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Pase lo que pase, no te enamores de mí.

“…si alguna vez te incomodo mi amor
Perdóname
No vuelve a suceder,
Si al caminar me encuentras al pasar
Olvídame
No me vuelves a ver
Si alguien pregunta si una vez te ame
Contéstales
Ni lo conozco bien…”


El Chaval se encontraba escribiendo como lo hacía todos los martes religiosamente a las 19:05 saliendo de su trabajo, cuando de un momento a otro se acercó una Mina y sin saludar empezó el dialogo:
Mina: Eres un hijo de puta sabes, no puedes pasarte la vida diciéndole a la gente lo que debió de haber de hecho ni tampoco intentando seducir a la primera mina que se te atraviese en el camino.
Chaval: ¿Por qué me dices hijo de puta si aún no me he acostado contigo? Digo así te refieres con los chavales que te buscan solo para acostarse contigo y después ya no vuelves a verlos.
Mina: Esta es la quinta vez que nos vemos y ni siquiera te has esforzado por saber mi nombre, ni por saber que hago de mi vida, solo me haces comentarios de lo que te platico de mis relaciones pasadas, como si esa respuesta que me das es la verdad absoluta, aparte te seré sincera, tu puta arrogancia me hace seguirte buscando y hasta creo que ya me estoy enamorando.
Chaval: Gracias por los cumplidos, creo que soy exactamente esa persona que tu describes, ¿recuerdas? Tu pusiste las reglas del juego yo solo quiero seguir jugando, eres muy linda y estas muy buena por eso te buscan para acostarse contigo… y también eres muy inteligente, por eso terminan huyendo de ti. ¿Te parece si vamos por un café?
Mina: Vale, pero ¿podrías intentar decirme algo de ti que no sepa? Por favor aunque sea entre líneas, déjame intentar suponer si estas casado, si perteneces a un cartel del narcotráfico o si eres un jodido ladrón de identidades que al primer descuido que tenga estafan con documentos oficiales.

Caminaron rumbo aquel café que tanto les gustaba a ambos donde tomaban una horchata caliente acompañada de una buena charla sobre García Márquez, Neruda y Vargas Llosa, pero lo que tenía de especial esta charla era que los dos se desnudaban entre las preguntas y respuestas sin sentido, tenían ya pasado del mes que se veían cada martes a las 19:05 en esa banca del parque donde se habían encontrado el primer día, habían hecho la promesa de no intercambiar números telefónicos, nombres reales, ni algún dato que diera con el paradero de la otra persona, esto era muy usual en el chaval que prefería mantener un perfil bajo ya que era el apoderado de una sucursal bancaria, ¿Cómo se encontraban? Así sin hacer citas, solo quedándose de ver en el mismo lugar donde se conocieron a la misma hora, aunque la Mina había puesto las reglas del juego fue la primera en romperlas, preguntando sobre sus relaciones pasadas, el chaval solo respondía con la verdad esperando a que la Mina lo dejara escribir el tercer capítulo del libro que estaba escribiendo, pero no fue así, ella se empeñó a seguir buscándolo a pesar de que se veía que no iba a tener un futuro esa “relación”.
Chaval: ¿Por qué ese día te acercaste a mí?
Mina: Fue una casualidad más de la vida…
Chaval: la vida me ha enseñado una cosa, las casualidades no existen, todo es una causalidad… ¿Por qué ese día me pediste un cigarrillo?
Mina: Te soy sincera, fue porque estabas solo escribiendo en esa banca y me llamó la atención que alguien estuviera solo en esta ciudad y te pedí el cigarrillo porque te vi fumando y tienes cara de que no vas por la vida sin una cajetilla de cigarrillos en el bolso del saco.
Chaval: Bueno, intentare creerte, nos vemos pronto, ya está la cuenta cargada a mi nombre, cuídate mucho.
Mina: Cuídate.

El chaval se paró sin darle un beso en la mejilla, tomo su portafolios pero olvido su cuaderno, la Mina lo tomo pero sin hacer ningún intento de alcanzar al chaval. Él se dio cuenta después de que llego a casa y saco un whisky en las rocas, entro en pánico al no ver su cuaderno dentro del portafolio y saco un habano que un gran amigo le había regalado en su último viaje a Cuba, se fumó la mitad mientras le daba baje a la mitad de la botella, después se lavó los dientes y se marchó a dormir. La mina tuvo la semana para estar leyendo el borrador del libro del chaval así como también las anotaciones que tenía al final del cuaderno donde escribía sobre una mina, no decía nombres solo la llamaba “Ella” y estaba escrito en relatos cortos de lo bueno que había sido su relación, como si algún día ella leyera esos escritos, pero por lo que decían los escritos al parecer la había perdido para siempre.

