Disfrutar el momento
Los días pasaban como pasa el
agua alimentando los ríos, esa agua que aumenta el caudal cuando cae la noche, todavía
no sé la razón exacta pero eso sucede, me había planteado hacer un recorrido en
bicicleta del cual tenía un par de años que quería hacer, para mi mala fortuna había
extraviado mi carcasa de la cámara para ponerla en la bicicleta o en el casco,
mi bicicleta estaba falta de aire en los neumáticos y el calor era insoportable
a 38 grados, pero creo que era el momento exacto de pasar por esos caminos de terracería
que quería pasar, los problemas sociales estaban a la orden del día con la
famosa guerra de carteles de la droga y el camino iba por ese rumbo pero yo quería
hacer el recorrido, le eché aire a los neumáticos, me puse mi mochila de hidratación,
eche la bomba de aire portátil, unos dulces, efectivo y un par de herramientas
por si tenía que echarle mecánica a la bicicleta, probé los cambios de la
bicicleta, me puse en el cuello unos audífonos ya viejos y partí con la
esperanza de poder concluir el recorrido del día.
Empezando el recorrido puse
canciones aleatorias para que no me distrajera el andar, en la primera
pendiente donde alcancé los 40 km/h me tuve que parar del asiento un poco para
poder mantener el equilibrio, justo en ese momento dejé de escuchar la música y
dejé mis pensamientos atrás, sentir la velocidad en mi rostro y el rebotar de
mi cuerpo junto con la bicicleta en el camino me hizo sentirme vivo, me hizo
por cerca de 60 minutos olvidarme de mis pensamientos, la música solo era una
banda sonora que sucedía como en las películas, el paisaje era pura vegetación y
aunque estaba un poco seco se veía maravilloso, los ruidos de una motocicleta o
algún tractor trabajando me hacía recordar que estaba en un camino inter rural,
paré en un par de momentos para capturar momentos para guardarlos para un
futuro, hasta que pasados 47 minutos me paré para tomarme una foto en un
señalamiento vial que nombra dos localidades, después seguí mi camino y
faltando 4 km para llegar a mi destino cambié la ruta para internarme en un
lugar lleno de casas de cartón y lámina, me estaba sintiendo como en una película
brasileña pasando por las favelas.
Al concluir mi recorrido paré por
una cerveza, había logrado una meta y era una buena recompensa, en ese momento volví
a ser yo, volvieron a atacarme mis pensamientos, justo en ese momento logré
recordar que tenía tiempo de no hacer eso, de desprenderme de mí y prometí de
vez en cuando volver a hacer eso, no de hacer rutas en lugares poco seguros, si
no en olvidarme de mis pensamientos por unos instantes, disfrutar la
naturaleza, disfrutar el momento.
Me gusta andar en bicicleta por eso mismo, me hace desconectar. Me concentro sólo en el cambio, en los baches... en no caerme. Mientras piensas en no caerte, todo lo demás es secundario ;)
ResponderBorrarCoincido contigo, es un gran momento para estar con uno y cuidar de no caer.
BorrarUn gusto tenerte por acá.