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Me sirves otro carajillo por favor


“…la cosa eran unos cuantos besos,
Matar las ganas y perdernos luego,
Pero mis sentimientos,
Confundieron el juego…”

Al parecer la suerte me había volteado a ver de nuevo, tenía ya dos meses de haber llegado a esta bella ciudad de Morelia, tenía un trabajo estable, me había hecho de una cafetería y estaba pagando una casa, las cosas no habían sido nada fáciles, pero ya íbamos saliendo del bache, mientras hacía unas declaraciones en la madrugada encendí un cigarrillo, era una noche de primavera y como todas calurosa, jodido vicio lo había dejado hace ya 4 años pero este cigarrillo lo encontré en ese baúl de los recuerdos, ¿Qué tengo en ese baúl? Escritos, cartas, fotos, una cadena, dos anillos y una carga sentimental terrible, bueno en ese baúl tenía ese cigarrillo y lo saque para tirarlo, pero me puse a trabajar y en automático lo encendí al finalizar, no voy a mentir, me sentí tan bien, lo fumaba mientras pensaba como había cambiado mi vida, antes cuando llegaba a venir a Morelia era para embriagarme y estar de fiesta, ahora estoy acá trabajando, estaba en ese pensamiento cuando el cigarrillo se acabó y casi por arte de magia apareció mi hijo, diciéndome “pa´ ¿Por qué no te has dormido?”, le dije que estaba trabajando y de pronto me dijo “¿te puedo preguntar algo y no te enojas?, pensé por un momento que me iba a decir algo sobre el cigarrillo y le dije que sí, fue cuando inicio “¿Por qué no somos una familia normal?, sabes mis dos amiguitos nuevos, Fernanda y Charly son hermanos y viven con su mamá y su papá, después me hicieron burla porque les dije que yo solo vivía con mi papá y que no conozco a mi mamá”, eso lo dijo mientras se le quebraba la voz, solo atine a abrazarlo, a pesar de sus 6 años estaba enorme, lo cargué y lo puse en mis piernas, estaba intentando pensar cómo explicarle que su madre se fue cuando el tenía 1 año de nacido, que le estorbábamos los dos, que ella decidió rehacer su vida, pero de una forma en la cual no se notará mi rencor sobre ella, así que solo le dije “tu mami algún día volverá, necesitaba respirar un poco, pero pronto volverá”, mi hijo se me quedo viendo a los ojos y me dijo “¿me lo prometes?”, solo asentí, promesa de campeones, promesa de campeones.

Los días trascurrían y yo con un nudo en la garganta, mi hijo si requería el amor de una madre y más ahora que estábamos alejados de todos los familiares, intente salir con algunas minas pero nada resultaba, mi hijo estaba empeñado en buscar a su madre, incluso me orilló a en unas vacaciones ir a buscar a sus abuelos maternos, no les pareció mucho la idea a ellos pero se vieron felices de ver a su nieto, vivían a dos horas en la ciudad de Celaya Guanajuato y bueno a partir de ese día nos veíamos mínimo una vez al mes, mi hijo se sentía tan bien que creo había olvidado el tema de su madre.

El tiempo pasaba, yo deje de trabajar para una empresa, me hice de dos cafeterías más y trabajaba de contador de forma autónoma, tenía tiempo de todo, sobre todo de ver crecer a mi hijo, llevarlo al colegio, al círculo de lectura, al taller de escritura, al futbol y al box, eso por largos 10 años, el tiempo pasa rápido y más cuando lo disfrutas, teníamos 3 o 4 días de cumplir 10 años viviendo en Morelia cuando sucedió el fallecimiento de la abuela materna de mi hijo, fue un golpe duro para él, incluso nos la pasamos dos semanas allá, no éramos tan bienvenidos por los demás integrantes pero si por su abuelo y era quien mandaba, entre los dos crearon un lazo maravilloso que ni con mi padre pudo hacerlo, pero en verdad eran felices y eso me gustaba, mi hijo después del fallecimiento se quedó la siguiente temporada vacacional con su abuelo, no me gustaba mucho la idea porque iba a dejar todo por un mes pero estaba saliendo con una mina y me comentaba que era bueno empezar a dejar que mi hijo viviera su vida y de paso yo vivir la mía.

Ese mes fue complicado, me daba demasiada ansiedad lo que pasaba con mi hijo, me empezaba a hacer preguntas absurdas en mi cabeza tipo ¿y si conoce a su madre y ya no piensa regresar conmigo? ¿Si le gusta la vida de Celaya y quiere que nos mudáramos para allá? ¿Si quisiera vivir un tiempo con su abuelo? Pfff era complicado, retomé el vicio del cigarro y empezaba a beber un poco por las noches, la mina con la que salía me ayudaba demasiado en entender un poco esa dinámica, pero yo pensaba que ella lo hacía para separarnos pero en verdad me ayudaba, pero bueno era complicado, él había sido el compañero de vida, pero ahora estaba también ella, Elena.

