“...Hoy le pido a la luna que me alargue esta noche,
y que alumbre con fuerza este sentimiento y bailen los corazones,
y aunque entiendo que tú,
serás siempre ese sueño que quizás nunca podré alcanzar…”
Iba manejando en el tráfico espantoso de esta ciudad cuando de pronto vi un bar, era extraño no tenía ganas de ir pero estaba fastidiado y unas alitas con una cerveza me iba a caer de maravilla, así que ingrese al lugar y pedÍ una mesa, desde que iba caminando a la mesa sentí una mirada, de esas que son fuertes pero que tienen un no sé que, sientes como si estuviera alguien feliz de verte, di un recorrido visual pero no vi a nadie conocido, me senté y pedí una cerveza oscura, las alitas las iba a dejar para después, me trajeron la cerveza y al darle el primer trago sentí como si el mundo se estabilizará, le estaba dando pequeños besos a la cerveza mientras tarareaba las canciones que ponían, eran como de mis tiempos de billar, ya saben Heroes del silencio, los bunkers, Bunbury, café tacuva, era extraño me sentía bien y no tenía prisa de nada, pero seguía sintiendo esa extraña mirada.
Después de la segunda cerveza y escuchando “Aunque no sea conmigo” se acercó una mina, y con una sonrisa de oreja a oreja me dijo “Hola ¿me recuerdas?...tu eres el reparador de espejos rotos, hace un tiempo nos conocimos”, era imposible no recordar esa cara, seguía estando igualita si acaso con unos kilos menos, sin alhajas ni aretes, pero ese lunar arriba de la boca era imposible de olvidar, pero le dije que no, que no recordaba quien era ella, en eso y sin invitarle se sentó en la mesa y pidió una cerveza clara, solo se me quedaba viendo, sonreía y debo de decir que sigue siendo la sonrisa mas hermosa del mundo y si de nueva cuenta me ponía nervioso como todas las veces que he coincidido con ella y como soy malísimo para hacer la platica le dije “recuérdame un poco quien eres, al parecer tu si me conoces pero yo sinceramente tengo dudas ¿porqué me llamaste el reparador de espejos rotos?”, y ahí fue cuando todo detonó, ella empezó a contar como fue que nos conocimos, obviamente yo sabía todo eso pero no quería perder la oportunidad de estar con ella, me transmitía tan buena vibra que no quería que esa noche acabará nunca, creo que en estos momentos la cara de malo y mis comentarios sarcásticos funcionaron, ya que ella empezaba a reír cada que decía una pendejada, yo sinceramente no podía dejarla de ver, tenía unas ganas terribles de darle un beso, tenía ganas de que ese momento no se acabará nunca.
Ella pidió unos alitas bbq y seguimos bebiendo mientras continuábamos con la charla, me invitó de sus alitas y sinceramente yo no tenía ganas de comer pero pese a sus insistencia nos acabamos su cena pero las cervezas no dejaron de desfilar poco a poquito pero nos iba animando a hacer comentarios mas serios y algunos mas soeces, de pronto la vi y noté que se estaba ruborizando, creo que fue por un comentario que le hice acerca de que se veía mejor a como la recordaba, no sé si ella lo hizo a propósito pero tomó de mi cerveza, yo le iba a decir que se estaba equivocando pero no le dije nada y ella solo dijo “esta rica, no la había probado” y se me hizo un buen momento para tomar de su cerveza y decir que estábamos a mano, ella se quedó con mi cerveza y yo con la de ella, a partir de ese momento tomamos pura cerveza oscura.
