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Estoy en tu ciudad

“...Soy tu amor y tu dilema,
Y al igual que en las novelas,
Soy el malo con una virtud...”



Por fin me había hecho buenas migas con la sobriedad, tenía ya 2 años que había dejado de beber, justamente después de aquel adiós que por poco y me lleva a la tumba, gracias aquel “perdón, pero ya no podemos seguir juntos” me tiré a la bebida por 3 meses, perdí mi trabajo, dejé mi auto en pérdida total, perdí a mis amigos, perdí a mi familia y solo me faltaba perder la vida, hasta que gracias a un vagabundo con el que me alcoholizaba últimamente en un momento de lucidez me hizo reflexionar con un “aún estás muy joven y tienes un futuro, ella no es la única vieja que existe en todo el puto mundo ¿y si mejor te cambias de ciudad?” después de esas palabras hice lo que me dijo, empecé a cambiar mi vida, por fortuna aún me quedaba algo de dinero después de que el seguro me pagó mi auto, busqué trabajo con la premisa de que fuera foráneo, no me costó mucho trabajo lograr encontrar uno, mi vida había cambiado, por dos años me había mantenido sobrio y trabajando de ciudad en ciudad, pueblo en pueblo conociendo esta gran república, me apasionaba mi trabajo, había veces que me quedaba 3 meses en un lugar aunque en otros quizás una semana, hasta que llegué a un pueblo, esa vez iba de visitar un balneario natural y fue así, solo iba de entrada por salida pero se me hizo tarde ese día que al salir del trabajo me fui a ese pueblo, sus calles eran pintorescas, las calles eran empedradas y la mayoría de las casa eran de techos a dos aguas con teja, de un piso y estaban hechas de adobe, pintadas de color rojo a la altura de un metro más o menos y lo demás era blanco, las puertas eran de madera y color marrón, se veía en verdad hermoso ese pueblo, tenía un par de hoteles y una casa de huéspedes, la principal atracción de ese lugar era un balneario con 3 toboganes y agua que nacía ahí mismo y era la que llenaba las 6 albercas, después estaba la iglesia y su plaza clavada en lo que fue el centro de ese pueblo hace varias décadas, el clima era cálido una temperatura promedio de 30 grados por el día y en la noche 20 grados, tenía un par de paleterías que ayudaban a mitigar el calor de los lugareños, existían 4 cantinas y bastantes tiendas de abarrotes, ese día no alcancé a entrar al balneario, así que decidí irme al siguiente día, por fortuna era fin de semana y podría quedarme hasta dos noches y después tomar un bus que me llevaría a dónde estaba capacitando al personal de un banco muy afamado a dos horas y media.

