Felicidades por tu bebé
Todo el proceso fue complicado, ese rompimiento con Jannette, el cambio de
trabajo, el cambio de residencia, todo cambio por una decisión de ella, un día
de pronto después de 5 años me mando al carajo, esta vez no hubo ninguna discusión,
no hubo ningún comentario, solamente un “cuídate mucho, me hubiera gustado
ser otra persona para ti”, intenté platicar con ella pero no tuve
oportunidad, las amistades en común dejaron de hablarme, así que un día hubo un
ascenso en la empresa y me postule, trabaje como nunca para poder tener ese
puesto, hasta que por fin lo logré, claro me costó demasiado, me costó dejar el
departamento que había sido mi hogar por 5 años, dejé a mis amigos, dejé a mi
familia, deje tanto que parecía también que estaba dejando mi vida, todo fue
complicado, volver a empezar, salí con un par de minas pero nada lograba florecer,
quizás Jannette se había llevado mis ganas de seguir amando.
Un jueves estaba a punto de cambiar de empresa, ya no aprendía nada y había
caído en la caja de confort, llevaba ya casi dos meses trabajando solo dos días
a la semana y eso a medio gas, los fantasma me estaban empezando a atacar, así
que ya necesitaba nuevos retos, pero ese día todo cambió, tenia yo una cita a
las 5 de la tarde, había pedido permiso en el trabajo y me lo habían dado, solo
tenia una junta a las 3 de la tarde y podía irme, la junta solo fue que nos
presentaron a un ingeniero gerente de producción, a una ingeniero de la parte
de sistemas y a una licenciada en la parte de mercadotecnia, yo ni había puesto
atención en sí, tardaban más en presentar esos puestos que en lo que se iban, así
que solo esperé para irme a la cita de trabajo que tenía, pero al acabar la
junta la licenciada de mercadotecnia me pidió unos minutos, acepte esperando
que no se tardará demasiado, pero todo se fue al carajo, salimos a las 6 y ya
no pude ir a la cita, por cierto ella se llama Marcela, un par de años menor
que yo, cabello rizado, morena, con un cuerpo muy bien definido pero un genio
de la chingada, muy trabajadora y muy necia, ella fue la única que no se daba
por vencida; las cosas no iban nada bien y ella ayudo a levantar la empresa,
incluso por mucho tiempo nos caímos muy mal, cuestionaba demasiado mi trabajo, llego
tanta la fricción que tuvimos que muchas veces nos tocaba cerrar la oficina.
Con el paso del tiempo empezábamos a bromear y congeniamos demasiado, teníamos
tanto en común que logramos hacer una comunión maravillosa, ella deseaba tener
un bebé y su pareja anterior no lo quería y yo también ya quería empezar mi
familia pero con Jannette no se pudo, pero ahora con Marcela empezaba una historia
distinta, recuerdo muy bien fue en ese viaje hacia el bajío cuando al volver quizás
unos cuatro meses después estábamos planeando en otro viaje pero en la oficina
me dijo “sabes, necesitamos hablar”, yo esperaba algo similar a lo que
paso con Jannette pero no, me dio un sobre en el cual decía que tenia tres
meses de embarazo, fue algo maravilloso, pensaba que era una broma, pensaba que
era algo distinto pero con un beso ella me dijo que era todo verdad, nos fuimos
a vivir juntos y ahí empezamos una nueva historia.
Al nacer fue una nena maravillosa, era hermosa se parecía a su madre,
vivimos tanto el embarazo y casi el primer año de ella que no salimos de
vacaciones, las cosas iban de maravilla hasta que un día llegue a la oficina y
vi que había un sobre en mi escritorio, no quise abrirlo y fui directamente con
el personal de seguridad para preguntarle ¿quién había dejado eso?, pero me
dijo que nadie había entrado antes de mí, pedí la bitácora y vi que solo habían
pasado personas de corporativo a una junta, estaba molesto y abrí con mucho
cuidado el sobre, era una prueba de fertilidad de una mujer con fecha de poco
mas de seis años atrás, incluso coincidió con la fecha que Jannette me había dejado,
al final de la prueba estaba escrita con un bolígrafo fuente color azul “felicidades
por tu bebé, ves, necesitabas alguien diferente a mí, como veras yo no puedo
tener hijos, pero todavía esta en pie la promesa que hicimos ¿recuerdas? el día
de la boda de alguno de los dos, íbamos a aparecer para cancelar la boda”, vinieron
demasiados recuerdos, pero ¿quién le habría dicho?, lo pensé dos veces y le
dije a Marcela para extremar precauciones, primero pensó que la había visto,
pero después de jurarle y de ella verificar mi historia, me dijo que solo eran
ideas mías, quizás una mala broma de alguien de la oficina, las cosas siguieron,
hicimos una fiesta de bautizo, hubo muchos regalos y mucha gente, incluso gente
que no conocíamos, hicimos la fiesta en el pueblo de los padres de Marcela, ya
que no podían moverse al interior de la república, dentro de los regalos que le
dieron hubo uno que le encantó a ella, un conejo de pascua, se veía extraño, mi
hija lo tuvo por muchos años.
