El Jardinero
El siguiente escrito contiene escenas de sexo y violencia, los autores de este blog no estamos a favor de se realicen, el escrito esta dirigido a una petición y por lo mismo no estamos a favor de los hechos que a continuación se describen, les solicitamos a los lectores que si son menores de 18 años o si son sensibles favor no de continuar leyendo, los autores de este blog no se hacen responsables de absolutamente nada de lo que pueda devenir al leer el post, esto es con fines lúdicos y de esparcimiento, jamás se buscaría replicar los hechos citados ni algo similar a ellos e incluso condenamos a quienes lo realizan.
¿A qué me dedico? Soy jardinero y
quizás como muchos de ustedes también me pregunto muchas veces ¿Qué hago aquí?,
la neta no sé, pero después de mi divorcio todo se fue a la mierda, creo que lo
chido fue que no teníamos hijos, para evitarme de problemas, ella se quedó con
el depa y quedamos en un acuerdo que me daba una cuarta parte del valor del
departamento en efectivo y la otra cuarta parte me la iba a depositar a 2 años.
Me mudé a una ciudad pequeña de apenas menos de 10 mil habitantes, puse una
tiendita y en mi vida no pasaba absolutamente nada, me iba bien vendiendo, en
mis tiempos libres iba a nadar y cuidaba de las plantas y arboles de la casa
donde llegué, lavaba autos los fines de semana y de pronto hubo una vecina que
me pagaba para podar el pasto, cuidarle los arboles frutales y varias plantas,
no voy a mentir, antes de abrir la tienda iba a su casa y empezaba a darle mantenimiento
a las plantas, empezaba tomando las guayabas, naranjas, mangos, toronjas y
papayas que cortaba y las dejaba en la puerta que daba atrás del patio, acomodaba
la manguera en algún árbol y me iba a abrir mi tienda, me preparaba mi café y
si pasaba el niño del pan le compraba una conchita natural; fue algo bueno ya
que en base a las recomendaciones de la señora Socorro (así se llamaba mi
vecina) empecé a trabajar en los jardines de otras casas, primero podando el
pasto, después dándole mantenimiento a los arboles frutales, fue tanta mi
aceptación que a los dos meses de llegar ahí, ahora ya tenía un par de personas
que me ayudaban a atender la tienda, ya que yo no me daba abasto y sacaba mas
dinero de jardinero que de mi tiendita.
Todo iba de maravilla hasta que un
día en casa de los Cordero, una de sus hijas me regaño por el ruido que hacía,
yo solo voltee a verla y seguí haciendo mi trabajo hasta que llego con su padre
y me corrió de la casa, creo que es momento que diga la verdad, en ese momento
ya me faltaba podar 9 metros cuadrados de 120 metros cuadrados, creo que lo
hicieron para no pagarme, no voy a mentir en ese momento tenia ganas de irme a
los golpes con el señor, pero después fue su esposa (la Señora Carolina que fue
quien me contrató) y me dijo que pasaba a mi tienda en la noche para pagarme lo
trabajado, me tragué mi orgullo y me fui de esa casa, después le confesé a la
señora Carolina que tenia ganas de amarrar a su esposo y a su hija y después pasarles
la podadora por encima, y después cuando estuvieran todavía vivos, sacarle la
gasolina a la podadora y vaciarla en ellos, después prenderles fuego y
patearlos para que fueran quemando el pasto hasta que murieran, no me van a creer
pero la señora Carolina cuando le dije eso hizo una cara de malicia y solamente
me dijo “¿ese servicio lo cobras extra?” y me regaló una sonrisa
maravillosa, voy a confesar que después de un mes despertaba a un lado de esa
sonrisa.
