Notas de un Clochard 6
..."Lo peor del amor cuando termina
son las habitaciones ventiladas,
el puré de reproches con sardinas,
las golondrinas muertas en la almohada.
Lo malo del después son los despojos
que embalsaman al humo de los sueños,
los teléfonos que hablan con los ojos,
el sístole sin diástole sin dueño.
Lo más ingrato es encalar la casa,
remendar las virtudes veniales,
condenar a la hoguera los archivos.
Lo peor del amor es cuando pasa,
cuando al punto final de los finales
no le quedan dos puntos suspensivos"...
Eran las 3 de la mañana tenía un cigarro en la mano, una cerveza en la otra y tú recuerdo en la frente, como te añoraba y tu sin siquiera saberlo.
La tenue luz nocturna le robaba el color a todo dejándolo más bien como un gris monocromático, pero que más daba ya para ese entonces..
Tenía tantas memorias de tí grabadas en mi mente imposibles de escribirse en un libro, se bien que la luz de mi vida eran tus ojos tan dentro de mi como aquel recuerdo tuyo observando el firmamento en aquella azotea con la luna reflejada en tus pupilas cristalinas, para después proyectar tu mirada hacia mi, tu ojos de miel que me inspiraban en mil versos cada día, como no ser así, el reflejo de la luna en tus ojos, mi rostro reflejado en tus ojos, me sentía prisionero de tu mirada y eso, eso bien lo sabías...
Ya no sé si escapaste, si te deje ir o si yo me fui primero tras esa guerra que solo duro un pequeño momento y que el mismo nos llevo a otro más determinante y en ese breve espacio que parecía interminable ese día en verdad me perdí...
A quien carajo engaño...todos lo saben...
Y es que me perdí en el recuerdo, en ese pasado del que me resisto a salir.
Me perdí en la sin razón de la locura y el deseo... Recuerdos, recuerdos, recuerdos que prevalecían pese a llevar varias cervezas encima, parecía que con cada una que añadía más te extrañaba y el único refugio que me quedaba era escribir y es que nunca he sabido encontrar una mejor manera de expresarme más que escribiendo lo que siento, de ello depende mi alma y mi existir.
Tenía tantas memorias de tí grabadas en mi mente imposibles de escribirse en un libro, se bien que la luz de mi vida eran tus ojos tan dentro de mi como aquel recuerdo tuyo observando el firmamento en aquella azotea con la luna reflejada en tus pupilas cristalinas, para después proyectar tu mirada hacia mi, tu ojos de miel que me inspiraban en mil versos cada día, como no ser así, el reflejo de la luna en tus ojos, mi rostro reflejado en tus ojos, me sentía prisionero de tu mirada y eso, eso bien lo sabías...
Ya no sé si escapaste, si te deje ir o si yo me fui primero tras esa guerra que solo duro un pequeño momento y que el mismo nos llevo a otro más determinante y en ese breve espacio que parecía interminable ese día en verdad me perdí...
A quien carajo engaño...todos lo saben...
Y es que me perdí en el recuerdo, en ese pasado del que me resisto a salir.
Me perdí en la sin razón de la locura y el deseo... Recuerdos, recuerdos, recuerdos que prevalecían pese a llevar varias cervezas encima, parecía que con cada una que añadía más te extrañaba y el único refugio que me quedaba era escribir y es que nunca he sabido encontrar una mejor manera de expresarme más que escribiendo lo que siento, de ello depende mi alma y mi existir.
Pasaba el tiempo y solo sentía como las letras se abalanzaban sobre mi de madrugada, pensamientos inciertos que cada vez me transportaban de nueva cuenta a ese inconveniente sentir de nostalgia tan insolente y cruel que llegaba y en tono de burla embestía todo a su paso hundiendome cada vez que sentía salir a flote, me quedaba la vista de la casa vacía y la lluvia nocturna, ese trago de amarga cerveza y el cigarrillo en la mano, en verdad te extrañaba, te extrañaba en las noches de sofá, de pasarla en cama con la ventana abierta sintiendo la brisa en nuestros rostros, te extrañaba en el salir al balcón, en el sin fin de recordar los versos que te escribía y te leía, te extrañaba en mi insomnio tan recurrente, mientras solo deseaba desesperado en cada fumarola ver el disipar de tu recuerdo y poder dormir sin hacer más guerra con la almohada.
Y es que uno no siempre sabe cómo es que empiezan las buenas cosas pero si se sabe que no se espera el final.
Sabina me enseñó que "...No hay ni una sola historia de amor real que tenga un final feliz. Si es amor, no tendrá final. Y si lo tiene, no será feliz..."
Pero también me enseñó que ..."la vida siguió cómo siguen las cosas que no tienen mucho sentido..."
Y es que uno no siempre sabe cómo es que empiezan las buenas cosas pero si se sabe que no se espera el final.
Sabina me enseñó que "...No hay ni una sola historia de amor real que tenga un final feliz. Si es amor, no tendrá final. Y si lo tiene, no será feliz..."
Pero también me enseñó que ..."la vida siguió cómo siguen las cosas que no tienen mucho sentido..."
