Todavía no es tiempo
“…Su boca cobarde pronuncia un “te quiero,
No te vayas nunca, no te vayas lejos”
Y ella echa a temblar, ella echa a temblar,
Ella echa a temblar “yo también te quiero”
Estaba muy ansioso, era la
primera vez que iba a dar un recital con mis poemas, mejor dicho choremas en aquella
ciudad, regularmente lo hacia en los lugares donde tenia amigos y conocidos
pero esta vez fue un llamado de ultima hora, la paga no era muy buena pero me ofrecían
hospedaje, tragos, comida y un poco de dinero que me caía bastante bien, era de
jueves a sábado, así que me aventuré a ese viaje, solo a 4 horas de donde residía,
una amiga había quedado de ir, ya que ella iría a la boda de su prima pero al
final me canceló, ya que se fue a la despedida de soltera de su prima, le di un
trago a mi anforita de whisky con la que siempre cargo y salí al escenario, ese
pequeño café estaba lleno, quizás unas 40 o 50 personas, el trovador anterior había
hecho buenas migas con ellos cantándoles de Sabina y Delgadillo, salió en medio
de aplausos y yo entrando, nadie me conocía y digo es normal, regularmente solo
estaba en el café de un amigo en el cual solo me daban los tragos y la cena por
decir mis choremas, traía preparados solamente 6 choremas, esa noche iba a
hacer corta, pero antes de finalizar vi a una mina, en la tercera mesa, sentada
sola, era morena con el cabello rizado, con los ojos un poco rasgados, maquillaje
discreto, muy hermosa o quizás así la vi por la carencia de luz, y empecé a
contar una historia que estaba escribiendo hace algunos días a partir de una
chica con la cual soñaba y según mi psicóloga, era un encuentro fallido con mi ex
novia, bueno las cosas se salieron de control, la gente me aplaudió al terminar
el pequeño recital y dieron por terminada la sesión de música en vivo, iba yo con
la mina para ver como se llamaba o algo así, cuando de pronto el dueño del lugar
(el que me había llevado ahí) me tomo del hombro y me felicito por el recital,
me dio un caballito de tequila y me jalo a la barra, y ahí estuvo hablando
genialidades de mí, de cómo nos conocimos en un bar y de ahí me jalo, me daba promoción
tanto a mis poemas como a mi blog, vaya yo solo quería ver a la chava que
estaba sentada en la mesa, pero después del tercer caballito, ella ya no estaba
sentada, seguimos bebiendo y disfrutando de una gran charla, ahí amarre un par recitales mas para la siguiente semana pero en otra ciudad, con un gran amigo
del dueño del bar, pasadas las 5 de la mañana me pasaron a dejar al hotel, me
dormí pensando en esa chava de cabello rizado.
Desperté pasadas las 2 de la
tarde, mi cabeza me dolía horrores, me di un buen baño para reparar mi resaca
pero fue imposible, así que me alisté y busqué en el celular alguna recomendación
para alguna cantina y algo que pudiera mitigar mi hambre, encontré una cantina y
me dirigí hacia allá, le marqué a mi amiga pasándole la dirección y ella asintió,
diciendo que también se iba despertando, al entrar tenia esas dos puertas que
abren como cantina vieja, al ingresar me di cuenta que era como un viaje en el
tiempo, por las cuadros que estaban, las mesas perfectamente puestas con cuatro
sillas, todas de madera, la cantina era de tamaño mediano y muy chula, al
sentarme solo me quedé contemplando la cantidad de botellas que adornaban esa
cantina, era como un sueño hecho realidad, saqué mi celular y tomé una foto, en
eso llego el cantinero y me dijo “Que tal
hermano, buena tarde, no se permiten fotos, el tiempo es muy valioso y no se
debe de perderlo en banalidades, por ejemplo en intentar capturarlo en una fotografía”,
solo asentí mientras me decía “te ves
un poco averiado, te voy a servir un trago para que revivas, también si gustas
tenemos un platillo llamado ensalada de mariscos, no trae verdura, son varios
mariscos y creo que te van a ayudar demasiado”, le dije que si a ambas
cosas, en eso solo vi como servia de todas las botellas que había mientras decía
“tu amiga no va a venir chavalo ¿acaso no
te acuerdas? Bueno, seria mejor que vieras bien a la mina que esta ahí sola
tomando una cerveza güera, o sea la cerveza es clara la mina es morenita, pero
no le digas nada, solo obsérvala”, seré sincero y diré que pensé que estaba
hablando con otra persona o con un manos libres, pero me ganó la curiosidad y cuando
iba a voltear a ver a la mina puso al copa sobre la barra, ya no alcancé a voltear
a ver a la mina y dijo “cierto, solo dos
hielos, si no te chinga la garganta de Pavarotti” empezó a reír y con una maestría
quitaba los hielos hasta solo dejar dos, chocó un caballito de tequila y dijo “¡Salud!” y se tomó el caballito de un
trago, primero olí el trago y pensé que no iba a gustarme, ya que se percibía
un aroma como de anís y es un sabor que no me gusta, aun así le di un trago y mágicamente
el sabor del anís era muy bueno, le daba un sabor maravilloso a la copa que
alcance a decir “vaya, quien lo diría que
trae solo puros licores y vino tinto, no sabe nada mal”, después empezó a reír,
y me dijo “¿ya viste a la mina? es muy
guapa, no tanto como tu amiga pero la diferencia es que tu amiga no vendrá hoy”,
un poco desconfiado le dije “una
apuesta, mi amiga si viene hoy”, el cantinero se sirvió otro trago y dijo, “no me gusta apostar pero ve, si tu amiga no
viene, quiero que te grabes el rostro de esa mina, si tu amiga no viene, te veo
en cuatro años, solo vienes y me dices -tenias razón-“ yo con una sonrisa en los labios estreché su
mano, al acabar de estrechar la mano me hablo mi amiga diciendo que la
disculpara pero que nos veíamos en la noche mejor, colgué la llamada y le di un
trago a la copa, el cantinero se fue a preparar los mariscos que pedí y caminé
hacia la mina, al llegar le dije “sabes, te
vía ayer en el recital, soy yo, el tipo que estaba diciendo las idioteces, no sé,
me gustaría saber si vas ha hacer algo en la noche, si quieres podemos tomarnos
un trago en el mismo bar, voy a estar de nuevo, pero con diferente material”,
ella me regalo una sonrisa, puedo jurar por mi descendencia que era la sonrisa más
hermosa que había visto en mi jodida vida, se paró, me dio un abrazo y dijo “te quiero mucho, pero todavía no es tiempo” entre
dientes, después se separo de mi y dijo, “no
es tiempo todavía, podemos aguantar un poco”, después de ello, ella me dejo
parado y se fue al baño, yo regresé a mi lugar y me acabé el trago.