Al llegar lo primero que hice fue comprar una paleta de changunga, que es un fruto parecido al nanche pero con poco de acidez pero de igual forma muy rica, caminé por el pueblo mientras veía como la gente de inmediato se daba cuenta que era un foráneo, a las 7 de la tarde empezaron a sonar las campanas de la iglesia que anunciaba la misa de esa hora, me causó curiosidad que la gente se dirigía a la iglesia, iba a pasar pero me topé con un puesto que vendían enchiladas y tacos dorados afuera de la misma, decidí probar esa pequeña parte de la gastronomía y después entré a la iglesia, me quedé hasta que acabó la misa y eso que no soy un católico muy arraigado pero recordaba a mis abuelos que me hacían ir a misa cuando era chavalo, al terminar la misa me quedé a observar los vitrales que estaban, también las figuras religiosas y al terminar me salí, afuera de la iglesia estaba un tablón en el cual se daban mensajes católicos así como los eventos que tenía la iglesia, también estaban las amonestaciones que si no mal recuerdo es parte del proceso para casarse por la iglesia, que no es otra cosa que una hoja de papel Bond anunciando la boda de la pareja, en la cual hay una fotografía de cada novio de tamaño infantil, los datos generales de cada uno y el día de la boda, esto me habían dicho que se hacía con la intención de que si alguien sabia que alguno de los dos novios no podía casarse porque ya había contraído nupcias antes, lo hicieran saber y se les notifica que no se podía llevar a cabo el casamiento si no lograban atender ese mal entendido, bueno habían 4 amonestaciones, dos eran de dos parejas oriundas del pueblo, otra era de la mina que era oriunda del pueblo y el chaval era de un estado vecino, después estaba una que el chaval era del pueblo y la mina de la capital, cuando vi la foto de la mina no podía creerlo, me quedé impávido como 3 minutos quizás, después leí los generales y me di cuenta que era ella, aquella mina por la cual había dejado de tomar, de mis ojos brotaron lágrimas, no podía ocultar la tristeza, se acercó el sacristán de la iglesia para preguntarme si todo estaba bien, yo de forma muy tranquila pero con los ojos llorosos respondí que sí, que yo estaba en ese lugar por la boda de mi mejor amigo y estaba emocionado, el sacristán solo me dijo “se ven muy felices, me tocó platicar con ellos un par de veces, lo bueno que mañana se casan”, yo fingí mi mejor sonrisa y no hice otro comentario, solo me salí y me dirigí a buscar hospedaje pero en los dos hoteles no tenían habitaciones disponibles y me fui a la casa de huéspedes, ahí platiqué con Eulalia que era una señora como de 40 años oriunda del lugar que era la dueña del lugar, me ofreció una cerveza que de un inicio rechace, pero a la segunda invitación, no entiendo porque motivo pero la acepte, al sentirla en mis manos tan fría dudé un poco en tomarla, después puse mi boca en la boquilla del envase de vidrio y sentí ese sabor amargo tan característico que ayudaba a mitigar el calor, sentía ese liquido pasar por mi boca y las burbujas pasar por mi garganta, sentí que algo se encendió dentro de mi cuerpo, cerré los ojos y de un solo trago dije “gracias”, seguí platicando con la señora por alrededor de 3 cervezas más que esta vez sí pagué, después llegó gente y ella se dedicó a atenderlos, en ese momento me disculpé y salí a comprar cigarrillos, pero me faltaban dos calles para llegar al centro cuando vi una cantina abierta, estaba la canción de “abrazado de un poste” que estaba a un volumen muy alto, dudé por unos segundos pero entré, me dije a mi mismo que solo pondría 3 canciones y me tomaba una cerveza y me iba a comprar cigarros, el lugar tenía cerca de 8 mesas para 4 personas, una rockola, una barra, un mesero, un cantinero y quizás 12 personas tomando, me senté en la barra y pedí una cerveza clara, el cantinero me preguntó a qué venía y todo eso, yo mentí diciendo que venía a la boda pero ahora dije que era amigo de la novia, acabó la canción y le puse 5 pesos que equivalía a 3 canciones, primero puse que tocará “la gitanilla”, después “A pesar de todo” y la última “por una mujer casada”, volví a la barra y pedí otra cerveza y una cajetilla de cigarros, cantaba en voz baja la primera canción y la segunda, llevaba ya 3 cervezas en esa cantina cuando empezó “por una mujer casada” me puse a cantar a pulmón abierto y me tomé tres cervezas más en esa misma canción, me sentía derrotado, seguí bebiendo cerveza hasta que me invitaron a una mesa y estaban tomando un destilado de caña de la región, eran tres hombres de unos 35 a 40 años, poníamos canciones para cantarlas y bebimos 4 botellas, pagamos dos y las otras dos las mandó el cantinero porque decía que con nuestros cánticos habíamos llenado el lugar, yo estaba muy borracho ya cuando el cantinero nos dijo que ya iban a cerrar, pedí un seis de cerveza en lata para llevar y me dirigí a la casa de huéspedes, donde me puse a tomar con otros que estaban ahí hasta las 4 de la mañana y después me metí a mi cuarto.

