Ir al contenido principal

El que se enamora pierde (continuación)


“…y yo no creo en ese cuento del destino,
Que es lo bueno y que es lo malo,
Soy buen hombre y ya,
Me juego el corazón…”

Después de escuchar esa frase nuevamente, sentí como una patada en el recuerdo, sentí como si hubiera anotado un autogol al minuto 88, sentí como si el balón se me resbalara de las manos y se metiera a la portería, sentí como si todo se fuera al carajo de nuevo, muchas veces mi cuerpo no reacciona como yo quisiera, quizás lo hace en automático y solo tomé aire, suspire, le regale una sonrisa, después como si no pasará nada le dije “no te preocupes, esa parte ya me la sé, ¿Qué te parece si disfrutamos el momento?”, soy sincero, ni yo mismo me la creía, ella me volteo a ver a los ojos, y de inmediato me regalo un beso, un beso que parecía que enmendaba el error que había cometido, como si el juez de línea hubiera marcado un fuera de lugar o una falta e invalidaba ese autogol o ese resbalón de manos, disfrute ese beso como un condenado a muerte, parecía como si yo mismo estuviera cavando mi propia tumba, la abrace y ella hizo lo mismo, di tres pasos y brincamos hacia el agua, abrazados, por cerca de cuatro metros no nos soltamos ni siquiera cuando caímos al agua, el agua estaba fría y nos dimos un beso abajo del agua, salimos a flote y flotando nos seguimos besando, nos vimos a los ojos y nadamos hacia la orilla, en donde estuvimos jugando como dos niños en el agua, aprovechábamos cualquier roce para besarnos apasionadamente, nos tumbamos en la arena de la orilla y empezamos con caricias traviesas, hasta que ella paro el jugueteo en seco, me vio a los ojos y dijo “discúlpame chaval, tengo que irme” mientras me daba un beso y me abrazaba, “quizás todavía no es el momento”, yo seguía besándola y acariciándola, el viento nos empezó a pegar y ella titiriteaba de frío, la abrace, nos quitamos las ropas para exprimirlas, le dije que traía yo un cambio de ropa, era un short que tenia cintillo y una playera en la mochila que siempre cargaba, caminamos hacia la cuatrimoto los dos solo con ropa interior, se veía hermosísima, había perdido unos kilos desde la ultima vez que la había visto, pero ella se veía muy hermosa, le ofrecí la ropa y ella se me quedo viendo “no sé, ¿Cómo te vas a ir tú? ¿Cuándo te voy a devolver la ropa?” la callé con un beso y le dije “no te preocupes, yo estoy acostumbrado andar en bóxer, ya existirá el tiempo para volvernos a ver y me regresas mi ropa, pero tu no puedes irte toda mojada, quizás te puedes enfermar”, ella acepto la ropa y se cambió, fuimos a donde nos habíamos visto y tomamos los celulares, seguían intactos solo tocados por un poco de tierra, nos dimos un beso largo y prometimos vernos pronto, así como estar en contacto, le di un abrazo y ella empezó a caminar, dijo que tenía su cuatrimoto más adelante pero no me dejo acompañarla, yo la veía a lo lejos como caminaba y se perdía entre la naturaleza, saque un cigarrillo de mi mochila y lo fumé mientras con el rostro victorioso recordaba esos besos.

Me fui en la cuatrimoto solamente con el bóxer, el aire con aroma a eucaliptos, mangos, guanábanos, estiércol de vaca, pasto y demás aromas que solo significaban una cosa para mí, era la libertad, recuerdos maravillosos y que me hacían sonreír de forma involuntaria, iba a una velocidad moderada, el viento me pegaba en el rostro y eso me encantaba. Al llegar a casa mis padres preguntaron porque iba en bóxer y solo les dije “fui a caminar a la barranca y me tuve que meter a nadar, resbale en una piedra y caí al agua”, mi padre echó una risa escandalosa y mi madre solo hacia una negativa con la cara, me fui a dar un baño y al salir mi madre me esperaba con un plato de morisqueta, me sirvieron un vaso de coca y empecé a degustar ese platillo de la región, tan rico como siempre, aunque puede ser algo muy simple pero el sabor y los recuerdos hacen que sea algo maravilloso, termine mi plato y esta vez no quise repetir, estaba un poco perdido en mis pensamientos y debo de admitirlo, estaba lavando el plato y vaso cuando de pronto llego un amigo, tenia tiempo de no verlo, saludó amistosamente a mis padres y se sentó en la mesa, mi madre le sirvió un plato de morisqueta y el no pudo negarse, siempre había dicho que mi madre hacía la mejor morisqueta que él había probado, en eso aparecí y se paró de la mesa, nos dimos un abrazo muy fuerte y recuerdo bien que me dijo “hermano, ¡que jodido te vez!”, yo solo respondí, “el comal le dijo a la olla”, y echamos a reír los cuatro, estuvimos platicando por unos momentos, yo partí un poco de naranja y saque aquella sal de chapulín y un mezcal que mi padre tenia guardado, saque unos cantaritos pequeños y serví 3 porciones, mi madre no tomaba, se despidió diciendo que tenia cosas que hacer y nosotros tres nos quedamos platicando por una botella y media de mezcal, ya estábamos un poco alcoholizados cuando mi amigo de pronto dijo “chaval, a lo que vine, el sábado me casó, allá en el cerro, de donde es mi novia, venia a invitarlos y no espero un no como respuesta”, yo asentí, mi padre se disculpó diciendo que iba a salir con mi madre en los siguientes días pero que yo podía ir en representación, mi amigo no quería aceptar ese no por parte de mi padre e insistió pero mi padre dijo que tenía una vaquilla que no había podido procrear y que se la regalaba para la fiesta, no quería aceptar mi amigo pero quedamos en que al siguiente día íbamos a ir por esa famosa pinta, para que fuera parte del menú de la fiesta, mi padre se disculpó diciendo que se sentía un poco borracho y nos dejo con la mitad de la segunda botella, con mi amigo seguimos platicando hasta que le dimos fin a esa botella, él se despidió y quedo en ir al siguiente día para ir por la vaquilla, lo vi mientras se alejaba en su camioneta.

