Supe que ella era para ti
“…supe que era casada, con problemas de pareja
Y que no soportaba gente de mal humor,
Supe que enloquecía con los besos en la oreja,
Que en la cama y desnuda, baila mucho mejor…”
El trabajo realmente no era cosa
del otro mundo, no necesitaba hacer malabares con las funciones ni estar
dedicándole más tiempo como en otros empleos, la verdad me estaba aburriendo un
poco, pero era el precio a pagar por un cambio de vida, ese día era viernes los
partidos de los equipos locales no los pasaban en televisión así que decidí
irme a un bar saliendo del trabajo, solo era esperar a que fueran las 9 pm para
ver el partido y yo me salí a las 7 pm, me senté sobre una banquita mientras leía
una colección de cuentos de terror que una compañera del trabajo me había
prestado, mi celular sonó a las 8:30 pm era mi padre para recordarme que
saldrían del país por dos meses para que planificará bien y no tomará en cuenta
el irlos a visitar, hable con mis padres por veinte minutos hasta que después
de las despedidas y buenos deseos colgaron la llamada y me metí al bar, era un
bar discreto la cerveza mediana costaba 13 pesos y tenían área para fumadores,
pedí una mesa pequeña en el área de fumadores, una cerveza y una orden de
salchichas a la diabla, encendí un cigarrillo y me dispuse a ver el partido,
estaba entretenido pero no tan bueno, al medio tiempo aproveche para ir a
orinar y preguntar ¿cómo iba mi cuenta? “cinco
cervezas, una orden de salchichas y una orden de alitas habanero” me
contesto amablemente la mesera que me estaba atendiendo, estaba muy bonita pero
no intente ni siquiera hacerle platica, al volver a mi mesa empecé a ver a los
costados, la gente se estaba divirtiendo mínimo en grupos de tres personas,
solo habíamos cuatro personas solas en ese bar y dos en área de fumadores,
encendí un cigarrillo mientras pedía la sexta cerveza y me sorprendió una mina
al decirme “disculpa, ¿podrías prestarme
tu encendedor? Es que el mío ya no funciona” mientras ponía una mueca
chistosa y hacia el intento de que su
encendedor prendiera pero fue en vano, amablemente le encendí el cigarrillo y
de inmediato le dije No eres de aquí
verdad, tienes un acento así como regio, digo sin que te ofendas, ella me
regalo una sonrisa coqueta y se notaba que estaba ya con unas cervezas encima, de
inmediato me respondió “sí que sabes de
acentos, soy de allá pero ya llevo viviendo acá cerca de tres meses, tu acento
es como más neutro ¿no?, aunque suenas como michoacano” y de inmediato
empezó a reír, la invite a sentarse en mi mesa y ella acepto, comentándole a la
mesera que le abriera cuenta en la mesa donde yo estaba, la mesera solo se me
quedo viendo y me regalo una sonrisa como de complicidad, pedimos una cubeta de
cervezas y dijimos al unísono ¡Salud! Mientras le dábamos un trago, después
ella me dijo “te propongo un juego, vamos
a jugar a conocernos sin conocernos” -ya sé yo puse la misma cara que
ustedes- y de inmediato le pregunte ¿cómo
es eso? Ella con esa sonrisa coqueta solo me dijo, “si mira, preguntamos lo que queramos saber del otro, pero no se vale
decir nombres ni apodos, ni intercambiar números de teléfono” yo acepte,
sinceramente no pensaba volverla a ver, un pequeño resumen de ella era ing. En
sistemas, trabajaba en una empresa de lunes a viernes, tenía 23 años, no tenía
novio ni quiera una relación por el momento, rentaba cerca de donde yo rentaba
y no me creía que yo fuera chilango, llevábamos dos cubetas de cerveza, una
cajetilla de cigarrillos, dos órdenes más de salchichas y dos órdenes de
alitas, cuando la mesera nos comentó que ya iban a cerrar y solo faltaba pagar
la cuenta, soy sincero ni siquiera me había dado cuenta de cómo había quedado
el partido, me ofrecí a pagar la cuenta pero ella no aceptaba y terminamos
pagando cada quien la mitad, dejamos un poco más de propina y salimos del bar,
empezamos a caminar a un minisúper para comprar cigarrillos y se nos hizo buena
idea comprar unas latas de cerveza, estábamos como a 15 minutos caminando de
donde vivíamos, así que destapamos las cervezas y emprendimos camino, íbamos
sobre una avenida principal tomando y fumando como si no fuera prohibido
ingerir bebidas alcohólicas en vía publica, estábamos a punto de llegar a donde
yo rentaba cuando ella dijo “yo vivo a
dos calles hacia el sur ¿tu dónde vives?” le conteste que en la siguiente
calle al sur, me ofrecí a encaminarla y ella me respondió con un beso en la
boca, un beso que sabía a cerveza con cigarrillo, un beso que sabía a
inesperado, un beso que sabía a triunfo, un beso con sabor a esperanza, no sé cuánto
tiempo duró pero al despegar mis labios con ella le di un abrazo grande, quizás
por la borrachera, ella al oído me dijo “sabes,
será mejor que cada quien vaya a su casa, si quieres mañana pasas y me avientas
una piedrita en la ventana que está arriba de la puerta, o gritas “Reeeeeegia”,
si no pasas yo estaré gritando como loca en la siguiente calle “chilaaaaaaango”
y empezamos a reír, nos dimos un par de picos más y ella se echó a correr, yo
solo veía como ella iba corriendo esperando a que la persiguiera pero no lo
hice, vi que abrió una puerta y me lanzo un par de besos o eso imagine, me fui
al depa para hacer memoria que carajos había pasado.
