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Sigo amándote


“me he cansado de decir que no te vuelvo a ver,
Y estoy harto de jurarme que es la última vez,
No soporto tus errores, mis defectos no los quieres ver,
A pesar de todo, sigo amándote ya ves…”


¿Algún día se han despertado en medio de la sierra?, bueno pues se los recomiendo, digamos que no importa el jodido motivo, lo que importa es tomar el back pack con un cambio de ropa, un par de sabanas viejas, una hamaca y alimento enlatado, digo el café no puede faltar en el termo, ni tampoco los cigarros y mucho menos el tancitaro, digamos que es un punto esencial para poder decir ¡A la chingada!.


La vida de pronto se complica en 3 minutos, no hay más historia, recuerdo bien, había sido jueves y había puente laboral, mi celular lo había apagado, solo iba a faltar un día al trabajo ya que había pedido el viernes, tome mi auto y decidí ir a pasar las fiestas a ese pueblo donde tenía tantos años que no iba, sabía que no tendría problema con el hospedaje, si bien iba a llegar de improvisto, sabría que mi familia me iba a dar posada y si no, me iba a quedar dormido en el auto y no iba a ser la primera vez, así que maneje sin contratiempos, ese camino me lo sabía casi de memoria. Al llegar pase primero con mi familia, me dieron mi habitación, llego el saludo y darle unos recuerdos como cada vez que llegaba, recordar las travesuras de niño, recordar a los familiares que ya no están, en pocas palabras recordábamos como nos la pasábamos tan bien, claro no pudo ser mejor que con una machaca y un par de cartones de cerveza de cuartito de envase oscuro, es complicado poder escribir todo lo que recordamos, claro, todo llego hasta que mi tía me hizo aquel comentario incómodo “¿no has visto a aquella güerita? La hija de don Abraham, se miraban muy bien los dos juntos”, dije lo que pasaba en ese momento “no tía, no la he visto, pero ojala pueda verla en estos días”, obviamente mi comentario era muy sarcástico, mi tía lo vio en mi cara por eso ya no dijo nada, seguimos bebiendo hasta que el comentario de una de mis primas nos hizo recordar “bueno, pues nos vemos en tres horas, descansen que al rato hay caballos bailadores y después la fiesta con la banda”, los primos hicimos la traducción del mensaje que era, “en tres horas no van a dormir hasta después de 12 horas y bien borrachos”, así que no pasaron ni 10 minutos cuando cada uno nos despedimos, yo todavía pase a darme un baño, me sentía muy cansado.


Me despertó la voz de una prima y sus brazos empujándome “yaaaaa, vámonos, ya casi empiezan los caballos bailadores”, abrí un ojo y con una cara de malos amigos le dije “en dos minutos estoy listo”, a ella le valió una chingada y siguió moviéndome, de nueva cuenta solo abrí un ojo e inicie una guerra de almohadas, algo que le hizo encabronar, ya que al parecer le arruine su peinado, pero ella me arruino mi sueño, entonces estábamos a mano, me paré de inmediato y me puse los jeans, aquella camisa a cuadros, mi sombrero texano y unas botas de avestruz que me había prestado un primo y quede listo en menos de un minuto, pero todavía me afeite la barba, otra vez sin barba, un poco de gomina en el cabello y estaba listo, me puse un poco de esa loción de Paco Rabanne y salí a la camioneta donde ya nos esperaban.


La noche pasaba sin contratiempos, diciendo salud a cada rato viendo los caballos bailadores, hasta que fue la premiación, recuerdo bien que me tuve que apartar de ellos para ir al baño, tenía ganas de ir a orinar, pero en el camino me encontré a ella, se llamaba Esmeralda, si aquella güerita hija de don Abraham, ella iba caminando tipo saliendo de los baños y yo iba en sentido contrario cuando de pronto con su voz un poco borracha me dijo “¿Te conozco?”, y yo contesté con aquella galantería que me sale cuando ando borracho “pues si no es así, ahorita nos conocemos”, nos dimos dos besos mientras sonreíamos, a mí se me olvidó pasar al baño y me quedé con ella platicando de cualquier cosa, mientras la música de viento sonaba como un buen soundtrack del momento, hasta que de pronto, me nació darle un beso, pero uno de esos que tenía guardado por tantos años para ella, claro ella lo respondió y quizás fue el beso más bonito que le di a ella, pero bueno sobra decir que a partir de ese momento, nos dedicamos darnos tantos besos que quizás nos sobraron algunos de los que alguna vez nos juramos.


