No desesperes si algo no anda bien

 "hoy puede ser un gran día y mañana también"

Debo de aceptar que no he tenido un grado de madurez de acuerdo a mi edad, todavía me sorprenden los trucos de magia, me sorprenden los malabares e intento hacerlos, cuando aprendo un significado de una palabra nueva la utilizo hasta el cansancio y bueno acepto que también me gusta tocar los timbres de las casas de desconocidos y justo esta historia tiene que ver con eso.

 

Caía ya la tarde venia de caminar por el centro y sobre la calle que iba caminando habían unos niños jugando quien llegaba primero a tocar un carro y en eso se me ocurrió una idea, era tocar el timbre de una casa justo cuando los niños se iban a echar a correr, hice los movimientos exactos y toqué dos veces, se escuchó el correr de los niños y yo caminé en sentido contrario a ellos por la banqueta, salió una mina gritando el típico “¿Quién?¿Quién?” y salió se me quedo viendo y dijo “ya está grandecito para que esté haciendo eso ¿no?” yo me hice el desentendido y volteé a ver a los niños, ella hizo una mueca de enfado y yo seguí con mi camino.

 

Pasaron quizás dos semanas, me hablaron para una entrevista de trabajo y asistí a la entrevista, mi sorpresa fue muy evidente cuando la persona que me entrevistó fue la mina de la casa que había tocado el timbre, desde ese momento pensé que no iba a quedarme con el trabajo pero me equivoqué, me dieron el trabajo e iniciaba en la quincena siguiente.

 

Pasaron los días y no pasaba absolutamente nada, incluso me aburría un poco en mi trabajo y se dio que era la fiesta de inicio de año de la empresa, procure no beber demasiado, de todas formas soy muy reservado y no conocía a tanta gente, paso algo extraño con Gabriela (la de RH, la de la casa que había tocado el timbre) ella me empezó a hacer plática, se notaba un poco bebida ya que tenía un poco rojita la cara, como si estuviera ruborizada, platicamos a lo largo de toda la fiesta, bailamos un par de canciones como si fuéramos viejos conocidos y bebimos un poco más de la cuenta, bueno en sí creo que éramos los menos borrachos de la fiesta, así que llegó un momento donde me empecé a despedir para retirarme y en eso Gabriela me dijo “¿Crees que puedas darme un aventón a mi casa? No traje auto ya que regularmente me pongo a beber”, le dije que sí y nos enfilamos rumbo a su casa, poco antes de llegar me pidió parar en una licorería y compramos dos botellas de tinto y unas cervezas, me invitó a seguir la fiesta en su casa y sinceramente no me negué, en la casa no paso mucho, nos tomamos las dos botellas de tinto, platicamos, nos dimos unos besos y de pronto ¡pum! Se quedó dormida en un sillón, lo que hice fue acostarla bien y ponerle una frazada que estaba ahí cerca, me imaginé que la tenía ahí para cuando veía alguna película o algo así, me salí rumbo a mi casa.

 

En el camino iba pensando en lo que había sucedido, quizás era un error, quizás el lunes iba a estar muy cortante o quizás iba a buscar un pretexto para no extenderme el contrato, pero no, al contrario estaba muy servicial, comíamos juntos a la hora de la comida y pasaba seguido a mi oficina para platicar de cualquier cosa, empezamos a salir por unos tragos, vaya parecíamos como novios, nos acabábamos a besos, caricias, promesas y un sinfín de cosas pero ella me dejaba en claro que no buscaba nada serio ya que tenía poco de su divorcio. Gabriela era dos años menos que yo, ya tenía un divorcio a cuestas, no tenía hijos, vivía sola y su tiempo libre lo dedicaba a ayudar en una casa hogar de animales callejeros, le gustaba leer novelas que hablaban de amor pero en tiempos pasados, veía series y algunas películas de amor, congeniamos en ver How i meet your mother, Odiaba a Barney stinson a Ted Mosby y a Robin Scherbatsky.

 

Pasaron los meses y de pronto pasábamos todo el tiempo juntos excepto los jueves que yo jugaba fútbol y los domingos ya que ella se iba a su labor social y yo me iba a andar en bicicleta, conocimos algunos lugares juntos que creo que era cuando más se nos veía enamorados, incluso en una ocasión me cayó a mi partido de futbol del jueves por la noche, me dio un beso maravilloso y me propuso formalizar el noviazgo, esa noche poco importó el campeonato que habíamos ganado, yo estaba más feliz por la propuesta que por el campeonato así que se me hizo una buena idea agarrar un viaje a una playa no muy concurrida, teníamos unos días por las vacaciones y compré todo para darle una sorpresa.

 

Se llegó el día de salir, yo le preparé su maleta y salimos como regularmente lo hacíamos, a veces ella armaba todo y no me decía nada y otras veces yo, pero era la primera vez que íbamos a la playa, ella se fue dormida las 6 horas de camino mientras yo manejaba, llegamos a la playa y fue cuando la desperté, ella se mostró sorprendida, yo pensé que era de la emoción pero al contrario ella se disgustó demasiado conmigo, me empezó a reclamar y yo no sabía que carajos decir ¿Qué había hecho mal?, no me decía nada solo me reclamaba, llegué al punto de decirle que cerca de ahí habían unas casas campestres a unas dos horas de ahí y nos íbamos para allá, aunque se perdiera la reservación del hotel, quizás fue cuando entendió que yo no sabía que chingados pasaba, me dio un abrazo y me pidió seguir con el itinerario, nos sentamos a almorzar y ella bebió más de la cuenta, era como si quisiera olvidar algo.

 

La verdad fue una pésima idea mía, no la pasamos tan bien como yo lo había imaginado, ella se la pasó borracha todos los días de inicio a fin del día, teníamos casi nada de comunicación, solo eran fotos para los estados de WA y para el Insta, pero nada más.

 

Nos terminamos regresando un día antes, la verdad me había agüitado y pues no pasaba nada, hicimos el check out y ella seguía borracha, nos regresamos a casa y ella en el camino empezó a decirme muchas cosas, empezó con “no me gusta el mar, creo que nunca te lo había dicho, me recuerda a mi pasado, y no hablo solo de una persona si no de más personas, la playa era siempre el lugar favorito de mis parejas pero por lo que más me molesta es porque en algún momento tuve un affair con un tipo que nunca fuimos nada y a la vez lo éramos todo, el escribía y en una de esas veces hicimos unos escritos y fueron sobre la playa, me hiciste recordarlo, él siempre estaba con una bebida en la mano cuando iba a la playa y habíamos hecho una promesa, era de que cuando fuera uno a la playa se la tendría que pasar borracho para brindar por ese amor”, yo la verdad estaba desconcertado, no sabía que decir y la verdad también estaba enfadado que mi sorpresa había sido una mierda, así que solo le dije “vaya niñería la de ustedes”, en eso ella se quitó los lentes de sol y me dijo “¿Quieres hablar de niñerías? Espera ¿no eres tú el que toca los timbres de las casas y haces como si no pasará nada? ¿Cómo lo sé? Pues digamos que el timbre de mi casa tiene cámara y vi cuando lo tocaste el timbre esa tarde”.



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