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6 años para mi, es demasiado

"...y así es como buscó conectarme, amor,
con lo que no se ve
con esa dimensión que no sabe,
de tiempo ni espacio..."


Y si, al parecer era ella, aquella mina que con solo verla mi rígido rostro se movía para esbozar una tímida sonrisa, era imposible que me pudiera equivocar, iba caminando justo en la dirección donde ella estaba fumándose un cigarrillo, no podía dejar de verla, tropecé sin querer con un señor que vendía flores, me reincorpore y compré un Alcatraz, no supe cuánto costaba ni me espere a que me diera el cambio seguí caminando dirección a ella pero me iba agazapando entre la gente para que no me viera, pero total ella no cambiaba su mirada al frente y seguía fumando su cigarrillo, cada que me acercaba ponía mi cara más de pendejo, era increíblemente hermosa justo como la vi la última vez, con una blusa color negro y unos jeans color azul, quería acercarme y no, quería abrazarle y decirle cosas al oído, quería decirle lo mucho que la he echado de menos, justo cuando iba detrás de ella se me ocurrió lo que a cualquiera se le hubiera ocurrido, darle una nalgada y hacerse menso, ella empezó a buscar pero era tanta la gente que no podía visualizar quien había sido, yo estaba escondido entre la multitud riéndome, ella estaba con su cara de enojada, pase de nueva cuenta y le di otra nalgada, cuando volteo me propino tremenda cachetada y después empezó a reír, la gente se nos quedaba viendo como si fuésemos dos locos en medio de la ciudad y bueno no estaban errados, quería probar sus labios, quería abrazarla quería hacerle tantas cosas, primero le di el alcatraz ella esbozo una linda sonrisa y me vio con esos ojos que tenía tanto tiempo que quería que me miraran, dio un tímido gracias y después me regalo un beso en la boca, no sé qué estaba sucediendo en ese momento pero el piso empezó a moverse, escuchaba gritos y de pronto ya no sentía sus labios, abrí los ojos y no estaba ella, la gente seguía su curso de forma rutinaria, yo no traía ningún alcatraz en la mano más bien era un cigarrillo y lo que estaba besando era una farola de las del centro, voltee hacia ambos lados viendo si alguien se estaba burlando de mi pero no vi a nadie, seguí mi camino con una sonrisa en los labios y abrazando cada farola que se me ponía en frente, la seguí pensando en ese día, incluso llegue a casa y me empecé a reír de mi comportamiento pero bueno todo era por ella.

Pasaron no se quizás 2 Abriles más después del último día que la vi, cuando me pareció verla en una localidad pequeña, yo iba con una nieve de guayaba cuando pensé que la había visto a una esquina de distancia, camine de forma rápida pero ella hacia lo mismo, justo cuando yo doblaba en la esquina vi que ella hacia lo mismo en la siguiente esquina, pensaba que ella me había visto y no quería que nos encontráramos, y la seguí por un par de calles más, no sé porque no doble a la derecha como ella lo había hecho, corrí por una calle y después doble a la derecha y trote, en ese cruce de esquinas de Luis Felipe Rivera y Melchor Ocampo, estábamos de frente y pude comprobar que no era ella, tenía un gran parecido pero no estaba condenado a no verla, solo le dije “disculpa, ¿sabes dónde queda el museo Felipe Rivera?” ella asintió y me dijo a cuantos pasos estaba y concluyo con “sabes, pensé que me venias siguiendo” solo sonreí y le comente que estaba un poco confundido de donde estaba el museo, entré al museo solo para recordar que estaba jodido, que ella no era quien pensaba, quizás fue un error pensar que iba a encontrarla donde sabía que no estaría, pero al menos ese día sin querer entre al casa Museo Lic. Felipe Rivera el descubridor de la estrella Nova Persei.