Ya sé, se están preguntando ¿qué
pasó?, pues solamente paso lo que tenía que pasar, el esposo de Carolina y su
hija pagaron por sus pecados en vida, fue dos días después, recibí una llamada
de Carolina, se notaba muy feliz, ya sabes como cuando alguien te cuenta algo
muy ilusionado por teléfono, solamente me dijo “te veo en media hora en mi
casa, pero vente ya comido, me vas a ayudar a preparar la cena”, la verdad
yo pensé que iba a darme a la señora, era una señora de unos 43 años, con una
hija de 19 años y su esposo ya entrado en los 60, la señora se conservaba muy
pero muy bien, tenia una cara de perversa que no se la aguantaba, era muy déspota
y culera con la gente pero conmigo nunca fue así, me hablaba de tú, me ofrecía
de comer y después me ofrecía de todo lo que yo quisiera, vaya uno con 30 años,
recién divorciado y te hacen una propuesta así, pareciera que ni mandada hacer.
Pero bueno, regresemos, llegué a su casa, me saludó con un beso en la boca y me
abrazo, nos metimos a su casa dándonos tantos besos que no podría haberlos
contado, nos empezamos a desnudar hasta que escuché el ruido como de alguien
gimiendo, volteé debajo de la escalera y vi a su esposo estaba amordazado,
atado de pies y manos viendo hacía abajo gimiendo, ella me comía la cara a lengüetazos,
mientras su marido nos veía, no le dije nada, tuvimos una sesión cuerpo a cuerpo
donde su esposo vio todo, cerraba los ojos ya gemía fuerte, después encendimos
un cigarro y ella me dijo, “¿te quieres desquitar? Ahí está", no lo pensé dos
veces, le quité la cuerda de los pies y de las manos, el intentaba quitarse la
cinta adhesiva de la boca y le solté un derechazo, cerraba los ojos y se me
dejo venir como loco, pero de un buen derechazo le apagué la luz, ella se
acercó con un cuchillo y me dijo “escucha como chilla” en ese momento le
empezó a hacer cortadas en el cuerpo y le echaba alcohol, se escuchaba su desesperación
hasta que dejo de moverse, ¿Cuántos cortes fueron? No lo sé, no recuerdo, pero
lo destazamos, después lo dejamos en el patio de atrás a que se desangrará
colgado de los pies como si fuera un puerco, fue algo muy extraño, pero
despertó en mi algo muy cabrón, esa sed de sangre, de dolor, de placer, no sé
describirla.
Con Carolina nos hicimos amantes,
nadie sabía de nuestro amorío y nadie preguntaba por su esposo, su hija se había
ido a estudiar ingles a Canadá y nosotros teníamos fiesta diaria, ella se codeaba
con los mas ricos del lugar y en cada fiesta hacia platillos gourmet, todo alababan
su cocina, era muy rica, en esas fiestas yo pasé de ser el jardinero a ser uno más
de ellos.
Carolina me daba regalos un poco
peculiares, primero fue una pulsera hecha de los 4 dedos meñique de su esposo, después
fue un collar con los molares y los colmillos de su esposo, pero todo se salió
de control cuando me preguntó “¿Quién mas te ha tratado mal?”, cada
persona que yo decía, cada persona que hacíamos lo mismo, ella seducía a la
persona y la torturábamos en conjunto, pasamos de hacerlo en unas horas a
mantener vivas a las personas por 4 o 5 días, bueno si se les podría llamar
personas, ya que carecían de control de ellos mismos.
