¿Causalidad o casualidad?
“pues juro que me equivoque de casa,
Y aunque me sienta muy, muy apenado,
Lo juro aquí debajo de tu ventana,
Un gusto fue el haberme equivocado”
No me sentía nada bien ese día, así
que decidí reportarme enfermo como suelo hacerlo en algunas ocasiones, pero no tenía
ganas de quedarme en casa, me bañé y tome las llaves de mi auto, pase a
almorzar una birria deliciosa que tenía tiempo que no pasaba, después de
almorzar me di cuenta que tenía mucho tiempo sin ir a visitar a unos familiares
en el panteón, según el GPS por el transito abundante hacia 90 minutos, total
no tenía planes de hacer nada, así que tome rumbo para ese panteón, me fume
algunos cigarrillos en el camino y antes de llegar al panteón pase por un par
de cervezas a una tiendita, seguí mi camino y por fin llegue al panteón, la
vista de ese lugar siempre me ha gustado, no está muy lejos de la ciudad pero
se respira un ambiente muy tranquilo, recuerdo cuando era chavalo solo habían
unos cuantos espacios y todo lo demás era pasto muy bien cuidado, ahora ya hay
tantas zonas que incluso se reparten por números en cada sección, limpie la
tumba y le hice la oración que mi madre siempre me hacía hacerle cuando
llegábamos ahí, al concluir saque las dos cervezas y destape las dos, mientras tenía
un dialogo interno era como si estuviera platicando con él, cada que yo le daba
un trago a mi cerveza, la otra la chorreaba un poco sobre la tumba, así hasta que
me la acabé, en verdad no lo conocí, yo tenía meses de nacido cuando el falleció
así que para hacer los diálogos no era muy complicado, tenía como esas charlas
internas en las cuales sin querer hacia una catarsis, mi situación sentimental
estaba de la chingada por eso había faltado a trabajar, pero dentro de esa
charla imaginaria saque lo que tenía para darme cuenta que todo era culpa mía,
estuve leyendo en voz alta también un poco, leía “Memoria de mis putas tristes”
de Gabriel García Márquez, leí por espacio de una hora y después tuve otra
charla imaginaria para por fin despedirme, me iba mejor que cuando llegue y eso
era muy bueno, me sentía con mucho ánimo, creo que este lugar de campo santo
siempre ayuda y claro también la catarsis que hice, pase a ver a dos familiares
más que están enterrados en el mismo lugar y me retire, no sabía a donde ir,
tome con camino a casa de mis abuelos, se me hizo una gran idea pasar a
visitarlos, pero en el camino había un tránsito vehicular espantoso y empezaba
a tener hambre, así que visualice un lugar de carnes en su jugo que se me hizo
una gran elección, tenía muchos años más de diez quizás que no comía ahí pero
una vez acompañé a mi padre y ahí pasamos así que me estacione en la calle y
pase al local.
Al llegar había mucha gente y por
eso me tocó comer en la barra, la carne en su jugo era riquísima, pedí un
refresco de cola y seguí comiendo, disfrutaba en verdad ese sabor inigualable
que solo se encuentra en Jalisco, pero estaba en la ciudad de México y el sabor
era igual, de pronto se acercó un señor de edad avanzada y se sentó a un lado
de mí, pidió también un plato no sin antes preguntar cuanto costaba, estaba diciéndole
al mesero que si podían servirle menos ya que no completaba, el mesero le decía
que no, eran precios fijos, le dije al mesero que lo apuntara a mi cuenta y también
las bebidas que pidiera el señor, el señor de edad avanzada solo me sonrió y me
dijo “gracias joven, que Dios se lo pague”,
solo asentí y le regalé una sonrisa, por mi cuenta pedí un plato más y una
cerveza, tenía ganas de una cerveza bien fría, el señor acabó de comer antes
que yo y me volvía a agradecer, solo le dije “hoy por usted y mañana por mí, si gusta pedir algo para llevar con toda
confianza”, el señor solo movió la cabeza en forma negativa y se retiró, al
acabar de comer pedí la cuenta, al llegar la cuenta me di cuenta que no me estaban
cobrando lo del señor, le dije al mesero y se acercó el dueño del lugar diciéndome
“mire tenemos aquí 5 platos y 8 refrescos
que la gente deja pagada y así cuando alguien no puede pagar se va descontando”,
no me quede conforme con la respuesta así que le exigí que me cobrarán la
comida del señor, a final de cuentas así fue, deje la propina y me retire del
lugar, busque una tienda para comprar tabacos y seguir con mi camino.
