Jueves 28 de enero
“Usted le hizo algo a
mi mamá,
Ella siempre me hace
señas y me dice despacito
Dile que no estoy…”.
Hablar del pasado siempre es muy
complicado, mucha gente me ha dicho que es porque no logro cerrar ciclos y más
pendejadas, pero quizás dicen eso porque no tienen una jodida idea de lo que es
el pasado para mí, tenía cerca de 3 semanas de andar saliendo con una mina de
nombre Natalia, era maravillosa, vaya recién nos estábamos conociendo pero iba
bien, incluso debo de aceptarlo que me empezaba a ilusionar, pero justamente
estábamos en eso de conocernos cuando recibo la llamada de una de mi mejor
amiga que me recordaba que había prometido estar en su cumpleaños que iba a ser
en 4 días, la chava con la que andaba saliendo no le pareció para nada la idea
pero le dije que era una promesa, así que ese viernes aliste mis cosas y
emprendí el viaje de 5 horas.
Al llegar estuve intentando
localizar a mi amiga pero por situación de su trabajo no podía atender, así que
renté una habitación de un hotel en el centro de la ciudad, a pesar de que mi
amiga había dicho que no pero yo tenía mucho sueño, me sentía cansado así que
decidí dormirme un par de horas, después el hambre me atacó y fui por unos
ricos tacos de camarón y marlín súper buenos, justo ahí, cuando me estaba
terminando el tercer taco y dándole el trago a la segunda cerveza se apareció ella
Martina era su nombre, aquella mina que había sido el mejor amor que he tenido,
estaba esperando a que se desocupará una mesa, entonces me paré y le dije al
mesero que si hacía pasar a la mina de pantalón sastre y blusa blanca, venia
conmigo, ella se sorprendió de verme quizás fue más por el hambre que por otra
cosa que aceptó compartir mesa, solamente nos dimos un abrazo, sin un beso de
por medio, cuando ella pidió su comida, o pedí lo mismo e incluso le pedí una
cerveza para ella, no quería pero al final la acepto, no platicamos mucho
mientras comíamos, ella seguía sorprendida, le dije que la acompañaba a su
trabajo ya que tenía la tarde libre, caminamos por 2 calles largas mientras fumábamos,
platicábamos de un incidente que tuve al no ver un poste por ir platicando con
ella y estallo en risas, fue bueno para romper el hielo y debo de admitir que
se veía mucho más hermosa de lo que era, la deje en la puerta de su trabajo, ahí
nos despedimos con un abrazo muy fuerte y de broma le dije “paso a las 6 para ir por unos tragos”,
ella no dijo si o no, solamente se empezó a reír.
Llegue poco antes de las 6 de la
tarde y ella ya estaba ahí esperando fumando un cigarrillo de esos de dos
bolitas, al llegar solamente me dijo “pensé
que no ibas a venir”, le sonreí y encendí un cigarrillo, caminamos rumbo a
mi auto y de ahí fuimos al primer bar donde fuimos cuando recién nos conocimos,
la verdad el tiempo paso muy deprisa, incluso nos tuvieron que correr del bar y
no se en que momento pero cuando acordé estábamos entrando a la habitación del
hotel que había rentado, fueron muchos besos, caricias, sudor y recuerdos lo
que paso en esa noche, hubo algo muy raro, parecía una conexión, decían que las
segundas partes nunca son buenas pero esta era como la quinta vez así que
esperaba que si fuera muy buena, ella se quedó dormida en mi pecho mientras yo
le hacía cariñitos en la cabeza, se veía maravillosa a pesar de que el maquillaje
lo traía corrido y estábamos todos sudados. Desperté porque ella no paraba de
darme besitos y besitos por doquier e iniciamos otra lucha cuerpo a cuerpo, n
voy a decir mucho, solamente voy a decir que ese fin de semana no fui al
cumpleaños de mi amiga y me la pase todo el fin de semana con Martina, mi amiga
se enojó conmigo pero le mentí diciéndole que me habían agarrado manejando
borracho, a Natalia le dije que me había enojado con mi amiga y que no había
ido a la fiesta, obviamente no le dije nada de Martina.
A la segunda semana del encuentro
Martina dejo de hablarme, me reconfortaba un poco ya que temía que Natalia pudiera
cacharme pero aunque yo seguía queriendo a Martina también me encantaba Natalia,
así que la mejor decisión fue esa, dejar de insistir cuando Martina de dejo de
contestar los mensajes del celular. Pasaron 7 meses cuando por motivos de
trabajo nos mudamos a la ciudad donde residía Martina, si bien era un cambio
maravilloso yo tenía la esperanza de encontrarla en algún cruce de esquinas o
en el súper mercado, me sentía feliz, no tanto por el nuevo empleo sino más
bien por la esperanza de volverla a ver.
