Esto es una locura (Continuación)

                                                                                                                          “...Yo te recuerdo también,

de una forma tan bonita,

que por nada se me quita,

el vivir pensando en ti…”

Después de varios besos, caricias, un round mas en la cama y mucha hambre pedimos comida por aplicación, ella no se sentía cómoda para salir, en lo que llegaba la comida se me ocurrió que nos dieramos una ducha, yo calculé que íbamos a estar ya cambiados para cuando llegará la comida pero bueno, si alguno de ustedes sabe de lo que hablo me podrá entender que cuando llegó la comida yo tuve que salir con una toalla, en verdad la comida fue mala, obvio en sabor, en compartir el momento fue buenisimo como ya tenía tiempo sin hacerlo, odio la comida italiana pero en ese momento quizás me gustaba un poco.

Creo que no he descrito a Monica, vaya es una mina maravillosa, es de esas minas que cuando la ves, volteas a verla y te quedas embobado unos segundos en verla antes de que tu novia te haga un pancho por que te pillo viendo a una mina que no es ella, aunque ha perdido peso de la última vez que la vi aún así es obligado verle ese par de nalgas, pero espera si la ves sonreir te apuesto a que vendes tu alma por seguirla viendo sonreír, tiene algunos conflictos respecto a la seguridad de su persona pero digamos que es bueno, ya que si no tuviera ese problemita jamás se hubiera acercado a un servidor, aunque lo mejor de todo es cuando te habla de sus metas, de su trabajo, de ella misma, aunque para llegar a ese último punto está muy cabrón pero te enamoras solo de escucharla como te cuenta sus planes a futuro, cómo te cuenta sus travesuras de niña, su sonrisa al contarte que hizo algo mal o prohibido eso es maravilloso, pero sin duda alguna lo mejor de ella son sus besos, y no me refiero a solamente los besos de cuando eramos prohibidos si no también antes de, pero bueno al menos ya tienen una idea de como es ella.

Los días siguientes fueron de maravilla no había celos, cada quien entendía bien su lugar, incluso cuando ella me decía que no le escribiera yo no lo hacía, no importando si estuviera borracho, sobrio o extrañandola, pero hubo un momento dónde yo cometí un error, le contaba mi día, incluso se lo mandaba por fotografías, ya saben la típica foto de “tomando un shot a tu salud” “me faltas aquí en la playa” “vi una mina que tenía tu sonrisa, se llama Paula”, vaya ese fue el problema, la metí demasiado en mi vida que cuando empecé a andar con Paula dejé de escribirle, dejé de mandarle fotos, dejé de decirle lo linda que era y ahí fue cuando ella me empezaba a exigir tiempo, me empezaba a exigir momentos a solas, me pedía que mintiera como ella lo hizo antes y ahí empezó a valer una chingada todo, porque yo cedía y cuando ella no podía solamente me daba largas para poder estar juntos, pero después cuando mejor yo me la pasaba con una mina entraba su llamada a media noche, a mediodía o a media tarde, en el momento menos oportuno, pero siempre tenía a su pendejo respondiendo las llamadas, llamadas que me metían en problemas y yo mentía diciendo “Es una amiga de la familia y sabe que puede marcarme a la hora que sea” “me dijo que necesitaba hablar con alguien si no se iba a suicidar” vaya esa última frase fue la que me hizo entrar en razón.

Esa frase la dije cuando estaba con Vanessa, ella encabronada por esas llamadas o mensajes dónde yo me escondía o me iba del lugar para contestar me dijo “¡que tu pinche amiguita marque al 014!, esa es la línea de vida y si alguien aquí en México requiere ayuda profesional ahí se la brindan, ¿por qué chingados te tiene que llamar a ti?” y ahí fue cuando me amarré los pampers y cerré mis redes sociales, cambié de número telefónico e incluso me mudé de ciudad, pero no, no fue con Vanessa, fue después de lo que ella me dijo cuando me mandó a la chingada, yo creo que las cosas que te dice una mujer enojada son en verdad en las cosas que debes de trabajar, es lo mas cruel del perro mundo pero son las palabras más sinceras que escuché, quizás si me hubiera dicho esas palabras sin estar enojada, gritando a punto de aventarme un vaso de cristal en la cabeza, no hubiera buscado mi cambio.

El tiempo pasa y ese no se detiene, habían sido 18 meses sin saber de Monica, 547/548 noches sin saber ella, el destino me había llevado a una ciudad pequeña, con una novia maravillosa que a pesar de que sabía de Monica me quiso, lo sé porque esa era mi carta de presentación cuando conocía a una mina “la verdad, vengo huyendo de una relación dónde yo era el amante, no esperes mucho de mí” eso fue lo que le dije a Marce cuando la conocí y ella fue quien no huyó a pesar de mi carta de presentación, se quedó conmigo, no sé yo creo que es de aquellas minas que reparan espejos rotos, de esas que hacen galaxias con un puñado de estrellas.

Hubo un pero en esa relación, si lo sé es como la piedra en el frijol o una mala jugada del destino, esta vez con Marce fuimos a visitar a unos familiares de ella a cierto estado de la república, al llegar la cena justo cuando nos estábamos despidiendo a su tía se le ocurrió la brillante idea de pedir unos tacos “chilangos” para que no extrañaramos, solo que no tenían servicio a domicilio y ahí va su pendejo a recogerlos, la taquería estaba a unos 7 minutos de ida, recuerdo bien llegué a a taquería con el numero de pedido en mano, me dijeron que me formará en una fila, después llegó un chaval y después una mina, no recuerdo bien si fueron 60 o 90 segundos de diferencia, pero bueno ahí escuché una voz que dijo “esos de pastor van sin cebolla y con salsa roja”, escuché como el taquero le dijo “perdón señorita pero estos no son para usted, son del señor” y ahí ella respondió “pues por eso le digo, si son los tacos para comer aquí y no se le olvidé el boing de guayaba, así le gustan al señor de la barba”, fue en ese momento que voltee y la ví, si, era Monica que extraño se acordó como me gustan los tacos e incluso el refresco que me gustaba cuando yo nunca había pedido un refresco que no fuera una coca cola cuando estuve con ella, pero recuerdo que al escuchar eso solo le dije al taquero “hermano, hazle caso, creo que si me conoce”, ahí mis hermanos valio madre todo, volví a platicar con ella, me dio su numero de celular en una servilleta cuando yo le dije que no traía batería en mi celular.

Esa noche llegué un poco retrasado con los tacos pero solo fue por los que me comí mientras hacían el pedido y mientras intercambié algunas palabras con Monica, ¿me dio gusto de verla? la neta si y un chingo, pero la servilleta la tiré a la basura cuando llegué a casa de los tíos de Marce, digamos que no ví el número ya que sabía bien que si lo veía la historia se iba a volver a repetir y creanme que me hubiera gustado, es como esa historia que uno escucha una y mil veces pero siempre le gusta escuchar, bueno a mi me gusta vivir esa historia, pero creo que Marce no se merecía que yo repitiera mi historia, ella me sanó de cuerpo y alma, creo que ella no se merecía que esto fuera una locura…