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Casandra


“yo no te buscaba y te encontré,
Dijiste una palabra que no esperaba escuchar,
Y yo mordí el anzuelo y tu que no querías pescar”

Destapé esa cerveza con la firme intención de poder bajar un poco la sed a causa del clima tan fatigante, era extraño, tenia tanto tiempo que no tomaba una cerveza mientras pensaba en nada, solo estaba leyendo aquel libro que me habían recomendado, encendí un cohiba y puse el blues del perdedor para acompañar el momento, tenia ya bastante tiempo que me habían recomendado este libro, aunque no había hecho clic con él, por fin era la tercera noche que pretendía leer al menos un capítulo, empecé leyendo el capitulo tercero, lo leía mientras fumaba y le daba tragos cortos a mi cerveza, hasta que de pronto mi teléfono empezó a sonar, no quería atender la llamada ya que era un número desconocido pero al final lo hice:


Yo: Bueno ¿Quién habla?
Persona: ¿me recuerdas?
Yo: ammm tu voz se me hace familiar, ¿me das una pista?
Persona: soy ese amor que dejaste varado en esta ciudad, me dejaste regadas demasiadas estrellas la última vez que me bajaste la luna…
Yo: pfff te quedo mal, ¿puedes ser más específica? (lo dije cuando bien sabía que era Casandra)
Persona: voltea a tus 9:45… (con el tono un poco molesta)


y colgó la llamada, presuroso apague mi cigarrillo y voltee con el rabillo del ojo hacia las 9:45 pero no lograba ver a nadie, así que tome el libro, junto con la lata, el cigarrillo lo apague en el cenicero y me metí al cuarto, del frigobar saque un seis de whisky preparado y los puse en la hielera con un cumulo de hielos, me puse mis sandalias y una camisa color azul, y salí rumbo a las 9:45 que curiosamente se encontraba la alberca del hotel, mientras caminaba recordaba los besos de Casandra, recordaba sus palabras, recordaba que estudiaba para licenciada en derecho, recordaba que a pesar de que le llevaba casi 7 años hicimos un clic bastante bueno, justo estaba recordando cuando caminamos de la mano por el museo de la Huasteca y faltando unos 20 metros para llegar a la alberca cuando sentí por la espalda como se me colgaban en el cuello, que me hizo trastabillar, cuando guarde el equilibrio logré saber que era ella, esa crema con olor a Vainilla que desde antes de conocer a Casandra ya era mi preferida, seguí caminando hasta que ella misma se soltó, voltee a verla y al chocar las miradas ella me regalo una sonrisa maravillosa, tardé quizás 3 o 4 segundos cuando la abracé, le di un abrazo queriéndole decir cuanto la había echado de menos y creo que logré lo cometido, ya que ella de inmediato me dijo te extrañé mucho, yo sin mentirle le dije que también la había extrañado, nos dimos un beso en la mejilla y caminamos a la alberca, le destape una lata de whisky preparado y uno para mí, para decir salud.

Platicamos por media hora de cosas sin importancia, desde mi regreso a esta ciudad y de cómo le había ido en la escuela, cosas como el clima, la seguridad que se sentía, el narcotráfico y demás cosas sin mucha importancia, hasta que se vacío la pequeña hielera y fuimos al minisúper a comprar unas cervezas, que se antojaban un poco mas con el clima, nos volvimos a la zona de la alberca donde habíamos dejado nuestras pocas cosas, celulares, los cigarrillos, la basura, cuando no se en que momento me paso por la cabeza que seria buena idea aventarla al agua, así que al pasar cerca de la alberca con mi cuerpo la recargue hasta hacerla perder el equilibrio y cayó a la alberca, yo estaba riéndome cuando recordé que no sabia nadar, así que deje la hielera en el piso y me aventé para ayudarle a salir, me abrazo por la espalda y la lleve al otro extremo de la alberca, donde la altura era menor y no se necesitaba nadar, después de unos cuantos improperios, nos dimos un beso en la boca, un beso que hizo recordarme lo bien que sabían sus labios, hasta que de pronto me mordió el labio y seguimos jugando en el agua como dos chavales, ante la mirada de algunos huéspedes.

