A la Luna se le ve el Ombligo

 

“No siempre lo urgente es lo importante,

Tal vez son las brujas, tal vez el destino,

Yo siempre me pierdo en el mismo camino…”

 

6:30 am me despierto a ritmo de “jamás” de Eddie Santiago, con los ojos cerrados todavía alcanzo a tararear un poco el coro “…jaaaaamás, jaaaaamás, yo he dejado de ser tuyo, lo digo con orgullo, tuyo nada más…”, de inmediato abro los ojos, tomo mi libreta de los sueños y me pongo a escribir lo que recuerdo de los sueños, estos sueños fueron muy confusos, primero soñé con un accidente en auto en el cual iba yo con mi padre y nos chocaban, el auto quedaba casi destruido pero de forma afortunada salíamos ilesos, después el siguiente sueño soñaba con ella, aquella mina de ojos brujos, en verdad no recordaba su nombre pero recuerdo que me sonreía y yo intentaba sonreírle, iba yo a decirle algo pero de pronto me puso el dedo índice en la boca y solo dijo “shhh”, después quito su dedo y cambio el lugar por sus labios, debo de admitir que como cada noche, cada sueño que aparecía ella el beso era igual de rico, de maravilloso, desgraciadamente me di que era todo un sueño cuando escuché “Que no me falté tu cuerpo jamás, jamás, ni el calor de tu forma de amar, jamás, ni la ternura de tu despertar, que no me falte jaaaamás…”.

 

Terminé de escribir mi sueño obvio con más detalles, me lavé los dientes, me eché un poco de agua en la cara y me fui a desayunar, ahí fue cuando me di cuenta que tengo un ritual un poco extraño, primero abro la puerta de la cocina cruzando las manos, continuo bajando el cereal que se encuentra encima del refrigerador, agarro un tazón, sirvo por unos segundos como si fuera whisky y después dejo el cereal en su lugar, saco el saborizante en polvo sabor fresa, dos cucharadas son suficientes, lo dejo en su lugar y por ultimo busco al final del refrigerador la botella de leche deslactosada, sirvo mientras voy revolviendo con una cuchara, cuando el color se empieza a tornar un poco rosa de inmediato tapo el bote de leche, la dejo en el refrigerador, me siento en el comedor y me dispongo a ver los pendientes del día mientras voy comiendo cucharada por cucharada el cereal, pero esta vez fue distinto ya que me lleve el cuaderno de mis sueños, repase desde hace 3 semanas, justo ese Jueves 28 de enero, fue cuando soñé por primera vez con ella, ya no me centraba en los besos, ni en las caricias, ni en nada de eso, me centraba en las palabras que ella me decía, la primera frase que escribí en una hoja aparte y no en el libro de los sueños fue “ya viste, a la luna se le ve el ombligo”, ya sé, esa es una frase de una canción de Fito y los Fitipaldis, por ultimo cerré con ese “shhh”, no tenía nada de sentido, era estar perdiendo el tiempo al estar haciendo eso, pero yo estaba seguro que existía un mensaje en todos esos sueños, me hice muchas preguntas, por ejemplo ¿Ella me estará recordando? ¿La soñé porque necesito saber de ella? ¿Estará bien? ¿Habrá visto las fotos que tenemos juntos? ¿Recordó mis besos mientras besaba a otro tipo? ¿Alguien le preguntó por mí?, debo de aceptar que yo no deje de sonreír mientras me hice esas preguntas, me quedé sonriendo viendo hacía la pared y dije “que raro, a la Luna se le ve el ombligo”…




Comentarios

  1. Cualquier cosa puede acabar significando lo que quieras. Sólo debes torturar los hechos lo suficiente hasta que se les vea el ombligo :)

    Y no, no creo que ella recuerde nada, a veces existen momentos que cambian nuestras vidas y para la otra persona no fueron más que un chasquido de dedos.

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    1. Creo que coincido con tu comentario por completo, muchas veces nos hacemos muchas chaquetas mentales pensando en algo que no esta sucediendo y quizás nunca suceda.

      Te dejo un abrazo de esos que no se olvidan.

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