Paso una semana entera donde el chaval estaba disperso en su trabajo y en general de su vida, pero todo tenía un pequeño porque, era que había perdido su cuaderno donde escribía su libro pero aparte se llevaba todo aquello que no le había dicho a “Ella”. Ese martes saliendo de trabajar él se fue aquella banca del parque y encendió un cigarrillo mientras se perdía en cómo la gente pasaba sin ponerle atención a él que sin querer balbuceo “que jodido, nadie se da cuenta que todos los martes estoy aquí escribiendo y quizás casi todos ellos pasen y nadie me diga si vio mi cuaderno”, cuando de pronto, apareció la Mina y se sentó a su lado:
Mina: Sabes, yo creo que nunca vas a encontrar alguien mejor que aquella mina, incluso ni yo lo soy.
Chaval: ¿Qué tal cómo estás? Pensé que ya no ibas a regresar, ¿esta seria nuestra sexta cita?
Mina: Bien, se puede decir que sí, no sé qué hago aquí, ¿sabes?, tú eres de esos chavales que no paras hasta que una mina te adore y de pronto huyes porque te da miedo, por eso te dije en la primera cita que pasara lo que pasara, no te fueras a enamorar de mí.
Chaval: gracias por el cumplido aunque no sé si en verdad lo digas porque te nace o por las cosas que platicamos la última vez.
Mina: un poco de todo sabes, aunque más porque en el café la semana pasada olvidaste tu cuaderno y perdón pero me dio curiosidad por saber lo que escribías, pensé que era algo relacionado con tu trabajo pero ahora me doy cuenta que no. Sabes, me gustaría que alguien en la vida hablara tan bien de mí como tú lo haces de ella.
Chaval: Gracias por cuidar de mi pasado, no sé, nadie había leído eso incluso tampoco se lo dije a ella, no sé porque no lo hice pero después de que paso todo me refugie en escribir sobre ella.
Mina: ¿Aún la quieres? Hablas como si hubieran pasado una eternidad juntos.
Chaval: Aunque no lo creas quiero borrarla de mis recuerdos por eso hablo tan bien de ella… y creo firmemente que alguien hablara de ti tan bien como yo lo hago de ella, pero quizás nunca te lo digan…

La Mina le dio un beso de esos que te hacen sentir como si la tercera guerra mundial estallará en ese momento, como cuando levantas la copa del mundo, cuando ganas un oro en las olimpiadas, simple y sencillamente ese beso fue como cuando se hace un parteaguas en tu vida; la Mina le pasaba mano por doquier y el chaval también, se dejaba querer como ya tenía tiempo que no lo hacían, se calentó tanto el momento que el chaval la llevo a su auto y ahí empezaron con una lucha pasional cuerpo a cuerpo, el chaval recorría cada milímetro del cuerpo de la mina con su lengua y con sus manos acariciaba cada punto que la mina que hacía que no parara de gemir, por un momento el tipo de seguridad se había acercado al auto al ver movimiento pero cuando vio que el chaval estaba con una mina se hizo que no veía nada y siguió su camino, la mina y el chaval fornicaron como desaforados, era algo imposible pero sucedió estuvieron varios minutos jugando entre si después del acto y justo cuando se iban a decir los nombres propios la mina comentó:

Mina: Gracias por ahora si ser un grandísimo hijo de puta.
Chaval: Creo que es hora de marcharme entonces, yo no hacia otra cosa que escucharte, créeme, no buscaba absorber tu alma, ni tampoco buscó salvarte de este mundo ruin, solo quería escucharte, llegaste un día a mi vida cuando esta se caía a pedazos… ese día me acababa de llegar por notificación de un abogado a mi trabajo la solicitud de divorcio de ella, le marque a mi mejor amigo y cuando descolgó escuche la voz de ella diciendo “no contestes, vamos a seguir” sabes, sentí como una patada en los huevos con una bota con casquillo, cuando mi amigo dijo “¿Bueno? ¿Qué tal cómo estás?”  lo único que hice fue raspar la bocina del celular con mi camisa para que pareciera que la señal se iba y después colgué… una hora después me mandó mensaje mi mejor amigo excusándose que estaba en una junta y se había cortado la llamada, sinceramente ya no le respondí nada, 25 minutos después Salí de mi trabajo, no quería hacerlo porque no tenía a donde ir y justo cuando estaba escribiendo te apareciste de la nada, en los 5 años que llevo trabajando en esta sucursal ninguna persona se me había acercado, me pediste un cigarrillo y encendiste la luz que hasta ahora tengo encendida… esto a pesar de que dijiste que no me enamorara de ti, pero con el pasar de las semanas fue imposible.
Mina: No sabía, perdón, vaya amigos que te gastas, ya vez tuviste razón, no existen las casualidades, quizás si te hubiera pedido un cigarrillo en otro momento de tu vida solo me lo hubieras dado y no te hubiera llamado Grandísimo hijo de puta, por favor quédate conmigo, no te vayas…

La Mina y el chaval quedaron abrazados por unos minutos hasta que el vigilante del edificio le toco la ventanilla ya que iban a cerrar el estacionamiento, ambos se acomodaron las ropas y el chaval le paso una propina al vigilante que la acepto con una sonrisa, la Mina y el chaval empezaron una gran historia, también el chaval perdono aquel que le había robado a su esposa ya que si no lo hubiera hecho el quizás nunca hubiera se hubiera interesado en esta mina.

