Anagrama (4to Aniversario)
“…Si pudiera olvidarme
Por siempre de mí mismo,
Habrías de encontrarme
Allí en tu dulce abismo…”
Llegué de trabajar, estaba muy
cansado y no tenía ganas de hacer prácticamente nada, me di una ducha mientras
escuchaba “historia” de Comisario Pantera, al salir encendí el ventilador y me
tiré a la cama a leer, “Historia del Tiempo” de Stephen Hawking, llegando al capítulo
dos “Espacio y tiempo” me distraje al escuchar sonar muchas veces mi celular,
no quería dejar de leer pero me sorprendía que sonará tantas veces, lo que hice
fue dejarlo que siguiera sonando, no revise ni de quien eran ni nada, en mi
mente solo pensé “si es algo urgente, me
deben de marcar”¸ pasaron quizás unos 10 minutos cuando mi celular empieza
a vibrar, en el celular de pantalla solo decía “desconocido”, no venía un
numero o algo así, solo esa leyenda, contesté de muy mala gana:
Yo: ¿Bueno?
Desconocido: ¿Por qué no has hecho nada?
Yo: -había
reconocido la voz- ¿A qué te refieres?
Desconocido: De los mensajes, es un anagrama, deja lo
que estás haciendo en este momento, busca una pared larga, vas a necesitar
mucho espacio, pero debes de hacerlo rápido, no hay mucho tiempo –mientras colgaba
la llamada-.
La verdad no tenía ganas de hacer
las cosas pero esa voz me hizo recordar mucho y le hice caso, tome un bote de
pintura negra, una escalera, una brocha y me fui a la casa abandonada que esta
casi en la esquina de mi casa, ahí la pared es como de unos 3 metros de alto
por unos 8 metros de largo, empezaba a leer los mensajes y a descifrar los
anagramas, luego luego los iba apuntando en la pared, para no hacer el relato
lo más importante era “…Se acerca el fin
del mundo, debes de encontrar una Tablet para empezar a regresar el tiempo y
evitar que todo se acabe, no puedo decirte mucho ya que todo va a ser por medio
de pistas para que no intercepten los mensajes, pon a cargar tu batería externa
y tu celular, en cuanto todo este al 100, te vas a dirigir a la plaza de armas
de donde estas, de ahí vas a tomar rumbo a un cerro que esta al poniente, son
muchos cerros pero vas a irte aquel cerro donde el bandolero famoso ocultaba
los tesoros, debes de entrar a la guarida y ahí estará la siguiente pista.” No
entiendo la razón pero puse a cargar mi celular y la batería externa, después
me recostaba en el sillón.
Me desperté porque mi teléfono no
dejaba de sonar, era la misma voz de mujer en la cual me regañaba por todavía seguir
en casa, yo quise ocultar mi fala de atención diciendo que en la mañana lo haría,
por el momento necesitaba descansar, pero el actuar del otro lado de la línea fue
muy intensa y cerraba con un “es de
inmediato”, de muy mala gana me paré y me dirigí a la plaza de armas, después
al poniente, no fue difícil encontrar el cerro, lo que fue difícil fue
encontrar la guarida, pero después de varios minutos rodeando encontré una
entrada, me metí era arrastrándome boca arriba, ahí encontré unas pinturas pero
no le entendía nada, me salía y volvía a entrar, así como 3 veces intentando
descifrar el mensaje, hasta que de nueva cuenta del número desconocido me
llegaba un mensaje que decía “son
pinturas rupestres no pierdas tiempo, no tienen nada que ver con el tema, por
cierto, todo lo que veas no debe de darte miedo, si la gente te empieza a decir
algo, no hagas caso y sigue tu camino, una regla, no debes de voltear para atrás
en cuanto salgas de la guarida”, le hice caso y entré empecé a seguir el
camino por el cual podía pasar hasta que llegué a un espacio amplio, me ayude
con la lámpara de mi celular y vi una caja, la abrí con un poco de miedo, era
un equipo de aire respirable, había una nota que decía “Tu sabes utilizarlo”, lo revisé y me lo puse, el tanque era de 15
minutos y funcionaba bien, entonces entré a otra parte de la cueva, ahí había
montones de algo, me acerque con el celular y eran montones de monedas de oro,
piedras preciosas, tipo como en las caricaturas, me quedé boquiabierto hasta
que recordé que tenía poco tiempo, así que busque y busque hasta que encontré un
cesto, tenía una nota pegada que decía “debes
de llenarla con tierra y carbón, nada de monedas de oro ni piedras preciosas,
solo tierra y carbón.” Hice caso y con las manos llené la cesta, estaba un
poco pesada así que la llevé hasta donde había tomado el aire respirable. Llegué
justo a tiempo, me quité el aire y me puse la cesta como si fuera mochila, según
yo iba siguiendo el camino por el que me acordaba había llegado.
