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Esa fue la última vez que te soñé

 

“…tú bien sabes que nuestro primer beso fue tan corto que dura todavía,

Que te he perdido y encontrado más de diecisiete veces en esta vida,

Que no hay punto final en mi cuaderno…”

 

Tenía ya varios días que me despertaba dos o tres veces en la madrugada ¿Cómo lo sabía? La pulsera que mide mis pasos me decía eso al despertar “usted hoy durmió X horas, se despertó 2 veces, la recomendación es hacer más ejercicio físico y no comer alimentos tan tarde”, era imposible, yo me recordaba sentado al pie de mi cama, estaba ahí como anonadado, con los ojos cerrados y haciendo movimientos, así me veía y al parecer así era. De mis sueños recuerdo poco, por orden de mi psicóloga ya no buscó escribir o intentar recordar mis sueños, pero estando en un momento random del día recordaba mis sueños, se me venía a la mente el sueño como un cortometraje, en un sueño estaba dentro de tu auto, lo sé porque ibas manejando, ibas sola poniendo canciones en inglés pero muy tristes, si pudiera apostar diría que te acababas de pelear con tu novio, después sonó aquella canción que te puse el ultimo día que nos vimos, -Aunque no sea conmigo de Bunbury- me sorprendió demasiado que tuvieras la canción en tu playlist.

 

Llegabas a tu casa, aparcabas el auto en varios movimientos pero siempre de reversa, creo que te acordaste cuando te decía que asi es como debe de estacionarse uno, te metías a tu departamento y hurgabas en la parte de hasta arriba de una vitrina, sacabas un cigarrillo y lo encendías, ponías en tu celular “loco extraño” y maldecías mi nombre mientras te servías un whisky en las rocas con dos hielos, te ponías a decir cosas al viento, maldecías mi nombre y de pronto decías “¿Sabías que las almas se pueden ver a través de los vidrios?" Cantabas poquito la canción mientras te acababas el cigarrillo y después solo decías “qué bueno que no estás aquí”, apagabas las luces y te ibas, me dejabas ahí en la cocina, solo, yo no te seguía, más bien me regresaba a mi cuerpo.

 

En otro sueño era que estabas sentada en un restaurante pequeño, era de comida mexicana, habías pedido tacos y mientras comías alguien ponía una canción regional mexicana “prometiste” de Pepe Aguilar que canta con Melissa, Ángela Aguilar y Marisoul, solo decías “pinche música agropecuaria”,  mientras terminabas de comerte tus tacos de mala gana y te ibas del pequeño restaurante, subías a tu auto y maldecías la canción y después aparecía mi apodo, no había más, solamente te veía de lejos como si fuera una persona más.

 

No voy a mentir en ambos sueños cuando me despertaba estaba tentado en mandarte un mensaje, hacerte una llamada, mandarte un meme, pero no, ¿Qué iba a decirte?, ¿con que fin lo haría? Solo eran sueños lucidos míos y ya, no había nada que dijera que en verdad eso hubiera sucedido.

 

Pero en el último sueño, estabas tú frente al espejo viéndote, diciéndote los errores en ti que tu veías y cuando dijiste “gorda” yo no pude aguantarme las ganas y solté un “Gorda me la pones corazón” volteaste hacia donde yo estaba y te quedaste estática, creo que habías escuchado mi frase, así que lo que atiné a hacer fue darte un abrazo y decirte “sé que me ves a través del vidrio, gorda me la pones pero también te voy a decir que todo saldrá bien, siempre has sido una persona bien chingona y puedes con esta ruptura y más, además ese pendejo no te merece”, en eso sentí como si me abrazarás y de pronto dejaba de verte, vi oscuro y de pronto abrí los ojos y estaba en mi cama , tirado, eran las 21 horas de la noche, creo que me había quedado dormido antes de tiempo, pero esa fue la última vez que te soñé.



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