Era domingo no teníamos planes con Elena, incluso nos quedamos en casa viendo películas, comiendo alitas y pizza, acompañados con unas cervezas, cuando de pronto, llegó mi hijo, no andaba muy animado, se supone que llegaría el miércoles y no en domingo, apagamos el televisor y nos sentamos en la mesa los cuatro, Elena, mi hijo, su abuelo y yo, platicamos un poco de sus vacaciones, su abuelo ya se estaba despidiendo cuando mi hijo me dijo “pa´ ¿crees que el abuelo pueda quedarse con nosotros unos días?”, le pregunté al señor y me dijo que él no tenía problema y le arreglamos el cuarto de visitas, Elena nos ayudó en todo momento y quizás fue el momento oportuno para decirle a mi hijo que Elena iba a venirse a vivir con nosotros, yo temía que fuera a enojarse, que se iba a encaprichar, pero no, solo dijo “eso es todo carajo” y nos dio un abrazo, después le dijo a Elena, “qué bueno que llegaste, porque ya luego no me quería hacer caso a mí”, y echamos a reír los cuatro, mi hijo se quedó ayudando a su abuelo a instalarse mientras yo me comía a besos a Elena en señal de victoria.

Elena me apoyo mucho con la relación de mi hijo y su abuelo, también con la administración de las cafeterías, era maravillosa, el abuelo de mi hijo se había quedado a vivir ya con nosotros, su familia estaba en desacuerdo pero a él le valía madre y digamos que a mí también, vaya éramos esa familia de cuatro que nunca nos imaginamos, las cosas iban de maravilla era todo tan extraño que pareciera que el guion estaba escrito, por fin la suerte nos volteaba a ver, por fin estábamos viviendo ese sueño que mi hijo siempre quiso.

Pero en una ocasión me hablaron de la prepa de mi hijo para notificarme que no se sentía bien, pase por él y platicando en camino a casa me pidió si mejor íbamos a otro lado, necesitaba platicar conmigo y bueno fuimos a ese buffet de carnes que tanto le encantaba, ese lugar que utilizábamos para celebrar, después de comer pedí dos carajillos, uno caliente y otro frio, el frio para mi hijo desde luego y fue cuando empezamos a platicar, su madre había ido a buscarlo días atrás a la escuela, incluso en un día fueron por un helado, el problema es que el sabiendo que era su madre no podía decirle que no, pero tampoco tenía ganas ni intención de conocerla, por eso se sentía extraño, me pidió un consejo y solo le dije “si quieres conocerla aprovecha, recuerdo cuando a los 6 años anhelabas que viviéramos como una familia normal, así como vivían Fernanda y Charly, ahora tú tienes la posibilidad de conocer a tu madre, solo te voy a pedir una cosa, no le pidas a ella que intente algo conmigo y tampoco a mí me pidas que intente algo con ella”, el solo cerró los ojos y asintió, después de acabarnos el carajillo pedimos unos tragos y nos pusimos un poco borrachos, él me platicaba de Fernanda que había sido su crush de toda la vida y ahora estaba saliendo ya con ella por fin, yo le daba algunos consejos para que no cometiera las pendejadas que yo cometí.

Llegamos a casa y Elena se sorprendió de vernos cantando y alegres, hasta nos pusimos a jugar videojuegos, pedimos unas cervezas más, Elena y el abuelo nos acompañaron con las cervezas, traíamos una fiesta terrible en la casa, quizás nunca se había destilado tanta alegría en ese hogar, hasta que de pronto empezamos a confesar algunos secretos y fue cuando Elena confesó que la mamá de mi hijo era su amiga, mi hijo se le quedo viendo con un odio y yo también, estaba a punto de decirle algo cuando el abuelo dijo que había sido idea de él eso y Elena siguió diciendo que tuvo la desgracia de enamorarse y se hizo un silencio enorme, yo solo cerré los ojos, me concentraba en no decir nada, por fortuna esa noche acabo.

ME quede dormido en la sala, no quería compartir cama con Elena, me desperté ya que escuche demasiado ruido, era mi hijo que estaba preparando el desayuno, me puse a ayudarle, sentí que era demasiada comida lo que estábamos haciendo pero no dije nada, me dijo que me diera un baño en lo que él acababa y así lo hice, cuando volví estaba la mesa servida con un espacio vacío, a mi derecha estaba mi hijo, después seguía su abuelo después la mamá de mi hijo y Elena a mi lado izquierdo, quizás mi cara fue un poema, cerré los ojos asentí, la verdad no quería compartir mesa con Elena, ni con el abuelo de mi hijo ni con la madre de mi hijo, traía una cruda espantosa y quizás ese era el peor escenario, solo salude con un “buenos días” y una sonrisa fingida. No hubo problema con el desayuno, pero se sentía una tensión jodida, bueno si acaso le hacía falta un poco de sal al omelette, pero de ahí en fuera todo estaba de maravilla, al acabar mi hijo nos sirvió unos carajillos a todos, solo a su madre y a mi calientes, lo degustamos mientras mi hijo daba unas palabras de agradecimiento, si no fuera por el momento tan serio yo me hubiera reído, pero no fue así, después continuo su abuelo, igual agradeciendo y disculpándose, después Elena haciendo lo mismo y de pronto quedo un silencio, ni la madre de mi hijo ni yo queríamos hablar, asi que tome un poco de aire y dije “hijo, me sirves otro carajillo por favor”….



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