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La zona del silencio

 

“…Sigues mirándome hoy, desde el infinito

Vete de aquí, no tocarás mi alma nunca más…”

 

Bueno este viaje lo hice con mi entrañable Martha, ella era una mina muy peculiar tuvimos varios encuentros pero solo fueron fugaces y curiosamente en años bisiestos, cada año bisiesto era en diferentes meses los encuentros y esta vez ya hartos ambos de los encuentros decidimos ir a ese mítico lugar llamado “la zona del silencio” era un tour consistía en 3 días y dos noches. Desde que pasamos el anuncio de “BIENVENIDOS A CHIHUAHUA EL ESTADO GRANDE” sentimos algo que no pudimos explicar, incluso hasta la piel chinita se nos puso; llegamos al punto de encuentro que es donde íbamos a pasar las noches e íbamos a consumir las comidas, nos recibieron con comida casera y unas tortillas de harina que dicho sea de paso fue lo mejor del viaje, al instalarnos y tomar nuestra habitación esperamos un par de horas a que el grupo llegará y poder empezar nuestro viaje guiado.

 

Conocimos unas grutas maravillosas y parte del desierto, así como también historias y leyendas de los lugares, que van desde el cohete Athenas, pasando por avistamientos de ovnis y concluyendo en las míticas brujas que se aparecen en forma de bolas de fuego en la famosa sierra del diablo, en ese momento hice mi comentario pendejo de "mira, aquí también hay brujitas como tú, quizás eres de aquí" ella solo me hizo esa mueca de enfado que tanto me encantaba, ahí todo empezaba bien, nos gustaba ese misticismo, en cada situación que sentíamos algo nos tomábamos de la mano y las presionábamos como buscándonos entre esa historia. El lugar en el desierto más bonito fueron las grutas y el famoso lugar donde los animales van a morir, caminan kilómetros de distancia solo para desfallecer y tener una muerte en esos lugares donde los animales carroñeros no se dejan ver, tomamos fotos y videos hasta donde podíamos, lo hicimos ya que decían que los aparatos electrónicos tienden a fallar en esa zona, así que buscábamos quedarnos con imágenes de esos lugares, justo íbamos de salida cuando Martha me dice “¿traes mi INE?, yo no la traigo” me busqué y no la traía, le hice saber al guía y a regañadientes regresamos al lugar para buscarla, la INE es la cédula de identidad aquí en México, la buscamos por los lugares que pasamos y no estaba, el calor era agobiante rebasando los 40 grados centígrados, la buscamos por 10 minutos y no encontramos nada así que decidimos irnos. Martha estaba inquieta, su ansiedad empezaba a cobrarle factura, ni siquiera disfrutó la comida y menos la cena, se dio un baño y fue a acostarse temprano.

 

Por mi cuenta me fui a fotografiar las estrellas y convivir unos momentos con los demás participantes, no teníamos tan buen cielo ya que amenazaba con lluvia, de pronto se escucharon gritos, me paré en chinga y fui a ver que sucedía, casi puedo apostar que vi como 3 bolas de fuego se habían postrado arriba de la cabaña donde nos habíamos quedado, Martha había tenido un ataque de ansiedad, me costó trabajo poderla tranquilizar y al final la saqué con nosotros pero nos apartamos un poco, tomamos un poco de mezcal de coco mientras veíamos las estrellas y recordábamos viejos tiempos, estábamos recostados en unas camas colgantes hasta que el sueño nos venció. Desperté porque escuché demasiado ruido, gente corriendo y hablando, una camioneta se estacionó a la par de donde estaba acostado y me hicieron preguntas de Martha, yo les iba a decir que estaba a un lado mío que quizás se había ido al sanitario pero no, la buscamos en medio de la noche y no pudimos encontrarla en los alrededores, todo parecía como una película de terror, habían varias versiones, unos decían que vieron  3 bolas de fuego y después desaparecieron junto con ella, otros que hubo una luz cegadora por unos segundos y después no estaba Martha pero otros decían que se echó a correr rumbo a la sierra del diablo, eran tantas versiones y tan diversas que no había forma de saber que había pasado.

 

La buscamos por todos los lados posibles, incluso yo me fui con unos lugareños hacía la sierra del diablo, me llevé mi dron al fin el Sol ya amenazaba con salir, íbamos en una pick up quizás de los 80’s, buscábamos pisadas de tenis, pero eran muy confusas había demasiadas pisadas, los lugareños me decían que podían haber sido las brujas, yo estaba demasiado ansioso, llegamos al punto donde los animales iban a morir, reconocí de inmediato el lugar a pesar de que traíamos solamente unas lámparas de mano. Caminamos hasta que el Sol salió, aventé el dron y no se veían pisadas más que hasta donde estábamos, de pronto a unos 600 metros vi unos tenis blancos, les hice saber y fuimos hacía donde estaban, al llegar eran los tenis de Martha, a un costado estaba su INE y estaban postrados en un nopal morado de esos que parecen las espinas como si fueran cabellos blancos y un beso en la tierra, no me dejaron tocar nada, llamaron a las fuerzas de orden y esperamos ahí, hasta que llegaron.

 

Nos tomaron la declaración y se llevaron su INE, los tenis y yo me quedé ahí viendo ese nopal, sentía que si ese nopal pudiera hablar sabría dónde estaba Martha, esa mina con la cual compartí tantos momentos de años bisiestos y quizás se quedó en la zona del silencio en un mítico año bisiesto.



Comentarios

  1. Porqué y en que momento saco su ine? Y si ya habían visto las luces arriba de la cabaña, no hablaron de eso y se pusieron a hablar de otra cosa?

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    1. Eso es algo que nunca sabremos gad, nunca lo sabremos...

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