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Apostando

Ayúdeme a encontrar la forma
De decirle que yo muero aquí por ella
Pero de una forma más poética
Que eso del romanticismo a mí no se me da.


En la empresa estábamos de guardia solamente mi departamento, era extraño porque todos estaban de vacaciones y nosotros no, íbamos de forma normal de 9 a 18 horas aunque después del segundo día ya no teníamos nada que hacer ya que habíamos sacado los pendientes el primer día, al segundo día me lleve mi PS4 y jugamos retas de fútbol, al tercer día volvimos a jugar pero compramos unas cervezas para hacer las cosas más interesantes y fue donde todo se jodio, no hubo golpes ni nada por el estilo pero Alejandro estaba ya un poco borracho y alardeaba que su novia era muy inteligente además de ser muy guapa, sabíamos que Jessica era muy guapa pero dudábamos que fuera inteligente sobre todo porque era novia de Alejandro que era un patán de primera, el seguía diciendo que no había quien pudiera bajarle a Jessica, empezó a querer apostar que ninguno de nosotros iba a poder enamorarla, quizás fue por el momento de las cervezas pero yo le aposté, era una burrada lo que estaba haciendo ya que no me hablaba tanto con Jessica pero sobre todo porque solo había tenido yo 3 novias en toda mi vida, la apuesta era sobre el bono trimestral que nos iban a dar en el siguiente mes, había dos reglas una era que solo tenía hasta el día que nos entregaran el bono para poderla enamorarla (un mes) y la segunda que Jessica no tendría que saber que había una apuesta de por medio, brindamos y cerramos el trato con la mano como los caballeros lo hacen, desde ese día he de decir que empezó una rivalidad hasta laboral con Alejandro.

Las primeras dos semanas fue muy complicado, había podido solo entablar conversaciones muy cortas con ella por medio de redes sociales y solo habíamos tomado un café un día que “casualmente” me la encontré en una cafetería de un centro comercial, ahí fue cuando empecé a despegar un poco, conocía un poco más de ella, que leía, que música escuchaba, que gustos tenia, pero sobretodo que le encantaba escribir, eso fue algo bueno para mí, acabando dos café y un par de piezas de pan fui a dejarla a su casa, ella se sentía con mucha confianza ya que teníamos cerca de 2 años de conocernos y sabía que era amigo de Alejandro, fue cuando le pasé mi blog y si quería podía escribir sin ningún problema, ella me agradeció y nos despedimos en la puerta de su casa, confesare algo, me estaba empezando a enamorar de Jessica. Pasaron cerca de 2 horas después de que nos despedimos cuando me mandó un mensaje:
Jessica: ¿Qué tal chaval llegaste con bien?
Yo: si muchas gracias, por cierto un millón de gracias por el café, tenía tanto que no disfrutaba de una charla
Jessica: al contrario gracias a ti, estaba súper aburrida y me ayudó a sobrellevar el tiempo, por cierto me gustó la última entrada que subiste, ¿de quién hablas? A mí me gustaría que algún día alguien escribiera así de mí.
Yo: que bueno que te la pasaste bien, en si son historias que me hubieran gustado que pasaran con una chava de la cual me enamore hace un tiempo, te apuesto a que alguien escribirá mejores historias de ti, sabes sería mejor que tu escribieras también, es injusto que tu leas mis escritos y yo no lea los tuyos.
Jessica: es complicado escribir para el pasado verdad, pero te apuesto a que si esa mina los lee te dará miles de besos y le harás el día cada mañana. Y mis escritos no son tan buenos, ¿Quién va a escribir de mí? Te recuerdo que Alejandro no sale del Basquetbol y los antros.
Yo: Yo podría escribir sobre ti, pero necesito conocerte más, para eso necesito leer tus escritos, igual si quieres solo me los pasas y yo los leo solamente.
Jessica: Estas loquito, ¿Pará qué escribirías sobre mí?
Yo: solo para que me digas que sentirá en verdad la mina cuando lea mis escritos, pásame el escrito que más te guste tuyo ¿va?
Jessica: Sabia que eras extraño pero no tanto, pero bueno te mando mi escrito en media hora, deja me pongo a ver cuál me gusta más de todos y mañana me dices que te pareció, porque ya es tarde y mañana tengo que ir a trabajar.
Yo: ok, me parece perfecto, me lo mandas a mi correo que es krudio.mac@gmail.com y otra vez gracias por todo.
Jessica: perfecto, gracias a ti. Descansa.

