Mis pecados
“...lo que yo quiero,
muchacha de ojos tristes,
es que mueras por mí...”
“¿Porque eres así?” Recuerdo cuando me dijiste eso, acompañado de un “¡eres muy intenso! No pasa nada” y claro ahí fue cuando tuve que sacar un poco de lo que traía, lo hice hablando normal sin levantar la voz, “¿recuerdas que te dije cuando nos conocimos?, creo que no lo recuerdas, <<pero te dije que no quería que tu fueras quien pagará mis pecados>>, por eso postergue todo, por eso di tantas largas, quería que te enrollaras con ese tipo que venía a tu casa o con aquel chaval que te mandaba flores, pero no, te habías decidido por mí y te dije que si tenías mas opciones no contarás conmigo, hubo un distanciamiento pero después volvimos a tratarnos como antes y lo que siguió ya fue historia, si hablo en pasado, ya fue, había tantas señales y yo no quería verlas, creo que la única forma era yo verlo y así fue, no fue una, ni dos veces, si no tres y con el mismo chavalo, si ese que iba a tu casa, ese que estaba de servicio social donde tu trabajabas y decías que nada que ver, pero bueno, solo quiero decirte que gracias, gracias por quitarme ya un peso de encima, ya me hiciste pagar uno de mis pecados o quizás dos, no es necesario que llores, no pasa nada, total ya tienes a otra persona, solo hacemos lo siguiente, dejamos la rutina, si esos buenos días, buenas noches ¿ya desayunaste? ¿viste lo que pasó?, hagamos eso por favor, no quiero dar explicaciones, no quiero hacerme el mártir y decir que fue culpa tuya, no quiero huir, ya me cansé de estar huyendo, ya preferí enfrentar este problema, así que por favor te pido una cosa, si me ves, no me saludes, no me preguntes nada…”
Esa había sido la ultima charla ¿qué tiempo tenía? Quizás unos 2 o 3 años y como maldición de la vida me la encontré, yo me había mudado a 700 km del lugar como a los 6 meses de la ruptura, mi nueva vida era en un lugar muy tranquilo, una población muy pequeña y yo trabajaba en la ciudad mas cercana a unos 40 minutos, así que muchas veces al volver a casa si veía personas esperando el taxi en el punto donde la autopista se sigue hacía el centro del país y el camino que lleva a la cabecera municipal, donde uno tiene que agarrar un camino ínter rural, muchas veces me paraba y les preguntaba a donde iban y si iban de camino a casa les daba un ride, lo hacía porque muchas veces yo llegué a esperar hasta una hora para tomar un taxi, ese día fue un Viernes, había tenido un día de la chingada en el trabajo, el reloj marcaba las 20:43 horas a lo lejos divisé a 3 personas esperando, me estacioné y les pregunté, vaya error acababa de cometer, ahí estaba ella, se me hizo mala onda no acercarlas, la verdad había tenido un día de la chingada y quizás ayudar a la gente me iba a ayudar un poco, me respondieron que iban a una población antes de donde yo iba así que les dije que podía acercarlas, al inicio todo fue un saludo pero después la mas grande de edad empezó a decir “¿como ve señor, mi sobrina ya por fin se va a casar?” solo me reí y dije que era bueno tomar una decisión así, quise decir eso para que ya no hubiera mas platica pero pareciera que le di cuerda a la señora, “mire como es la vida, mi sobrina vino para buscar a uno de sus novios y se encontró con otro y es con el que se va a casar, es Javier el hijo del dueño de los potreros ¿si lo conocé?”, en ese momento ella le dio un codazo a su tía y le hizo una seña de que no dijera nada, yo solamente respondí “la vida es muy caprichosa y uno busca 5 pesos y de pronto se encuentra uno de 100 pesos, pero le fue bien digo Javier es un buen tipo, he tenido la oportunidad de convivir con él y si es buen tipo”, en eso pasó lo que nunca debía de pasar, faltaban unos 200 metros para llegar al lugar donde las iba a dejar y fue cuando todo paso en cámara lenta, la señora dijo “pues si quiere venir mañana, la misa será a las 4 de la tarde y será en esa iglesia”, yo solamente me reí de forma nerviosa, las dejé en su lugar y me fui a mi casa, al llegar se me hizo buena idea servirme un whisky para dejar de pensar en pendejadas, pero todo se salió de control y como de costumbre agarré la borrachera.
Desperté cercano a las 12 del día, un amigo había hecho un caldo de iguana y me había invitado, sin querer queriendo volví a agarrar la borrachera, pero a las 15:10 me despedí agradeciendo la atención pero ya me sentía muy borracho, pero no fue así, me fui a mi casa, me bañe, tome las llaves de mi auto y si, me dirigí a la misa, la vi a ella, se veía hermosa no voy a mentir, me fumé un par de cigarrillos para despistar, después me metí a la iglesia, cuando ella iba del brazo de su padre y me vio, hizo contacto visual conmigo que estaba en la cuarta fila y pegado a la orilla donde pasaría ella, en eso al verme dejó de ver hacía el frente, no sé como pero trastabillo y se cayó, de inmediato me acerqué a ayudarle a su padre a levantarla y me agradecieron, solo sonreí, ella estaba nerviosa, volteaba a cada rato para atrás, quizás estaba esperando a que hiciera una pendejada para vengarme de lo que hizo y cuando el sacerdote dijo “si alguien que esta presente, tiene algún inconveniente para que estas dos almas se unan en matrimonio, que hable ahora o que calle para siempre” en ese momento lo que hice fue pararme de la banca, todas las miradas se dirigieron a mí e incluso la de los novios, ella abrió sus ojos como en las caricaturas, el novio me aventaba una mirada matadora, vaya lo primero que se ocurrió fue sacar mi celular de la bolsa y llevármelo a la oreja diciendo “dame un segundo…” y me salí de la misa.
Lo mejor que pudo hacer, una salida digna :)
ResponderBorrarUn abrazo.
Muchas veces necesitamos una salida de esa forma, sin hacernos "burros la maceta" total a la otra persona ya no le importa y quizás a nosotros tampoco nos debe de importar.
BorrarTe dejo un abrazo muy fuerte, de esos con tres presos de dignidad...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarCiertas batallas no merecen la pena lucharse, esa es una de las lecciones que aprendí con el tiempo...
ResponderBorrarMuchas veces cuando todo esta acabado lo mejor es retirarse con dignidad como lo comentaba en el comentario Sara O. Durán.
BorrarTe dejo un abrazo de tiempo...