Al salir de la tienda me volví a
encontrar al señor, yo iba destapando mis cigarros cuando me dijo “joven yo sé que es mucha molestia pero me podría
regalar un cigarro, es que voy un poco lejos y el colectivo tarda en pasar”,
sonreí y le extendí la cajetilla, el solo tomo uno y me regreso la cajetilla de
vuelta, “venga señor vamos a fumarnos un
cigarrillo mientras llega su colectivo ¿le parece?”, el señor agradeció y
nos sentamos en el paraBus, platicamos de muchas cosas, parecía como si nos conociéramos,
me platico de su esposa que falleció 4 años antes y desde ese día el salía a
recoger los pasos de su amada, me dio cierta confianza el señor y le dije “sabe don, me gustaría algún día ser como
usted, para las relaciones soy una basura, ¿Qué le parece si me dice a donde va
y lo acerco?, ahorita yo no tengo mucho por hacer, solo ir a casa de mis abuelos
a visitarlos pero vaya no pasa nada si me demoro un par de horas más, ellos no me esperan”, el señor con cierta pena decía que no y yo seguía insistiendo, me
enseño un papelito e iba a la colonia Condesa, estábamos muy lejos de ahí quizás
en transporte público un par de horas y en auto una hora si acaso, lo convencí
y lo lleve al auto, lo subí del lado del copiloto y le puse el cinturón de
seguridad, le comente que esa zona yo la conocía muy bien, ya que cuando me
operaron de una rodilla ahí cerca me dieron la rehabilitación, el señor puso
una mueca de felicidad, al llegar a la colonia le dije que a qué calle iba, me
lo dijo y me estacione en donde hacia esquina esas calles, lo baje del auto y
me dijo que se iba a sentar en la banca, lo acompañe hasta allá y me senté con él,
y empecé “sabe, hace 11 años yo estaba
sentado en esta banca, me pasaron cosas inverosímiles, primero conocí a una
chava y ahí nos fumamos un cigarro, después la deje en una estación del metro,
pero se me olvido por completo pedirle su teléfono o correo electrónico, estaba
yo muy entusiasmado pero bueno después en esa banca me encontré con una señora
ya de la tercera edad y le di un cigarrillo mientras ella empezó a hablar, la
verdad yo no le ponía mucha atención y no porque fuera un mal educado si no,
que no pensaba que ella estuviera hablando conmigo”, ahí el señor me interrumpió
y me dijo, “¿me regalas un cigarro más? Y
me puedes contar lo que paso con esa señora”, yo asentí y saqué un par de
cigarrillos uno para él y otro para mí.
