Olvídate de mí

 

“…te esperaba hasta muy tarde,

Ningún reproche te hacía,

Lo más que te preguntaba,

Era que si me querías…”

 

Dicen que las historias cortas son las que mejor sabor de boca dejan, esas que todo lo sientes y lo haces en un periodo corto de tiempo ¿Quién no se acuerda de ese amor de verano? Si cuando conocías a una persona en vacaciones y se hacían novios por esas vacaciones, aunque uno ya sabría el final aun así se la jugaba, dejaba de ir a fiestas o reuniones para estar con esa persona, había un intercambio de algún objeto, una pulsera, un collar, cartas, vaya muchas cosas pero sabias bien que llegando a tu lugar de residencia todo se iba al carajo, las llamadas larga distancia eran muy caras y no se diga el poder viajar, pero era bonito porque si uno volvía a ese lugar esperaba volver a la persona con la ilusión de seguir con lo pendiente, pero muchas veces ya no se podía ver a la otra persona o en el peor de los casos cuando volvías a ver a la otra persona ya andaba beso y beso con alguien que no eras tú, pero bueno aun así siempre guardaba uno esos momentos en el corazón.

 

Algo similar me paso con Isabel, en verdad no recuerdo cuando la conocí por primera vez pero lo que sí recuerdo fue aquel primer beso que nos dimos, yo la acompañaba a su casa después de ir a cenar, faltaba media calle para llegar a su casa y la farola de la esquina no funcionaba bien, entonces ella me agarro fuerte del brazo, lo que hice fue abrazarla y dejamos de caminar, nos quedamos parados ahí a media calle ¿Qué tiempo? No lo sé, porque es cuando todo lo ves en cámara lenta, nuestras respiraciones se sincronizaron y nos alejamos lo suficiente sin dejarnos de abrazar para darnos el beso que para mí fue el mejor de mi vida, duramos hasta que un auto nos toco el claxon y nosotros con un poco de pena nos echamos a correr sin un rumbo pero íbamos de la mano, a partir de ahí todo fue complicidad, fue besos, caricias por debajo de la mesa, bromas, un sinfín de te quiero y promesas que quizás nunca íbamos a cumplir, en ese momento yo tenía 16 y ella 15.

 

Como todas las historias todo se acabó, yo no volví a ese pueblo ya que nos había invitado un tío político y al siguiente año se había divorciado de mi tía entonces habíamos dejado ese amor inconcluso, las promesas de amor incumplidas, pero sobretodo habíamos dejado un pedazo de nuestro corazón en la otra persona. Yo me casé y me divorcié, tenía yo 28 años cuando recién me había divorciado, no había tenido hijos y me estaba llevando la chingada, como trabajaba en la empresa de mi suegro me corrieron a la mala, me sembraron drogas para evitar liquidarme y tuve muchos problemas en ese momento, recuerdo bien, me estaba fumando un cigarro después de salir de mi tercera entrevista, me senté en esa banca contando los pesos que tenía en la bolsa, con suerte alcanzaba a llegar a fin de mes y fue cuando la vi, si era Isabel, claro no era la mina de hace 11 años pero estaba seguro que era ella así que sin querer queriendo dije “Isabel ¿No me recuerdas? Soy el forastero como decía tu papa”¸en ese momento ella me volteo a ver, me vio por unos segundos y sonrió, me deshice con esa sonrisa pero después me dio un abrazo muy fuerte, nos quedamos unos segundos y después ella fue la que me beso después de que nuestras respiraciones se volvieron a sincronizar, fuimos por un helado y nos pusimos al tanto uno del otro.

 

Pasaron los meses y yo tenía un trabajo no muy bien pagado pero me ayudaba a solventar todos mis gastos, ella también trabajaba le iba mejor que a mí y lo que hicimos fue juntarnos. Teníamos 3 meses viviendo juntos y empezaron los problemas, en especial de dinero y de celos, el problema era mío, no me sentía bien que ella aportara mas para el gasto, me sentía menos aunque ella nunca me hizo menos ni me recriminaba nada, era una gran persona. Recuerdo bien fue un jueves y saliendo de trabajar me invitaron a jugar futbol, fui ya que no estaba Isabel, se había ido al interior de la republica a un congreso y volvía hasta el sábado, me sentí tan bien jugando que se me olvidaron mis problemas por un momento, pero después al calor de las cervezas en la banqueta con los amigos salieron a relucir mis problemas y fue cuando un chavalo que era nuevo en el equipo y también en el barrio se me acerco y me dijo “¿tienes problemas de dinero? Mira yo trabajo con unos amigos desde hace mucho tiempo, me va muy bien, pero si es algo riesgoso, si lo quieres me mandas un mensaje, ahí está mi numero en el grupo del equipo”, yo agradecí el gesto, le dije que iba a pensarlo, me fui a casa y me lleve eso de tarea.