Hice una pausa, me sentía un poco
cansado, me senté en el piso quizás unos 10 minutos, después seguí caminando,
dentro de la cueva empecé a escuchar murmullos, de pronto voltee hacia adelante
(yo iba viendo hacia el piso para evitar tropezarme con algo) y vi un funeral,
si un funeral, un ataúd en medio de cuatro cirios grandes, con gente alrededor,
era imposible, quizás yo había pasado hace 40 minutos por mucho y no había nada
de eso, se me acercó un joven a ofrecerme pan y café, lo acepté, digo ya estaba
ahí, le di el pésame a una señora que estaba llorando sobre la el ataúd, no podía
verle el rostro, después del abrazo solo me señaló como en diagonal y me dijo “tienes que llegar antes del amanecer a la
iglesia donde se festeja el dos de febrero, dejas la cesta a los pies de la
virgen”, yo entendí, recogí mi cesta y me fui caminando en la dirección que
ella señalaba, ahí se miraba un hoyo arriba de la cueva, entraba mucha luz y
bajaba una cuerda, no lo pensé dos veces, aseguré el cesto y me salí de la
cueva, por sentido de ubicación logré dar con el hoyo por la parte de afuera,
estaba un sistema de polea, tipo como el que utilizan para sacar agua y así fue
como saqué el cesto, estando arriba, empezaba a recordar que iglesia estaba
cercana, recordé una donde mi abuelo iba cada dos de febrero y empecé a
caminar, en verdad quedaba muy retirado, quizás unas dos o tres horas, lo único
que agradecía es que había luna llena y eso alumbraba mi camino.
Faltando quizás unos 5 km para
llegar, empezaba a ver gente en el camino, escuchaba que decían “¡Cuidado! Traes una víbora en la cesta”, otros
decían “es el que fue por el oro y va
para la iglesia”, yo la verdad tenía miedo, quería voltear pero solo aceleraba
el paso, llegué a la iglesia y no paraban los murmullos de la gente, pero
faltando dos o tres filas para llegar hasta adelante, la gente se empezó a
salir de la iglesia, dejé la cesta a los pies de la virgen y me senté a
descansar, de pronto vi como una víbora salía de la cesta pero hacia arriba y
de un momento a otro se convirtió en una mujer, muy bonita por cierto, y me decía
con una voz muy dulce “que rico es estar
loco, pero tienes que seguir tu camino, por cierto muchas gracias por el viaje”,
de pronto se desapareció la cesta y la mujer, no me quedo de otra que salirme
de la iglesia, no sabía para donde darle, así que me quedé parado a fuera de la
iglesia.
Pasaron quizás unos 10 minutos
cuando se me acercó un señor que venía jalando una mula y me dijo “oiga, ¿me podría ayudar a llevar a la mula?”,
y yo voltee y le dije “¿ a dónde?”, de
inmediato me dijo “la mula sabe pa donde
tiene que ir, por cierto, ahí lleva un lonche y agua por si ocupa”, no me
quedo de otra que subirme a la mula, la mula se empezó ir al poniente, no
paraba el trote, quizás una hora, después se paró a tomar agua y ya no quiso
seguir, se notaba muy cansada, yo busqué el lunch y encontré unos taquitos de
frijoles con queso, hice unas brasas ahí y los calenté, la mula se echó a
dormir, yo después de comerme los taquitos le di un trago al agua y me quede
dormido.
No sé qué tiempo paso, en eso me
despertó una voz de un señor diciendo “¡Amigo!,
no le recomiendo que se quede dormido por acá, dicen que pasan cosas malas”, me
desperté de inmediato, se bajó de un caballo y me ofreció un cigarro, lo
encendí, estuvimos en silencio por 5 minutos, hasta que el cigarro se acabó, después
se subió a su caballo y solamente me dijo “bueno
pues, que tenga buen viaje”, y se fue, yo me subí a la mula y seguimos con
el camino.
La mula me dejó en una ciudad
pequeña, ahí se volvió a echar y ya no quiso pararse, la amarré a una cerca y
me senté a esperar, de pronto se apareció una camioneta muy lujosa color negro,
bajó la ventanilla y me dijo “ Súbase, lo
están esperando”, me subí pero me quedé dormido casi al instante, me
despertaron y estaba a fuera de un tipo hospital abandonado, me recibió la
psiquiatra Yessica, digo así decía en su bata, me daba un recorrido por dentro
del hospital, me pasaba por las habitaciones, vaya era un centro psiquiátrico, tenía
la misma voz que la persona del teléfono, de pronto en la habitación D 12, me
cerró la puerta y por la ventana pequeña pude ver cómo había mucha gente a
fuera, mucho pero mucho movimiento había, era imposible, quizás me estaba
volviendo loco, voltee a ver dentro de la habitación y toda era blanca, la
cama, las paredes, el sofá, todo, solo había una Tablet color negra, a un lado
de la Tablet estaba un librito, era el reglamento del lugar y una carta de
bienvenida, todo computarizado, al reverso de la carta de bienvenida estaban
unas letras que decían “No entiendo
porque la gente no querían que vinieras, decían que podrías ser mala influencia
para los demás, pero yo creo que no, insistí tanto que aceptaron mi propuesta, además,
este es como tu ambiente natural”, la firmaba la doctora Yessica, me quedé
como extrañado, quizás tenía razón pero ¿Dónde estaba esa parte de salvar al
mundo?, encendí a Tablet y funcionaba de esta manera, venía un calendario en el
cual era el día y año que nací y la última fecha era el día de hoy martes 7 de
julio del 2020, yo podía viajar en ese lapso de tiempo, si yo en la Tablet le ponía
Miércoles 5 de abril de 1995, yo regresaba a ser un niño que estaba cumpliendo
6 años, con un pastel en la mesa, mis familiares de invitados cantando las
mañanitas y yo mordiéndole al pastel…
Bueno no me resta más
que agradecerles estos 4 años, en especial agradecer a los que nos leen, a mis
compañeros de pluma, la gran Zitla y el buen Pino, es complicado pero si, ya
fueron 4 años. Muchas gracias. Por cierto este escrito fue basado en un sueño
que tuve recién, solo se lo conté a una persona, si lo llegas a leer, digamos
que cambió demasiado pero es para que se pudiera entender un poco.
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