Ir al contenido principal

No esperaba que fueras tan inteligente


"Graze the skin with my fingertips
The brush of dead warm flesh pacifies the means
Incised members ornaments on my being
Adulating the skin before me".


Todo lo que uno se pone a pensar mientras se está afeitando la barba, tan corta es la vida y tan jodida a veces, después de echarme el after shave me di cuenta que me había cortado, dije unas cuantas groserías y saque aquel traje negro, ese mismo traje que utilizo para los funerales, esta vez había sido un vecino de mi abuela, su muerte fue trágica, digamos que yo lo vi todo, aunque eso paso ya hace algunos días recién pereció en la mañana de hoy en el hospital y mi abuela me había marcado para que la acompañará, obviamente no me negué por eso me estaba alistando, aunque parezca extraño pero a mí me gusta ir a los velorios, no porque den comida o café, me gusta porque me gusta cómo me siento al ponerme este traje, si este que es el especial para los velorios y funerales.


Después de estar cerca de 4 horas, me sentía extrañamente bien, el señor había sido una gran persona y quizás se fue sin deberle ni siquiera un peso al señor de la tienda y menos a Hacienda, era de los vecinos que siempre convocaba a juntas, el que te iba a tocar la puerta si veía alguna luz encendida por varios días o si habías estacionado mal el auto, incluso creo que era el único que de niños nos dejaba utilizar su portón como portería para jugar al futbol, incluso pasaba a casa de mi abuela en punto de las 19:30 horas para preguntar si queríamos un pan ya que iba a ir a comprar el suyo a la panadería, algunos días yo lo acompañaba solo para que me platicará sobre su vida como policía, cabe mencionar que era ya retirado, era agente de investigación, siempre me platicaba que él al ser niño y ver en cómo la gente hablaba del “estrangulador de la Guerrero” fue lo que lo incito a ser policía, sentir ese reconocimiento de la gente al poder atrapar a alguien muy buscado, también me enseñaba sus recortes de periódicos que tenía sobre “las poquianchis”, fue el “primer caso que él estuvo investigando” a pesar de su corta edad.


Tengo otros recuerdos de él, me decía, “nunca voy a olvidar cuando naciste, ese día tu abuela me pidió llevarla a un hospital cercano a mi trabajo y no me negué, era muy temprano ni siquiera salía el Sol y a tu abuela no la dejaban pasar entonces me dijo que aprovechando mi placa de policía ingresáramos y no entiendo porque le hice caso, pero te vimos y tu abuela me agradeció, me auguró que iba a tener un gran día gracias a esa acción y así fue, ese mismo día dimos con el escondite de Sara María Aldrete Villareal “la madrina” y de su pareja Constanzo, vaya gracias a eso tuve un gran ascenso en el trabajo y después mi jubilación”, él lo contaba con una felicidad en los labios, como si lo disfrutará, aunque también hubo momentos extraños con él, recuerdo que yo tenía cerca de 11 o 12 años, me iba a un teléfono público cerca del mercado y hacia una llamada a los servicios de emergencia, Bomberos, ambulancia, policía, a cualquiera y los citaba en cierta calle dentro del barrio, después pasaba a comprar unas papas fritas y un refresco y caminaba hacia el lugar donde había solicitado los servicios de emergencia, veía como llegaban a toda prisa, desde que escuchaba el rugido de los motores y las sirenas encendidas, mi piel se ponía chinita, casi casi era como recibir un “te quiero”, claro, me iba antes de que me preguntarán algo, hasta que un día el vecino me cachó y en vez de regañarme solo habló conmigo, recuerdo que me hizo entrar en razón hasta que me dijo “¿Por qué lo haces?”, dudé un poco en contestar pero le dije la verdad “me gusta verlos trabajar, me siento orgulloso de ellos”, me volteo a ver y me dijo “si te sientes orgulloso de ellos no debes de llamar a los servicios de emergencia sin que sea una emergencia, sé que te gusta verlos llegar pero ellos tienen trabajo que hacer y por tu culpa hay días que no pueden agarrar ladrones o apagar incendios”, le agradecí la charla y le prometí jamás volver a hacerlo a menos de que fuera una emergencia, una palabra que he cumplido día con día.


