Ir al contenido principal

Tres o cuatro vidas


...la vida es eterna en cinco minutos,

los que nos tomaba quitarnos la ropa.
Lo que el amor tarda en descubrir mis trucos
o tu despedida borrarme la boca...”



-No entiendo porque me has seguido, has visto todo, sabes de mi todo en absoluto, conoces cuantas muertes llevo en mi cuenta personal y aun así me sigues, no entiendo que buscas ni que esperas de mi, no soy ese típico chaval que se enrolla con una chica, no tengo futuro, tengo dinero pero todo es de lo que he robado, ¿que quieres de mi?-

Fue lo que le dije a esa mina cuando llegué a la casa de campo en la cual me guarecía y ella estaba sentada en el sofá reclinable, con una taza de café en la mano derecha y un cigarrillo en la izquierda, ella era muy linda, cabello lacio, 1.70 cm de estatura, no muy delgada, con unas tetas pequeñas y unas nalgas respingonas, nariz afilada y una mirada que te hacia enloquecer, quizás le llevaba unos 8 años, la conocí desde que estuve en la cárcel la única vez que pudieron agarrarme por un robo a casa habitación, dure poco tiempo dentro y ella era quien fungía como psicóloga en un programa social dentro de la misma, habían pasado ya 5 años de ese evento y ella siempre sabia donde me escondía, no era el único refugio que tenia pero ella siempre daba conmigo, ya no era sorpresa encontrarla, cuando hacía algo malo y me guarecía sabia que ella estaría ahí antes de que yo llegará, era como si fuéramos una banda de delincuentes y ella supiera todo el plan, pero ahí estaba tan hermosa como siempre, me respondió de forma amable como le caracterizaba:

- no sé porque te sigo, te has vuelto como mi obsesión de bastante tiempo, no te conozco tanto como quisiera, nunca me has dicho porque actuás de esa forma y lo único que buscó es que tú seas feliz, que tú mismo te ayudes, pero por favor toma asiento, ¿qué te hubiera gustado ser, si no hubieras sido un delincuente?-

Caminé hacia el refrigerador, saqué dos cervezas y las destape, le di una y la aceptó, en ese momento me senté frente a ella, la observé como fumaba y veía que era quizás la única persona que no me tenia miedo, le sonreí de forma tímida y empecé:

- Sabes, nunca me habían preguntado eso y yo lo que siempre quise ser era un repartidor de cheques en una provincia pequeña, aquel tipo que todos conocen y le invitan tragos en la cantina por ser la persona que les entrega lo que ellos han trabajado, pero nunca pude serlo, al acabar la prepa yo me dediqué a delinquir y fue un circulo del cual no pude salir-

y ahí empezó la mejor charla que he tenido en mi vida, debo de aceptar que me perdí en su dialogo, su mirada era mi guiá de lo que ella quería saber de mi, no recuerdo si ya les dije lo hermosa que era quizás por eso no reparaba en decir la verdad, esa noche terminamos con 9 cervezas cada quien y la mejor noche que pasé en la cama con una mujer, fue un momento de comunión en el cual sentía que nos conocíamos, no de esta vida si no de hace 3 o 4 vidas anteriores, no sé si ustedes algún día hayan sentido eso y si no lo han sentido, les deseo que tengan algo así.

Después de ese día ella vivía conmigo, eramos la pareja ideal dentro de los escondites, pero a fuera ella seguía siendo la psicóloga del reclusorio, era muy extraño, me metí en los negocios prohibidos del narcotráfico, la veía de forma esporádica y utilizábamos celulares satelitales para comunicarnos, cada vez que la veía, juro que tenia ganas de borrar mi pasado y empezar desde cero con ella, incluso esa fue mi promesa al meterme en las redes del narcotráfico “voy hacer mucho dinero, para algún día poder huir contigo, huir a un país de centroamerica donde nadie nos conozca y poner un negocio y vivir de ello junto a ti, formar una familia y llevar a los niños al colegio, ir de picnic, conocer lugares de la mano sin preocuparme de la justicia” ella se sonrojaba cada que le decía eso y me retaba hacerlo.

Pasaron dos años más, yo estaba con otra mina ya de cajón en la frontera norte, me encargaba de la logística del trasiego de drogas y de lavar el dinero en territorio nacional, las cosas iban viento en popa, platicábamos por las noches cuando ella llegaba de su trabajo y nos jurábamos amor eterno, era una de esas historias que seria digna de que alguien las escribiera. Una mañana apenas el reloj rebasaba las 6 horas cuando recibí su llamada, se notaba muy preocupada preguntándome en que lugar estaba, le dije el nombre del municipio y solo atinó a decir “vete de ahí, no le digas nada a nadie y largate, toma todo tu dinero y nos vemos en Mexicali en dos horas, destruye el teléfono y quemalo, no preguntes más” me colgó la llamada, era la primera vez que no me decía lo mucho que me quería ni me había dado oportunidad de hacerlo, le marqué a mi jefe diciéndole que había escuchado rumores que nos iban hacer una redada y me tenia que ir de inmediato yo lo contactaría después, hice lo que ella me dijo, destruí el celular y después lo aventé a un tambo donde teníamos ácido para disolver cuerpos, tomé un auto pequeño que tenia compartimentos secretos, me afeite la barba, me puse un traje un poco gastado y salí con rumbo a Mexicali, mas o menos era hora y media manejando de donde partía, en el camino me encontré con algunos retenes y varias unidades de la Marina y del Ejercito, lograba salirme con la mía diciendo que era un vendedor de enciclopedias y andaba de ruta, al querer revisar el vehículo se encontraban con envases de pet y basura de papas y galletas así como de 45 ejemplares de enciclopedias, era raro en estos años nadie compraba enciclopedias pero ellos no dudaban y me dejaban seguir mi camino, hasta que por fin llegué al lugar acordado, me registre con el nombre que traía en mis identificaciones falsas “Julio Martínez Mendizabal” y esperé en la habitación 212 a que me llamarán de la recepción, al bajar por ella, tuve que haber sonreído, lo se porque ella también lo hizo, nos comimos a besos en la recepción hasta que atinamos a subir a la habitación, hicimos el amor como si el mundo se fuese a acabar, al despertar ella estaba recostada en mi pecho, parecía mas hermosa de lo que la recordaba, me preguntó cuanto dinero llevaba y le dije que 12 millones de los verdes, era una mentira traía cerca de 16, me dio un beso tan grande que no puedo olvidarlo, después me dijo:

- ¿Sabes porque te buscaba tanto? A mi también me gusta matar, solo que yo lo hago por diversión y no por dinero como tú, me liaba a algún chico o chica en algún bar y cuando los llevaba a la habitación los sedaba y los mataba, vendía la carne a taqueros y señoras que tenían fonditas, ¿sabes cuanta gente comió carne humana? ¿Te parece si nos vamos a Costa Rica? Allá vive una prima que hace lo mismo, bueno ella me enseñó hacerlo.-

tuvimos otra sesión en la cama hasta quedar totalmente exhaustos, sabia que ella era para mi, le dije ese sentimiento de que la conocía de vidas atrás y ella solo se sonrojo, encendimos el televisor y las noticias decían que habían hecho una gran redada, habían agarrado a varias personas con las que trabajaba y droga, también habían encontrado armas y cuerpos de personas ya muertas, fue cuando ella dijo “que desperdicio, esa carne pudo haber alimentado a varias familias” y reímos.

En los Siguientes días compramos ropa de segunda y maletas, también una camioneta modelo 2010, tardé 2 días en acondicionarla para guardar el dinero y emprendimos un gran viaje por todo el país, conocimos muchísimos lugares, nuestra cuartada era decir que recién nos habíamos casado y estábamos en viaje de luna de miel, llegamos a Costa Rica después de 3 meses, pasamos la noche con su prima y me despertó con la mejor noticia que me pudo haber dado “¡chaval, chaval, despierta! Felicidades, vamos a ser papás” esto mientras mantenía en su mano una prueba de embarazo que confirmaba su discurso...



Comentarios

Entradas más populares de este blog

Todavía te sigo leyendo

  “…de esta carta no espero tu respuesta, Pero si llega será bien recibida, Espero que diga que eres una fiesta, Y de verdad que te trata bien la vida…”     “Es extraño que recibas este correo electrónico, la verdad no sé porque lo hice pero tampoco quiero una respuesta, hoy te recordé, salí del trabajo y vi a una pareja andar en bici, es extraño pero les tomé una foto, por un momento llegué a imaginar que era la postal que querías tu siempre, los seguí con la mirada hasta que se sentaron en una jardinera, el chaval sacó un cigarrillo y se puso a fumarlo, le daba pequeños besos a la mina y casi casi yo podía saborear esos besos, no sé, te viniste a mi mente, me cagaba que hicieras eso pero al final me encantaba que lo hicieras, después ya tuve que dejar de seguirlos con la mirada, no era posible que te recordará, me pase por un café y mientras esperaba vi a un chaval apuntando algo en unos tickets de compra, pareciera que el día de hoy era para recordarte, tu hacías eso, vo

Te pido una disculpa

  “…No tengo aliados librando esta guerra Me quedé con sed Vaya traición me jugó la impaciencia Por un sueño que alcancé…”   Pfff   sé que parecería un sueño hecho realidad la vida que estoy viviendo, viajando en un crucero por países que quizás no tenías ni jodida idea que existían en el caribe, junto al amor de mi vida, dos divorcios a cuestas, 3 hijos propios, un par más que los quise como si fueran mis hijos aunque no fueran de sangre y 54 años recién cumplidos, la verdad financieramente me fue bien pero lo mejor que me había pasado fue que terminé de crucero con aquella mina que era el amor de mi vida ¿Cómo pasó eso? Una historia larga pero voy a resumirlo con mi segundo divorcio, estaba yo bebiendo una peña de trova escuchando a un tipo que cantaba canciones de Fernando Delgadillo, Silvio Rodríguez,   Alejandro Filio entre otros cantautores, bebiendo un vino tinto de la alta california y fumando cigarrillos rojos, en el entre tiempo el chaval se bajó del escenario y me dij

¿A qué no adivinas dónde estoy?

  “y como tantas Nuestra historia se ha olvidado ¿Qué será de ti?” - ¿A qué no adivinas dónde estoy? – Fue lo que le mandó el chaval a aquella mina, tenía ya cerca de 5 años de no ir a esa ciudad y por la emoción las copas se le habían pasado, por eso le mandó mensaje a la mina, seguido de una fotografía de ese lugar donde se vieron por última vez. El chaval miraba ansioso su celular pero no había respuesta, así que siguió bebiendo, pasó casi una hora cuando su celular sonó y se dio cuenta que la mina le había contestado - ¿sigues ahí? Voy saliendo del laburo y me queda a un tris de donde estoy -, el chaval decidió contestarle que seguía ahí, la mina solo contestó con un corazón.   Pasaron quizás 5 minutos, el chaval ya casi se había acabado la cerveza que había pedido cuando de pronto vio a la mina en la entrada del lugar, se paró de su asiento y fue por ella, de inicio se dieron un abrazo acompañado de un beso dulce en los labios, la mina de inmediato le dijo – Whisky con cer