 

Pasaron los días y cada vez tenia más problemas de dinero, así que decidí marcarle a esta chaval, fue fácil y sencillo me dijo “está todo arreglado, te mandamos con coca a Europa, no hay riesgo, son 120 mil por viaje y te dan dos o tres días para que andes allá ¿Cómo ves?”,  créanme que en ese momento no me esperaba algo así, pero eso era lo que ganaba al año, pero le dije que sí, me dio cita para vernos con su jefe y platicar bien las cosas, tenía mi pasaporte vigente por 2 años mas todavía así que ese dinero fue para mí, un extra. A Isabel le mentí, le dije que un familiar de un amigo me pedía si no podía llevar a su mamá que estaba muy malita y me iba a pagar muy bien, Isabel un poco desconcertada no pregunto mucho, confiaba en mí y me dijo que no había problema.

 

No voy a mentir, las piernas se hacen como de papel, la voz se quiebra un poco, las manos sudan, metí ropa mía a la maleta, hice una reservación por AirB&B y pagué un tour de una semana, me pararon al abordar en la ciudad de México pero yo sereno y sin dejar de verlos a los ojos contesté cada pregunta y después me dejaron pasar, en el avión ya me tranquilicé pero justo al bajar me pararon de nuevo, me llevaron a una inspección más a fondo, me hicieron una entrevista un poco larga y sacaron mis cosas de la maleta, solo me quitaron carne seca que traía en una bolsa resellable y un poco de membrillos en dulce, después pase sin ningún problema y la neta la estadía fue muy chida.

 

El problema que vino aquí fue que la primera vez fue lo complicado y eso me animo a hacer 1 o 2 viajes por mes, las cosas eran fáciles, sabía que si llevaba algo orgánico me iban a parar por eso y me lo iban a quitar, traer reservas de hospedaje y algún tour ayudaba demasiado, las cosas con Isabel eran maravillosas, aunque ella dudaba nunca me pregunto, nunca me dijo nada de mis viajes, pero justo cuando me mandaron al Aeropuerto de Madrid, desde que Salí de casa sentí extraño, Isabel no quiso darme un beso de despedida, estaba enojada al parecer porque había visto unas cosas en facebook mías, me fui encabronado, sabía que iba y venía, en el aeropuerto de la ciudad de México pase sin pena ni gloria y bajando en Madrid ya sabía que me iban a parar, iban a sacar mis cosas y me iban a quitar lo que trajera orgánico y ya, pero siempre hay un pero, al subir la maleta a la mesa se me resbaló de las manos y cayó, el personal e inmediato me ayudó y sintieron con mucho peso la maleta, vi que entre ellos intercambiaron miradas y yo presentía que algo estaba mal, así que me mantuve como en otras ocasiones, revisaron mis cosas una por una, pincharon la maleta en 3 ocasiones pero no había nada, incluso fue cuando suspiré aliviado, aunque fueron 3 o 4 segundos, desatornillaron la armadura de la maleta, desprendió un aroma luego, mostaza, café, olía extraño y fue cuando vi al seriedad en sus rostros, en total 9 kilos y medio de cocaína en la armadura de la maleta, era el fin, se acababa ahí mi historia, escuché que les había llegado un pitazo de que un mexicanito traía droga y si lo encontraron fui yo, pero no me quebré, no dije nada, solo firmé los cargos y cuando me dieron oportunidad de la llamada, ya sabía que iba a estar como mínimo 6 años y como máximo 10 años en la cárcel, di el numero de Isabel, no contestó y por la hora le di el numero de la casa y ahí si contestó ella, guardé aire en mis pulmones y la saludé, después le dije “esto se acabó, estoy detenido en el aeropuerto de Madrid, escúchame, no quiero que hables, es por drogas, me voy a quedar un tiempo encerrado, pero te voy a pedir un favor muy grande y quiero que me prometas que vas a hacerlo, quiero que me olvides, quiero que te olvides de mi, que vendas mis cosas que las regales a ver qué carajos haces pero quiero que no me esperes, avísale a mis papás y diles que te dije que te olvidaras de mi, recuerda que te quiero y te voy a seguir queriendo toda mi vida, fuiste el mejor amor de verano que uno puede pedir…”, solo escuché como lloraba ella y sin que dijera algo colgué el teléfono…