Ahorita que estoy recordando esa promesa les voy a platicar la primera vez que llamé a los bomberos ya que si era una emergencia, vi que la casa abandonada de la esquina se estaba incendiando, corrí al teléfono más cercano y pedí ayuda de los bomberos, pase a comprar mis papas fritas y mi refresco y regrese a la casa abandonada, espere a que llegarán los bomberos, después de que apagaron el incendio me acerque y les dije “gracias por venir a apagar el incendio, me siento muy orgulloso de ustedes, por cierto, yo fui quien llamó para que vinieran”, al bombero que le dije solo me puso la mano en la cabeza y sacudió mi cabello diciendo “sigue así, estamos para eso, gracias a ti por marcar”, yo me fui feliz por saber que había hecho un bien, aunque nadie me lo pregunto pero yo fui quien regó la gasolina e hice el incendio, pero también fui quien llamó a los bomberos.


Así pasaron muchas cosas, digamos que mínimo una vez a la semana llamaba a los servicios de emergencia, por diferentes motivos, incendios, asaltos, personas lesionadas, personas muertas, vaya por muchas cosas, el vecino se dio cuenta y me invitó a tomar un pulque en la titina, recuerdo bien, fueron 3 litros de pulque los que nos tomamos, platicamos sobre los casos que habían pasado de los servicios de emergencia y caminando de regreso a casa pasamos por una botella de whisky escoces para seguir platicando, en su casa le confesé que yo había provocado todas las llamadas, le explicaba de forma detallada como las hacía, después se me quedo viendo y dijo riendo “vaya, a decir verdad no esperaba que fueras tan inteligente, siempre te creí un poco diferente a los demás pero no para tanto”, platicamos de otras cosas de pronto le pregunte “¿a usted como le gustaría morir?”, un poco extrañado me dijo “pues mira, de preferencia no quiero sentir, mi peor pesadilla es morir en un hospital”, terminamos la botella y le dije que me iba a mi casa, él dijo que iría al pan, en ese momento aproveche para meterme a su casa.


No tuve que esperar mucho, escuché cuando llegué, mi corazón palpitaba muy rápido, mis manos estaban sudorosas, y escuché cuando puso el revolver en la mesa y también el pan, en ese momento que iba entrando en la cocina, le di un golpe en la cabeza con la barreta, cayó de inmediato inconsciente, lo senté en una silla, lo amordacé y lo até a ella, después le vacié unas botellas de alcohol barato que tenía ahí para que despertara, solamente para decirle “¿ahora quién es más inteligente?”, le eché encima miel y comida para gatos que tenía en su alacena, abrí la puerta del patio de atrás y le quite un adoquín a una coladera abierta, me senté enfrente de él, no tardaron ni 5 minutos en salir unas ratas grandes, muy grandes, le ajuste bien la mordaza y lo acosté atado en la silla y me quede viendo ahí como las ratas lo empezaban a morder, temía con que fueran a quitarle la mordaza pero en pocos minutos se desmayó, tomé su arma y desacomodé todas las cosas, para hacerlo pasar como un robo normal, admito que si me robé un poco de joyería y dinero en efectivo, pero fue lo único, llegué a mi casa y me quite esos tenis que traía puestos, eran del número 31 y me quedaban grandes, los eché al bote de la basura pero todos destruidos y me puse a leer sobre asesinos seriales.


