Carta en Invierno

 …”I want you
Yeah I want you
And nothing comes close
To the way that I need you
I wish I can feel your skin
And I want you
From somewhere within
It feels like there’s oceans
Between me and you once again
We hide our emotions

Under the surface and tryin’ to pretend
But it feels like there’s oceans
Between you and me”…
Oceans.- Seafret
Carta en Invierno

Querida Edna:

Te escribo en un esfuerzo diario de querer eliminar la distancia, de abrirme el pecho, el alma, la frente, las venas y los sentidos que buscan abrazar tu ausencia para sentir calor, pero también te escribo para hablarte de mis días, de tirar la barrera y dejar que me conozcas, así te escribo, para ponerte al día con mis noticias, donde últimamente por ejemplo, el insomnio me mata y que por cierto dice Robert que pronto estaré bien y que cuando menos lo espere volveré a un ritmo regular, aunque por ahora solo pueda dormir 2 ó quizá 3 horas y que mientras tanto mis días sean más largos y las noches a su vez tan cortas, por ello tengo tanto tiempo libre que trato de aprovecharlo de esta manera y es que no tengo otra manera de hablar, más que escribiendo lo que siento, tengo tantos apuntes mentales que me cuesta ordenarlos, tantos borradores que están uno tras otro encimados en papeles con todo tipo de textura y colores, cada uno a la vez intentando describir mis curiosidades, aquello que me inquieta, siempre como una fuga donde trato de encontrar palabras que transmitan lo que vivo.

Tengo rutinas sencillas como la de hacer una pre-siesta a media noche en el sofá justo antes de en verdad irme a la cama, me levanto temprano por un café sin azúcar mientras medito lo que haré en el día, aunque a veces y solo a veces me arriesgo por algo diferente, aunque en realidad solo rompo mi rutina con cosas triviales, simplemente hago lo que me gusta o lo que llama mi atención al momento y en eso me conoces bien, como aquella vez que descubrí aquel violín y pasaba horas y noches practicando sin una mejora evidente, interrumpiendo tu sueño con ese ruido que para mí era mágico y para los demás espantosamente desafinado, recuerdo que los vecinos tocaban la puerta y llamaban por teléfono pidiendo que parara mientras tú dabas la cara ignorándolos dejándome ser feliz, por eso se que eres la mejor, hago cosas raras, lo sé, algunas locas y otras más sencillas, ayer por ejemplo intentaba hallar conexiones entre las gotas de lluvia plasmadas en la ventana por esa llovizna formando una constelación cristalina, después, ya en la mañana escribía tu nombre en ese mismo cristal empañado; también tengo un frasco de jabón en una esquina, no te lo he mostrado pero está allí, junto a esa maceta que me regaló mi madre, a veces cuando me aburro me siento en la mecedora y soplo burbujas al aire mientras canto “I’m forever blowing bubbles”, entonces las veo flotar, las veo ser libres en la nada hasta que impedidas por cualquier barrera proficua y sometidas a la mas mínima carga de estrés terminan su ciclo en un solo estallido para después dejar de existir, efímeras, esfumadas con el viento, sin importancia para nadie, viajando al mundo del olvido, en ese viaje sin retorno, solo visibles para mi... Yo su único y afortunado espectador de aquel acto de morir sin conciencia y lo sé, sé que es raro meditar sobre una burbuja a la qué ese estallido le arrebata su esencia, pero esto soy yo.

Soy atípico, irregular me llaman, tengo tantas cosas marcadas en mi personalidad que por ejemplo si me dices que llegarás a las Tres me sigo emocionando, pese a los cambios, pese a los años y que si no llegas a la hora pactada me desespero y divago en medio de mis pensamientos, por qué soy como un niño y te extraño como uno y a veces juego como uno y a veces también me asusto tan solo de pensar que no llegarás, soy como un niño desesperado a las tres con cinco, volteando a todos lados del andén esperando tu llegada, pero entonces cuando llegas, tu mirada me cura y vuelvo en mi y crezco y empiezo a ser lo que debo ser.

No sé aún como me has soportado todos estos años, pero si sé como amo tu paciencia hacia mí, además de muchas otras cosas tuyas, porque al contrario de tí yo no tengo nada, nada de paciencia, por qué a veces por ejemplo, cuando me dices que me tienes una sorpresa, no puedo esperar a verla, entonces hago gala de mis astucias para descubrir antes de tiempo lo que quieres darme, aunque a veces no lo consiga y otras más lo arruine estúpidamente, también por esto sigo creyendo que eres la mejor, por perdonarme todas mis faltas.

Se que me conoces, lo sé, por qué desde que mi mirada se comunica con tus suspiros ya no siento frío, me siento completo contigo. Alguna vez leí una frase y aunque no recuerdo bien su autoría, digamos que la atribuiré a Schopenhauer, él dice que: “Nos enamoramos de aquellas personas cuyas virtudes complementan nuestros defectos”, por ello también se bien lo que he sentido por ti y el cómo me complementas.

Por ahora despido está carta antes diciendo que en verdad Te extraño, esta noche sí siento frío y siendo las tres con cinco te diré que te necesito, pero me consuelo al saber que llegarás aquí, aquí conmigo porque eres especial para mí.

Te extraño.
Firmo siempre tuyo.


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