"...Ya nada es lo que era..."
Estaba observando el cielo tan
maravilloso de este gran pueblo, había tantas estrellas que me perdí contándolas
y me encontré mientras pensaba en ella, la imagine por un momento que estaba a
mi lado y le compartía de mi tabaco mientras teníamos una pequeña conversación de
un futuro incierto:
Mina: Sabes,
este lugar es maravilloso, lejos del cielo estrellado tiene una mística algo
que te hace sentirte bien, me gustaría algún día visitar tus tierras, conocer a
tu familia y a tus pasados, aunque por lo que dices es mejor ir en Diciembre
cuando el calor no es tan abrumador y hay muchas fiestas.
Yo: Tienes razón
quizás son las mejores fechas para asistir de tantas fiestas que quizás pueda
presentarte con la mayoría de mi familia, hasta con suerte y con personas que
tiene años que no veo y esa mística de la que dices si la eh sentido pero
siempre cuando lo comparto me toman de a loco, bueno de por si verdad, pero el
cielo estrellado es maravilloso, en ningún otro lugar eh visto tal panorama…
Mina: creo que
lejos del cielo estrellado el pueblo ha de tener muchas cosas buenas, su
comida, su gente, su ropa, sus fotografías, sus manantiales… Por cierto, ¿Cuándo
te compraste esos huaraches? Me gustan, por cierto, ¿Por qué no me compraste
unos?
Yo: Si son
nuevos, aunque no son tan cómodos los primeros días, pero después de que los
amoldas a tu pie quedan perfectos para andar por largas caminatas y con el tiempo
se vuelven inseparables. No sabía que te gustaban pero te prometo unos para tu
cumple, por cierto ¿De qué número calzas? …
En ese momento acabo el dialogo
imaginario, me queme con la ceniza del tabaco que cayó en mis dedos y me recordó
que estaba solo con mis pensamientos observando las estrellas sin ella a mi
lado, de la hielera que traía saque una cerveza y me la tome de dos tragos,
solo quería acabármela antes de poder seguir recordando aquella mina, llego un
mensaje al celular y después de revisarlo, vi su perfil, estaba más linda de
como la recordaba, le escribí tantas cosas pero después me arrepentí y borre
todo antes de dar “send” saque un
cigarrillo y lo encendí, quería seguir viendo las estrellas. La recordé por
espacio de 10 minutos que fue el equivalente a una cerveza y dos cigarrillos
justo cuando iba a sacar otra cerveza de la hielera escuche pasos de alguien
que se acercaba, me puse de pie y me di vuelta, era un señor que se veía que estaba
en situación de calle, un vagabundo muy conocido en el pueblo desde hace muchos
años, según rezaba la historia el olvido a la que era su novia en el altar y a
partir de ahí se volvió loco, aunque nadie sabe a ciencia cierta si fue verdad
o mentira, él nunca quería hablar de ese tema, cuando se acercó a 3 metros de mí
se paró en seco y daba el tufo a que llevaba varios días tomando y me dijo cuándo
dejo de tambalearse “Valí, ¿tendrás un
cigarrillo que me regales?” en seguida saque uno de la cajetilla y se lo
di, mientras el encendía el cigarrillo lo invitaba a que se sentara y le
destape una cerveza y le pregunte “Don, platíqueme
un poco de como llego usted aquí, siempre eh tenido esa duda”, en señor le
dio un trago a la botella y dijo “esa
cerveza es diferente, de estas no venden aquí verdad, estoy borracho pero se
siente el saborcito, saben muy ricas” le respondí que no, que eran
artesanales y de pronto se hizo un silencio presente, cerca de 3 o 4 bocanadas
que le daba al cigarro empezó a platicar.