Empezamos a hablar de lo que había pasado en nuestras vidas después del último encuentro, era extraño se había roto la costumbre de vernos cada año bisiesto, yo hablé de mi última relación, de como había cambiado mi vida en los últimos dos años y ella solo se limitaba a verme, su mirada me sentaba muy bien, ella sonreía y en su sonrisa yo me perdía, ¡Carajo! me seguía poniendo nervioso, le confesé que había cerrado el blog dónde hablaba de reparar los espejos rotos, ella hizo una mueca de desapruebo pero no dijo nada, después se disculpó y se fue al sanitario, yo me quedé esperando y pensando en que tanta casualidad de la vida era volverla a encontrar, pareciera que nos hubiéramos puesto de acuerdo, quizás el destino me estaba volteando a ver de nuevo pero mientras pensaba en eso ella volvió a llegar y en ese momento yo me paré y le di un beso, un beso de esos que sientes que el mundo se para, dónde sientes que todos los deseos son cumplidos un beso de esos que sabes que te has parado con el pie derecho, ella correspondió ese beso y nos empezamos a tomar de la mano mientras seguíamos platicando.
En un momento me dijo que era momento de irnos ya que era tarde y ella no traía auto e iba a pedir un taxi de aplicación, le estuve insistiendo en llevarla, quizás fue tanta mi insistencia que ella aceptó, salimos del lugar con rumbo a mi auto, en ese momento yo era el ser humano mas feliz del mundo. Tomamos rumbo a su casa, ella iba poniendo la música y de un momento a otro entrelazamos las manos, me daba besos en cada semáforo, no decíamos mucho con palabras quizás lo deciamos todo con besos y caricias, como era costumbre yo quería hacer tiempo para estar con ella y me equivocaba de ruta, ella solo sonreía y decía que tenía que trabajar al otro día.
Llegamos a su domicilio y en el auto nos despedimos como en los viejos tiempos, con besos y caricias, caricias prohibidas, en verdad no me la creía, pensaba que era un jodido sueño, un sueño muy chingón pero un sueño a final de cuentas, de pronto no se en que momento pero estábamos acostados en su cama, había sido una noche maravillosa, en verdad no voy a relatar lo sucedido pero yo me sentía el rey del universo, estábamos acostados ella con su cabeza en mi pecho, con las manos entrelazadas y los ojos cerrados, creo se había quedado dormida o eso parecía, yo le robaba besos y no la quería dejar dormir, la besaba en la cara, en la frente, la besaba en los labios, buscaba cualquier rincon cercano para llenarla de besos, no quería que ese momento se acabará nunca, quería que ese momento durará toda la vida, hicimos unas cuantas confesiones y fue cuando me decidí y le dije “sabes, yo jamás he reparado tu espejo, siempre fuiste tú, eres la única culpable de reparar tu propio espejo” ella solamente me besó como queriendo que yo no siguiera hablando que me callara, y bueno después de ese beso vino un abrazo, un abrazo que sientes que te quieren decir algo, un abrazo de esos que quieres que nunca se acaben, un abrazo de esos que en verdad espero que algún día les den un abrazo de esos que deseo que algún día les transmitan la misma energía, algo que no dices con besos, solo con el abrazo, ahora si se quedo dormida, en cambio yo me quedé viendo como dormía quería ser su angel de la guarda, le estaba velando el sueño, me encantaba verla dormir, me transmitía una tranquilidad maravillosa, todo esto a pesar de saber que quizás nunca mas se volviera a repetir en el momento.
De estar fastidiado a un maravilloso final en unas cuantas cervezas.
ResponderBorrarA veces esas historias si suceden en la vida real, quitándole poquito o agregando poquito más pero si.
BorrarTe dejo un abrazo con una cerveza bien helada.
Que hermosa entrada, me encantan las casualidades de la vida,donde el tiempo se detiene y todo vuelve a ser como solía ser. Espero que tengan otra oportunidad porque pinta muy bien. Maravilloso espacio. Con tu permiso, me quedo de lectora. Saludos.
ResponderBorrarUn gusto que te haya gustado, esperemos estar escribiendo más seguido y que sigan siendo de tu agrado.
BorrarTe dejo un abrazo de agradecimiento.
Bello y melancólico relato. Te mando un beso. Enamorada de las letras
ResponderBorrarMelancolía, tristeza, felicidad, un gusto tenerte por acá.
BorrarTe dejo un abrazo lleno de letras...