Desperté con una ligera resaca
pasadas las 11 am, mi cabeza dolía un poco pero tenía muchísima hambre, me
estaba poniendo la camisa del día anterior para ir a comprar algo de comer
cuando me di cuenta que olía un poco a mujer, creo que sonreí al recordar,
recordé a ella y sus besos, no me lo podía creer, estaba al borde de la cama
recordando la noche anterior, ubicaba su acentito regio y su rostro, la
recordaba muy bonita aunque quizás el alcohol ayudaba, salí en dirección a
donde me dijo que vivía, por ahí no vendían comida pero quería ver si me la
encontraba o algo así pero no sucedió, camine unas calles más y fui por unos
tacos de camarón y una cerveza para alivianarme, de regreso pase de nueva
cuenta por donde recordaba que se había metido, pero no la veía, llegue al depa
y me puse a adelantar un poco el trabajo de la semana, aunque no podía
concentrarme, así que me puse a leer el libro que me habían prestado y pude
dejar de divagar, hasta que termine de leerlo, después me salí a caminar al
centro, no iba a comprar nada pero quería caminar, estaba como a 10 minutos
caminando de donde vivía, camine por espacio de 4 horas, casi sin pararme, solo
a comer y eso en el KFC, ya un poco cansado me regrese al depa y me pareció
verla a lo lejos, pero cuando la salude ella no lo hizo, supuse que no era
ella, me metí y me bañe, después me quede dormido.
Me desperté porque escuche que
tocaban la puerta, no quería pararme de la cama porque no esperaba visitas pero
después supuse que era algo urgente de los que me rentaban, vi por la mirilla y
me di cuenta que era la novia del tipo que me rentaba, abrí la puerta y ella se
puso roja, no entendía porque, ella era muy bonita como las minas de esa tierra,
me dijo que en la puerta me esperaban, le agradecí e iba a ir hacia la entrada
pero me dijo “¿no crees que sería una
mejor idea salir al menos con un short y no en boxers?” puta madre, ahora
sabia porque se había puesto roja, yo me metí de nuevo al depa agradeciéndole
la información, estaba súper apenado pero bueno, me puse un pantalón y una
playera, baje y me dijeron que me esperaban en la calle, salí y la vi a ella,
estaba recargada sobre mi auto, al verme me dio un beso en la mejilla mientras
me preguntaba como estaba, después del protocolo la invite a tomarse una
cerveza diciéndole que teníamos una terraza en el último piso, ella accedió y
entramos, pase rápido por 4 cervezas que tenía en mi refri y una cajetilla de
cigarrillos y subimos, ahí estaban otros vecinos los cuales salude de forma
amistosa, estábamos platicando de su trabajo y del mío, cuando me pilló dándome
un piquito y de inmediato se sonrió, era hermoso verla sonreír creo que me perdía
en su risa, la abracé y los demás inquilinos empezaron hacer bulla, ella me
beso más fuerte, no sé en qué momento paso pero ya todos los inquilinos estábamos
tomando con todos, teníamos una fiesta totalmente, hasta que se acabó el
alcohol, me ofrecí a ir a comprar aludiendo que la chava del minisúper de la
siguiente calle si me vendía, me iba acompañar un inquilino pero ella se ofreció
a acompañarme gracias a los comentarios de los demás inquilinos sobre la forma
en que sacaba el alcohol, aunque ella lo negó yo vi que se puso celosa. Ese día
la amanecimos tomando y cantando con los demás inquilinos, nos dimos tantos
besos que la cuenta se perdió, después me dijo que era hora de irse, y la
acompañé hasta la entrada de donde vivía, eran las 8 de la mañana y yo era el
hombre más feliz en la faz de la tierra.
