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Menos en un año bisiesto


“…sabes que no sueño con vos al dormir,
No es bueno soñar con los ángeles de hoy…”

Era complicado, después de recorrer tantos estados me sentía intranquilo, varios estados había residido en estancias cortas pero no era lo mismo que estar en un solo estado, llegue a casa de mis padres, necesitaba urgentemente una cerveza, había estado huyendo como siempre había sido mi vida, por eso quizás me llevo a conocer casi el 80% de la república, cuando de pronto, vi una alerta en mi teléfono, esa vez yo estaba solo, destapando una cerveza y encendiendo un cigarrillo, cuando como si se tratará de magia, apareció un mensaje que me hizo sobresaltar, el mensaje iniciaba con “…hola… sé que es raro que te moleste después de tanto tiempo…” obviamente para mí no era una molestia, si la persona que escribió el mensaje supiera la sonrisa que me hizo sacar al terminar de leer el mensaje, entendería que aun la sigo esperando, pero bueno, le di un trago a mi cerveza y seguí leyendo, mi corazón latía tan a prisa como si tuviera taquicardia, es más puedo apostar que solamente puedo decir que en dos ocasiones pude sentir mi corazón a pleno como en ese momento, uno fue cuando la conocí a ella y el otro cuando de mi auto aceleraba y el velocímetro llegaba a 240 km/h, pero bueno así fue, pasadas las once de la mañana mi corazón empezaba a latir, recreaba aquellos momentos que viví a un lado de ella, que siempre fue una misma línea, jugando a lo prohibido, la primera vez fue dándole seguimiento personal a algo laboral y la segunda trasgrediendo los valores y buenas costumbres, pero bueno en ese momento estaba cantando esa canción de las pastillas del abuelo, “hay muchas cosas que me hacen pensar en ti, el brillo de tus ojos en mis sueños, las ganas de hacer de tu corazón el único dueño, y esa alegría que cuando te fuiste perdí…” cuando de pronto me entra una llamada de un número desconocido, yo en verdad quería que fuera ella, la lada daba a donde residía, pero no, desgraciadamente era una oferta de trabajo, accedí a la petición, por motivos que no me encontraba en la ciudad donde estaba el trabajo hicimos acto de hacer una entrevista en línea, gracias al Skype pudimos llevar una entrevista amigable y justo cuando pensaba que todo había acabado, me dijeron que en dos días me esperaban para afinar detalles y poder concretar la oferta de trabajo, yo maldecía a los dioses, sobretodo porque no iba a tener días de descanso pero bueno destape una cerveza más y encendí otro cigarrillo, mientras reflexionaba sobre el futuro que me esperaba, quizás con suerte me iba a encontrar con ella en un restaurante o en alguna plaza pública, así que disfrute un seis de cerveza como condenado a muerte y después arregle todo para viajar a esa ciudad.