Después de un tiempito llegaron su amigas por ella y si, pusieron la misma cara que yo puse cuando las vi, aquella cara de descontento, una de ellas, la que más mal me caía solamente dijo “creo que ya nos jodio la fiesta este fuereño”¸ yo solamente le sonreí, no quise decirle nada, sabía bien que con esa sonrisa le decía todo y lo mejor de todo que no me iba a quitar de Esmeralda de los brazos, ella lo entendió por eso me hizo una seña obscena, a lo cual a mi valió, de inmediato bese a Esmeralda y su amiga se encabrono más, en ese preciso momento llegaron mis primos con una de esas llamadas bandas sinaloenses, uno agarró a la amiga con cara de pocos amigos y se puso a bailar con ella, yo también no me quede atrás y baile con Esmeralda cerca de 3 canciones, hasta que recordé que tenía que ir al baño, les dije que volvía en un momento y me despedí de Esmeralda, como si me fuera a ir toda la vida, después de unos cuantos besos por fin pude ir al baño.


La noche transcurrió como se esperaba, todos andábamos ya bastante bebidos, aunque para ser sincero yo no andaba tanto como hubiera querido, creo que eso de encontrarme con Esmeralda era algo que no tenía planeado, pero para nada era queja, pase a dejarla a su casa como a eso de las 9 de la mañana, después de ir a almorzar unos ricos tacos de birria, recordando aquellos tiempos en los que fuimos novios, lo extraño de ese momento es que estaba en la puerta don Abraham, que solo se limitó a saludarme con un “¡Buenos días!”¸ le devolví el saludo y nos dimos un par de besos y abrazos con Esmeralda, quedamos en que más tarde nos pondríamos de acuerdo para volver a vernos, pase por algo de almorzar y les lleve a la casa, les deje el almuerzo, me di un baño y me acosté a dormir por cerca de 5 horas sin parar.


Me despertó una tía, era para que moviera mi auto porque iban a salir y mi auto estorbaba, me paré un poco malhumorado y moví el auto, les comenté que dejaba las llaves en el llavero por si necesitaban utilizarlo, me preparé un chocolate caliente y me puse a ver las fotos y los videos del día anterior, debo de confesarles algo, me sentía enamorado, sabía bien que eso no debería de ser pero ya saben las cosas pasan cuando menos las esperas, así que elegí una foto donde estoy con Esmeralda bailando y se la envié, quería darle un detalle.


Bueno para no ir con muchos detalles, ese fin de semana casi casi lo podría catalogar como el mejor de mi vida, el lunes que venía de regreso a la ciudad, traía tantos recuerdos de ella, que incluso mi camisa olía a su perfume, traía una sonrisa de oreja a oreja pero sobre todo tenía una jodida ilusión, algo que esperemos nunca lleguen a tener. Los días pasaron y las video llamadas, las fotografías, un poco de sexting, frases motivadoras, hasta que de pronto, ¡Pum!, ella ya no contesto ningún mensaje, pensé por un momento que se le había descompuesto su cel, pero la busqué en redes sociales y nada, no había nada de ella, como si se la hubiera tragado el jodido mundo, para ser sinceros, yo ya no andaba tan motivado, incluso en mi trabajo me lo hicieron saber.


Habían pasado 6 meses desde la última vez que la había visto, yo ya no tenía ni un gramo de esperanza, había ido un par de veces al pueblo pero ni siquiera hacia el intento de buscarle, incluso creo que un día la vi de lejos, pero no puedo asegurarlo ya que no traía mis lentes puestos ese día, pero bueno no le presté mucha atención, pasado ese tiempo yo empecé a salir con Judith, la responsable del marketing dentro de la empresa, si bien nos conocimos por mis escritos y que sin querer un día lo subí al grupo del trabajo y a partir de ese momento ella me empezó a leer y platicábamos a la hora de la comida, bueno curiosamente esa fue la corta historia de cómo nos conocimos con Judith, debo de confesar que de vez en cuando buscaba en las redes sociales a Esmeralda y un día estaba revisando unas cosas en la computadora de Judith cuando se me fue el rollo y en Facebook busqué a Esmeralda, no podía creer lo que veían mis ojos, ella estaba en la portada con un tipo, al parecer se les veía muy enamorados, seguí viendo su perfil no voy a mentir, empecé a ver tantas cosas que yo hubiera querido no verlas nunca, empecé a revisar sus otras redes sociales e hice un pequeño informe para mí, al parecer me tenía bloqueado de todas las redes sociales habidas y por haber, ella al parecer se había casado una semana después de la última vez que nos vimos, vivía en una playa del pacifico y se veía que era feliz, me sentía extraño, como si me hubiera engañado, pero bueno como dicen, “el que busca encuentra” y fue lo que paso.


