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Todavía te sigo leyendo

 

“…de esta carta no espero tu respuesta,

Pero si llega será bien recibida,

Espero que diga que eres una fiesta,

Y de verdad que te trata bien la vida…”

 

 

“Es extraño que recibas este correo electrónico, la verdad no sé porque lo hice pero tampoco quiero una respuesta, hoy te recordé, salí del trabajo y vi a una pareja andar en bici, es extraño pero les tomé una foto, por un momento llegué a imaginar que era la postal que querías tu siempre, los seguí con la mirada hasta que se sentaron en una jardinera, el chaval sacó un cigarrillo y se puso a fumarlo, le daba pequeños besos a la mina y casi casi yo podía saborear esos besos, no sé, te viniste a mi mente, me cagaba que hicieras eso pero al final me encantaba que lo hicieras, después ya tuve que dejar de seguirlos con la mirada, no era posible que te recordará, me pase por un café y mientras esperaba vi a un chaval apuntando algo en unos tickets de compra, pareciera que el día de hoy era para recordarte, tu hacías eso, voy a admitir que en un par de ocasiones leía tus escritos en los tickets de compra, nunca tenían una continuación o una coherencia, vaya como todo en tu vida, cuando pensaba que no ibas a poder sorprenderme siempre lo hacías ya sea para bien o para mal.

 

Al llegar a casa unos amigos de mi esposo vinieron a ver un partido de futbol americano, entre ellos hay un tipo que se parece chingo a ti y no físicamente hablando, si no que la forma en que vivía esos partidos era algo muy similar a ti, primero con un vaso de cerveza en la mano, gritándole a la pantalla y haciendo ademanes como si él fuera el técnico, me da risa verlo y quizás se daba cuenta porque muchas veces me cachó viéndolo como se apasionaba con ese deporte.

 

Y bueno voy a admitir que de vez en cuando te leo, en las noches destapo una botella de tinto y leo tus escritos, los leo e imagino tu voz relatándolos, y créeme que cuesta un chingo de trabajo porque tu dicción nunca fue la mejor, pero a lo que iba, tus últimos escritos le falta algo, algo que no sé qué era, quizás que sabía que escribías pensando en mi o no sé qué era pero le hace falta ese algo, no me gusta que sigues reciclando frases pero ahora les das otro contexto, eso no me gusta, me quedé casada con el contexto inicial, pero bueno, creo que cuando leas este correo electrónico me vas a querer contestar pero este correo solo lo hice para mandarte ese mensaje, ojala no lo contestes porque no voy a leerlo, solo quiero decirte que ahora he visto tus fotos y videos, creo que empiezas otra faceta en tu vida donde dejaste de escribir pero ahora quieres transmitir lo que sientes a través de las imágenes, solo quiero decirte que todavía te sigo leyendo.”

 

El chaval cuando termino de leer ese correo solamente sonrió y tímidamente se le salieron un par de lágrimas, no sabía a ciencia cierta qué era lo que le causaba leer esas letras, pero quizás era el sentimiento de sentirse recordado por ella fue el motivo de que esa emoción saliera en forma de dos lágrimas, esas dos lágrimas que no eran más que un sinfín de emociones de esas que pocas veces aparecen.




Comentarios

  1. Quizás todo lo que escribimos y lo que fotografiamos sea para intentar llegar a ciertas personas que se fueron de nuestras vidas... No creo que sea buena idea, pero tampoco tengo claro que pueda evitarse..

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    Respuestas
    1. En algunas ocasiones sucede que si es así pero creo que en la gran mayoría de las veces solo queremos decir lo que no podemos expresar.

      Te mando un abrazo, leyéndote (no me deja comentar en tu blog, me dice que el comentario esta duplicado o algo asi).

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