Postdata VII
“…Trato de escribir que te amo,
Trato de decir a oscuras todo esto,
No quiero que nadie se entere,
Que nadie me mire a las tres de la mañana
Paseando de un lado a otro de la estancia,
Loco, lleno de ti, enamorado…”
¿Viste la Luna?
Espero andes bien, en verdad me
siento un poco extraño al hacer esto pero bueno ojala salga conforme lo
planeado, quizás te estás preguntando si me pasó algo pero no me paso nada,
solamente que sucedieron muchas cosas y recién hace unos días leí tu carta, sé
que van más de dos meses pero no me lo vas a creer, de mi trabajo me tocó
quedarme más tiempo por una enfermedad que se dio en la región y no nos
permitieron dejar la zona, nos pusieron en modo cuarentena como en las series,
fue algo muy jodido, porque no podíamos trabajar, no podíamos estar en las
calles, no podíamos hacer nada, no me puse a hacer más ejercicio, ni cuidé mi alimentación,
incluso te confesaré que me la pasé viendo series y películas mientras comía lo
que se me antojaba. Después al volver a casa por un par de semanas me di cuenta
que se metieron a robar, vaya al menos me dejaron los muebles, lo malo fue que
dentro del botín se llevaron tus aretes ¿los recuerdas? Y al cartero lo
movieron de la zona, entonces no hubo forma en que pudiera mandar la carta pero
bueno, digamos que lo bueno es que tengo salud.
Tuve la fortuna de escuchar ese
live de Cáustico Dueto, pensé que no los ibas a recordar, aunque la rola de “la
dama y el vago” es muy buena, mi preferida sigue siendo “jabón chiquito”, no
reaccioné porque en ese momento estaba leyendo “la mujer del novelista” de Eloy
Urroz, es un libro un tanto extraño pero bueno, ojala algún día lo puedas
encontrar, por cierto gracias por la felicitación aunque dudo demasiado que te
hayas acordado, nunca lo haces o al menos no me lo haces notar. Qué bueno que
tu prima se reivindicó, pues igual le puedes preguntar si le gustan los
escritores fracasados o aquellos caminantes que ya no se estacionan en un
lugar, me dio gusto leerte en forma de reclamo, por cierto sigo diciendo que la
Manzanilla es mejor, pero me dio gusto que te acordarás de mí.
Te voy a confesar algo y espero
no te burles, hace unos días cuando volví acá, fui a hacer unas compras y me
llegó el aroma de tu perfume aunque veo que ya no utilizas el mismo pero te
imaginé, cerré los ojos y caminé y caminé hasta que choqué con la mina que traía
ese perfume que me recordó a ti, no me quedó de otra que disculparme y decirle
a la mina como había pasado la confusión, ella se empezó a reír de forma
discreta y yo seguí mi camino. A partir de esa noche te has aparecido en mis
sueños, vaya son sueños muy impropios pero muy placenteros, quizás luego te los
comparta para que los tengas guardados ya que pienso que te pertenecen.
Ya sé, le guardé mucho cariño a
ese auto, me encantaba el auto pero no iba con mi personalidad, ahora traigo un
auto digno de un padre que va a dejar a sus hijos al colegio, es color negro y
lo bauticé como “el cuervo”. Sabes, en uno de los sueños sucede dentro del
cuervo, tú lo vas manejando y yo voy de copiloto, en un semáforo mis caricias
te prendieron un poco y te tenías que estacionar de forma urgente, el momento
hizo que fuéramos un poco exhibicionistas, claro desgraciadamente fue un sueño
pero digo no sería mala idea.
Sabes, yo también digo que las
ultimas entradas no han sido buenas, excepto tres o cuatro que curiosamente
escribo sobre ti y las escribí mientras escuchaba poemas de Sabines, tomaba un
mezcal de la sierra de tumbiscatio y me fumaba un cigarro cubano, quizás te
quedaste acostumbrada a que regularmente escribía bebiendo y fumando, ah y también
que escribía sobre ti. Cambiando un poco de tema, no he escrito nada en pro de
un libro, la verdad ya cada día me cuesta más trabajo escribir, quizás en algún
momento lo deje por un tiempo, por cierto es año bisiesto, ya sabes que para mi
es muy importante eso, en los años bisiestos es cuando las cosas cambian de
cause, cuando vienen muchos aprendizajes.
Quizás ya viniste y ni me
avisaste, sigo teniendo el mismo número que hace años por si todavía sigues por
acá o aun no has venido, ojala y vengas antes de que me vuelva a ir, quizás te
llegue la carta y yo ya no estaré en la ciudad pero bueno, igual estaría bueno
que me marcarás mientras estas bebiendo y te acuerdes de pronto de mí,
¿recuerdas? Hace años tuvimos una llamada en la cual tu andabas un poco
borrachita, te diré que fue una de las mejores llamadas, en algún momento la he
soñado también.
Sabes ahora que leí eso del año
bisiesto, andaba en una feria en un pueblito y me dio curiosidad, pasé con una
adivina y me sorprendió cuando vio mi mano, entrecerraba los ojos y te nombró,
digo no dijo tu nombre pero habló de un amorío que se quedó pendiente, también de
que este año era de mucho aprendizaje y adaptación, incluso llego augurar que
iba a salir del país ¿puedes creer eso?, yo hubiera querido que fuera como
aquella canción de “la gitanilla”, donde yo estuviera en una cantina, ella me leyera la mano y me dijera “ella
vuelve, no vive sin ti” y yo le creería hasta después de varios años hasta darme
cuenta que gracias a esa mentira de esa gitanilla me ayudo a olvidar.
Bueno, te dejo de dar lata,
espero te haya gustado esto, la verdad a mí no me gustó para nada pero bueno, quizás
te lo merecías por el tiempo de espera, te dejo un abrazo muy fuerte y espero
que todo vaya marchando de la mejor manera.
Pd. Espero siga siendo tu robón
favorito.
Pd2. Apunta 100 besos más que no
te he dado.
Pd3. Te sigo recordando, gracias
por esos sueños.
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