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Capuchino con vainilla

 
“Quieres que me aleje para empezar otra vez,
Que no venga con mi mierda a estorbar tus pies,
Y seguir hacia adelante con tu vida lejos de mi piel,
Aunque estés con otro sigo amándote ya vez…”

 

Estábamos tomándonos un café en esa cafetería que era nuestra favorita hace tantos años con Karina ¿Cuántos años teníamos que no nos veíamos? No recuerdo bien pero eran demasiados, al verla debo de admitir que Karina está más hermosa a como la recordaba, yo digo que son los años que le cayeron muy bien y además ese maquillaje un poco más elaborado la hizo ver aún mejor y yo era de la idea que sin maquillaje era muy hermosa pero creo que ahora si me hizo ver que estaba yo en un error, la verdad la charla empezó como regularmente era con ella, con miradas tímidas y cada quien cuidando lo que decía, parecíamos esos dos enamorados de cuando jugábamos a lo prohibido, ya después mejoró siendo ambos más sinceros.

 

La cosa iba tan bien hasta que vi que Karina se quedaba viendo a los que estaban dos mesas atrás de nosotros, de primera instancia pensé que era algún conocido de ella o algo así pero para no incomodar empecé a “narrar” poniendo una tipo voz en off lo que estaba diciéndole el tipo a la mina, mi sorpresa fue maravillosa que cuando la mina respondía, Karina hacía lo mismo que yo, así seguimos hasta cuando la mina se paró enojada y se fue corriendo con lágrimas en los ojos, el chaval se quedó ahí triste y con muchas cosas que decir, fue justo en ese momento cuando terminé mi actuación Karina me dio un beso, pfff un beso de esos que tantos años estuve esperando, un beso que sabía a triunfo, sabia a una esperanza, sabia a un capuchino con vainilla.

 

De inmediato pagué la cuenta y le pedí a la mesera que también me trajera la cuenta de la pareja que acababa de discutir, fue una muestra de agradecimiento hacía ellos por el beso que me dio Karina. Caminamos por la plaza comercial comiéndonos a besos y dándonos tantas caricias que pareciera que era una manda y teníamos que cumplirla, pasamos por un helado y nos sentamos en una de esas bancas a platicar y seguir intercambiando besos sin pretexto alguno. Karina me veía con esa sonrisa de complicidad que tanto me prende y de un momento a otro estábamos en mi auto con besos apasionados y caricias prohibidas, apagamos los celulares y nos fuimos a un motel.

 

Vaya, paso lo que yo no esperaba pero si quería, no teníamos mucho tiempo así que al estar ya cansados Karina recostada en mi pecho me dijo “Sabes, pensé que no íbamos a poder encontrarnos, pensé que habías cambiado demasiado tanto como yo, ya me iba a ir pero estaba buscando una excusa en el café pero empezaste a actuar lo que pasaba con la pareja y me hiciste recordar porque me había enamorado de ti” al terminar me dio un beso y sin dejarme responder tuvimos un round más, al concluir se volvió a recostar en mi pecho, encendió mi celular y tomó unas cuantas fotos y videos de ambos, se los envió por telegram y después dijo que ya era hora de irnos, faltaba media hora para que cerrarán la plaza comercial y había dejado su auto en el estacionamiento.


En el camino de regreso no paramos de darnos besos e incluso replicamos el preámbulo de la primera vez que compartimos cama, yo con mi mano derecha haciéndole toqueteos fuera de lugar pero bien atinados y ella solo cerrando los ojos mientras daba leves quejidos. Llegamos a su auto justo 10 minutos antes de que cerrarán la plaza comercial y ahí nos despedimos con un beso largo seguido con un abrazo que ahora si sabía a despedida, un abrazo que si estuviera alguien narrando nuestro momento diría que ahora si sería el final de nuestra historia, cuando nos separamos me dio un pico y me dijo “espero sea la última vez que nos veamos, nos hacemos mucho daño” y en ese momento se subió a su auto, le cerré la puerta y vi cómo se alejaba, casi casi puedo apostar que me veía por el retrovisor mientras se iba.




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