¿Te puedes quitar los lentes?
“Ahora es demasiado tarde princesa,
Búscate otro perro que te ladre princesa…”
Ese día era un tanto extraño,
tenía tanto tiempo de no estar acá y ahora vine a ver a mi hijo, se había
venido a vivir a esta ciudad en la cual yo tenía cuentas pendientes de amoríos,
por eso en este puente decidí venir a verlo, de los 4 días que venía solo nos veíamos
por unos minutos en la mañana y en la noche. Le dije que él tenía que seguir
con su rutina, yo no quería incomodar demasiado así que en la casa solo me puse
a arreglarle unos desperfectos que tenía pero que no afectaban en el
funcionamiento, un par de grifos que goteaban, unas lámparas que tildaban cada
vez que uno las encendía y un par de
cámaras de seguridad que no servían, después me puse a recoger mis pasos, pase
por donde fueron mis antiguos trabajos, comí en los lugares que quedaban donde
iba de chavalo que con el paso del tiempo cada vez eran menos, caminé por esas
plazas públicas que tanto me la pasé e incluso me senté en esa fuente que me
traía tantos recuerdos.
Dio el domingo y mi hijo se
despertó por ahí de las 9 de la mañana, fui a almorzar y le traje almuerzo
para bajarle la resaca porque se había ido de fiesta la noche anterior así que
le traje esa birria que tanto le gustaba, él cuándo se despertó solo se sentó
en la mesa y yo mientras veía el resumen del futbol de esos días me senté a
platicar con él, traía unos lentes oscuros tipo aviador, chingao tanto me
recordó a mí mismo que no le dije nada, solo le sonreí, creo que se dio cuenta
porque de inmediato me dijo “¿tengo algo?
¿Por qué sonreíste?” a lo que le respondí, “no nada, solo me recordaste cuando era chaval, yo utilizaba ese tipo
de lentes”, solo sonrió vagamente y le dije “que pinche mala suerte tuviste al parecerte a mi cabrón”, terminó
de almorzar y nos sentamos en el sofá para ver el resumen del futbol, en eso me
dijo “pa´ te quería preguntar algo, ¿Qué tienen
estos lentes oscuros?” yo en plena pendeja le dije “pues es un polarizado que no permite que entren al 100 los rayos uv”,
pero me vio con cara de fastidio y me dijo “no
me refería a eso, mira, el otro día estaba yo esperando a Karla en una plaza
comercial, en eso se me acercó una señora y dijo tu nombre, yo voltee para ver quién
era y en eso me preguntó la hora y se la dije, recuerdo bien eran las 15:47, se
lo dije tal cual y ¿sabes que me dijo?, me dijo la señora, imposible olvidar
esa voz ¿te puedes quitar los lentes? Es que no sé qué es lo que estás viendo,
¿puedes creer que eso me dijo?” no voy a mentir a mí se me vino un recuerdo
a la cabeza, pero era imposible, no podía ser, quería decirle tanto a mi hijo
pero decidí salirme por la tangente como siempre y le dije “date prisa, acomoda tus cosas que tienes partido a la 1, no vas a
faltar”, él a regañadientes fue por su maleta del juego y nos fuimos en su
carro a aquella cancha donde tenía su partido.
Yo me llevé solamente una hielera
que tenia de bolsa para meter un seis de cerveza y un termo para que no se
viera que estaba tomando, me encontraba en la banca y me tocó dirigir el equipo
a pesar de que no lo conocía, lo puse de portero aunque no quería pero creo que
elegí bien, paró un penal y no le metieron gol, ganaron 1-0, a pesar de ello yo
me sentía incómodo como si alguien me estuviera viendo, pensé que era por
estarme sirviendo cerveza en el termo, ya cuando acabó el partido mi hijo me
dijo “mira esa es la señora que me
preguntó la hora en la plaza comercial, ¿la conoces? Con este es el tercer partido que viene a
vernos jugar”, yo voltee a donde me señaló y no supe que hacer, era
imposible, no podía creer lo que estaba viendo, mi hijo me tomó del hombro y de
inmediato le dije “es muy guapita la
señora, quizás es la tía de alguno del equipo o vive aquí cerca por eso viene a
ver los partidos”, en eso los del equipo nos interrumpieron dándonos una
cerveza a cada quien, yo en verdad me sentía incómodo al estar ahí, quería ir
con ese pasado y preguntarle tantas cosas, pero no, me amarré los pampers para
hacerlo, creo que mi hijo se dio cuenta porque al acabar ese famoso tercer
tiempo me abrazo y me dijo “¿la conoces
verdad? creo que ya vi porque mamá puso tantas trabas para venirme a vivir acá”
yo como de costumbre dije una pendejada “deberías
de ver que tienes una fan, gritó más fuerte que yo cuando paraste ese penal.”
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