Después de tres copas como la primera que me dio, me dijo el cantinero “¿y tu amiga? Bueno,
¿Qué te pareció la mina? ¿no la recuerdas?”, y contesté que mi amiga dijo
que no iba a ir y que había perdido la apuesta, justo le iba a decir que me parecía
esa mina de cabello rizado cuando me empezó a hablar de la teoría de las
cuerdas y no sé qué otras madres, después me dijo “puedes esperar cuatro años hermano, ya verás, no comas ansias”, y
me preparo otro trago, en verdad fueron tres, al último estaba una canción de Ismael
Serrano, y me puse a tararear la canción “mirarte
a los ojos y tal vez recordarte, que antes de rendirnos fuimos eternos”
cuando el cantinero me interrumpió, “¿crees
en el destino? Pfff esa canción es muy bonita, te apuesto a que te recuerda a Jessica,
muy buena mina, el día de ese concierto, fue la ultima vez que hablaste con
ella y después, pfff se esfumó, no volviste a saber de ella, en verdad ella
cuando decía que te quería, si era verdad, pero tu falta de compromiso y tu
inmadurez hizo que se fuera de tu lado, pero bueno, nos vemos en cuatro años”
estrechamos las manos y pagué la cuenta, dejándole algo más de propina.
Por los siguientes cuatro años
recordaba la charla con el cantinero, recién acababa de terminar una gira que
hice por el interior de la república con mis choremas y mis historias de amor
inconclusas, incluso ahora ya estaba por contrato y tenia mis temas en TIDAL,
fue un 30 de abril exactamente, cuando acabando el recital eran las 23:48 horas
cuando volví a pisar esa cantina que había pisado 4 años atrás, al entrar fui a
estrecharle la mano al cantinero, me pregunto por la mina y le dije que por
cuatro años la estuve buscando en cada ciudad pequeña de este país, anduve como
vagabundo errante y con mis choremas la llegué a ver, pero me decía lo mismo “todavía no es tiempo”, pero bueno, dame
un trago de esos que me diste la ultima vez, ¿cómo dijiste que se llamaba?, el
cantinero me volteo a ver y dijo “se
supone que en esta realidad tenían que encontrarse, a menos que hubiera un fallo
en la …” lo interrumpí y le dije “sírveme
un trago, ya vine a pagar la apuesta” y el empezó a servir el trago, botella
por botella fue sirviendo, pero a la vez miraba el televisor viendo la hora que
decía el mismo, fue cuando me dio el trago solo con dos hielos esta vez, le di
un trago y al momento de servir y tiró una botella de refresco que tenia en la
barra, al caer se hizo añicos la botella, después probé la bebida y al
desprender mis labios de la copa sentí como me besaron, fue el beso mas rico,
entre abrí los ojos para ver quien era y era ella, la mina del cabello rizado,
se separo de mi y mire el reloj de la pantalla, marcaba las 00:02, fue cuando
el cantinero se levantó del suelo y con una arma corto cartucho y dijo "no puedes joder el tiempo, las realidades son eso, realidades" acto seguido disparó una vez, sentí la
sangre en mi cara y de pronto me desvanecí.
Al despertar estaba yo en el
hospital, mientras la enfermera me decía “tuviste
mucha suerte chaval, al parecer iban tras de ti”, pregunte por la mina del
cabello rizado y la enfermera solo me dijo “a
ella le dispararon y tu te desvaneciste, pero si te sirve de consuelo, al
cantinero lo agarraron los meseros y demás comensales, ellos también marcaron a
los servicios de emergencia, pero la chica que estaba contigo falleció, dicen los testigos que esa mina de cabello rizado era la esposa del cantinero, el era famoso por hacer viajes en el tiempo y platicar con las personas acerca de la teoría de las cuerdas y el destino, ya sabes hay mucha gente loca en estos días…”
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