Salimos de la alberca para poder platicar, mientras ella tomaba una cerveza yo iba por las toallas, al ir de regreso, la veía y la veía a la distancia y no podía creer que ella estuviera conmigo, si bien me permito parafrasear a Sabina “y aunque se, que no era la mas guapa del mundo, juro que era mas guapa, mas guapa que cualquiera”, ella con su cara de pocos amigos pero se veía hermosa, al llegar seguimos con una pequeña discusión que ella empezó:


Casandra: debo de recordarte que no me tienes tan contenta, no estuviste en mi cumple.
Yo: sabias que en esas fechas no iba a estar, aparte hable contigo por teléfono.
Casandra: eso no es pretexto, aparte ahora que volviste no me buscaste.
Yo: en esa llamada telefónica me dijiste -si llegas a volver, no quiero volverte a ver-.
Casandra: sabes bien que estaba muy enojada, llegaste, me enamoraste y te fuiste, no quiero saber de excusas, bien te podías haber quedado… después en mi cumpleaños hablamos, pero porque yo te marqué y para acabar la faena, vuelves a mi ciudad y no me buscas ¿quién te crees que eres?
Yo: bien dijiste no quieres excusas, pero sabes, si te busqué, después de que volví me sentaba en el café que esta enfrente de tu escuela, era el ultimo cliente al irme, ya que esperaba hasta las 9 pm que salías solo para verte de lejos, se que no querías que te viera, pero no ibas a saberlo, pero bueno ¿Qué haces en este hotel?


Y vaya ella estaba de congreso, a pesar de que ella era oriunda de esta ciudad, el paquete incluía el hospedaje, era por 5 días y aprovechando que estaban de vacaciones, ella se inscribió y seguimos bebiendo y fumando, le enseñaba un poco a nadar, seguíamos besándonos como dos enamorados, alguno que otro toqueteo, hasta que la cerveza se acabo y fuimos a cambiarnos para ir a cenar algo. Al salir con ella en la noche me sentía el hombre mas afortunado en la faz de la tierra, era una mina realmente linda, caminamos de la mano como dos enamorados, incluso sentía que la gente nos veía y sentía un poco de envidia, quizás eso solo lo vi yo, esa primera noche terminamos en su cuarto, abrazados hasta que el despertador hizo su función, fue maravilloso despertar a un lado de ella por los siguientes días.

La rutina era me despertaba, me iba a mi cuarto, me bañaba, nos veíamos en el desayuno y yo me iba a trabajar y ella entraba a su congreso, después yo volvía, me bañaba y pasábamos juntos el resto del día, volvimos a recorrer lugares de la mano, ahora de noche, era maravilloso, la verdad me sentí tan bien en esos 5 días que en verdad me había movido el mundo por completo, incluso estaba gestionando para quedarme en esta ciudad por un tiempo mas prolongado.

Después de esos 5 días nos seguíamos viendo, ella estaba de vacaciones y yo me apresuraba para regresar lo mas pronto posible a mi hotel y seguirla viendo, hicimos viajes cortos, dormimos en la playa literalmente, sentía como si el mundo estuviera conspirando a favor mío hasta que de pronto, un martes por la noche nos vimos, fuimos a cenar unos tacos y mientras caminábamos de regreso, veía en su mirada algo, como que quería decirme algo, pero no decía nada, estaba un poco misteriosa, para romper ese momento le dije que me habían aceptado la propuesta y me quedaría por mas tiempo, ella con una falsa sonrisa me felicito, pero yo sabia que algo no andaba bien, ella solo decía que estaba de maravilla, esa noche la pasamos juntos en mi cuarto de hotel.

Al despertar, ella me tenia preparado el café, desayunamos un café con un cigarrillo mientras veíamos como la lluvia caía por fin en la ciudad, nos duchamos juntos y camino a mi trabajo pase a dejarla a su casa, creo que nunca en mi vida había tenido un miércoles tan chingón, eso pensaba, en mi tiempo de trabajo, no me mando ningún mensaje, se me hacia raro pero no le di importancia, total iba a pasar a su casa como todos los días. Saliendo de trabajar pase a su casa, pero no había nadie, estaba todo obscuro, le marque, pero la llamada no la tomaba, después, la desviaba, m enfadé un poco y la felicidad del día se me había ido. En el hotel pensaba que quizás había salido con su familia y me dormí, no sin antes mandarle unos audios diciéndole cuanto la extrañaba.

Así pasaron los días, después del lunes ya el numero de ella me mandaba directo a buzón y los mensajes solo tenían una palomita, también no veía su foto de perfil, solo había pasado una cosa, me había bloqueado, en el trabajo me retrase un poco, mi animo no estaba ni si quiera para ir de estadio, habían pasado dos semanas de su ausencia, cuando cercano a las 4 de la mañana recibí un mensaje de una imagen dentro de un puente acompañada de un texto, excusándose de todo, pidiéndome por favor que no hiciera el intento por buscarla más, cerrando con un “…sabes, me volví a enamorar, pedí mi cambio en la universidad a otra ciudad, no voy a decirte a cual, no quería hacerlo pero si me quedaba sabría que después de una o dos semanas ibas a volver a irte, no me guardes rencor, te quiere con el alma y corazón Casandra”



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