LAS MASCARAS QUE MOSTRAMOS
Hoy amaneció como todos los días,
hoy fue otro día mas estando solo, otra mañana aburrida, otra tarde aburrida y
otra noche sin dormir, y aquí estoy como los días anteriores esperando algo que
no se si llegara.
El día corrió como de costumbre,
desperté y revise mi celular para ver la hora, y pensar que ya tenía que
bañarme para ir a trabajar y pensar que no llego nada más. Hice mis actividades
matutinas, bañarme, desayunar, lavarme la boca, tomar mis cosas y emprender el
rumbo hacia el trabajo, en el camino como copiloto me pongo a revisar el
calendario de actividades para ver con que nueva sorpresa me saldrán en el
trabajo que tengamos que solucionar y me di cuenta que falta contados días para
tu cumpleaños, al verlo todo se nubla en mi mente y me entra una nostalgia que
solo logra hacer que me ponga mis gafas negras para ocultar la mirada.
Me pongo a pensar los días que han pasado
desde esa trágica platica que tuvimos, y un sentimiento mezclado entre tristeza
y temor me invaden, por un lado me recorre la tristeza porque no estamos juntos
y por otro lado el temor de que pasan los días y no hablamos y puede que crezca
un sentimiento negativo más grande, así como el sentimiento de lo nuevo siempre
vino corriendo, y que eso nuevo te muestre la máscara del que todo estará bien
y son lo mejor y que ellos no harán nada malo. Podría dar mil razones para
enseñarte que esas mascaras que muestra lo nuevo son falsa y tu podrías darme
mil razones para decir que no, pero la razón mil uno que yo te doy es la
historia, que a diferencia del presente yo no me fije en ti por tu hermosa
rostro por tu espectacular cuerpo, lo nuestro fue a base de tiempo, la nuestra
es la historia que muchos quisieran poder escribir con sus parejas, que todo
fue más allá de lo físico y llego a un plano más allá en el que nos convertimos
en la paraje ideal, con problemas, si!, como toda relación, que no pudimos
arreglar en su momento por otras situaciones y que aunque digas que ya no más,
yo quiero más y con ayuda sobrepasar esos pedos, porque el inicio de nuestra
historia no fue una máscara que prometió todo lo que los anteriores no, no fue
una máscara que solo te dijo lo indicado en el momento adecuado. Lo nuestro fue
real.
Pensando en todo este discurso de
las máscaras que el presente enseña, escucho una voz a lo lejos que me dice ya
llegamos, solo reacciono, y digo si mientras me bajo del automóvil.
No me queda más que trabajar,
revisar las actividades de la gente y tomar foto de los trabajos realizados,
mientras me preguntas cosas de sus actividades y les respondo. Pasan las horas
de trabajo y llega la hora de la comida, veo a la gente sentarse alrededor de
su fogata en la cual calientan sus tacos de frijoles, me preguntan si no gusto
un taco, a lo cual les respondo de manera amable que no gracias ahí traigo mi
sándwich que ya será en otro momento.
Camino hacia el carro junto con
mi compañero de trabajo para ir a la hielera por nuestra comida, nos sentamos
en la cajuela a comernos el sándwich junto con un vaso de agua simple que está
lo suficientemente fría para soportar este calor de la chingada, mientras
comemos mi compañero me cuenta un chiste del cual me rio de manera forzada, no
porque no diera gracia sino porque todos estos pensamientos de las máscaras y
al respuesta que sigo esperando me traen confundido y absorto de cualquier
situación.
Bueno, la hora de la comida a
terminado y para no parecer que ando de la chingada saco mi cajetilla de
cigarros le digo a mi compañero que si gusta uno, me responde que sí, ambos
prendemos el cigarro y acompaño el momento con la clásica frase de “después de un taco un buen tabaco” para
parecer normal.
Lo peor del caso es que como por
quinta vez en el trabajo vuelvo a sacar mi móvil esperando ver ese mensaje que
siendo honestos soy bastante estúpido porque más allá de saber si algún día esa persona manda ese mensaje,
en el trabajo no cuento con señal alguna del móvil.
Por momentos pienso que quedarme
esperando un mensaje de un hola, un te
amo o un vamos a intentar lo que dijiste, parece estúpido después de la última
platica, pero aquí estoy esperándolo.
En ese momento mientras veo el
celular a lo lejos escucho un grito llamándome para ver una solución a un
problema del trabajo, así que no me queda más que darle una bocanada grande a
mi cigarro, levantar la mirada, aclarar la voz después de ese nudo en la garganta
que me produce el pensar de si algún día llegara la respuesta y empiezo a
caminar.
Básicamente así corre todo mi día
entre revisar actividades, tomar fotos, hasta que llega la hora de partir a
casa con mis compañeros, se siente un alivio porque por el momento ya no tengo
que fingir ante tantas personas estar bien.
Llegando a casa paso al sanitario
me retiro las gafas obscuras y solo veo mis ojos rojos, por aguantar el llorar
todo lo que siento, me mojo la cara y salgo con la excusa perfecta que con el
calor infernal y el agua fría me ardieron los ojos y me pongo a trabajar en mi
ordenador, así pasa el rato, entre trabajo y revisar el móvil, llega la hora de
la noche y cada quien se retira a su respectivo cuarto.
Y me doy cuenta que a diferencia
de ese presente que muestra la máscara de la solución esta es mi mascara, el
mostrar que estoy bien mientras por dentro me muero. Y a vos que sos la única
musa de este escrito solo te puedo decir que ¡te amo!
IGOAGG
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