Era Extraño me mando el escrito cercano a los 20 minutos, a pesar de que ya era un poco tarde me puse a leerlo, no me convenció demasiado así que lo deje para re leerlo en la mañana. Al despertar fue lo primero que hice, me pareció ya un poco mejor pero aun así no tanto, le di el mensaje de buenos días y después escribí “no sabía que escribías tan bien, no sé porque no has pensando en abrir un blog y plasmar tus historias, me quedé asombrado con lo que Julieta le hizo a Fernando, ¿tienes una segunda parte?... sabes te va a sonar extraño, pero que te parece si hacemos una pequeña novela a dos manos, recién acabo de leer a Eloy Urroz que se llama “la mujer del novelista” y según entendí es a cuatro manos, ¿Qué te parece?. Termine el texto y me metí a bañar, la verdad no esperaba una respuesta positiva por parte de ella, me cambie y al estarme peinando me di cuenta de algo extraño, tenía una sonrisa en mi rostro, -para quien no me conozca yo soy de un rostro más serio- no le hice mucho caso y empecé hacer caras frente al espejo como si fuera un niño chiquito, fue muy divertido así que me fui con una sonrisa más grande al trabajo, el tránsito vehicular estaba de la chingada pero yo traía una sonrisa bien puesta, faltaba cerca de 10 minutos para llegar cuando mi celular empezó a sonar, si era Jessica, en la llamada me decía acerca de que le había gustado mi retroalimentación y que si nos podíamos ver hoy para ver eso del libro, a parte que le prestará el libro si podía para que ella se diera una idea, ah y también me dio oportunidad de subir su escrito a mi blog, eso fue algo bueno porque ya no tenía material para subir, agradecí su confianza y quedamos de vernos a las 8 en una cafetería cerca de su casa; en el trabajo estuve un poco disperso pero nada relevante, algunos bromeaban de mi sonrisa y yo solo les contestaba que era porque estaba leyendo libros de superación personal y me empezaba a reír, el día laboral termino sin contratiempos y me fui rapidísimo a mi casa.