Pasaron 2 días y me había dado cuenta que no había salido el señor de su casa, marqué a servicios de emergencia pero muy retirado de donde vivía, les confesé el crimen que había cometido y me regresé a mi casa, vi que no llegaron los policías al cabo de una hora y volví a salir, esta vez fui al teléfono de siempre, al que está a fuera del mercado, volví a confesar el crimen y me volví a  regresar a mi casa, fueron siete minutos cuarenta y siete segundos lo que tardaron en llegar unos policías, tocaron y nadie salió, empezaron a salir los vecinos, también salí yo, les pregunte que que pasaba y dijeron que tenían que tirar la puerta, les ayudamos a forzar la chapa y abrir la puerta, entraron los policías con las armas desenfundadas, yo entré atrás de ellos, dos se fueron a la planta de arriba, y otros dos se quedaron en la planta de abajo, yo me quedé abajo y seguí al que iba hacia la cocina, y ahí lo vimos, tenía cerca de 6 o 7 ratas mordiéndole la piel, al parecer estaba desmayado porque se veía que aun respiraba, el oficial por el radio pidió una ambulancia y yo me quedé viéndole el rostro al vecino, no sentí remordimiento ni nada por el estilo, incluso aprendí una cosa, creo que jamás en la vida se le deben de decir a las personas cuáles son tus peores pesadillas…



Comentarios

Entradas más populares de este blog

Todavía te sigo leyendo

  “…de esta carta no espero tu respuesta, Pero si llega será bien recibida, Espero que diga que eres una fiesta, Y de verdad que te trata bien la vida…”     “Es extraño que recibas este correo electrónico, la verdad no sé porque lo hice pero tampoco quiero una respuesta, hoy te recordé, salí del trabajo y vi a una pareja andar en bici, es extraño pero les tomé una foto, por un momento llegué a imaginar que era la postal que querías tu siempre, los seguí con la mirada hasta que se sentaron en una jardinera, el chaval sacó un cigarrillo y se puso a fumarlo, le daba pequeños besos a la mina y casi casi yo podía saborear esos besos, no sé, te viniste a mi mente, me cagaba que hicieras eso pero al final me encantaba que lo hicieras, después ya tuve que dejar de seguirlos con la mirada, no era posible que te recordará, me pase por un café y mientras esperaba vi a un chaval apuntando algo en unos tickets de compra, pareciera que el día de hoy era para recordarte, tu hacías eso, vo

Te pido una disculpa

  “…No tengo aliados librando esta guerra Me quedé con sed Vaya traición me jugó la impaciencia Por un sueño que alcancé…”   Pfff   sé que parecería un sueño hecho realidad la vida que estoy viviendo, viajando en un crucero por países que quizás no tenías ni jodida idea que existían en el caribe, junto al amor de mi vida, dos divorcios a cuestas, 3 hijos propios, un par más que los quise como si fueran mis hijos aunque no fueran de sangre y 54 años recién cumplidos, la verdad financieramente me fue bien pero lo mejor que me había pasado fue que terminé de crucero con aquella mina que era el amor de mi vida ¿Cómo pasó eso? Una historia larga pero voy a resumirlo con mi segundo divorcio, estaba yo bebiendo una peña de trova escuchando a un tipo que cantaba canciones de Fernando Delgadillo, Silvio Rodríguez,   Alejandro Filio entre otros cantautores, bebiendo un vino tinto de la alta california y fumando cigarrillos rojos, en el entre tiempo el chaval se bajó del escenario y me dij

¿A qué no adivinas dónde estoy?

  “y como tantas Nuestra historia se ha olvidado ¿Qué será de ti?” - ¿A qué no adivinas dónde estoy? – Fue lo que le mandó el chaval a aquella mina, tenía ya cerca de 5 años de no ir a esa ciudad y por la emoción las copas se le habían pasado, por eso le mandó mensaje a la mina, seguido de una fotografía de ese lugar donde se vieron por última vez. El chaval miraba ansioso su celular pero no había respuesta, así que siguió bebiendo, pasó casi una hora cuando su celular sonó y se dio cuenta que la mina le había contestado - ¿sigues ahí? Voy saliendo del laburo y me queda a un tris de donde estoy -, el chaval decidió contestarle que seguía ahí, la mina solo contestó con un corazón.   Pasaron quizás 5 minutos, el chaval ya casi se había acabado la cerveza que había pedido cuando de pronto vio a la mina en la entrada del lugar, se paró de su asiento y fue por ella, de inicio se dieron un abrazo acompañado de un beso dulce en los labios, la mina de inmediato le dijo – Whisky con cer