Escribiendo historias
“entre la perseverancia y la cruel
resignación
esa magia que nos los va dejar ser
nunca los va dejar ser
dos amantes del montón.”
esa magia que nos los va dejar ser
nunca los va dejar ser
dos amantes del montón.”
Es complicado poder entender un
poco al pasado, ese día era muy fresco se sentía en el ambiente como algo nostálgico,
pfff el viento soplaba un poco fuerte y por lo frio clamaba abrazos, mucha
gente se abrazaba sobre la calle para poder mitigar el frio, yo como no tenia a
quien abrazar decidí meterme a un bar, tenia cerca de 3 años de no pisarlo, ahí
solía estar hace varios ayeres cuando vivía en esta ciudad, entré solo para ver
si aún vendían esa cerveza artesanal, pedí un litro y una mesa de las que están
sobre el andador ya que pensaba fumar y bueno también porque no me gusta el rock
en inglés y es lo que tocan ahí, estaba recordando a una mina que quería tanto
hasta que me di cuenta que me había acabado ya el primer tarro y 2 cigarrillos -suspire
al darme cuenta-, pedí un segundo tarro de todas formas no tenía planes y
necesitaba calentar la sangre, me puse a escribir en el reverso de un ticket sobre
aquella mina de altura muy por encima de la media y sonrisa encantadora, cuando
de pronto una voz me hizo regresar en sí, “Disculpe
¿puedo compartir mesa con usted?” lo vi por encima de mis anteojos y me di
cuenta que era un señor de poco menos de medio siglo con facciones y la forma
de hablar no oriunda de ese lugar digo yo tampoco era de ahí pero es muy
reconocible la gente de esos rumbos, le dije que si y se sentó de inmediato, pidió
también una cerveza artesanal obscura, me pidió un cigarrillo y se lo di -no he
negado un cigarrillo a nadie-, seguía yo escribiendo cuando de pronto dijo “ya no escribas sobre ella, nunca es bueno
mover el pasado” yo solo me reí un poco, no esperaba que alguien me dijera
algo y menos iba hacerle caso, creo que se dio cuenta de mi mueca porque prosiguió,
“yo viví muy cerca de aquí hace ya poco
menos de 20 años, mi tierra esta a mas de 700 km de acá, estando yo plebe no me
aguantaban mis papás y me mandaron acá para estudiar la prepa y una carrera técnica
al mismo tiempo, viví con mi padrino, la verdad no me quejó, me trataron muy
bien y techo, comida y para la escuela nunca me faltó, pero yo quería andar en
el desmadre vea, entonces empecé a trabajar con el papá de un amigo de la
escuela en una carnicería, trabajaba de 13:00 – 19:00 horas haciendo de todo
pero mas limpiar, a esa hora poca gente iba a comprar, el fin de semana le
ayudaba desde temprano, ahí nos juntábamos con la pandilla, éramos 6, “el loco”,
Martínez (el hijo del dueño de la carnicería), Pancracio, “el Tubo”, “el tin
tan” y yo, hacíamos cualquier cosa, cuando era día que pagaban la raya comprábamos
tacos y cerveza, así pasaban los días, hasta que un día llegó a vivir enfrente
una familia grande, venían de un pueblo por lo que sabíamos, no recuerdo el
nombre mas que de Martha, una chamaquita como de nuestra edad bueno un par de
años menos, con unos ojos grandotes y color miel, su cabello era largo y tenia algo
que me llamaba la atención, yo era más bien atrabancado pero con ella me ponía nervioso,
mis compas se daban cuenta y me hacían burla pero yo no me agüitaba y la seguía
buscando, a ella no le incomodaba porque veía como me sonreía, ¿si sabes de esa
sonrisa que dice mucho? Anduvimos de novios como un año, pensábamos en pendejadas
esas de casarnos y de tener una ristra de hijos pero deja pido otra ronda para
platicar más a gusto” pidió de
inmediato otra ronda de cervezas y el sacó unos cigarrillos cubanos y sin
preguntarme me dio uno, lo encendí y sentí como el sabor era riquísimo, tenia
tantos años que no fumaba un cubano, el se disculpo y fue al sanitario, yo seguía
fumando hasta que me di cuenta que no volvía, llevaron los dos tarros y me los
acabe, debo de aceptar que me puse a imaginar la historia que me estaba platicando,
sonreía como un pendejo, quise pagar la cuenta para regresar al hotel pero el
mesero me dijo que mi amigo ya había pagado la cuenta y que me esperaba al
siguiente día, me dirigí al hotel a dormir y después en la noche salí con unos
amigos.