Mi hija tenia pasados los cinco años, esa noche yo me había quedado tarde
para concluir unas declaraciones de impuesto de unos clientes cuando al pasar
por el cuarto de mi hija escuchaba que estaba peleando, estuve a punto de no
entrar ya que yo también hablo dormido e incluso luego llego a discutir, pero
no sé porque entré, justamente en ese momento ella aventó al conejo y seguía gritando
muchas cosas, corrí a abrazarla para tranquilizarla, fue cuando ella me decía que
el conejo lo había hecho todo, yo solo la abrazaba le decía que no pasaba nada,
encendí la luz del cuarto y vì varios números y letras sin sentido, me le quede viendo fijamente al conejo y tenía una cara inexpresiva, los dedos de mi hija tenían manchas de plumón así que pensé que estaba mintiendo y ella lo había hecho estando sonámbula, le dije a Marcela y ella decidió tomar el conejo y guardarlo en el cuarto de los juguetes olvidados.
Nos vino una racha súper mala, mi hija no podía dormir e incluso caímos con el psiquiatra y la medicó para que pudiera dormir, a Marcela la corrieron de su trabajo y a mi estuvo a punto, buscábamos estar el menos tiempo posible en casa, ya que al llegar empezábamos a discutir por cualquier cosa, Marcela buscó ayuda con gente de santería y todo eso, le dijeron que el conejo estaba cargado, yo no le creía hasta que un día al llegar a la casa vimos como decía en el juego de scrabble "no te olvides de mí" fue cuando le hice caso a Marcela y quedamos en llevar al conejo con los de la santería qué conoció, quedamos al otro día que yo llegará del trabajo.
Me fui a trabajar normal, 9 am estaba en la oficina, al llegar no pasaron ni veinte minutos cuando me marcó un vecino para decirme que mi casa se estaba incendiando, le marque a Marcela pero no me contesto, salí acelerando el pequeño auto a lo que daba, hice tiempo récord de 30 minutos pero al llegar estaban ya los servicios de emergencia, bomberos, policía, cruz roja, me dejaron pasar solo para reconocer los cuerpos, mi esposa y mi hija murieron asfixiadas por el humo, la casa estaba toda incendiada, menos el jodido conejo, que seguía con su rostro inexpresivo...
Después de ese hecho, me fui a vivir a la playa, ya no quería saber nada de nada, ni de mi pasado, ni de mi presente, solo me la pasaba recordando a mi esposa y a mi hija, que murieron por una puta promesa, desde ese momento ya no he prometido nada de nada, con nadie, desgraciadamente el conejo volvió a aparecer, en el escritorio de mi nuevo trabajo con una nota que decía "ahora si, estamos igual, ni yo tengo hijos ni tu tienes hija"...
Nos vino una racha súper mala, mi hija no podía dormir e incluso caímos con el psiquiatra y la medicó para que pudiera dormir, a Marcela la corrieron de su trabajo y a mi estuvo a punto, buscábamos estar el menos tiempo posible en casa, ya que al llegar empezábamos a discutir por cualquier cosa, Marcela buscó ayuda con gente de santería y todo eso, le dijeron que el conejo estaba cargado, yo no le creía hasta que un día al llegar a la casa vimos como decía en el juego de scrabble "no te olvides de mí" fue cuando le hice caso a Marcela y quedamos en llevar al conejo con los de la santería qué conoció, quedamos al otro día que yo llegará del trabajo.
Me fui a trabajar normal, 9 am estaba en la oficina, al llegar no pasaron ni veinte minutos cuando me marcó un vecino para decirme que mi casa se estaba incendiando, le marque a Marcela pero no me contesto, salí acelerando el pequeño auto a lo que daba, hice tiempo récord de 30 minutos pero al llegar estaban ya los servicios de emergencia, bomberos, policía, cruz roja, me dejaron pasar solo para reconocer los cuerpos, mi esposa y mi hija murieron asfixiadas por el humo, la casa estaba toda incendiada, menos el jodido conejo, que seguía con su rostro inexpresivo...
Después de ese hecho, me fui a vivir a la playa, ya no quería saber nada de nada, ni de mi pasado, ni de mi presente, solo me la pasaba recordando a mi esposa y a mi hija, que murieron por una puta promesa, desde ese momento ya no he prometido nada de nada, con nadie, desgraciadamente el conejo volvió a aparecer, en el escritorio de mi nuevo trabajo con una nota que decía "ahora si, estamos igual, ni yo tengo hijos ni tu tienes hija"...
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