aquella mina.
Así pasaron los días y los meses,
me encontraba con personas de la primaria, de la secundaria, del bachiller, de
la uni y de mi vida diaria, poco a poco iba recobrando mi identidad, me
acostaba con una mina y con otra pero no me sentía pleno en ese aspecto y decidí
dejar de buscar a la compañera de cama y mejor saldría a buscar trabajo me puse
un traje azul obscuro con rayas verticales con un azul un poco más claro, una
camisa azul, una corbata con diferentes tonalidades de azul, me afeite la barba
de candado que era como la traía en mis identificaciones y Salí a buscar empleo,
no se tenía la necesidad de ser “normal”, no tarde mucho, quizás dos semanas en
tener una respuesta positiva, fue de reclutador en la primera empresa donde
inicie mi vida laboral hace ya varios años, me sentía como viajando en el
tiempo, era el mismo tipo, incluso me ponía a bromear con las minas y demás,
hasta que un día caminando por el centro me tope de frente con una señora que decía
ser adivina, se me planto de frente y no me daba opción de pasar, me pidió mi
mano derecha diciendo que me leía mi suerte sin cobrar un peso, yo solo lo hice
para que me dejara pasar, pero en sus ojos vi algo, sentí una epifanía con sus
palabras que no las recuerdo, solo recuerdo que tome mi cartera y le di un
billete de 200 corrí a mi auto y tome carretera, era ya tarde y maneje por varias
horas, no se quizás 5 o 6, cuando volví en sí, el cielo era totalmente obscuro
solo alumbraba la carretera con los faros de mi auto, el camino era una
carretera intermunicipal, en el estéreo del auto traía a Ismael Serrano
tocando, cuando en una curva sentí un leve jalón señal de que me estaba
quedando dormido, tome el volante con las dos manos y seguí avanzando, de
pronto a lo lejos quizás unos 700 metros visualice una persona sobre el lado derecho
de la carretera, eche las altas para verificar, baje un poco la velocidad y también
el volumen del estéreo hasta llegar a un lado de la persona que hacia ride, me
pase por unos metros y retrocedí, “sabes,
voy rumbo a Parácuaro, si gustas te puedo acercar a donde vayas” le comente después de ver que era una mina y
de inmediato me contesto “perfecto yo voy
a visita para allá” solo atine a quitar los seguros y abrirle la puerta
desde adentro, se subió y le pedí que se pusiera el cinturón de seguridad ella
se lo puso y me dijo “sabes, sería bueno
que no vayas muy rápido y que no mires hacia atrás” solo le sonreí un poco
y acelere un poco a fondo, ella se me quedo viendo muy feo, así que decidí
hacerle caso, íbamos andando a un paso lento pero seguro, a pesar de ser un
clima cálido sentía un poco fresco, empezamos a platicar, yo le platicaba mi
historia que perdí la memoria y como la iba recuperando poco a poco, ella sonreía
y de pronto me dijo “¿no me conoces?” me
gire para verla y siendo sincero estaba empezando a recordar cuando por el
rabillo del ojo vi que venía una curva, así que gire de nuevo mi atención y
jale el volante un poco, me quede sin palabras,
ella me llamo por mi nombre, le dije que quizás nos conocimos tiempo atrás
en el pueblo, ella decía que no era de ahí, que solo iba de visita, incluso ni
siquiera conocía el pueblo, al decir eso me gire para verla y me planto un rico
beso, baje un poco la velocidad y me aparque aun lado de la carretera, con dos
llantas abajo del asfalto y dos arriba, empezamos a besarnos de una forma
especial, ella sabía cómo besarme y yo me dejaba querer, de pronto la ropa nos empezó
a estorbar y nos pasamos al asiento trasero del auto, era una diosa esta mina,
se movía exacto al movimiento, sabía hacerme disfrutar, yo no podía creer, la
mina en verdad era muy linda, después de terminar el acto nos pusimos la ropa
de nuevo, le ayude a vestirla, sus calzoncitos me causaron curiosidad y
mientras se los ponía me dedique a tocarla un poco, ella con una sonrisa en la
boca me dijo “por favor, vámonos que quizás
te están esperando” y me quito las manos con las suyas mientras me besaba,
empezaba a recordar ese perfume, esos labios, esos besos, esos movimientos y
ese timbre que acababa de tocar, cuando el claxon de un camión de 3 ½ toneladas me hizo volver en sí, así que rápido
nos recompusimos y le hice señas al camión que siguiera su camino, el me hizo
una seña de aprobación y siguió, no recordaba que por ahí pasaran a esa hora
ese tipo de camiones, nos dimos unos besos muy ricos y seguimos el camino ya a una
velocidad un poco más alta cerca de 110 km/h, yo iba haciéndole preguntas
personales y ella me respondía con otras preguntas, eso me hizo recordar y de
pronto le dije “¡Patricia!” ella sonrió
y se puso rojita como un tomatito, de inmediato me dijo “¿recuerdas la promesa?” Yo
hice una negativa con mi cabeza, y ella me dio un beso muy grande mientras lo hacía
me daba un abrazo, me deje llevar hasta que sentí que el auto brinco y al caer
el auto empezó a rodar de cabeza, ella me tenía abrazado hasta que chocábamos
con una casa. No se cuánto tiempo paso, de pronto empecé a ver luces azul y
rojo y mucha gente, yo estaba tendido en el asfalto y Patricia estaba conmigo abrazándome,
yo tenía mucha sangre, ella no, se acercaron unos policías e intentaron
cargarme pero no podían, yo quería decirles que lo estaban haciendo mal porque
Patricia estaba abrazándome pero no salían sonidos de mi boca, de pronto Patricia
me dio un beso muy rico y solo reaccione con un suspiro muy grande e hice un
ademan de estirarme, todos me voltearon a ver, un señor solo dijo “ese fue el último suspiro” y Patricia también comento “sabía que ibas a volver por mí, recuerdas,
nuestra promesa era estar juntos a pesar de la muerte” yo estaba estupefacto,
no sabía que decir y empecé a recordar, iba manejando el auto de mi papá y Patricia
iba conmigo, íbamos al pueblo a invitar a mis familiares a nuestra boda, era de
noche y Patricia me daba besos para que no me durmiera, de pronto cerré los
ojos en un beso y el auto brinco y empezamos a volcar, Patricia salió disparada
por el parabrisas mientras íbamos dando vueltas, yo me quedaba en el auto
porque traía el cinturón de seguridad puesto y el auto se detuvo al chocar con
una barda, la misma barda con la que acababa de chocar una casita de chapopote, un camión de 3 ½ que había pasado vio el
accidente e intento sacarme y lo logro pocos minutos antes de que el auto
estallara, después llego una ambulancia y al querer seguir recordando Patricia no
me dejo, solo me dijo “no te atormentes,
eso ya paso, lo bueno es que volvimos a estar juntos” y yo le dije “claro amor, juntos por siempre”…
Comentarios
Publicar un comentario
Recuerda que todo es en singular...