Quiero estar contigo
“me gusta la vida alegre
Me encanta andar cotorreando
Cuando doy serenata
En la orejita les canto
Caiga o no caiga la polla
Pretextos para andar pisteando”
Ya tenía acá cerca de 5 años
viviendo, era extraño ya que aquí viví de niño, al principio fue todo bueno,
recordar viejos momentos, platicar con los vecinos que ya quedaban pocos de ese
tiempo, escuchar un poco de bullicio en este barrio que siempre fue muy
tranquilo, los fines de semana parecía que venían a visitar a los abuelos y había
una infinidad de niños jugando en la calle, con la bicicleta, los patines, a
los atrapados, a las escondidillas, al voleibol, con el balón de futbol
teniendo de porterías dos mitades de tabiques a más o menos dos pasos de
distancia uno del otro y se escuchaba claramente “no valió, solo goles vistos” y empezaban una pequeña disputa, también
de vez en cuando sonaban las alarmas de los autos y los niños corrían despavoridos
porque el vecino salía con cara de malos amigos a quitar la alarma de su auto y
después de la tercera vez decidía moverlo a donde no le pegaran con el balón,
era bueno ver como se divertían los niños, quizás era como yo viví mi infancia,
así pasaron los primeros 3 meses, salía yo puntualmente a buscar donde almorzar
y al regresar encendía un cigarrillo, después me quedaba observándolos por más
de una hora o hasta que el dueño del balón se enojaba y se acababa el partido,
en ese inter varias veces se escuchaba la voz de “Bolita por favor, Señor ¿nos puede pasar el balón?” era extraño
que me dijeran señor pero bueno lo tomaba para bien, después del tercer año
eran cada vez menos los niños que salían a jugar, y ahorita ya para cumplir los
5 años, ya no hay niños jugando, ya casi no vienen a visitar a sus abuelos, y
los pocos que venían solo salían en la noche para echarse unas cervezas entre
ellos, fumaban unos cigarrillos y se ponían a contar las historias que pasaban
con la novia que andaban.
De Lunes a viernes tenía algún empleo
ocasional, jugaba al futbol dos o tres veces por semana y digamos que platicaba
con algún vecino de cualquier cosa, casi no tenía visitas exceptuando por
aquella mina de cabello lacio pero llegaba por la noche y se iba ya casi al
amanecer, era una jodida rutina pero yo me la había ganado a pulso, si no
hubiera salido hace ya 10 años de acá quizás otra historia hubiera sido, quizás
hubiera tenido hijos y estaría preocupado por pagar las cuentas del colegio, la
comida, el vestido y las vacaciones, pero no fue así, al menos tengo un techo
donde vivir y trabajos ocasionales con los cuales puedo distraerme, es extraño
hace 2 años que tengo un trabajo formal aunque estoy sin contrato, me va un
poco mejor y trabajo solo por las noches, a las 9 de la noche salgo en mi
pequeño auto y regreso a las 7 de la mañana, trabajo solo 4 días a la semana de
Lunes a jueves así que descanso todo el fin de semana, los viernes estoy
acostumbrado a cenar tacos y ocasionalmente los sábados también pero procuro
hacerlo en diferentes taquerías, a pesar de que me conocen, no saben más que mi
nombre y que le voy a los Rayos, de eso precisamente era de lo que quería hablar,
hace más o menos ocho meses llegué a la taquería que voy cada dos semanas en
viernes, ahí me senté en la barra donde están los tacos de suadero, longaniza,
tripa y aun lado los de cabeza al vapor, en esa fila de cuatro bancos siempre había
uno disponible, esa noche estaba comiéndome unos de ojo cuando una mina que
estaba aún lado de mi me saco de mis pensamientos con un “¿y ese santo si es muy milagroso?” yo no entendí bien la pregunta y
respondí con un ¿Perdón? A lo que
ella respondió “si, que si ese santo si
es muy milagroso” mientras señalaba mi muñeca izquierda donde traía una
pulsera con una imagen de Jesús Malverde, se me vinieron tantos recuerdos que
solo atine a responder no sé, fue un
regalo que me hicieron y por eso la traigo, ella no muy conforme me contó
la historia de ese Robin Hood Mexicano,
cosa que no le pedí pero no quise ser muy grosero así que solo escuché atento a
su historia, después ella solo dijo “nos
vemos pronto, cuídate y sería bueno que conocieras la historia de lo que traes
contigo” agradecí el gesto y le piché
sus tacos, ella se fue y el taquero
me empezó hacer la plática, a grandes rasgos me decía que esa mina tenía poco
que había llegado al barrio, quizás un cuatro meses y casualmente llegaba
solamente los días y a la misma hora que yo llegaba, incluso se atrevió hacerme
burla con ella, yo le dije que no la conocía pero no estaba nada mal.