Me subí a mi cuarto y me acorde de mi celular, lo tomé y tenia un par de llamadas perdidas y cerca de diez mensajes de texto de ella, diciendo que había llegado bien, disculpándose por marcarme y después diciendo que me extrañaba, que le había encantado volvernos a ver y que ojala pronto nos viéramos, ya era un poco tarde para contestarle pero vi que estaba en línea, así que le respondí que nos traía mi celular, le relaté lo que había pasado en la mesa con mis padres y mi amigo y la invitaba a la boda de mi amigo, de ahí iniciamos una platica hasta altas horas de la madrugada, nos mandamos fotos, audios y muchos “te quiero”, era extraño, para ser sincero jamás pensé que estaría en esa situación nuevamente, yo un tipo frío y duro, ahora estaba hecho un terrón de azúcar, no voy a negarlo, esa situación me encantaba tanto como aquella mina, el sueño y el alcohol me hicieron quedar dormido después de que ella dijo “bonita noche, sueña conmigo chaval”.

Los días pasaron, fuimos por la vaquilla, mi amigo se sentía eternamente agradecido con mis padres, incluso me pidió el numero de mi padre para poderle agradecer, me insistió en que llevará  más gente y le dije a mi primo y a su familia, dijeron que si iban a ir pero que nos veíamos allá, le ayude en algunas cosas para su boda y nunca deje de estar al pendiente de la mina, tantos años habían pasado y yo me sentía como si no hubiese pasado el tiempo. Llegó el día de la fiesta, pase por la mina y subimos un par de rancherías que era donde iba a ser el festejo, al llegar por ella, me volví a enamorar, estaba hermosísima y eso que tenía un poco mas de maquillaje de lo normal, pero ese vestido la hacia ver como una diosa, llegamos a la fiesta y nos recibió mi amigo y su esposa, me disculpé por no ir a la misa, ellos lo entendieron, dijeron que en mi mesa ya estaba mi primo con su familia, le dije a mi amigo y a su esposa que me disculparán pero traía a la mina mas bonita de toda la fiesta, la mina se ruborizó y la esposa de mi amigo me dijo “chaval, un gusto volverte a ver y que mejor que de la mano de esa mina, hacen una bonita pareja…”. La fiesta se desarrolló sin contratiempos, fue una fiesta maravillosa, yo estando de la mano con la mina que más quería, incluso aunque suene raro pero en la fiesta solamente hice el brindis y no bebí mas alcohol, tampoco encendí ningún cigarrillo, la mina estaba extrañada por mi actuar pero eso le gusto, lo supe porque cuando nos retiramos ella me dijo “sabes, te agradezco lo que hiciste hoy, siempre me molestaba tu forma de beber y de fumar, veo que estas haciendo un esfuerzo sin que yo te lo pidiera”, en cuanto acabo la frase le dije “es por ti”, y nos fundimos en un beso tan largo como la misma noche, la dejé en su casa y yo me regresé a la fiesta para ayudarle a mi amigo a recoger un poco, incluso mi amigo se extrañó de que no me veía bebido como regularmente lo hacía, termino la fiesta a las 7 de la mañana y yo me retire a la casa de mis padres, con una sonrisa en el rostro y una esperanza en el bolsillo.