Te confieso que cada madrugada aún te espero despierto hasta que el cansancio vence mis párpados, hoy quedas en el recuerdo, tan mío y tan escondido de la gente, sin poder contarle a mis amigos que aquella Noie lo era todo en mi vida, una chica hermosa, mi amiga, mi compañera fiel, mi alegría y angustia y que hay días en los que siento que la pierdo de mis memorias y el pánico se muestra otra vez al sentir su recuerdo filtrándose entre mis manos, entonces destapó otra botella para ahogar la frustración y provocar la locura que siempre está anclada en la esperanza de su regreso y a tu vuelta gritar en euforia cuanto te he extrañado...
Después de esto podrás creer que la depresión se apoderó de mí, más sin embargo aún me mantengo colgado de la sensatez y aún cuando menos te recuerdo sigues dibujando una sonrisa visible en mi y aunque estés lejos siempre lo haces una y otra vez, siempre marcando en ese sin querer el rumbo de mi naufragio, siempre llevando el timón de mi destino, de mi vida, tan deseoso de recuperar tu corazón...
Después de esto podrás creer que la depresión se apoderó de mí, más sin embargo aún me mantengo colgado de la sensatez y aún cuando menos te recuerdo sigues dibujando una sonrisa visible en mi y aunque estés lejos siempre lo haces una y otra vez, siempre marcando en ese sin querer el rumbo de mi naufragio, siempre llevando el timón de mi destino, de mi vida, tan deseoso de recuperar tu corazón...
Aún no encuentro el valor de escribir "la despedida", ya que en mi locura aún te siento, como fija en mi mente, como si al lado, como si caminando o en la cama o en el baño o como en todos lados...
La escritura a la luz de las velas siempre me recuerda a llegar a ese Rincón de los sentidos, sentidos tan míos y de cambiar la cerveza por una botella de vino... Sabina tenía razón... "No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió", pero esa nostalgia recriminante llega cada noche a decirme "que existe el olvido" ya que "nadie me escribe diciendo: no consigo olvidarte"...
Cada día es más cruel y lo curioso entre el amor deseoso y la desesperación de no tenerlo parece que hay una pequeña línea divisoria, mientras la conciencia me llama a decir ese: Ya está bien y será la última vez que no hago caso a Sabina y en el querer y deber ser, también ser un poquito mas cruel, aunque en el fondo se bien que no son las últimas líneas que te escribo, por el ir y venir en la misma guerra que parece no acabar, entre ser dos y uno y nada, tan cínicos y adoloridos, arraigados aún en confusión y desesperación.
La escritura a la luz de las velas siempre me recuerda a llegar a ese Rincón de los sentidos, sentidos tan míos y de cambiar la cerveza por una botella de vino... Sabina tenía razón... "No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió", pero esa nostalgia recriminante llega cada noche a decirme "que existe el olvido" ya que "nadie me escribe diciendo: no consigo olvidarte"...
Cada día es más cruel y lo curioso entre el amor deseoso y la desesperación de no tenerlo parece que hay una pequeña línea divisoria, mientras la conciencia me llama a decir ese: Ya está bien y será la última vez que no hago caso a Sabina y en el querer y deber ser, también ser un poquito mas cruel, aunque en el fondo se bien que no son las últimas líneas que te escribo, por el ir y venir en la misma guerra que parece no acabar, entre ser dos y uno y nada, tan cínicos y adoloridos, arraigados aún en confusión y desesperación.
Por qué en ocasiones el amor que por azahares del destino no pueden ser, es así, lleno del rastro de cenizas de lo que un día existió y que carcomen los sentimientos y el corazón, con el orgullo al frente como escudo como si fuese necesaria esa guerra constante, pero al final ya nada más que hacer por creer que nada más queda tras la guerra que aún no acaba creyendo que si.
Tal vez el final no empieza hoy... tal vez sea hora de pasar de página y redactar la post-guerra.
Esa post-guerra donde la confusión y los traumas siempre son difíciles de superar, donde las balas, los gritos, los reclamos o lo mutilados que estámos, donde a saber que te has llevado una parte de este ya de por sí fracturado corazón, de no saber cómo pasamos de ser amigos a enemigos, de ser todo a nada, de no entender cómo se filtro la indiferencia, el orgullo y la insensatez...
Pero sabes? tras todo ello y al final de los puntos finales, aunque a este no le queden dos puntos suspensivos, aún así... Aún así en lo más hermoso te recuerdo y por lo más hermoso aún te deseo...
Esa post-guerra donde la confusión y los traumas siempre son difíciles de superar, donde las balas, los gritos, los reclamos o lo mutilados que estámos, donde a saber que te has llevado una parte de este ya de por sí fracturado corazón, de no saber cómo pasamos de ser amigos a enemigos, de ser todo a nada, de no entender cómo se filtro la indiferencia, el orgullo y la insensatez...
Pero sabes? tras todo ello y al final de los puntos finales, aunque a este no le queden dos puntos suspensivos, aún así... Aún así en lo más hermoso te recuerdo y por lo más hermoso aún te deseo...
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