¿qué somos? ¿qué somos?
“…a veces llega el amor,
A veces llega el alcohol,
Pero contigo es mejor
Si lo convino y perdemos el control…”
Sentía una corazonada, de esas
veces que sabes que las cosas no van bien, es complicado poder comprender
cuando de pronto una oleada de claxon me sacaron de mis pensamientos, el semáforo
se había puesto en verde y por estar pensando en pendejadas no me había dado
cuenta, me sentía realmente extraño, estuve a punto de chocar en dos ocasiones
en menos de 500 metros, en verdad no estaba concentrado en lo más mínimo, decidí
mejor estacionarme para poder poner en orden mis pensamientos, baje del auto y encendí
un cigarrillo, camine de forma automática hacia el norte, quizás fueron tres
calles cuando de pronto vi un bar y entre de forma automática, subí a la
terraza y pedí una cerveza junto con una orden de alitas para aclarar las
ideas, pensaba y repasaba los pocos momentos y por fin estaba empezando a atar
los cabos de esa fallida relación, las cosas habían pasado tan rápido pero a la
vez me estaban generando una duda muy cabrona, empecé a repasar sus palabras
una a una y los iba hilando junto con los momentos que estuvimos juntos y creo
que mi terquedad ahora no fue para un bien a largo plazo, ¿me enamoré? Claro siempre
me pasa, soy el tipo de personas que se enamoran en el colectivo, en la fila
del banco, en una fiesta, vaya en cualquier lado, esas personas que se quedan
viendo por la ventana cuando llueve y se pone a crear historias que nunca van a
suceder, pero bueno regresando, en el bar había una dinámica que por mesa elegías
una canción para cantarla en el karaoke, yo había dicho que no pensaba
participar, de pronto la mesera se acercó con una sonrisa maravillosa para
decirme “lo siento, todos deben de
participar, ¿prefieres música en español o en inglés?”, la verdad no pude
negarme a esa sonrisa y respondí con una sonrisa, “español, pero si tuvieras un ska sería mejor”, ella asintió y dijo “ya ves como no es tan difícil, aparte es
mejor cantar, las penas saben mejor con una cerveza y cantando a pulmón abierto”,
fue a la barra y me trajo el micrófono, quizás habíamos 30 personas en
diferentes mesas, salió la canción “El juego” de tranzas, solo dije en voz baja
“vaya chingadera, eso ni siquiera es ska” pero empecé a cantar, me sorprendió
que empezaron a corear la canción al momento del coro la gran mayoría estábamos
parados y cantando “y si te enamoraste,
que jamás se dé cuenta, las mujeres no aman a quien muere por ellas”, al
terminar la canción empezamos a brindar, incluso me invitaron a seguir tomando
con los de la mesa de a un lado.
Pasaron cerca de 15 canciones más,
dentro de ellas “Añejo w”, “siguiendo la luna”, “sol de medianoche”, incluso
varias rancheras, eso se había convertido en una fiesta, todos cantando a pulmón
abierto cada canción, al final empecé a hacer catarsis con los de la mesa, fue
cuando una mina de ahí me dijo, “bueno
conociendo tu historia, que te parece si cantamos la última canción, no puedes
decirme que no”, asentí y pedí una cerveza mientras ella pedía la canción,
trajo consigo dos micrófonos, uno lo tomo ella y otro yo, empezamos cantando al
unísono “fue esta soledad y no el
destino, quien nos puso en el mismo camino, creímos que ya nos conocíamos, solo
estábamos igual de vacíos” al terminar la canción todos aplaudieron y
seguimos brindando, hasta se me olvido que tenía que irme, las mesas poco a
poco se fueron desocupando y al final solo quedamos ella y yo platicando de los
amoríos anteriores, pareciera que ya la conociera de tiempo atrás pero no había
forma que hubiésemos coincidido, y en un abrir y cerrar de ojos estaba con
ella, en un motel, no recuerdo lo que paso antes, solo recuerdo aquella noche
maravillosa que pasamos en el motel, después de una práctica de lo que llaman
hacer el amor, ella estaba recostada en mi pecho, sentía su respiración al
igual que ella la mía, cuando de pronto me dijo “quiero que prometas que no vas a enamorarte de mí”, mi primera reacción
fue empezarme a reír, en mi mente pensé “¿sabes
cuantas veces me han dicho eso?”, pero no le dije nada, ella entonces se levantó
de mi pecho y viéndome fijamente a los ojos me dijo “quiero que lo prometas, no me conoces y vengo arrastrando tanto que no…”
en ese momento la interrumpí y le dije en plan serio “preocúpate por ti y no por mi ¿vale?”, ella cerro los ojos y asintió.
A partir de esa noche frecuentábamos
ese bar en viernes, miércoles y sábado íbamos a otros lugares, no sé cuántos
litros de cerveza pasaron o cuantos condones fueron utilizados, quizás puedo
decir que fueron muchos, hasta que una noche, ella estaba recostada en mi pecho
y de pronto dijo “entonces ¿qué somos?”,
yo solo le hice eco respondiendo con su pregunta ”¿Qué somos? ¿Qué somos?...
Comentarios
Publicar un comentario
Recuerda que todo es en singular...