Acudí al día siguiente con la
esperanza de que el taquero se equivocará y ella llego justo después de que
pedí mi primer orden de tacos, platicamos de muchas cosas, ella pagó la cuenta
en esa ocasión y caminamos hacia una tienda para comprar cigarrillos, después fuimos
a mi casa y seguimos platicando, no tocábamos
el pasado, incluso ninguno de los dos preguntó acerca de los trabajos, solo platicábamos
de series de televisión, gustos musicales, ferias, lugares que se habían conocido
en fin, después de una charla intercambiamos números telefónicos y la pasé a
dejar a su casa, como a dos calles de la taquería donde nos encontramos, se
llamaba Saraí, tenía 25 años, carnívora por excelencia, estudios de ingeniería Química,
le gustaba leer novelas de amor, poesía y ciencia ficción, música variada pero
la clásica era su favorita, sus series favoritas eran sobre problemas sociales
a nivel mundial narcotráfico, desvió de recursos, grupos paramilitares en fin y
conocía 25 estados de la república, la lada de su celular era de una ciudad de
la frontera norte, estuvimos platicando casi toda la semana, el viernes me
invitó a cenar a su casa, me presentó con sus tíos como un amigo y cenamos
todos en la mesa, el sábado salimos a una taquería que es mi favorita como a
media hora de casa, y así paso otra semana platicando, solamente platicando, hasta
que un Martes fuimos a almorzar unos tacos de guisado por un tianguis que se
pone cerca de casa, después de almorzar y degustar unos esquimos nos dimos el
primer beso, fue exactamente enfrente del primer puesto que vende música pirata,
sonaba un corrido llamado “La vida alegre” no se en que momento sucedió pero cuando acordé estábamos besándonos
como dos colegiales en el tianguis, fue algo curioso, después del beso ella se
puso roja como un tomate y se notaba su mirada muy tierna, caminamos de la mano
por todo el tianguis ida y vuelta, compramos un par de películas y fuimos a
verlas a mi casa, bueno eso de verlas es un decir porque antes del minuto 10 de
la primera película “Betty Blue” nos estábamos comiendo el uno al otro, pasé
una tarde maravillosa, terminamos desnudos tendidos en el piso mientras fumábamos
un cigarro y se escuchaba un silencio de fondo, ella estaba abrazándome y su
cabeza recostada en mi pecho mientras
jugaba con los vellos de mi pecho, yo le daba algunos besos en la frente,
después nos quedamos dormidos y nos despertamos ya casi para dar las 6 de la
tarde, nos bañamos y preparé algo de comer, la llevé a su casa y de ahí me fui
a mi trabajo.