Ese jueves 28 de Enero era
diferente, había soñado a Martina, soñaba que nos volvíamos a encontrar, soñaba
que me veía con esos ojos negros tan hermosos que tenía y yo de broma le decía que
eran ojos brujos, sabe pero tenía la sensación de que iba a verla. Eran las 11:40
de la mañana cuando en medio de una junta no paraba de sonar mi celular, como
pude me salí, era un numero local, pensaba en no contestar y volver a entrar a
la junta cuando volvía a entrar la llamada, me fui al sanitario corriendo, y
hablaban de un hospital, me dieron los generales de Martina y yo contesté que sí,
que si era su esposo, se necesitaba tomar una decisión, yo solo respondí que sí,
de inmediato mi mente se nubló, me pidieron ir al hospital para firmar, así
como para dejar una tarjeta de crédito en garantía, créanme que no sé qué jodidos
paso por mi cabeza, me iba a salir corriendo pero recordé que estaba en una
junta, llamé al mensajero para que me hiciera el favor de ir a firmar por mí y también
de dejar mi tarjeta de crédito en garantía, teníamos cierto parecido y eso era
normal, incluso había hasta cobrado cheques por mí, le di la dirección del
hospital, después le dije “no me marques,
tu resuelve todo lo que sea necesario, actúa como si fueras yo” y le prometí darle un mezcal de coco que tanto
le había gustado por el favor así como el siguiente día de descanso, el
encantado fue, yo regresé a la junta y en verdad estaba perdido, distraído, no ponía
atención en nada, me pasaban muchas cosas por la cabeza, en especial ¿para que
necesitaba mi aprobación Martina? Dudaba hasta de la llamada, quizás había sido
Natalia la que había estado en el hospital pero recuerdo que habían dicho algo
referente a un parto, la junta se alargó más de la cuenta, después fuimos a
festejar el cierre del proyecto, no podía zafarme ya que yo era el que estaba
al frente de ese proyecto, nos fuimos a un bar e incluso preguntaban por el
mensajero, les dije que lo había mandado a entregar unas cosas y regresaba
hasta el sábado, nadie preguntaba nada más, el festejo termino a eso de las 3
de la mañana, tuve que irme en taxi por aplicación a mi casa y ahí estaba Natalia
esperándome, dormida en el sofá como cuando no le contestó el celular, recuerdo
que la cargué y la lleve a la cama, le di un beso de buenas noches y me acosté con
ella.
El viernes literalmente pase con
el rosario en la mano, el mensajero no contestaba mis llamadas, obviamente no podía
marcar a hospital porque podían de dudar del mensajero así que me restaba
esperar e ir al salir del trabajo, aunque para mi sorpresa pasó Natalia por mí
a la hora de la comida, ya había hablado con el dueño de la empresa y me había
permitido salir temprano y volver hasta el martes, para mi desgracia olvidé mi
celular en mi oficina. Pase el fin de semana colgado de un hilo, ni Natalia me lograba
sacar de mi nerviosismo, yo le decía que era por el proyecto nuevo, pero ella
me conocía bien y sabía que mentía pero no decía nada, a un así lo pasamos
bomba, llegamos hasta el lunes en la noche a casa, cansado llegue directo a
dormirme.
Había vuelto a soñar con Martina,
era raro, ahora ella se notaba triste pero a la vez feliz, era extraño
solamente me decía “gracias”, así que al despertarme lo hice con una leve
sonrisa. Al llegar a la oficina, recién iba entrando cuando el mensajero me
intercepto diciendo “ingeniero, necesito
que me acompañe, ya está la camioneta cargada”, yo un poco sacado de si,
solamente avise a la secretaria que volvía en unos minutos para que me localizaran
en el número del mensajero ya que yo no traía mi cel y ahí fue cuando empezó
todo, el mensajero se estacionó diciendo “venga
vamos a desayunar, no puedo decirle nada con el estómago vacío”, comimos
unas quesadillas y unas gorditas de chicharrón cuando antes de subir a la
camioneta empezó “no se suba ingeniero,
deje antes le digo como me fue, pues bueno mire llegue al hospital me pidieron
que firmará una hoja de no sé qué cosa por si se complicaba el parto, después
pase la tarjeta como me lo pidió y ya me iba a salir cuando me alcanzó una
enfermera para pedirme que pasará con ella, me pusieron un traje como con los
que operan y me metieron a un lugar donde estaba dando a luz una señora, ella
me tomó de la mano y me encajaba las uñas, después nació un varón, en ese
momento yo me desmaye, sabe nunca me gusta ver sangre, siempre me desmayo, ya
cuando desperté me disculpe, por poco y digo mi nombre y no el de usted, me
hicieron firmar como padre, firme con su nombre, me dijeron que si no iba por
unas cosas al departamento de una tal Martina y que trajera las cosas al otro día
y así lo hice, me dieron las llaves del departamento y lleve lo que me
pidieron, salió esa tal Martina del hospital junto con el bebé, me hicieron
solo firmar un papel con la cuenta total y me regresaron este papel, después
Martina me pidió llevarla a su departamento, me pregunto quién era yo y después
me agradeció y me dijo que le dijera que por favor no la buscará, ah y también
me dio este papel”, fue cuando el mensajero me dio un acta de
alumbramiento, Julio Martínez Hernández nació vivo el jueves 28 de Enero del
presente año…
Me gusta la foto ¿la has sacado vos?
ResponderBorrarMe gustan tus letras
¿Son tuyas?
Me ha gustado encontrarte
Un abrazo desde Miami
Buena noche, si la foto la saqué hace un par de años en Mazatlán, Sinaloa México, la letras en verdad fue parte dek. Insomnio terrible, te agradezco que te hayas dado una vuelta.
BorrarTe dejo un abrazo muy fuerte y grande, desde el Pacífico mexicano.