Ir al contenido principal

Solovino

 
No podía articular palabra, mis manos temblaban a tal grado que casi no podía mantener nada en mis manos, tome una bocanada de aire como si me fuera a meter a nadar pero solo lo hice para apaciguar el temblor de las manos y poderme servir un poco de Fernet con Coca cola, le di un trago largo y al exhalar sentía ese último sabor de las hierbas que te deja el Fernet, me senté ya con un poco de más tranquilidad, seguía sin creer lo que había sucedido, si en verdad hubiera hecho caso, si en verdad no hubiera sido tan avaricioso y me hubiera quedado con las 2 monedas de oro que me encontré quizás otra historia hubiera sido, 

 

Un poco envalentonado me dirigí a uno de los cerros por el cual era el camino viejo de este pueblo en el cual pasaba por lo que antes eran haciendas y ahora eran huertas, no llevaba más que un bidón de agua, dos latas de atún, un paquete de galletas, tres chocolates, una cajetilla de cigarrillos, un encendedor, una pachita con Fernet y una coca cola fría en esa mochila térmica, de compañía solamente tenía la luna llena y a Solovino que me seguía para donde fuera. Al inicio fueron cerca de tres horas lo que caminamos, el paisaje se veía hermoso, la luna llena nos iluminaba bastante y el cielo se veía estrellado, parecía como esas imágenes que suben a Instagram, paramos a un lado de un riachuelo que según decían iba a dar a una hacienda hace muchos años, paramos a descansar, Solovino se metió para refrescar sus patitas y yo solamente me senté en el suelo pensando que muchas veces hago las cosas por impulso y regularmente no sale nada como esperaba, así que destape las dos latas de atún, una se la di a Solovino y la otra me la comí junto con las galletas.

 

Pasaron quizás 40 minutos porque sentí que estaba dormitando cuando Solovino se me pegó y empezaba a lloriquear, quería buscar refugio en mí, en eso se sintió una corriente de aire muy fresco, incluso se me enchino la piel, se empezaron a escuchar como pisadas de un caballo, sonaba como el metal de sus herraduras pegaba con algunas piedras pero no se veía nada ni nadie, fueron quizás 40 o 50 segundos pero parecieron una eternidad, después todo volvió a la normalidad, iba a continuar con el camino cuando de pronto vi algo brillar en el piso, daba el reflejo justo de la luna llena ahí, me apresure para ir, quizás era una moneda de 10 pesos, pero al levantarla me di cuenta que era una moneda de oro antigua, se sentía caliente, como si hubiera estado en las manos de alguien y la hubieran tirado, hice una cruz en el suelo y agradecí, después la puse en la bolsa del pantalón, saqué un chocolate de la mochila y lo puse en el suelo donde estaba la moneda, de pronto vi que algo más brillaba a un costado de un almendro que estaba a unos 10 metros de mí, no podía creer tanto en mi tan buena suerte así que me acerque para tomar esa moneda que también la puse en mi bolsillo, no sin antes hacer el mismo ritual que la primer moneda, me sentía entusiasmado, Solovino no se acercó a mí, se quedó a unos 10 metros donde estaba yo antes, cuando vi una pequeña llamarada azul a un costado de una higuera a unos 7 metros de donde estaba así que me quite todo y me puse a cavar con mis manos, Solovino solo se acercó a mí y empezó a morderme el pantalón para jalarme, no quería que yo siguiera cavando pero me ganó la avaricia, la tierra era suave como si hubieran cavado hace poco ahí, llevaba quizás unos 40 centímetros abajo cavando cuando empezó a darme un aroma como al gas que desprende cuando pones acido en un metal así que de inmediato fui por mi encendedor y un cigarrillo, encendí el cigarrillo y lo puse en donde brotaba ese aroma, se hizo una llamarada azul como de unos 15 centímetros, duró quizás unos 50-60 segundos y se extinguió la llamarada, seguí cavando alrededor y noté una bolsa como de cuero de vaca, me puse a brincar de felicidad, había encontrado por fin un tesoro, así que cave para poderla sacar y justo cuando la saqué vi como solovino levitaba como un metro de altura y con mucha fuerza como si alguien lo aventará contra el almendro, no hizo más que un quejido y sus ojos se cerraron, fue cuando empecé a temblar de miedo, estaba en shock corrí a mi mochila y saque como pude la pachita con el fernet y la coca cola, mis manos temblaban, al destapar la coca cola derrame como la mitad de como temblaban mis manos, como pude le vertí la pachita y le di un trago largo, no podía creer lo que había pasado, tome esa pequeña bolsa de cuero y la puse en mi mochila, después puse ese último chocolate en donde estaba la bolsa de cuero, la mochila se sentía muy pesada como si en mi espalda estuviera cargando unos 40 kilos de peso, me incorporé y como pude levante a Solovino que era como un costal de huesos, ya estaba muerto obviamente, y lo puse atravesado en mi mochila en la parte de arriba, no iba a dejarlo ahí y emprendí mi huida.

