Notas de un Clochard
Cerrábamos el mes de Mayo y antes de eso no tengo ni idea de en qué momento perdí Abril, llevaba 10 años pensando cómo es que a Sabina le habían robado ese mismo mes... Y ahora yo estaba en el mismo dilema, carajo!
Ser anfitrión, bohemio, solitario, estepario, bufón, locuaz, agrio, moribundo y errante ahora no me dejaba nada en herencia y mucho menos, nada claro... Había perdido todo... Tenía el colchón húmedo por aquella cerveza que derrame al quedarme dormido la noche anterior, todo apestaba a cigarro, un vaso medio vacío, restos de doritos en la tabla que simulaba la mesa, era lo único que tenía...
No había más...
Ya no estaba ella, ni su aroma, ni su mirada pronunciada, ni su piel, ni sus labios...
Palabras... Palabras rebotando en mi cabeza y de fondo su voz... Recuerdos... Recuerdos... Sed... Hambre... Sueño... Suelo... Ansiedad... Rabia... Sudor... Frío...
Eso había... Solo eso...
La vida de Clochard era mi cuento perfecto, pero ella no estaba ahí, Cherrie... Esa era ella... Así es aquella Noie que me había acompañado por años hasta el punto que mi barco se hundió, mis colegas saben cómo la deje escapar y como no hice nada para frenar sus pasos, lo reflexiono mil veces y en conclusión creo que yo mismo la corrí y ahora... Ahora, ya no está... y Hoy, hoy actúo aquella frase de un viejo amigo ..."Las mil cervezas con las que brinde a tu nombre hoy están vacías y aun así siempre tengo una más para brindar"...
Eso siempre me vuela la cabeza,
me describe tal cual, y es que creo que la vida me ha jodido más de lo
necesario y ahora esto parece una burla...
Termine completamente molido, camino a rastras apoyándome de un bastón, la vida de bukanero y druggo fue buena en su tiempo hasta que...
Si, hasta que me chingue la rodilla...
Recuerdo ese dolor, porque aún está ardiendo ahora mismo...
Fue una noche de lluvia, fui a buscarte al trabajo, recuerdo que lo primero que hiciste fue decirme:
- Esto hace tiempo que no nos funciona, tienes que dejarme ir...
Fueron palabras tan frías casi como ese diciembre, quede desconcertado, rompiste el rumbo, aquello no estaba en mis planes... Quién lo diría estaba tan acostumbrado a ti, a tu rutina, ir por ti cada noche y acompañarte a casa, ese era mi camino y lo habías desviado, quede como idiota sin saber que decir... Y tú, tu solo tomaste ese taxi dándome la espalda con gran indiferencia...
Llovía y no sabía qué hacer, así que caminé destino a mi Tonalá querido, allá donde siempre hay algún amigo con el cual brindar, compré una botella de Wisky y bebí con el rumbo fijo…
Termine completamente molido, camino a rastras apoyándome de un bastón, la vida de bukanero y druggo fue buena en su tiempo hasta que...
Si, hasta que me chingue la rodilla...
Recuerdo ese dolor, porque aún está ardiendo ahora mismo...
Fue una noche de lluvia, fui a buscarte al trabajo, recuerdo que lo primero que hiciste fue decirme:
- Esto hace tiempo que no nos funciona, tienes que dejarme ir...
Fueron palabras tan frías casi como ese diciembre, quede desconcertado, rompiste el rumbo, aquello no estaba en mis planes... Quién lo diría estaba tan acostumbrado a ti, a tu rutina, ir por ti cada noche y acompañarte a casa, ese era mi camino y lo habías desviado, quede como idiota sin saber que decir... Y tú, tu solo tomaste ese taxi dándome la espalda con gran indiferencia...
Llovía y no sabía qué hacer, así que caminé destino a mi Tonalá querido, allá donde siempre hay algún amigo con el cual brindar, compré una botella de Wisky y bebí con el rumbo fijo…
El primer trago fue derecho, tan profundo y quemante para mi
garganta, pero al mismo tiempo medicinal para el alma, lo suficientemente
efectivo para marear mis ganas… llegue al deportivo del barrio y solo me senté,
justo en las gradas de la pista, así que di el Segundo trago, fue casi de la
misma manera pero sin ese ardor, un segundo trago traicionero que deshilo mi
mente desbordándola en recuerdos, “miserable de mi” pensaba, lo pensaba tanto que
sin darme cuenta ya estaba de pie con la botella en la mano gritándolo a todo pulmón
y estaba tan, tan a gusto, hasta que unos vatos me empezaron a chiflar, quede
tan apenado por lo wey que me vi haciendo eso, sonreí, tome la botella y camine
dando el tercer trago, creo que ese fue el mortal…
Seguía lloviendo, estaba completamente empapado, ni siquiera
recordaba el camino, ya estaba ebrio y yo ni siquiera era de ahí, aunque
llevaba bastante tiempo viviendo en Loma dorada, era un Chilango refugiado en
tierras tapatías, navegando como siempre… todo iba bien hasta que llegue a las
albercas (o alpuercas dicen los vecinos del lugar, jajaja), así que pensé y si
me lavo, si!, y si me meto al agua y me lavo estas culpas, las penas, la angustia,
los recuerdos, la malicia, el engaño, los besos, la amargura, el abandono… que puede
pasar?, pensé entonces, así que busque la entrada sin éxito, pero yo estaba
determinado, no se como carajo esa idea tan absurda se metió en mi cabeza, el
alcohol y el dolor siempre me hacen hacer ese tipo de estupideces, pues bien
digamos que tenia el valor y determinación y lo único que me impedía el ingreso
eran esos barrotes perimetrales del lugar, así que como buen don pendejo me
anime a saltarlos, subí la primera parte, era apenas como un metro de altura y seguí
firme, pase casi como tres metros hasta que una cerca eléctrica en la cúspide me
dio el golpe de mi vida, caí de inmediato, mi costado izquierdo recibió el
impacto, perdí el aire y después el conocimiento, seguía lloviendo y quede
tendido en el asfalto con la rodilla quebrantada… al tener memoria de nuevo, no
sabía si llorar por el dolor o igual porque me habías dejado, un vecino del
lugar se apiado de mí y llamo a emergencias, recuerdo bien como el de la
ambulancia me pregunto en que estaba pensando, solo le dije que en ti, su sonrisa
de sarcasmo y burla me decían que era un idiota, y que esperaba, esa función era
buen material para videos fail y memes.
Fueron tres semanas largas en ese hospital, a nadie le había avisado, quise dejar el suspenso esperando que me buscaras, pero nunca lo hiciste, y al salir y saber de ti, tu pensaste que había pasado las semanas bebiendo ahogado en mi irresponsabilidad, pensaste que el pie enyesado y el bastón era broma, ni siquiera con esa imagen lastimosa pude recuperarte…
Esta historia es la que mas he contado a cualquiera que me conoce,
a todos los que entablan una conversación conmigo, pues siempre desembocan en
la pregunta: We, como te chingaste la Rodilla? y entonces empiezo de nuevo…
"... Esto hace tiempo que no nos funciona, tienes que dejarme ir..." sabrá que tengan esas tierras tapatías con los chilangos, lugar donde nos hacen ver nuestra suerte o me permito parafrasear aquél señor de edad avanzada con el que compartí unas cervezas mientras platicábamos de los amores que se quedaron en esa ciudad "aquí los chilangos aprendimos a amar a Dios en tierra de indios" que gran debut mi estimado y que mejor que tuvimos la dicha de tenerle por estos rumbos...
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