Entonces ¿Qué somos?

 

 

“…Inventa un pretexto que suene real,

Como que tu abuela te espera a rezar,

Y dale a mi socio un beso con sal,

Que esconda el sabor de la infidelidad…”

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“…Entonces ¿Qué somos?...” esa pregunta me había dejado helado, después de tanto tiempo de estar juntos pero a la vez no estarlo, en algunos años pasados ambos tuvimos pareja y nos seguíamos buscando, nos íbamos de viaje exprés poniendo cualquier pretexto, íbamos y veníamos, pisamos más hoteles que incluso con nuestras propias parejas pero nunca habíamos pensado en formalizar, discutíamos, nos celábamos, nos buscábamos, nos desnudábamos de alma cada que nos veíamos, incluso debo de aceptar que me encantaba verla dormir, varias veces me la pasaba horas viendo como dormía, me sentía como el guardián de sus sueños, como aquel dragón que cuida celosamente a la princesa dentro del castillo, era extraño yo pensaba que no podía amar a dos personas al mismo tiempo pero con ella era todo distinto, sabía que su amor era compartido pero eso no importaba ya que también yo compartía mi amor con ella, ¿Cuántos besos nos dimos? ¿Cuántas caricias? ¿Cuántas miradas? ¿Cuántos kilómetros caminando de la mano como dos enamorados? ¿a cuántas fiestas de cumpleaños faltamos? ¿Cuántas llamadas? ¿Cuántos mensajes? ¿Cuántas fotografías? ¿Cuánta miel en los labios? ¡Carajo! me da por cuantificar todo, pero cuando me hizo la pregunta de “…Entonces ¿qué somos?...” me quedé helado, no sabía que decir, ¿Qué somos? ¿Amantes? ¿Casi algo? ¿Novios? ¿Casi esposos? ¿Amigos? ¿Amigos con derechos? ¿Conocidos? ¿Dos seres humanos que no están destinados a estar juntos? ¿Enamorados? ¿cogiconocidos? ¿Free? ¿Amores amantes? ¿Amores dementes? En verdad no tendría una respuesta, lo único que atiné a decir fue “pues hay cosas a las cuales todavía no les ponemos un nombre, por ejemplo ¿qué nombre tendría el olor que sale de una frutería?.