Ya había perdido la cuenta sobre cuantos Abriles habían pasado sin verla, incluso había perdido todo lo que tenía que ver con ella, mis cuentas de correo, el par de fotografías donde aparecíamos juntos, mi número de celular, mi camisa de la suerte, pero había recuperado algo con todas esas pérdidas, dignidad le llaman muchos, ese día por motivos de trabajo me encontraba en una playa del pacifico, era un buen pretexto para tomar unos días y asistir al congreso de 9-3 pm, después toda la tarde libre en hotel todo incluido, todo iba bien, el congreso era interesante y empezaba a coquetear con una expositora, era la cuarta vez que nos veíamos en congresos distintos, teníamos ya demasiada confianza incluso habíamos compartido cama un par de ocasiones, esperaba que este congreso fuera igual y así pintaban los primeros dos días, en el tercero hubo algo que me saco de mí, estaba tomando en la alberca del hotel con la expositora y un pequeño grupo de compañeros cuando sentí una mirada, empecé con mi paranoia, hasta que me topé con unos lentes de sol que me sonrieron, no podía creer, era ella, no sabía qué hacer, me quede pensando que quizás me estaba equivocando como la ocasión anterior, estaba tan fuera de mí que me hizo reaccionar la expositora dándome un beso riquísimo, olvide por un momento que ella se encontraba en la zona de la alberca, esa noche no podía dejar de pensar en ella y eso que la pase bomba con la expositora, cerca de las 3 am tuve que salir por hielos, en mi piso no había así que tuve que bajar un par de pisos, estaba esperando el elevador cuando de pronto escuche “6 años pfff se dicen fácil pero es complicado todo lo que le quieres decir a una persona después de 6 años sin verle, y más complicado aun cuando te das cuenta que la otra persona ya tiene con quien poder estar, shhh no es necesario que digas nada” me quede helado solté la pequeña hielera y me gire para verla, tenía ganas de morderle los labios, de llenarla de besos y de decirle cuanto me ha hecho falta en la vida, pero no, esta vez solo agarre la hielera y respondí “el tiempo es inevitable, 6 años para mi es demasiado, sobre todo cuando a la persona que quieres ver la sueñas día con día, la vez en rostros que no son el de ella… pero tienes razón 6 años bastaron para poderle decir a esa persona que sigo igual de solo que antes solo que ahora ya no caeré en su juego. Buenas noches” ella se quedó con los ojos abiertos como platos y espero a que me fuera por las escaleras, pensé que me iba arrojar uno de los tantos hielos que estaban en el piso pero no, afortunadamente no, solo se me quedo viendo, no voy a decir mentiras, llegue al cuarto y me serví un whisky en las rocas mientras recordaba los tiempos que viví con ella hasta que me quede dormido en la silla, lo bueno de ese congreso es que pude decirle que su pendejo de acabo y ella ahora solo era un recuerdo, un excelente recuerdo.

Los días pasaban y cada vez la recordaba menos, en el metro no llegue a confundirla más que con dos o tres personas, en el trabajo funcionaba mejor ya que no pensaba en ella, todo iba bien o quizás de maravilla si no fuera porque no se quizás habían pasado cerca de 9 meses de no saber nada de ella, ni en sueños ni en alucinaciones mi celular sonó en la madrugada, con los ojos aun cerrados y mi brazo luchando por encontrarlo cuando por fin lo encontré y tome la llamada, “¿Bueno?” a lo que solo escuché “no creas que va a ser muy fácil librarte de mí, no podrás hacerlo, ¡entiéndelo!, tu y yo nos pertenecemos” seguía con los ojos aun cerrados y respondí “ok, solo déjame dormir ¿va?” y colgué la llamada, era extraño, realmente extraño empecé a escuchar a un bebé llorando y eran casi las 2 am, era imposible ya que no tenía vecinos en las casas aledañas, fui a la azotea con la esperanza de que fuera algún gato pero no, fui a la calle para ver que era pero el sonido no era audible, regrese a mi cama y el sonido había cesado, me volví a dormir y me volvió a despertar el llanto de un bebé, ese día no fui a trabajar, dormía cerca de 30 minutos y me despertaba por el llanto del bebé, bueno mejor dicho a partir de ese día no me presenté a trabajar, no podía dormir más de 60 minutos, el celular no lo atendía, el teléfono de la casa tampoco, los que llegaban a tocar tampoco les decía nada, estaba volviéndome loco, mejor dicho a partir de esa llamada me volví loco.

Llevo ya dos años en este hospital, al menos ya puedo dormir 4 horas diarias, los médicos dicen que voy evolucionando y que pronto podré integrarme a la vida normal, hay ocasiones que ella viene a visitarme pero no la dejan pasar, solo me sonríe y me regala un beso por detrás de la reja, aunque yo no quiero verla es imposible porque empiezo a escuchar el lloriqueo de un bebé donde ella esta…


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