Crónica de un no encuentro
Me recuerdas a alguien,
Que tomaba mi mano
Y en mitad de la calle
Me besaba los labios.
Todo empezó hace unos quince días
cuando supe que ella iba a venir, estaba tan ansioso que empecé a escribir de
forma desaforada, intentaba que las ideas se fueran plasmando de la pluma al
papel pero no daba buenos resultados, por más escritos que hice no me salían las
letras que yo quería, en verdad lo hacía teniendo la esperanza que ella los
leyera y me respondiera preguntando qué porque ya no era la protagonista de mis
escritos, pero no había ninguna respuesta, sabía que no iba a poder verla por X
o Y razón, pero tenía la ilusión de que los astros se alinearan y busqué un día
para poder ir en su búsqueda, ¿qué le iba a decir? La verdad no sé pero quería verla,
hasta que por fin llego el día esperado:
08:00 horas: me desperté con una extraña sonrisa en el
rostro, aunque no le había anticipado yo pensaba que podía verla, me puse a
desayunar y lo hacía con singular alegría, veía memes para mantenerme con la
misma sintonía.
11:25 horas: empecé hacer el aseo de la casa, puse un
playlist raro en Spotify de esos que suben los influencers de barrio, canciones
de charanga, salsa y cumbia lo conforman en su mayoría, también fui al tianguis
a almorzar esos taquitos de guisado que cuando tengo tiempo me doy el gusto de
probar.
12:48 horas: me puse a lavar los trastos con un playlist con
el mismo nombre, después me puse hacer un escrito que pensaba darle cuando la
viera, ¿qué dice? Todo lo que le he dicho pero en letras, haciendo una historia
que nunca pasaría.
13:12 horas: termine el escrito y después me puse a pensar
sobre que podría darle, revise la ruta que tendría que tomar para llegar al
punto donde sabía que ella iba a estar.
14:30 horas: me metí a bañar, me afeite dejándome la barba
como delincuente, esa barba que te queda de 3 días de borrachera, me cambie y
mi outfit era el de costumbre, mis inseparables Jeep azul, unos jeans del mismo
color y una camisa lila, acompañado de mis inseparables tirantes color azul
claro.
15:00 horas: me puse la loción que tanto le gustaba que tenía
año y medio que no me la ponía, me sentía confiado, con esa sonrisa de
delincuente que me cargo.
15:45 horas: llegue al lugar de destino, me estacione y me
di cuenta que ya había estado en ese lugar, ubicaba en que zona estaba pero no
accedí hasta allá, porque no había banquitas para estar sentado, saqué mi
celular y le mande un mensaje si podía aceptar compartir un espacio tomando una
tisana caliente.
16:05 horas, me estaba desesperando, no tenía respuesta
alguna y ningún rostro que veía se me figuraba al de ella, pasaron minas con
sonrisas muy lindas pero ninguna era la de ella, seguía sentado en esa
banquita, la taquicardia me empezó atacar.
16:23 horas: después de 5 veces de ver la conversación me había
dado cuenta que ella ya había visto el mensaje y la ilusión de verla volvía a
estar como mi única compañera en ese lugar donde pasaba tanta gente.
16:31 horas: la ilusión se iba esfumando con el ir y venir
de la gente que pasaba de largo donde yo estaba, me empezaba a enojar sin razón
alguna, tenía ganas de decirle a la gente ya
nadie pase por aquí, paren su jodido paso, ¿Qué acaso no se dan cuenta que se están
llevando mi ilusión? ¿No se dan cuenta que están pisoteando mi dignidad?, dejen
de hablar por teléfono y siéntense conmigo para esperarla, hagan algo pero por
favor, dejen de llevarse mi ilusión.
16:57 horas: la ilusión ya se había ido con todos los transeúntes
que pasaban sin darse cuenta lo que se estaban llevando, me paré resignado y
fui por un café caliente, me di cuenta por medio de Swarm que había una cafetería
“pasión del cielo” que tenía buenos comentarios.
17:05 horas: pedí un café con granos etíopes para mitigar mi
ansiedad, la taquicardia empezó a bajar después de darle los primeros sorbos,
voltee a ver por sexta vez ese reloj Omega
que papá me había regalado, maldecía que quizás era mejor idea haberme puesto
el Mido que me ha dado mejores resultados
cuando lo traigo puesto, saqué mi celular y me di cuenta que no había respuesta
aún.
17:18 horas: la resignación me ataco, una vocecita me dijo
que no iba a poder verla, que me dejara de hacer ilusiones, un día más sin
poder verla.
17:20 horas: me subí a mi pequeño auto y empecé a ver la
ruta que tenía que tener para regresar a casa, empecé a tararear aquella canción
llamada “latin lover – Mexican Curious” de Lazcano malo.
17:35 horas: me paré en un Oxxo para comprar una lata de
whiskey americano con agua mineral, la tomaba mientras iba de regreso a casa.
Llegando a casa me di cuenta de
que las ilusiones hay que dejarlas ahí, en una ilusión, pensar que quizás ella
no estaba en ese lugar, pensar que quizás me vio a lo lejos y tomo otra ruta, y
poder tomar al realidad, no la vi y no la iba a ver, así termino mi Martes 5 de
septiembre y
está pequeña crónica de un no encuentro.
Comentarios
Publicar un comentario
Recuerda que todo es en singular...