Pero todo se acabó cuando un hijo
del presidente municipal empezó a dudar de nosotros, no nos dijo nada, era uno
de los que comían mas en las fiestas pero una noche Carolina me marcó diciendo
que se habían metido a su casa, yo como pude me puse un short y corrí a su casa
con una escopeta cuata que tenía para ir de cacería, pero cuando llegué era
demasiado tarde, Carolina tenia un corte en la yugular, estaba toda ensangrentada
y solo me veía con ojos de piedad, la vi de lejos y cargué el arma, me metí de
forma sigilosa y sentí un golpe al pasar la puerta, me tiré al piso para que
pensarán que me habían noqueado pero cuando se iba acercando el hijo del presidente
municipal, disparé, fue un ruido estruendoso, solo vi como voló su hombro
derecho y todo su brazo, la sangre brotaba, yo estaba en el piso, me paré de inmediato
y le di un cachazo al morro, hice un intento de abrazarlos, con un cuchillo
corté la yugular del morro, la sangre no paraba de brotar, yo veía a carolina
que iba cerrando sus ojos poco a poco, cuando terminé de matar al morro lo que hice
fue morder a Carolina, le arrancaba los pedazos con mis dientes, era algo muy satisfactorio,
después hice lo mismo con el morro, sus cuerpos terminaron desollados por mis
dientes, ¿Qué tiempo pasó? Quizás 30 o 40 minutos, corrí a mi casa, pero me
quite toda la ropa, me había limpiado la sangre y aun así podía olerme a lo que
huele la sangre, aventé los pedazos de la cara de ellos y mis ropas a los
puercos que eran del vecino de un lado ella, me di un baño en mi casa y me
dormí.
Por la mañana me despertaron unos
toquidos en mi puerta y fue cuando recordé que había disparado con mi arma, así
que gracias a mis conocimientos de boy scout lo que hice fue me que amarré en
el baño de mi habitación, no sin antes correr a la puerta de atrás y romperle
una llave a la chapa, después abrí cajones y saqué todo, me puse unos golpes
con las patas de la cama en la cara, después me amarré yo solo con esos
conocimientos, de pronto escuché como entraron a la casa, mientras mi sangre corría
por mi cara y yo la saboreaba, intentaba gritar pero no salían mis gritos, solo
eran gemidos porque me había amarrado una playera a la boca, escuché como iban
subiendo las escaleras y yo intentaba gritar, gemir, patalear, que se viera que
me habían amordazado, subían de forma sigilosa, de pronto vi los pies de una
persona, se me acercó, era el encargado del orden, me apuntaba con una prieto
beretta, al ver que estaba amordazado lo que hizo fue verificar mi cuarto, con
un gesto de desaprobación me dijo “tranquilo, soy Regulo González, el
encargado del orden, te venimos a rescatar”, me desamarró y después me preguntó
“¿Qué te pasó?”, le dije llorando que no sabía, estaba yo dormido y escuché
pasos, pero cuando me desperté me pegaron en la cabeza, quizás eran dos o tres
personas porque me estrellaron contra las patas de mi cama, me amordazaron y después
me amarraron, solo escuchaba como abrían mis cajones y escuché que se llevaron
una de mis armas, no se si fue el rifle 22 o la escopeta de cacería, yo solo
escuchaba que decían que esto iba a servir de escarmiento y yo empecé a rezar, me
desmayé pero no sé si me pegaron o si del dolor lo hice, ¿Por qué pregunta
oficial?” y ahí el oficial se me quedó viendo, dejó su pistola en la cama, mas
cerca de mi que de él y dijo “es que, mataron a tu veci…”, ya no escuché
más, en ese momento agarré el arma y le disparé, después le puse una cita
adhesiva en la cabeza para que no gritará, pataleaba y manoteaba pero con el
teaser logré contenerlo, le hice 32 cortadas antes de cortarle la yugular, después
dejé un pedazo de la biblia en el cual decía “Alegraos en Jehová, - Cantadle
cántico nuevo- El alma la rectitud y la justicia- Bienaventurado la nación cuyo
Dios es Jehová…”
Preveo una carrera corta pero intensa en nuestro protagonista. A veces es mejor así, pisar el acelerador hasta el fondo y ver hasta donde puedes llegar antes de salirte en la primera curva.
ResponderBorrarNo estoy a favor de la maldad, pero sí de llevar las cosas lo más lejos posible :)
Tienes razón, a veces es bueno pisar el acelerador y decir "a la chingada"...
BorrarTe dejo un abrazo de esos que alientan a darle puro pa' delante.