No quiero que me esperes
Justo cuando uno esta mejor llegan esos recuerdos y lo torturan un poco, tenía 9 años de no verla y yo pensaba que ya la había olvidado pero no, esa noche estaba revisando la tesina de un grupo de alumnos, la música estaba en aleatorio y de un momento a otro justo cuando había acabado de revisar la tesina empezó a sonar esa canción, recuerdo que solamente dije “con una chingada!” pero sonreí de eso estoy seguro, me puse a tararear esa canción y la recordé, si la recordé a ella, puse las 5 canciones que eran de nosotros destapé un mezcal cupeatra y me puse a ver nuestras fotos, esas fotos que no están en ninguna red social, esas fotos que creo solamente ella y yo hemos visto, carajo habían pasado 9 jodidos años y todavía me hacía sonreir aunque también me hacía encabronar, vaya que jodida dualidad.
Pasaron los días y yo sentía que la veía en cualquier lado, en el metro, en el super, en la escuela, le encontraba parecido con personas, vaya me estaba volviendo loco, ya en las noches me ponía a tomar y a repasar los momentos, todos los momentos incluso cuando me dijo “haz tu vida, no quiero que me esperes” eso me lo dijo en la última despedida, la última vez que nos vimos, la última jodida vez en que nos besamos.
El lunes nos avisaron en la escuela que no tendríamos labores a partir del viernes y regresábamos el martes por unos temas de sanidad, así que ese mismo día en la escuela me puse a ver a dónde carajos me iba a ir, necesitaba despejarme, necesitaba cambiar la rutina, en ese momento me acordé de un pueblito dónde las fiestas eran ese fin de semana, entonces decidí irme para allá, un pueblo pequeño, pintoresco que tenía su magia. La semana se me pasó muy rápido, incluso creo que el hecho de planificar ese viaje me hizo olvidarme un poco de ella.
El primer día fue muy chido, vi a unos amigos de la infancia que tenía minimo unos 14 años de no verlos, estábamos tomando mientras recordabamos nuestros desmadres de morros, estábamos muy a gusto, en verdad sabía que si me hacía falta una salida así y al acabar esa noche por ahí de las 4 de la mañana dice Francisco “se acuerdan de irsela a curar a la confirmación de mi chiquilla, es a las 11 am y ya acabando nos la seguimos de nuevo acá en la plaza” todos dijimos que si, quizás mas por compromiso que por otra cosa.
No fui a misa lo debo de admitir pero si caí al evento, me senté en una mesa dónde estaba un amigo y su familia, en verdad estaba un poco aburrido porque todos estaban con sus familias, habían pasado quizás unos 20 minutos cuando llegó mi amigo el de la fiesta, venía con su hija y su esposa, no podía ser, en el rostro de su esposa me di cuenta de una cosa, el mundo es tan pinche pequeño que uno no sabe dónde se puede encontrar a otras personas en los lugares menos esperados, ella se dio cuenta también, recuerdo porque le dijo a mi amigo “ya teníamos el gusto de conocernos allá en León cuando yo estudiaba”, saludé a los 3 y le di el regalo a la nena, mi amigo mandó traer unas cervezas y se sentaron ahí con nosotros, de un momento a otro con su esposa ya estábamos risa y risa recordando esos tiempos de pronto hubo un silencio justo cuando su esposa nombró a Lorena, fue ese justo momento cuando la banda de viento dejó de tocar, en ese momento la gente dejó de hacer bullicio y los niños también, fue muy complicado y sobre todo porque Lorena estaba atrás de mí, sentí su mirada y después me tomó de los hombros diciendo “que chiquito es el mundo, de haber sabido que venías yo me hubiera ido a otro lado” y empezó a reírse, se notaba que estaba un poco alcoholizada, me paré y la saludé, el beso fue en la comisura de los labios seguido de un abrazo muy fuerte de esos que sientes como se te arregla el alma.
No quiero describir todo lo que sucedió, pero dígamos que el tiempo se nos hizo corto y no hablando solamente de esa noche si no de los siguientes días, caminábamos de la mano como novios, le enseñaba las maravillas naturales de ese pueblo, le contaba historias de cuando eramos chavalones y yo iba de visita, le enseñé un poco de astronomía yendonos a acostar a un descampado y como se miraban las estrellas, yo creo que ella no se esperaba ese fin de semana así y para ser sinceros yo tampoco, volvimos a tomar fotos nuevas, con la misma dinámica de antes, nada en redes sociales y solo para nosotros esas fotos, tanto las que nos tomábamos en publico como las que nos tomábamos en privado, traíamos la misma inercia, no preguntando nuestro estado civil, no hablábamos de parejas anteriores, vaya pareciera como si el tiempo se hubiera detenido y nos trasladaba 9 años después, le propuse yo irla a dejar el lunes a la ciudad dónde radicaba, en verdad me quedaba de paso y ella acepto, pasaba por ella a las 8 am para irnos ese lunes.
En el camino pasamos a comprar quesos y de almorzar una birria tatemada muy rica, ella iba extraña, por momentos no le paraba el pico y por momentos iba dormida profundamente, pero no me soltaba, me dio tantos besos que hasta perdí la cuenta, pareciera que yo estaba en un sueño, pareciera que el jodido destino quisiera juntarnos nuevamente o bueno eso es lo que yo pensaba,al entrar a la ciudad dónde ella radica me dijo “creo que sera mejor que me dejes por aquí y yo ya me voy en un taxi” obviamente le dije que no, ella no encontraba las palabras para decirme que si bien ya se había divorciado vivía con su nuevo novio, lo supe porque me lo dijo dos calles antes de llegar a su casa, paré el auto y me dijo “la verdad me la pasé muy bien contigo como sucede cuando nos encontramos, que te parece si te parqueas en ese auto motel y nos despedimos” no me lo dijo dos veces, lo hice y la verdad fue maravilloso, pareciera que nos conocíamos de pi a pa, pareciera que siempre fuimos novios, quizás ella fingía pero yo no lo hice, después del acto terminamos acostados en el piso, ella recargada conmigo, tomó algunas fotos con mi celular y me las dejo del recuerdo, después ya se puso sincera diciéndome “esto es un pinche error y lo sabes, la vida no es para que nosotros estemos juntos, quizás en otra vida nos toque vivir juntos, cuando me divorcie pensé en ti pero me dijeron que andabas de novio y no quise arruinarte ese momento, y te lo juro que si sabría que ibas a estar ahí no hubiera ido, pero bueno creo que ya me dejaste en claro que tampoco pensabas ir ahí, pero creo es momento de despedirnos de nuevo, es mejor para los dos ya no saber uno del otro, al fin ya sabes que pinche destino se encarga de hacernos un desmadre en las vidas, te quiero mucho pero no quiero que me esperes”.
Demasiada buena relación, como para echarla a perder, formalizándola.
ResponderBorrarAbrazo de esos como que se te acomoda toda el alma jajaja.
lo complicado es cuando sucede algo similar, cuando la moral y las buenas costumbres se van al carajo y bien sabes que no lo harás con otra persona por mas que se te pongan en charola de plata, tienes mucha razón en eso de echarla a perder formalizando...
BorrarGracias por el abrazo y te mando uno de esos que te hacen crujir los huesos...