Me costó trabajo conciliar el sueño, así que dos horas después baje caminando a la plaza para degustar esa birria de res que tanto me encantaba, estaba yo desayunando cuando me llego un mensaje de la mina que decía “chaval, necesito hablar contigo, vi que estabas desayunando, pero en cuanto acabes nos vemos en la plaza, ahí en el kiosco que fue donde nos conocimos ¿recuerdas? Necesito platicar contigo”, yo solo contesté con un “dame 10 minutos y estoy ahí”, ella no respondió y después de pagar me dirigí donde me había dicho, ahí estaba ella, sin maquillaje leyendo aquel libro que de inmediato recordé que era su favorito “Cumbres borrascosas, de Emily Bronte” le llegué por la espalda y le di un abrazo en cuanto la vi, ella tan hermosa como siempre, me recibió respondiendo el abrazo y buscando mis labios para un beso, cerró el libro sin poner nada que hiciera la separación de donde estaba leyendo, me senté a un lado de ella, tomándole de la mano, ella empezó a decir todo lo que le molestaba de mí y también lo que le gustaba, yo estaba desconcertado,  no sabia como reaccionar, hasta que ella me dijo “chaval, salgo mañana a buscar mi sueño, se que tu vienes de allá y por lo que me enteré no puedes pisar esas tierras, no fue fácil para mi pero esta oportunidad la estoy esperando desde hace ya varios años, no pensaba que volvieras y …” la interrumpí, diciéndole “no te preocupes, si quieres que estemos juntos, dame un par de semanas para poder irme y volverte a buscar, pero solo quiero que me digas que quieres que vaya contigo…” ella me besó, me vio a los ojos y por fin vi ese amor en sus ojos color avellana que se cristalizaron, estaba a punto de llorar, se veía mas hermosa que de costumbre, me dio tres besitos de picos mientras me decía “jamás pensé que dijeras eso, pero siempre lo esperaba, te voy a esperar con la ilusión en mis manos, espero esta vez no me falles”…




Comentarios

Entradas más populares de este blog

Todavía te sigo leyendo

  “…de esta carta no espero tu respuesta, Pero si llega será bien recibida, Espero que diga que eres una fiesta, Y de verdad que te trata bien la vida…”     “Es extraño que recibas este correo electrónico, la verdad no sé porque lo hice pero tampoco quiero una respuesta, hoy te recordé, salí del trabajo y vi a una pareja andar en bici, es extraño pero les tomé una foto, por un momento llegué a imaginar que era la postal que querías tu siempre, los seguí con la mirada hasta que se sentaron en una jardinera, el chaval sacó un cigarrillo y se puso a fumarlo, le daba pequeños besos a la mina y casi casi yo podía saborear esos besos, no sé, te viniste a mi mente, me cagaba que hicieras eso pero al final me encantaba que lo hicieras, después ya tuve que dejar de seguirlos con la mirada, no era posible que te recordará, me pase por un café y mientras esperaba vi a un chaval apuntando algo en unos tickets de compra, pareciera que el día de hoy era para recordarte, tu hacías eso, vo

Te pido una disculpa

  “…No tengo aliados librando esta guerra Me quedé con sed Vaya traición me jugó la impaciencia Por un sueño que alcancé…”   Pfff   sé que parecería un sueño hecho realidad la vida que estoy viviendo, viajando en un crucero por países que quizás no tenías ni jodida idea que existían en el caribe, junto al amor de mi vida, dos divorcios a cuestas, 3 hijos propios, un par más que los quise como si fueran mis hijos aunque no fueran de sangre y 54 años recién cumplidos, la verdad financieramente me fue bien pero lo mejor que me había pasado fue que terminé de crucero con aquella mina que era el amor de mi vida ¿Cómo pasó eso? Una historia larga pero voy a resumirlo con mi segundo divorcio, estaba yo bebiendo una peña de trova escuchando a un tipo que cantaba canciones de Fernando Delgadillo, Silvio Rodríguez,   Alejandro Filio entre otros cantautores, bebiendo un vino tinto de la alta california y fumando cigarrillos rojos, en el entre tiempo el chaval se bajó del escenario y me dij

¿A qué no adivinas dónde estoy?

  “y como tantas Nuestra historia se ha olvidado ¿Qué será de ti?” - ¿A qué no adivinas dónde estoy? – Fue lo que le mandó el chaval a aquella mina, tenía ya cerca de 5 años de no ir a esa ciudad y por la emoción las copas se le habían pasado, por eso le mandó mensaje a la mina, seguido de una fotografía de ese lugar donde se vieron por última vez. El chaval miraba ansioso su celular pero no había respuesta, así que siguió bebiendo, pasó casi una hora cuando su celular sonó y se dio cuenta que la mina le había contestado - ¿sigues ahí? Voy saliendo del laburo y me queda a un tris de donde estoy -, el chaval decidió contestarle que seguía ahí, la mina solo contestó con un corazón.   Pasaron quizás 5 minutos, el chaval ya casi se había acabado la cerveza que había pedido cuando de pronto vio a la mina en la entrada del lugar, se paró de su asiento y fue por ella, de inicio se dieron un abrazo acompañado de un beso dulce en los labios, la mina de inmediato le dijo – Whisky con cer