En casa me bañe rápido, tome el libro de Eloy Urroz junto con mi cuaderno de escritos y me eche de esa loción que tanto le gustaba a la última novia que tuve y me fui al café, llegue rayando sobre la hora y ella ya estaba ahí con su ropa del trabajo y estaba leyendo a Saramago, llegue por la espalda y le tape los ojos, obviamente sabia quién era porque dijo mi nombre de inmediato, empezamos a platicar sobre cómo le había ido en su día mientras tomábamos un café de la casa que era muy rico, después yo pedí una cerveza y ella también, empecé a preguntarle de que quería que escribiéramos la novela, ella me respondió sin pensarlo que de amor, saque mi cuaderno de escritos, ella me lo pidió para leer uno, le dije cuáles eran los que no estaban en el blog, fue algo extraña su respuesta “qué bueno que me anticipaste, ya leí todos los escritos del blog” en verdad no lo podía comprender, -ni si quiera yo que los escribo he leídos todos-, pero bueno empezó a leer uno e hizo unas correcciones, cambio los nombres de los protagonistas y me dijo, “podemos empezar con esta historia y de aquí sacamos ahora mi parte y así” la interrumpí, diciéndole que era mejor empezar a escribir una nueva historia, no estuvo muy de acuerdo, pedimos una cubeta de cervezas, ella tenía la pluma en la mano pero no escribía nada, le dije que sería bueno que empezara a escribir una historia que le gustaría que pasará, le dio fondo a la cerveza que recién acababa de destaparle y empezó a escribir, yo me tome despacio mi cerveza mientras le destapaba otra, y así fueron las 10 cervezas de la cubeta, ella al terminar de escribir me dio mi cuaderno, no me dejo que lo leyera aludiendo que las cervezas ya estaban haciendo efecto en ella y se notaba porque estaba ruborizada, se levantó y pidió que pusieran una canción de salsa, regreso a la mesa y me pidió bailar con ella, yo le comente que no sabía bailar salsa y ella me volvió a decir, no pude negarme, estábamos bailando, la verdad empecé a recordar algunas vueltas de salsa que hacía con una novia que tuve en un tiempo, de pronto las otras 4 parejas estaban bailando también, eso en vez de un café parecía un bar de salsa, empecé a disfrutar el baile por primera vez en mi vida, empecé a reconocer la canción se llamaba “jardín prohibido” en una de las vueltas quedamos pegados mejilla con mejilla, me aventure y la bese, después le di otra vuelta y nos volvimos a besar, bailábamos besándonos, el tipo del bar siguió poniendo salsa por las siguientes 6 canciones, nos sentamos en la mesa y pedimos un par de cervezas más y seguíamos besándonos, pague la cuenta dándole las gracias al dueño del café, nos dirigíamos a su casa pero me pidió ir por un trago más, por la hora estaba todo cerrado y la invite a casa, afortunadamente me dijo que si, destapamos unas cervezas artesanales que tenía en el refri y pusimos más salsa, seguíamos bailando pero ya no al ritmo, las cosas fueron subiendo de tono, y terminamos en mi cama con un sexo maravilloso, se quedó dormida después de una charla de diez minutos, he de confesar que tenía una sonrisa maravillosa, la observe por un tiempo y me quede dormido también, me desperté porque sentía unos besos maravillosos, nos aventuramos a un segundo round, total ninguno de los dos íbamos a ir a trabajar, nos bañamos y fuimos a comer algo, seguíamos comiéndonos a besos como dos chavales de secundaria, después la deje en su casa y yo me regrese a la mía.

No tuve noticias de ella hasta el día de pago de la apuesta, no me contestaba los mensajes y mucho menos las llamadas, pensaba lo peor, aparte del bono que iba a perder también iba a perderla a ella se acercó Alejandro conmigo y me dio los 30 mil pesos enfrente de mis compañeros, le dije que no lo aceptaba, era una apuesta en la borrachera y aparte no conquiste a Jessica, él me dijo que si, había platicado con ella un día después de que nos acostamos, y ella le confeso lo ocurrido y que estábamos saliendo, yo le dije que no la había vuelto a ver desde ese día, pero él me dio el dinero y se marchó, la cara de incredulidad de los demás fue de total asombro, fui ovacionado como si hubiese anotado el gol del triunfo en una final de México Vs Alemania, me sentía mal, le pedí al contador el número de cuenta de Alejandro y le deposite su dinero a la hora de la comida, llegando a la oficina me interceptaron por la espalda, mis únicas palabras fueron “fui hacer un deposito, no saque dinero, no traigo cartera ni celular pero están las llaves de mi auto” empezó a reírse, era Jessica, me dio un beso maravilloso, tuvimos una charla en la cual ella le había confesado a su novio sobre lo que hicimos y que ella estaba furiosa por ser parte de una apuesta, yo le confesé que me enamore desde antes de que nos besáramos, ella sonrió de nuevo y me dijo que nos veíamos a las 8 de la noche en el mismo café para continuar con el libro, yo asentí y regrese triunfador, en la oficina al parecer regaron el chisme y todos me trataban como un Don Juan yo la verdad me sentía incómodo, pero al cerrar la jornada, Alejandro se acercó a mí para platicar acerca de Jessica, me pidió que la cuidara como él no lo hizo, yo solo asentía, me agradeció también por el gesto de regresarle su bono y que quedaríamos para festejar un día de esos.

Partí con una sonrisa de oreja a oreja al café, no tanto para seguir la novela que estábamos escribiendo, mas bien era porque iba a ver a Jessica para empezar a escribir nuestra historia…




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