Después de encender los
cigarrillos le dije “yo creo que no me va
a creer pero lo que paso acá fue muy raro, cuando le puse atención a lo que decía
la señora era mi historia de vida, decía cosas que nadie sabía de lo que yo había
hecho, me dijo incluso que en mi auto tenía un disco que me había dado una
amiga, el nombre de la amiga era muy raro y que por la canción que me había
dado el disco era la cuarta si no mal recuerdo, sabe, en verdad eso era cierto,
una amiga de la cual yo estaba enamorado me había dado ese disco por una canción,
después la señora me dio un consejo y dijo que tenía que marcharse ya que su misión
en la vida había finalizado, me dejo la señora con muchas dudas y muy
sorprendido por lo que conocía de mí, le juro que a ella yo no la conocía y no
la volví a ver hasta el 2015, en ese año la vi un par de veces, la primera vez
yo iba rumbo a mi trabajo como a las 6:35- 6:40 de la mañana la vi pasar
caminando sobre avenida gran canal esquina con avenida 101, al cruzar me baje
del auto y la busque, tarde 30 segundos quizás pero ella había desaparecido, no
había buses solo muchos autos y en ninguno estaba ella, después la volví a ver,
esta vez fue en Zacatenco en las instalaciones del IPN, por la DAE, yo iba a
canjear unos recibos de la escuela donde trabajaba y la vi a lo lejos, esa vez
si la aborde, la salude y recuerdo que me dijo que no tuviera prisa por vivir
mi vida, las tareas asignadas las teníamos todos y que disfrutará el momento,
fue lo último que me dijo”, el señor con lágrimas en los ojos se me quedo
viendo, como incrédulo yo llegue a deducir que pensaba que yo estaba loco pero
en cambio me dijo “sabes, cuando mi
viejita falleció me dijo –Te encargo al chavalo, sigue viviendo sin disfrutar
la vida, por favor, búscalo y dile que se rompa la madre, que se enamore, que
haga corajes, que se ría, que se raspe las rodillas, que grite, que llore, que
hable, que necesita hacer eso para que yo pueda llegar a mi plano-“
interrumpí al señor, ahora yo pensaba que el señor estaba mintiendo, lo mire
muy incrédulo, total había hecho todo eso y aun así Salí muy raspado por
enamorarme, así que solo guarde silencio mientras lo veía, encendí otro
cigarrillo y el señor me lo quito de la boca, con dos dedos de la mano tomo mi
cigarrillo y lo puso en dirección al Sol, mientras hacía eso me dijo “te hace falta enamorarte más, esa muchacha
ya no va a volver nunca, así que aprende a vivir con ese pasado, por la otra
muchacha solo dale las atenciones, ella tiene ahorita otra relación pero te
ayudo mucho, debes de ser agradecido, recuerda siempre agradecer por todo, a
veces se gana y otras veces se pierde pero siempre debes de aprender”, me
regreso mi cigarrillo y solo me dio un abrazo, sentí tan reconfortante que no
me quedo de otra que decirle “gracias,
gracias, necesitaba esto, ojala y su viejita como usted la llama pueda
descansar en paz y espero que no sea la última vez que nos volvamos a ver, dígame
a donde y lo acerco a su destino”, el señor me sonrió y me dio una
cachetadita como se la da un abuelo a un nieto, y solamente me dijo “no te preocupes por mí, vivo por la zona,
mejor anda apúrate que tienes que pasar a comprar las flautas que tanto le
gustan a tu abuela, tu abuelo está muy orgulloso de ti y como dice la canción que
traías en el auto – ¡hey chipirón!, todos los días sale el Sol-, buen viaje ”, le di un abrazo y me fui
rumbo a mi auto.
En el camino iba pensando en
todas las casualidades de la vida que existen, quizás sea muy fácil decir
palabras a las personas que logren dar con el clavo, o quizás uno manda
mensajes y la gente se entera de todo y por eso deducen el pasado, pero lo que
tengo bien entendido es que esas personas llegan a mi vida justo cuando más las
necesito, hablo con mucha gente, escribo muchas letras, pero hay cosas que no
se pueden decir, es eso que uno se guarda por no querer dar más detalles o
porque piensa uno que son cosas insignificantes, pero eso que se guarda uno es
lo que no permite sanar, es bueno tener en cuenta el pasado pero solamente para
recordar que gracias a ello tenemos un gran aprendizaje y ese aprendizaje nos
da herramientas para vivir el presente y empezar a tallar el futuro, pasé por
las flautas que le gustan a mi abuela y toque el timbre de su casa, el otro lado
de la puerta solo escuché un “¿Quién?”, solamente
contesté “Soy yo”.
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