Al llegar a la ciudad de la oferta laboral, me hospedé con unos amigos, les dije que era una estancia corta, se sorprendieron cuando me puse aquel traje negro y salir con ellos a las 7 am, la entrevista fue un éxito, me pedían empezar en la quincena siguiente, acepte el trabajo y empecé a buscar un lugar donde vivir, era más complicado que de costumbre, pero todo salió conforme a los planes, en una semana ya tenía donde vivir y un trabajo al cual me iba a amarrar por los siguientes tres meses, la paga no pintaba mal, lo único malo es que no la había visto. Los siguiente tres meses pasaron sin pena ni gloria, incluso no había reunido los puntos esenciales para poder continuar con el trabajo, pero bueno al menos mi jefe directo me había contratado como chofer particular, su esposa era un estuche de monerías, aprendí a ver y callar, lo que nunca en mi vida había hecho ¿Por qué lo hice? Porque la había visto a ella, no a la esposa de mi jefe, si no a aquella que había sido el amor de mi vida, estaba en el círculo de amistad de la esposa de mi jefe, nunca hubo un acercamiento como tal pero si debo de admitir que la soñaba una noche antes y al siguiente día la veía, era como una  premonición, empecé a ir gustoso a las plazas comerciales y también a las reuniones, solo para verla a ella, incluso puedo jurar que un día me guiño el ojo, pero bueno eso nadie puede saber porque no había nadie cuando lo hizo, las cosas siguieron su curso, yo solo buscaba verla y ella de vez en vez me veía y me daba una señal, hasta que un día mi jefe me dijo “sabes kru, tenemos cuentas pendientes con un socio, sé que conoces a su esposa, necesito que busques la forma de poder acercarte a ella, mi esposa no ha podido hacerlo, pero confió en ti…” esa vez yo me sentí como Ronaldinho jugando al futbol, me iban a pagar por algo que me encantaba hacer, así que empecé con abordarla, fue muy complicado, ella con un porte distinto al que yo recordaba se plantaba frente a mí, hasta que no se en que jodido momento logré quedar con ella, fuera del circulo de amistad, era muy complicado poder compaginar, yo le mentí diciéndole que la volvía a buscar para concretar lo que años anteriores habíamos dejado pendiente, ella me creyó, no sé por qué motivo pero lo hizo, nos quedábamos de ver en horas de la madrugada, incluso metí mi sedan de uber y era el pretexto idóneo, ella me avisaba y me acercaba para tomar el servicio, si se lo daban a otra persona ella cancelaba el servicio hasta que fuera conmigo, ¿qué hacíamos? Solo platicábamos, incluso una vez la recogí en el aeropuerto, decía que no tenía ningún plan y yo le dije ir a escuchar un mariachi, ella dudando acepto, puedo decir que fue la primera vez que la vi llorar, a mí se me olvido el motivo por el cual estaba trabajando y quizás ella bajo la guardia.

Era tan extraña la situación que un día después de trabajar, ella abordó mi uber, después de ofrecerle agua y dulces ella me sorprendió con una pregunta diciendo “¿sabes que día es hoy?” , yo un poco desconcertado le dije “si, es 28 de enero del 2018”,  ella con una mueca de felicidad me dijo, “¿recuerdas la maldición de los años bisiestos?” , mi mente empezó a maquinar, a ella la había conocido un 28 de enero del 2012, después volví a saber de ella un 28 de enero del 2016 y ahora era 28 de enero del 2020, los tres habían sido años bisiestos, pero no recordaba una maldición como tal, inmediatamente ella me besó, fue un beso digno de una diosa, de esos que sientes que el tiempo se detiene, que la vida no vale nada, que solo esperas la muerte…

Después de irnos a un motel y hacer cosas que solo nuestros instintos nos dictaban, pase a dejarla a su casa, mi vida empezaba a cobrar sentido de nuevo, aunque sinceramente estaba sellando un pacto para pertenecer al ejército del patas de cabra, mi jefe buscaba la forma de hacer sufrir a ella y su gente ¿Por qué? No lo sé, quizás por viejas rencillas, pero yo en ese momento no pensaba más que en ella, mi cabeza no daba para más, ella se metía en la plática de la esposa de mi jefe, ella se metía en mis pensamientos, ella se metía hasta cuando iba a hacer el súper, mi jefe se dio cuenta quizás, por eso me jugo una tetra, me sorprendió cuando me dijo “chaval, voy a ser sincero contigo, sé que tienes un amorío y te voy a ofrecer lo que ganarías en 10 años, pero en efectivo, claro si es que estas dispuesto a dejar en mis manos a esa mina, si no aceptas, te quedas sin trabajo y sin dinero y de todas formas lograré hacerme de ella”, yo lo puse en duda desde el primer momento, le dije que iba a pensarlo, sabía que no debía de demorarme. En los siguientes días me puso más ocupaciones, no tenía tiempo de verla, me estaba hartando de la situación así que decidí amarrarme los pampers y decirle “sabes, creo que prefiero a la mina sobre el efectivo”, él solo se echó para atrás en su silla de piel, y empezó “¿recuerdas cuando eras el rey del universo? Déjame recordar, espera, hace 8 años y después hace 4 años, ¿sabes quién te llevo a la ruina?, no fuiste tú y claro está, quizás debes de recordar esa tarde en el aeropuerto, esa vez cuando te despediste de ella, a partir de ese momento tu mundo se desmorono, perdiste tu empleo, la mina con la que estabas saliendo te dejo, tu familia se alejó, tus amigos, vaya estaban en desacuerdo contigo y después de navegar por casi toda la república llegaste conmigo, digamos que soy tu puerta a la venganza y aparte de todo, vas a tener tanto dinero junto que no vas a saber qué hacer con él, pero bueno, piénsalo y mañana temprano me tienes una respuesta”, yo lo veía con un odio, solo apreté mis puños y me retiré, con una sensación de hartazgo, llegue a casa y me puse a reflexionar mientras tomaba la decisión, recordé aquel momento cuando me reprocho mi alcoholismo, también cuando me dijo que ni de loco pensaría estar con ella toda la vida y para finalizar recordé la charla que tuvimos al despertar en el motel donde ella se catalogaba como una no patriota, así que me fui a la cama antes de tiempo, quería consultarlo con mi almohada.