Me desperté con una resaca
terrible, casi no recordaba que me había liado con una compañera de trabajo de
mis amigos, digo me recordaban las fotografías que tenia en mi celular, me di
un duchazo con agua calientísima y salí por una carne en su jugo, necesitaba
algo así para estar de nuevo al millón, me metí a un par de museos y después volví
a llegar aquel bar del día anterior, ahora había pedido una cerveza media de Tequila
con cerveza, no sabia mal, saque de nuevo mi ticket y seguía escribiendo sobre
aquella mina, de pronto se sentaron en la mesa y dijo “bueno, te decía, éramos muy felices pero sus papás al saber que era
fuereño decían que no hasta que mis papás fueran a pedir la mano de ella, nos
intentamos fugar dos veces pero nos encontraron en la central de autobuses, estábamos
plebes y pendejos pues, después acabé la carrera técnica y ya iba hacer el examen
para la ingeniería pero salió la oportunidad de irme a Estados Unidos, nos
mandamos como 5 cartas yo creo con Martha, pero después eso se acabó, ella no respondió
una carta mía donde le decía que mandaba por ella y bueno allá conocí a mi
esposa de nombre Ana, tuvimos 3 hijos y ahorita pues andamos de vacaciones acá,
por cierto una disculpa por ayer, pero pasaron por mi y tuve que irme, ¡Salud!”
chocamos las botellas y fumamos un
par de cigarrillos, el me preguntaba sobre quien escribía y ya le dije de un
pasado, recuerdo que le dije “escribo de
un pasado que yo creo, que ya no me recuerda” el empezó a reírse, y dijo “mira plebe, no debe de agüitarse, los amores
duran para dos o tres vidas, por eso no debes de remover el pasado, te terminas
metiendo en problemas, mira no me vas a creer, llegué hace dos semanas acá y lo
primero que hice fue ir a la carnicería de los Martínez pero no existía ya,
pregunte por Martha y nadie supo decirme nada porque no me sabia los apellidos,
por fortuna entré a un bar y quien lo atendía era “el tin tan”, platique con el
y me dijo que lo fuera a ver al otro día a una dirección que me apuntó en una
servilleta, le pregunte por los demás y solo me dijo que era el único que vivía
ahí, Martínez se mató en la camioneta de su papá junto con el Tubo, pancracio se
casó y se fue para Zacatecas, el Loco estaba en la cárcel, platicamos y reímos
como no tenias una idea, nos acordamos de todas las pendejadas que hacíamos, me
despedí de él diciéndole que al otro día lo visitaba temprano y me fui con mi
familia a cenar. Deja pido otras cervezas porque ya hace sed” pidió las
cervezas y saco de nuevo los cubanos, se quedó viendo al horizonte mientras sonreía,
parecía que recordaba algo gracioso, tiro su cigarrillo y prosiguió “mira, al otro día no me aguantaba la cruda,
eran como las 9 de la mañana y pensé que lo mejor era ir a visitar al “tin tan”
encontré la dirección y era una casita mediana, se miraba muy bonita por fuera,
toque el timbre y esperé por dos minutos, incluso ya me iba a ir cuando vi que
no respondían, me di la media vuelta cuando escuché una voz de mujer ¿A quién busca?,
voltee de inmediato porque la voz se me hizo conocida, te juro que pensé que
era Martha cuando la vi, me quedé mudo, hasta que volvió a decirme ¿A quién
busca? Plebe te voy a decir la verdad, no me acordaba como se llamaba “el tin
tan” así que le dije así, ando buscando a un amigo de la infancia le decíamos “el
tin tan” ayer lo vi atiende una cantina aquí sobre Pino Suarez, ella se sonrió
y me invito a pasar, no me vas a creer pero se mantenía bastante bien la
señora, cuando le vi las nalgas solo pensé, -pinche tin tan suertudo, todo eso
te estas comiendo-, me invito a sentarme en un comedor para cuatro personas, se
asomo a unas escaleras y grito “tin tan, vino tu amigo a verte” y empezó a reírse,
yo estaba nervioso, me sirvió un café de olla y después me arrimo una botella
de destilado de caña diciendo “se mira que lo necesita, sírvase con confianza y
de una vez sírvale al tintan una mientras baja” y me sonrió, plebe no te miento
sabia que era Martha, pero pues no me animaba a decirle, se sentó enfrente de mí
y empezó a tomarse el café que era para mi amigo, empecé a platicarle de la
amistad que tenia con “el tin tan” y pues se acabó el café, ella se paró para servir