Todo iba de maravilla creo que en
esas dos semanas la vida me estaba sorprendiendo, le dedicaba casi todo mi
tiempo libre, íbamos a museos, al súper, a patinar sobre hielo, andar en la
bici, me acompañaba a mis juegos de futbol, íbamos algún bar, estábamos en mi
casa o en la de ella, hasta que un día estábamos en mi casa tomando y le
pregunté acerca de la lada de su celular, ella creo que se sinceró de más, “vivía en California pero hace 6 años estaba
en la frontera norte en Tijuana, la primera vez que te vi fue en la garita de
Otay, la segunda vez fue un mes después y te vi en la Garita de El chaparral,
quince días después te vi a fuera de la Universidad, a los tres días a fuera
del tecnológico de Tijuana, y después te
estuve buscando por 6 años, recorrí todo Tijuana y parte de Mexicali pero nadie
daba razón de ti, yo sé a qué te dedicabas, yo sé que le tienes culto a
Malverde y por eso te buscaba, me di por vencida hace 4 meses que mataron a mi
padre y me vine a vivir con mis tíos , sabes aquí nadie te encuentra en la
vida, esta ciudad es grandísima y hay mil personas que se parecen a uno, hasta
que de pronto te vi cenando tacos pero no creí que fueras tú, después te volví
a ver hasta que supe que ibas los viernes a las 20:15 minutos a cenar ahí, tenía
la esperanza de que no me ubicaras y así fue, digo no me conocías antes pero yo
a ti sí, pero créeme que no pienso hacerte daño, mi padre sabía que tenías
planes de retirarte para hacer tu vida y sabes bien que nadie sale así como así
del negocio, la intención era que te enamorará y así siguieras trabajando para
mi padre porque tenía mucho aprecio y no quería matarte, pero de pronto un día
nadie supo de ti, nadie, incluso dejaste tu Chevrolet en un estacionamiento
privado, te busqué en Guadalajara, Mazatlán, Culiacán, Morelia, Aguascalientes,
Zacatecas, Nayarit, Vallarta, Acapulco, Cancún, Ciudad de México, en todos
lados donde sabían que te gustaba estar incluso hasta en tu pueblo pero nadie sabía
de ti, ni si quiera tu propia familia, tu madre me había dicho que tenía un
hijo que estaba desaparecido desde hace varios años que iba en búsqueda del
sueño americano y al parecer eras tú, no ibas al día de las madres, tampoco en
los cumpleaños, mucho menos en vacaciones ni a fin de año” ahí fue donde la
interrumpí, quería decirle que para mi familia yo ya estaba muerto, mi madre no
quería tener un hijo narcotraficante, no me aceptó ningún regalo, me vendieron
la casa y se fueron a vivir al pueblo, incluso la casa está a nombre de un
amigo, no quería dejar rastro de mí, me vendieron la casa con la consigna de no
volverme a aparecer en sus vidas, pero no le dije nada de eso, solo le dije “me conoces demasiado, quizás hasta más que
yo, era buena jugada esa de tu padre quizás si hubiera funcionado, también lo
aprecie mucho y si supe que lo mataron hace unos meses, dejé esa vida porque
mis padres no estaban de acuerdo pero ya no pude convencerlos, ya me habían desterrado,
tengo un trabajo por las noches para que los vecinos no sospechen nada, mis
identificaciones tienen otro nombre, el dinero compra todo, y tienes razón en
esta ciudad pensaba que nadie me iba a encontrar” después nos dimos un beso
tan largo como sus piernas y le pregunté si quería que la dejará en su casa
pero ella me dijo “quiero estar contigo”.
A partir de ese día vivimos
juntos, ella tiene 5 meses de embarazo y ya mis padres me perdonaron, aunque no
los visitamos muy seguido, tenemos dos negocios y es donde lavamos el dinero,
la verdad no nos va nada mal, la he buscado en mis recuerdos pero no la he
encontrado, no recuerdo haberla visto ni siquiera en fotografías pero viéndolo bien
se parece mucho a su madre, a ella si llegue a conocerla, era la primera esposa
de mi patrón que era su padre, aunque tenía 3 esposas nunca dejó de querer a
Saraí que era su primer esposa bueno eso me lo dijo varias veces cuando nos sentábamos
a tomar entre él y yo, volviendo al tema de Saraí, nadie sabe nuestros pasados
pero yo siempre tengo en mente que la muerte está latente, sueño con que su
padre me pone su magnum en la cabeza y cuando le jala al gatillo me despierto
sudando y espantado, creo que nunca le he temido tanto a la muerte como
ahorita.
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