A las 11:30 de la mañana tocaban la puerta de mi cuarto, era la señora Eulalia que me decía que la misa a la cual iba empezar a las 4, le agradecí el gesto, me metí a bañar y le pregunté que me recomendaba desayunar en el pueblo, por mi resaca me dijo que una birria de chivo era la indicada y me fui a probarla, en verdad era muy rica, después compré un par de cervezas en una tienda de la plaza, pero esas dos cervezas se convirtieron en doce, regresé a la casa de huéspedes y pague la noche siguiente, me dormí y le comenté a Eulalia que me despertará media hora antes de las 4. Al despertar me metí a bañar y traía una resaca marca diablo, la señora Eulalia me vendió un caldo de res para comer, era muy rico pero necesitaba una cerveza para poder controlar la resaca, me bañe de nueva cuenta y me dirigí a la cantina pero aún no la abrían así que me fui a la plaza y me compré un seis de cerveza, ya estaba borracho de nuevo y sin querer entré a la misa, la iglesia estaba llena y me tocó estar parado al final de la iglesia, Alejandra se veía tan hermosa vestida de blanco, quise decir que yo me oponía al matrimonio pero no lo hice, al acabar me puse en primera fila afuera de la iglesia para aventar el arroz, fue un poema la cara de Alejandra al verme, la sonrisa que traía se borró de inmediato y puso una mueca de sorpresa que se perdió unos segundos, hasta que todos gritaron el mítico “¡beso, beso, beso!” y su esposo la besó, venía el tiempo de las fotografías e iban pasando por familias para llevarse ese recuerdo, yo fui uno de los últimos, le pedí a una señora que me tomara una foto con mi celular, me acerqué y le extendí la felicitación al esposo y después un abrazo, después a Alejandra solo la abracé y le dije “te ves hermosa”, me tomé la foto poniéndome en medio de ellos, Alejandra se notaba muy nerviosa, no dejaba de verme, no podía creer lo que estaba sucediendo, después comentaron que la cena sería en el salón ejidal y empezaba a las 8 pm, después la novia y el novio se fueron con la banda tocando y sus familiares y amigos atrás de ellos haciendo mucha bulla, yo me retiré con la esperanza de que la cantina estuviera abierta y así fue, me senté de nuevo en la barra y volví a emborracharme.

A las 10 pm me salí de la cantina y me fui a colarme a la fiesta, encontré una mesa que me dieron un espacio para sentarme, estaban empezando a servir la comida cuando llegué, es el momento en que los novios pasan de mesa en mesa para agradecer que hayan asistido y tomarse de nuevo fotografías con los invitados, cuando llegaron a la mesa dónde estaba Alejandra no podía fingir su sonrisa, de nueva cuenta extendí mi invitación al novio y después abracé a Alejandra, ella solo me dijo “por favor, vete” cuando estaba abrazándola, yo le dije que si. La fiesta continuó y yo seguía ahí, Alejandra estaba muy nerviosa y me volteaba a ver de forma constante, los novios bailaban con los invitados y fue cuando aproveché el momento, me puse a bailar con ella cuando la banda tocaba “por una mujer casada” ella me preguntó de cómo me había enterado yo le dije que era el destino pero que ya estaba ahí y era lo que valía, bailamos por otra pieza más y después me retiré de la boda, no sin antes llevarme unas cervezas del lugar, me fui a la casa de huéspedes a tomarme las cervezas, ahí ya bastante borracho le confesé a Eulalia la historia de Alejandra y un servidor, ella me escuchaba atenta y me pedía más detalles, yo se los daba, se acabó la cerveza y ella sacó un cartón de cervezas y dijo “pues amén de la historia, quiero que brindemos por aquel amor que se quedó en el olvido, quiero que esta borrachera sea la ultima que te pones en nombre de ella, pero quiero que me lo prometas” yo borracho hice la promesa y después de acabarnos el cartón me fui a dormir.

Me desperté cercano al medio día, le pregunté a Eulalia a que hora salía el primer bus a la ciudad dónde iba al día de mañana, me dijo que a las 6 de la mañana, entonces le pague una noche más y me fui al balneario, tenía una resaca marca diablo pero no tomé ni una sola gota de alcohol, me bajé la resaca solo comiendo y nadando en las albercas, había mucha gente de la fiesta pero no podía ver si estaba Alejandra o no, hasta cuando me fui a los baños y sentía que alguien me iba siguiendo pero no veía a nadie, me metí al baño y al salir fui interceptado por Alejandra preguntándome cómo me había enterado que iba a casarse, le dije la verdad y ella no me creyó mucho, después me pregunto a que me estaba dedicando y demás banalidades, cuando le estaba contando lo que había hecho que era haber estado sobrio por dos años después de mi mal manejo de la ruptura y de las funciones de mi trabajo, me dio un beso, un beso que sentí aún más hermoso que el trago que le dí a la cerveza después de dos años, un beso que me supo mejor que la gastronomía de ese lugar, un beso que me supo a que volvía a nacer, fue corto quizás unos 6 o 7 segundos y después seguimos platicando, me dijo que si quería podíamos seguir platicando en la noche, en punto de las 7 en la iglesia, le agradecí el gesto y le dije “te quiero mucho” ella solo me regaló una sonrisa y se fue, yo seguí nadando pero ahora con una estúpida sonrisa en mi rostro, a las 5 pm me retiré del balneario para irme a la casa de huéspedes y dormir un poco.