El chaval estaba entusiasmado a pesar de que no había pasado el año de haber conocido a la mina se sentía pleno ya que en su trabajo había recibido un ascenso y con ello la situación económica iba mejorando, en cuestión de su divorcio aún no se veía nada claro, ya que “Ella” había parado la solicitud de un momento a otro y de forma insistente quería hablar con el chaval que no se dignaba hacerlo ya que sabía claramente que cualquier contacto con ella iba causar un disgusto terrible con la Mina. El chaval se dio cuenta que la Mina había tenido un comportamiento muy extraño los últimos dos meses y todo lo achacaba porque un día en el Supermercado la Mina se encontró con “Ella” y se dijeron varias palabras de pésimo gusto, también la mina tenia frecuentes dolores de cabeza y no tenían relaciones sexuales, esto le preocupo demasiado al chaval y busco ayuda profesional, en su trabajo había una mina que le comentó que la chispa en su matrimonio se había apagado y que ellos lo solucionaron yendo a Mazamitla a pasar un fin de semana Juntos, gracias a un fin de semana allá las cosas cambiaron, el chaval muy ilusionado pidió un par de días en el trabajo de inmediato, los números respaldaban su trabajo así que se los dieron sin rechistar si era a la voz de ya, el chaval salió presuroso de su trabajo, tomo su vehículo y tomo camino a casa paso por un par de tintos los preferidos de la Mina e hizo la reservación en el hotel que su compañera le comento, el Sol aún se veía y esto lo animo más para no llamarle a la Mina y darle la noticia en persona, cuando iba llegando a su casa se dio cuenta que estaba el auto de “Ella” a dos predios de su casa, lo conocía muy bien ya que él lo había comprado, no le dio mucha importancia y se estaciono frente a su domicilio, se le hizo raro ver todas las luces apagadas porque se suponía que la Mina estaría ahí, fue entonces cuando ingreso al domicilio y escucho ruido en la parte de arriba de la casa, el chaval no cerró la puerta y desenfundo la .45 que cargaba con el siempre, subió despacio por las escaleras y corto cartucho sobre su saco para que no se escuchara tanto, de pronto empujo la puerta de su habitación, fue una postal que nadie quisiera ver en su vida, era la Mina con aquel que había sido su mejor amigo fornicando en su cama, en ese momento estuvo a dos segundos de disparar en contra de ellos, pero no lo hizo solo soltó un grito muy fuerte que decía “¡A chingar a su madre de aquí los dos!”, no los dejo ni vestirse apuntándoles directamente en la cabeza, la Mina aun tuvo las agallas de decirle “te dije que pasara lo que pasara no te fueras a enamorar de mi” el chaval aún no sabe porque no le soltó un balazo en la cabeza, pero los apuro y después de unos minutos salió, se dio cuenta que seguía el auto de “Ella” en el mismo lugar, eso significaba que no lo traía aquel tipo, saco una botella de tinto y empezó a beberlo para calmar un poco su coraje, también saco el habano y antes de acabarlo salió “Ella” de la casa de enfrente de donde estaba su auto, se acercó a él para platicar acerca del divorcio:

Ella: ¿Qué tal cómo vas? ¿Podemos hablar o te causo problemas? Necesito hablar contigo, en serio.
Chaval: De la chingada, no te preocupes, encontré a la Mina y a tu noviecito fornicando en mi cama, estuve a dos segundos de dispararles, aun no sé porque chingados no lo hice.
Ella: Pfff que mala pata, era de lo que quería hablar contigo hace un par de meses, lo había dejado porque lo vi varias veces con la puta esa que le dices “la mina”, pero veo que sigues confiando en la gente demasiado, no entiendo porque lo haces si trabajas en un banco.
Chaval: Ya se, peco de pendejo muchas veces, pero esperemos que no vuelva a pasar, me largo a Mazamitla unos días necesito acabar con mi libro, quiero olvidarme un poco de esta chingada situación, mandare a mi hermano para que cuide la casa y avisare al vigilante para que no la dejen pasar hasta que yo llegue.
Ella: Chaval, sé que no ayuda nada lo que te voy a decir y tampoco lo digo para que me lleves contigo, pero debes de cambiar a tus amistades y tu lugar de residencia, ¡tu vida se está yendo a la chingada!

Chaval: Gracias,  te parece si en 30 minutos paso a tu casa y nos largamos el fin de semana, quizás podríamos reavivar la llama, pero que quede claro que lo hago solo por despecho…


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