 

Al caminar recordé lo que decían los viejos de no voltear para atrás, camine como burro hacia adelante a pesar del peso que traía, me sorprendió cuando primero vi a un señor con un traje como de manta blanca, con un sombrero de palma y una carabina a un costado, estaba de pie solamente viéndome, sus ojos eran rojos o al menos así los vi, pero seguí caminando, después escuché de nuevo el tropel del caballo, muy cerca de mí, quería voltear a verlo pero no lo hice, seguí y seguí con mi camino, el camino que había sido de 3 horas ahora se me hacía eterno incluso el sol empezaba a querer salir así que apresure mi paso con el último aliento que tenía y me sorprendí cuando de pronto vi la iglesia del pueblo, según yo iba para mi casa pero al ver la iglesia solo escuchaba murmuros y sentía como me veían varias personas aunque no había nadie, la puerta de la iglesia estaba abierta, tome una bocanada de aire y caminé hacía adentro de la iglesia y de pronto me desplome.

 

Al despertar seguía yo tirado había mucha gente alrededor mío pero no las ubicaba, se veían muy grandes de edad, me hicieron unas preguntas y respondí, el padre de la iglesia al verme solo dijo mi nombre “¿Qué haces aquí Julio? ¿Cómo llegaste? Tu familia tiene 10 años buscándote”.



Comentarios

Entradas más populares de este blog

Todavía te sigo leyendo

  “…de esta carta no espero tu respuesta, Pero si llega será bien recibida, Espero que diga que eres una fiesta, Y de verdad que te trata bien la vida…”     “Es extraño que recibas este correo electrónico, la verdad no sé porque lo hice pero tampoco quiero una respuesta, hoy te recordé, salí del trabajo y vi a una pareja andar en bici, es extraño pero les tomé una foto, por un momento llegué a imaginar que era la postal que querías tu siempre, los seguí con la mirada hasta que se sentaron en una jardinera, el chaval sacó un cigarrillo y se puso a fumarlo, le daba pequeños besos a la mina y casi casi yo podía saborear esos besos, no sé, te viniste a mi mente, me cagaba que hicieras eso pero al final me encantaba que lo hicieras, después ya tuve que dejar de seguirlos con la mirada, no era posible que te recordará, me pase por un café y mientras esperaba vi a un chaval apuntando algo en unos tickets de compra, pareciera que el día de hoy era para recordarte, tu hacías eso, vo

Te pido una disculpa

  “…No tengo aliados librando esta guerra Me quedé con sed Vaya traición me jugó la impaciencia Por un sueño que alcancé…”   Pfff   sé que parecería un sueño hecho realidad la vida que estoy viviendo, viajando en un crucero por países que quizás no tenías ni jodida idea que existían en el caribe, junto al amor de mi vida, dos divorcios a cuestas, 3 hijos propios, un par más que los quise como si fueran mis hijos aunque no fueran de sangre y 54 años recién cumplidos, la verdad financieramente me fue bien pero lo mejor que me había pasado fue que terminé de crucero con aquella mina que era el amor de mi vida ¿Cómo pasó eso? Una historia larga pero voy a resumirlo con mi segundo divorcio, estaba yo bebiendo una peña de trova escuchando a un tipo que cantaba canciones de Fernando Delgadillo, Silvio Rodríguez,   Alejandro Filio entre otros cantautores, bebiendo un vino tinto de la alta california y fumando cigarrillos rojos, en el entre tiempo el chaval se bajó del escenario y me dij

¿Todavía me recuerdas?

  “no esperes otros 5 años para darte cuenta por favor”   Justo iba pasando por ese edificio que siempre me llamó la atención desde el primer día que lo vi, no pude hacer otra cosa que encender un tabaco y sentarme en la banqueta admirando el edificio me puse a recordar una de nuestras primeras citas, no recuerdo bien si fue la segunda o la tercera pero ahí estuvimos, ibas a hacer un trabajo de tu escuela y habías elegido ese edificio para el proyecto, recordé que esa tarde nos tomamos las primeras fotos estando juntos, incluso nos tomamos una foto donde nos estamos dando un beso, aunque suene muy pendejo pero de un momento a otro pensé que ibas a aparecer por la espalda y me ibas a abrazar, llegué a oler tu aroma, no tu perfume si no esa mezcla que daba tu aroma, cerré los ojos y suspiré, me paré con una sonrisa porque sabía que te había recordado como ya tenía tiempo que no lo hacía.   Mi vida en estos últimos días había sido como cuando los sueños se hacen realidad, mi traba