Al despertar, le marque a mi jefe y solo le dije “quiero que sea en efectivo” y él contestó “vale, pero debes de entregarla, dando y dando, nos vemos en el segundo acceso a la playa a las 20:45, deja tu auto sin seguro en el estacionamiento público, ahí dejaré el efectivo en la cajuela del auto” , estaba yo nervioso, no sabía qué hacer, me acababa de lavar el cerebro como se le hace a un niño para que saque buenas calificaciones, le marque a la mina, la invitaba a pasar la noche en la playa, era un lugar seguro, sin luz, la gente no iba a darse cuenta, ella me pidió pensarlo y antes de las 18 horas me pidió que pasará por ella, ya sin servicio de uber, de forma directa, creo que no quería ser descubierta por su pareja en turno, accedí y pase por ella 20 minutos después, tomamos con rumbo a la playa, ella iba en el asiento trasero, al llegar al estacionamiento ella se bajó con un traje de baño tan ceñido al cuerpo que no dejaba nada a la imaginación, me pidió que fuera detrás de ella y como un perro lo hice, nos metimos al mar, deje la hielera con mi celular a 15 metros de donde llegaba el agua del mar, nos abrazamos, nos besamos, vi cuando entre las sombras personas se acercaron a mi hielera y dije “ya valieron, deja me salgo para que no se roben nada”, ella con un beso me hizo quedarme en el agua diciendo “no chaval, deja veo que quieren, si ves que se ponen agresivos, ahora si debes de ir a golpear”, nos separamos de las manos en ese momento, sentía que era el final, quería decirle que no fuera, quería decirle tantas cosas que cuando reaccioné, la atestaban un golpe atrás del cuello que la hizo caer de forma inmediata, yo corrí y también con la misma suerte.

Al despertar estaba ella atada a la cama, cuando me acerqué, me vio fijamente, pidiéndome misericordia, perdón, en el aire sonaba aquella canción de Calle 13 en la estrofa que dice “…quien no quiere a su patria, no quiere a su madre” así que tome un machete y sin pensarlo, lo ateste en su garganta, me quede parado mientras la sangre brotaba, mi jefe entró por la puerta de la habitación, me felicito mientras bebía de la sangre que brincaba a borbotones, su cara de malicia me recordaba como si fuera un niño malcriado, me tomo del cabello y lo hizo para todos lados diciendo “eres buen muchacho campeón” , yo me quedé inmóvil, no podía gesticular algún sentimiento, me hicieron beber de su sangre, mis planes se había deshecho, yo quería acusarla y después rescatarla, pero no, no pudo ser posible, recuerdo que mi jefe me dijo “vaya, que lastima, le gustaban los alcatraces y los tulipanes, pero puedes llevarle esas flores a su tumba, para que seas de esos que no van a sospechar de su muerte”.

Pasaron varias noches y yo seguía soñando con su mirada, como pidiendo clemencia, después yo me despertaba y veía los billetes formados en filas, era una cantidad irracional en efectivo, deshacía las filas de dinero mientras la recordaba, después volvía a contar los billetes y los acomodaba por valor adquisitivo, me senté y destapé una cerveza, encendí un cigarrillo mientras me ponía a pensar ¿Cuál fue el motivo por el cual la maté? Quizás fue por el jodido dinero, aunque también pudo haber sido por celos, aunque la última respuesta la tuve mientras encendía un segundo cigarro, y me dije a mí mismo en voz alta, “ella se fue por traición, nadie traiciona por amor a este chaval y menos en un año bisiesto, la traición se paga con venganza”…



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