Hice una nueva vida virtual con el pretexto de que no recordaba la contraseña, pero en si solo la utilizaba para stalkearla, hasta que un día sin querer deje un like, no pasaron ni 2 minutos cuando ella me mandó un mensaje por la mensajería instantánea, solo era para saludarme, se disculpaba de todo pero obviamente en mi papel de galantería le dije que no había ningún compromiso y a partir de ese momento éramos como tipo amigos, de esos que se mandan memes y dicen pendejadas, eso me sirvió demasiado ya que me pude abrir un poco con ella, le dije que también tenía novia y que las cosas iban bien. Las cosas empezaron a hacerse tan extrañas cuando nos mandábamos memes sexosos, una que otra nude y nos contábamos sobre los problemas que teníamos de forma personal, quizás eso fue un grave error ya que nos hacía sentirnos más cercanos entre nosotros dos que con nuestras parejas.


Era sumamente extraño, nos llevábamos mucho mejor que antes, incluso puedo decir que me celaba, pero hubo un momento que cambio por completo todo, ese día era sábado y venia llegando del futbol, Judith se había ido con su familia ya que tenían una fiesta familiar y yo quede de pasar por ella en la noche, recién había llegado del futbol y estaba por meterme a bañar cuando recibí una video llamada de Esmeralda, sin querer tomé la video llamada y lo supe porque me aduló un poco, empezamos a cachondear y después de todo ello me dice “te propongo algo, te invito hoy al estadio, estoy en tu ciudad, ¿te parece?”, me quedé congelado, obvio quería estar con ella pero no en un estadio, aunque no podía hacer muchas cosas porque tenía que pasar por Judith y bueno acepté, me comentó en que hotel estaba y le dije que pasaba por ella para ir a comer y de ahí irnos al estadio, le pareció una gran idea y fue lo que sucedió.


Llegué una hora antes gracias al tráfico que estaba súper tranquilo, le mandé mensaje pensando que estaba con su esposo pero no, me dijo que estaba sola, había ido con motivos de trabajo y estaba sola en la habitación aunque estaba terminando de hacer unas cosas del trabajo para después arreglarse para salir, lo primero que hice al colgar la llamada fue ir a una florería cerca, compre un arreglo de alcatraces con unos tulipanes, también unos chocolates y un vino tinto que era su favorito, pasé en el lobby y una recepcionista me dijo que tendría que registrarme, le comenté que venía de parte de la empresa y me habían pedido dejar solamente estas cosas, lo hice con una cara de enfado, la recepcionista me dejo pasar sin dejar rastro, al llegar me puse de espaldas, toque su puerta y ella preguntó el mítico “¿Quién?”, a lo cual respondí “Servicio a la habitación “, pero con una voz fingida, ella dudo un poco y dijo “perdón, pero no pedí nada”¸ de forma instantánea se me ocurrió decir “es un presente por parte de la empresa”¸ ella abrió la puerta y cuando voltee y se dio cuenta que era yo, su cara fue un poema, puso una sonrisa hermosa en su rostro, extendió los brazos en señal de darme un abrazo y dijo “siempre me sorprendes, por ejemplo hoy llegaste temprano”, me hizo pasar y digamos que no la deje terminar su proyecto, pongamos que tampoco fuimos al estadio, vamos a decir que nos hicimos uno solo.


Ese día fue crucial, ella no dejo a su esposo ni yo deje a Judith, solamente que de pronto ella me bloqueaba por 4 o 5 días, de pronto volvía a desbloquearme y me decía “esto está muy toxico, no podemos seguir, tú tienes tu novia y yo a mi esposo, creo que no es justo”¸ yo le contestaba lo mismo siempre “¿quieres que estemos juntos? Porque por mi podemos seguir en esta forma, me encanta estar contigo”, después buscábamos cualquier pretexto para estar juntos, nos inventábamos juntas de trabajo y buscábamos un destino medio para ambos y pasábamos el fin de semana como si fuéramos dos enamorados, habían dos reglas, la primera era no decir nada a nadie, la segunda pagar todo en efectivo, fue muy extraño en la última escapada que nos dimos, ella estaba en mi pecho y me dijo “sabes, no sé qué me pasa cuando estoy contigo, tengo mi vida resuelta y de una forma u otra te vuelves a meter conmigo, en mis pensamientos, en mis sueños, debajo de las sabanas, en mi vida, no tienes una idea de cuánto me has jodido la vida, pero siempre terminamos juntos y no sé tú pero yo Sigo amándote…”



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