más y cuando me trajo mi taza, no me vas a creer pero me plantó un beso en la
boca, yo sentí como si ya me fuera a morir y me estaba besando un ángel, sabia riquísima,
no se si era por el alcohol o porque sabia que era ella, me paré de inmediato y
ella me dijo “¿Qué apoco ya no te saben igual? Yo sabia que era Martha, le dije
que pues era la esposa de mi amigo no estaba bien eso, empezó a reírse diciendo
que el tintan vivía en donde tenia la cantina y no era su esposo, no se que
paso, me abalance como León a un venado, empecé a besarla y acariciarla por
todo el cuerpo, no me preguntes que pasó, recuerdo solamente que cuando me
desperté porque sonaba mi chingado celular, estaba ella abrazándome en su cama,
y te dije plebe que yo sabia que era Martha, vi que era uno de mis hijos quien
me marcaba y le dije que estaba en casa de unos amigos y que me recogiera en la
tarde aquí donde estamos tomando ahorita, se despertó Martha y con esa mirada
que tiene me dijo “pensé que nunca ibas a volver por mí, te estuve esperando
tanto tiempo” yo no sabia que decirle, creo que ella se dio cuenta porque después
empezó a reírse y me comía a besos, me platicó que se había casado pero no duró
mucho porque su marido se mató, me platico la misma historia que “el tin tan”
sobre los demás y me dijo que en verdad pensaba que nunca más iba a volver a
verme, no se como chingados se me volvió a parar a mi edad plebe y me la volví
a chingar, me gustaba todavía mas como sonreía, por eso te digo que no es bueno
andar moviéndole al pasado, ahora no se que chingados hacer” estaba platicándome
cuando de pronto llego un chavo más o menos de mi edad, saludándolo y
platicando con él, no podía yo creer esa historia, pensaba que el señor se la había
inventado por hacer platica, de pronto me sacó de mis pensamientos una pregunta
del chavo “entonces ¿tú eres el hijo del
mentado tin tan? Ya has de estar hasta la madre de que mi papá desde temprano
esté con ustedes ¿no?” yo sonreí y dije que si era hijo de ese señor y que
no me molestaba, al contrario que mi papá era muy feliz con la visita mientras sonreía,
el chavo se me quedo viendo y dijo “bueno
pues, un gusto y pasó por mi papá la siguiente semana, no quiere ir a Vallarta
por estar con tú papá, no tengo el gusto de conocerlo pero en una semana
esperemos coincidir, si esta jodiendo mucho mi papá me marcas a este número” mientras
me daba una tarjeta de Abogado, yo asentí y les desee buen viaje, ellos se
despidieron de un abrazo, vi que el chavo se subió en una camioneta que estaba
estacionada en la esquina, pedí una ronda más, quería preguntarle ¿Qué chingados
iba hacer? Creo en ese momento no pensé bien las cosas, estábamos en el segundo
trago cuando vi que se acercó una señora muy bonita como las de esta tierra, me
levanté porque hizo el ademan de sentarse en la mesa, le jale la silla para que
se sentará y solo dijo “Gracias, tienes
un hijo muy amable” el señor empezó a reír, y dijo “si verdad, ¿apoco si se parece a mí? Ella se me quedo viendo
fijamente, me estaba escaneando con esos ojos grandes y dijo con una sonrisa “yo creo que te hicieron de chivo los
tamales, porque no se parece nada” los tres empezamos a reír, la señora
empezó a contarme la historia nuevamente, parecía un guion de película, los dos
se sabían a la perfección la historia, no podía creer, la señora saco un carrito
de metal azul de su bolsa mientras me decía “este había sido el único recuerdo que me había quedado de él, pero ya
no necesito estos recuerdos, toma te lo regalo a ti que conoces nuestra historia”
lo tome a regañadientes y me dijo “le
puedes decir a mi sobrina que esta en ese carro que esta estacionado que ya se
puede ir, que me voy a quedar, por cierto, espero algún día puedas escribir
nuestra historia y no te tardes en escribir la tuya” asentí y me despedí de
ellos, era extraño, no se porque me dirigí al auto y justo cuando iba a llegar
se bajo una chava del lado del piloto y si era aquella mina que era parte de mi
pasado, me dio un beso en la boca que respondí, después me dijo “súbete, vamos a empezar a escribir nuestra
historia”…
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