Pasaron dos o tres meses, era
extraña la relación con ella, cuando quería tomarme una foto con ella siempre
se negaba diciendo “es mejor que
aparezcas solo, para que el día que veas la foto te acuerdes de mi” a mí la verdad me enfadaba un poco ya que quería
tener la imagen de ella en el fondo de pantalla de mi Tablet pero a pesar de
eso, la rutina era la misma, nos veíamos desde el jueves con el pretexto de
echar un trago, pero quizás el motivo era poder vernos y comernos a besos, parecíamos
dos perfectos enamorados aunque no lo dijéramos, yo la verdad después del
primer mes me había enamorado, me sentía tan bien con ella que no necesitaba a
nadie más, había cosas que no me gustaban mucho de ella, sobre todo eso de
querer controlar mis gastos y de no querer ser algo más que un “free” ¿cómo
supe esto?, una mañana de Domingo era como la sexta o séptima vez que compartíamos
cama, después de una noche maravillosa, le pregunte “y entonces ¿Qué somos?” ella con una sonrisa me dijo “somos dos humanos que no saben en qué gastar
su tiempo y estamos perdiéndolo uno con el otro, pero que ambos sabemos que no podríamos
nunca formalizar” me quede como pendejo al escuchar eso, no le había
entendido bien y pregunte “entonces ¿te gustaría
ser mi novia?” ella se puso roja como un tomate, esperaba que su respuesta
fuera “si”, me quede viendo en sus ojos, me perdía más que en su sonrisa, de
pronto ella dijo “no creo que sea buena
idea” y me evito la mirada, yo no insistí más, solo la abracé estando los
dos acostados hasta que nos quedamos dormidos nuevamente.
Después de ese día todo cambio,
mejor dicho, después de ese día mi comportamiento cambio, parecía un niño de 5
años haciendo berrinche, seguíamos frecuentándonos pero yo no quería ya
invertir más tiempo con ella, quizás por el rechazo, así que empecé a salir con
otra mina, pero la verdad no me sentía igual de cómodo, incluso le dije a ella
y no hizo sus comentarios de celos ni nada por el estilo, después anduve con
otra mina y aunque me sentía “bien” pero hasta ahí, con la regia me sentía como
si el mañana no existiera y lo único real era cuando estaba con ella, quizás
por eso terminaba regresando con ella una y otra vez.
Cumplíamos ya siete meses
saliendo, ese día yo llegue un poco tarde a la cita en el bar, no por estar
haciendo berrinche, fue por lo siguiente:
Regia: ¿Qué pasa? Tienes algo y lo sé.
Yo: nada, estuvo de la chingada en el trabajo.
Regia: te conozco y sé que algo traes.
Yo: pues mira, se me ponchó una llanta, llegue
tarde al trabajo, me castigaron quedándome en sucursal, me tocó estar
entrevistando a toda la gente que llegó… salí a comer tarde y ando como harto
de todo.
Regia: mmm platícame, ¿a quién conociste?
Yo: ¿tanto me conoces?
Regia: ¿no conociste a nadie?
Yo: pues entreviste a muchas personas, pero hubo
una que me llamó la atención, pero no te apures tiene novio y no parece que yo
le haya gustado.
Regia: ¿Cómo se llama? ¿Qué le dijiste? ¿Por qué no
lo intentas?
Yo: ¿de verdad quieres saber? Nada todo fue del
trabajo, no intento nada porque sé que no soy su tipo.
Regia: Sabes, mejor ya vámonos, no creo que sea
buena idea que al cumplir 7 meses vengas y me digas que estas enamorándote de
una mina, sobre todo de una que recién la conociste hoy, eso no paso con
ninguna de las minas anteriores, ahora sabes, te veo enamorado, te veo como en
aquella ocasión que me preguntaste ¿qué somos? Y la verdad hasta ahorita me
arrepiento de no haberte dicho que novios, hubiéramos sido los novios más felices
de esta pinche ciudad.
A partir de ese día todo cambio,
ella ponía mil pretextos para verme, yo la deje de buscar también, le aposté
todo a la mina que me había enamorado desde que la vi, las cosas salieron bien,
digamos que estuve saliendo con ella por
espacio de algunos meses antes de realizar un abrupto viaje que me hizo no
volver a residir en esa ciudad, pero justo ahora la recordé ahora que platique
con ella esperando el turno para comprar un ticket para un partido de futbol,
lo que me hizo escribir esta entrada fue “¿y
aun tienes las fotos donde apareces solo en el bar? ¿Me has recordado cuando
las ves? Perdón, supongo que aun sigues con esa mina, vi unas conversaciones en
fb después de que dejamos de frecuentarnos y supe que ella era para ti”…
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