Cuando llegué Eulalia me preguntó por mi sonrisa y se sorprendió que no venía alcoholizado, le dije que la había visto pero que solo habíamos platicado, ella no se lo creyó mucho y me invitó una cerveza, pero la rechacé, le dije que no tenía ganas de tomar, ella se sorprendió más y me felicitó por haber rechazado la cerveza, me metí al cuarto y mientras veía las fotos que había tomado de ella vestida de blanco me quedé dormido, a las 7 me desperté por las campanadas de la iglesia, no me bañe y salí apresurado a la cita, llegue 5 minutos tarde, entré a la iglesia y no la veía, recorrí todas las bancas y no la encontré, esperé 10 minutos después me salí decepcionado y triste, cuando iba saliendo ella me sorprendió por la espalda y nos sentamos a platicar en la plaza, por unos 10 minutos quizás, platicamos de todo y me decía que aun me quería mucho, me aventure y le dije que me gustaría estar una última vez con ella, me vio con sorpresa y me dijo “pero ya estoy casada, estuviste en la boda ¿no recuerdas?” le dije que si pero quería que me diera una noche solamente y no volvería a saber de mi, le dije que me estaba quedando en la casa de huéspedes y que podíamos estar ahí, la señora tenía mucha discreción, ella dudó un poco y solo dijo “deja veo que puedo hacer” y me dio un abrazo y se fue, yo hice lo mismo y me fui a la casa de huéspedes, al llegar le platiqué a Eulalia, ella me dijo “ahora hasta de alcahuete voy hacerle” y empezó a reírse, me dijo que si Alejandra iba ella iba a hacer como si nunca se hubiera enterado y después me fui a mi cuarto.

Estaba revisando unos pendientes del trabajo cuando tocaron mi puerta y al abrir Alejandra me empujo hacia adentro de la habitación y cerró con seguro, nos empezamos a besar como la primera vez que entramos a un motel, recorría palmo por palmo su cuerpo, aun me lo sabía de memoria, incluso los lunares que tenía, después de desvestirnos hicimos el amor, quizás fue el mejor momento que he pasado con una mina en la cama, me sentí muy afortunado de tenerla al lado mío, se paró al baño y reafirme que seguía estando hermosisima y muy buena, platicamos por 20 minutos, ella me confesó que se había casado con ese chaval pero que no estaba enamorada de él, me preguntó cuánto tiempo iba a quedarme en dónde estaba trabajando y le dije que 1 mes más, compartimos números telefónicos y me dijo que ya era hora de irse, le había mentido a su esposo ya que le había dicho que iba a ver a una tía a una ranchería cercana, le ayude a vestirse y volví a recorrer su cuerpo palmo a palmo, me dio un beso muy rico y se fue, yo me quedé en mi cuarto recordando aquellos besos y caricias, sus palabras de amor y que decía que aun me quería hasta que me quedé dormido.

Al despertar agradecí el gesto a Eulalia por la noche anterior y le dejé algo más de propina, ella me dio un abrazo y me dijo que esperaba que regresara al pueblo algún día, me despedí de ella y tomé el bus que me llevaba a la realidad. Pasaron 3 semanas que la recordaba a diario, no tenía noticias de Alejandra y hasta pensaba que me había dado un número falso, estaba empezando a olvidarla cuando recibí una llamada de ella que me dijo “chaval, ¿estás muy ocupado? Estoy en tu ciudad”...

*La imagen de la Iglesia solo es con fines ilustrativos, no pertenece al pueblo citado, pertenece a la ciudad de Apatzingán de la Constitución, Michoacán. 

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