Don: llegue aquí cuando tenía 15 años vine a
trabajar con el hijo de mi padrino a cuidarle la espalda pero todo estaba tan
tranquilo que me pusieron a cargo de unas hectáreas de marihuana que tenían allá
arriba, a los 10 años de estar viviendo aquí ya también estaba cargo de unas
tierras de jitomate y una que otra de mango y fue cuando conocí a Rosa, ella
venia de por allá de la sierra lejos, había llegado con su familia a vivir aquí,
ella y su mamá eran costureras y su papá y tres hermanos de ellas trabajaban de
arrieros, me la hice novia y metí a su familia a que trabajaran conmigo y les
iba mejor pues, dos años después se vino a vivir conmigo aquí enfrente de donde
estamos pero todo con promesa de boda, el hijo de mi padrino me animaba a
casarme para que me quedara en estas tierras ya de fijo y hasta me pago todo lo
de la boda, nomás faltaba yo de novio eda’, me anime y él se encargó de invitar
a toda la gente que él quiso, y la fecha era para el 28 de Diciembre, faltaban
2 meses cuando me mando a llevar un mandado al norte, quesque para tener una feriecilla
y pudiera luego encargar a mi primer chamaco, las cosas salieron bien,
entregando el mandado me quede cerca de 1 mes en el norte, le mande dos cartas
a Rosa, diciéndole que me esperara, que ya casi llegaba, que la quería mucho y
que ya le había echado el ojito a una casa de mi padrino para irnos a vivir al
norte y hacer nuestra vida, tenía la esperanza de que yo llegara antes de que
llegara la carta, pero no fue así, faltando una semana para mi boda, me
mandaron de regreso en una camioneta con otro mandado para el hijo de mi
padrino, yo solo sabía que traía en la camioneta, ropa, grabadoras, dos
pantallas a color, unos rifles de cacería y unos cuantos dólares, llegando a
Guanajuato, me hicieron la parada unos militares y pues que me les pelo, me
dieron una corretiza hijo que me toco que bajarme de la camioneta y dejarla en
la carretera y correr a la sierra, nomás agarre el dinero que traía en una
chamarra y dos maletines llenos de dólares, y me quede en la sierra, ahí conocí
a una familia de campesinos que me escondieron a cambio de la escuadra que
siempre cargaba conmigo, no podía bajar y agarrar un camión porque decían que
me andaban buscando los militares, pasaron 6 semanas que estuve en la sierra y
pues ya me baje y como pude llegue de nuevo al pueblo, al llegar nadie me quería
decir nada, pregunte por Rosa y nadie me daba razón de ella y tampoco de su
familia ni del hijo de mi padrino, pasaron tres días que me agarre en la
borrachera según yo buscándola y en la casa al revisar un baúl encontré las
cartas que le había mandado y las quemé, me dio cosa leerlas de nuevo, después encontré
una carta que olía a ella, empecé a leerla y decía que me había esperado pero
que Trinidad el hijo de mi padrino le había dicho que a lo mejor me había quedado
con alguna americana ya a vivir porque nadie daba razón de mí y la carta pues decía
que se terminó casando con Trinidad porque ya estaba todo para la boda y ella había
pagado desde un inicio, terminaba con “Con amor, Rosa”. Pero puras pendejadas
hijo, este cabron desde el inicio se quería quedar con Rosa por eso se portaba
tan bien conmigo y que casualidad que me mando a estados unidos cuando no tenía
por qué hacerlo, días después María la tortillera me dio una carta según que
Rosa me había dejado con ella no decía mucho pero me acuerdo clarito lo que decía
“Te quiero mucho, ojala algún día regreses a lo que era nuestra casa y que veas
las estrellas, ojala que algún día nos encontremos y me digas que fueron
mentiras que te fuiste con otra, ojala algún día podamos encontrarnos y será en
el solar de enfrente de la casa, donde veíamos las estrellas, con Amor Rosa”.
Destape una cerveza para él y
otra para mí, le pase un cigarrillo encendido y le conté mi pequeña historia de
desamor solo para hacer platica, me dijo que era un pendejo por haber dejado
ir al amor de mi vida y yo no le recrimine nada, sabía que tenía razón, era un auténtico
pendejo, pero algo hubo en él que me hizo sacar todo el dinero que traía en mi
cartera y una tarjeta de débito lo puse en una bolsa resellable y le di un
abrazo, él no sabía que pasaba, estaba borracho pero entendía que las cosas no tenían
sentido, después de fumar el cigarrillo me dijo “¿Por qué me das esto? No te estoy pidiendo limosna” puse mi mano
sobre su hombro derecho, le comente que tenía un mes que mi padre había muerto
y en el velorio alguien había dicho algo referente al pueblo y como conoció a
mi madre, me quede con la duda y después del levantamiento de la cruz me vine a
verificar si era verdad la historia, al preguntar nadie me quería dar razón, quizás
por miedo, hasta que me comentaron que usted tenía algo que ver con la historia
de ambos y que en este lugar usted siempre venia las noches estrelladas, en verdad lo siento mucho, en la tarjeta hay dinero suficiente para
vivir por lo que le resta de vida, la contraseña es el número de la suerte de
mi mamá y su año de nacimiento, en verdad no sabe cuánto lo siento…
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