¿Cómo supiste?
“nomas pensando en ti,
Si no estuvieras tan chula te olvidaba”
Estaba dormido, tenía poco que me
había acostado y al escuchar mi celular sonar varias veces me desperté, el sol
ya se colaba por las ventanas al parecer ya estaba amaneciendo, tomé mi
celular, vi de quien eran varias llamadas y el número aparecía como privado, se
me hizo raro, pero tomé la llamada:
Yo: ¿Bueno? ¿Quién habla?
Desconocido: -se
escuchaba música- “y no se me quitan
estás ganas malditas de tomar…”
Yo: ¿Quién eres? ¿qué carajos quieres? Quizás te
equivocaste de número.
Desconocido: -se seguía
escuchando música- “…y no se me quitan,
esas ganas benditas de abrazarte…”.
Colgué la llamada y me dispuse a
volver a dormir, fueron cuestión de minutos que mi celular empezaba a dar tonos
de mensaje… me harté y lo que hice fue apagar el celular, no esperaba ninguna
llamada y menos un mensaje. Desperté por medio día, me fui al sanitario a
orinar y después baje a desayunar, me hice un chocolate caliente, me lo estaba
tomando tan a gusto cuando recordé la llamada horas antes, esta vez estaba solo
así que no era algún ligue, intente hacer memoria y no había mucho que rascarle
a la misma, había llegado a mi casa solo, intente descifrar aquella llamada
pero como no traía el celular conmigo pues no pude hacerlo, después me
entretuve en hacer mi maleta, a las 5 pm o sea en dos horas tenía que estar en
el aeropuerto, para una auditoria en el sur de parte de la empresa, así que
lo olvidé, pedí el Uber y me fui al aeropuerto. Después de casi una hora
esperando la partida recordé que tenía mensajes pendientes por ver, igual y
esperaba que fueran de la empresa para decir que solo eran 3 días y no una
semana como se había planeado, pero al ver los mensajes solo eran de algunos
familiares, un número desconocido pero con lada conocida y un mensaje de mi
asistente personal para recordarme el código de la reservación para la habitación,
me puse a leer los mensajes de los familiares y después escuche cada audio del número
desconocido, no había mucho, solo eran pequeños fragmentos de corridos y al
final solo había unas letras que decían “que
extraño, tanto que me cagaban esas canciones y ahora estoy tomándome un JW
black y escuchando, ¿recuerdas? Siempre lo hacías, estaré un par de semanas en
tu ciudad, igual si corremos con suerte podremos vernos”, estuve tentado a
responder, pero por los altavoces del aeropuerto llamaban mi vuelo, así que
solo tomé mi maleta pequeña y mi libro, me puse los audífonos y saqué mi ticket
para abordar el vuelo.
Dentro del avión se me olvidaron
los mensajes por estar leyendo “Delirio” de Laura Restrepo, el viaje fue sin
pena ni gloria, al llegar a mi destino me di cuenta que no había Uber en la población,
así que tome un colectivo que me llevará al centro, ahí me alojé en el hotel y
por fin pude contestar aquellos mensajes mientras me tomaba una “Tijuana” en el
bar del hotel, “un gusto que te acuerdes
de mi… pues ando en el sur por cuestiones de la empresa, pero quizás en una
semana estoy de vuelta, te contacto y quedamos a la orden, recibe un saludo muy
afectuoso.” Fue lo último que escribí. Mi mensaje no tuvo respuesta,
apresuré la auditoria para que fuera por 5 días y no 7 como se esperaba, al
volver era viernes en la noche y aproveche que me tocó ventanilla para poder
tomar unas fotos de la ciudad, estaba escuchando Añejo W de los Caligaris con
Big Javy, cuando llegó la contestación de mi mensaje, “es extraño, estas días en la ciudad me dediqué a recordarte, y sabes es
muy extraño, yo viví aquí por tantos años y sigo escuchando tu música, ahorita
escuchó “Sol de medianoche” de Salón Victoria y recordé aquella foto que
colgaste a Instagram con algunos de tus amigos, espero verte pronto, avísame cuando
llegues por fa… te esperaré en el aeropuerto.” Mientras leía ahora si sabía
bien de quien era, no sé porque, pero respondí el mensaje, tuve suerte que en
ese momento salió mi mensaje y después la señal se fue.
Al llegar al aeropuerto tuve la
mala fortuna que el equipaje de mi ropa no aparecía en la banda, esperé y
esperé, pasó por mi cabeza muchas cosas, como que traía algo prohibido e iba a
llegar la fuerza federal por mí, pero después recordé que todo lo que venía ahí
era mío, yo había hecho mi maleta y no había de que preocuparme, me acerque con
el personal de la aerolínea y después de pedirme mi recibo dijeron que mi
maleta por alguna extraña razón llegaba al otro día, la tenían en el aeropuerto
de donde salí, me enfadé bastante y me dieron mi ticket para que lo recogiera
en los siguientes días, salí encabronado, me salí del aeropuerto para pedir un
Uber y que me llevará a mi casa, pero la señal de mi celular no reaccionaba,
apagué el teléfono y mientras se volvía a encender me dispuse a fumarme un
cigarrillo, mientras fumaba sentí de pronto un abrazo, pensé mil cosas pero
cuando sentí que los brazos me abrazaron supe que no era un asalto, cerré los
ojos y solo murmuré “pensé que no ibas a
venir”, después sentí un beso tan largo como la noche que me avecinaba, y después
dijo “aunque no lo creas, estoy de vuelta”,
no me vi, pero quizás cualquiera que me haya visto sabría que sonreí como un
colegial. Al apartarnos del abrazo supe que era ella, tenía 4 años de no verla,
desde ese día que me dejo, pero en vez de estar enojado, estaba feliz por
volverla a ver.
Después del preámbulo, nos fuimos
a su auto en el parking del aeropuerto, por primera vez yo iba de copiloto y la
primera discusión vino después de que ella dijo “¿qué milagro? Pensé que nunca te ibas a dignar a saber de mi”, yo
bastante molesto le contesté “vaya yo
tampoco me la creería, digo después de que no te vi a la semana siguiente no
supe de ti, quizás te fuiste con aquel chaval que tu familia y la de él
auguraban que iban a estar juntos… y claro que tu decías que era mentira”,
ella frenó de forma muy pendeja, y dijo “¿cómo
supiste? Se supone que nadie sabía eso”, yo con la solemnidad que siempre
me cargo solo le respondí “tu sonrisa me
lo decía, sabes, aquella sonrisa que sabía que no era por verme, si no por
hablar de él y que decías que solo eran cosas de la gente”, ella me volteo
a ver con ojos de intriga, quería que le dijera mas, pero yo no iba a soltar
prenda que en verdad la había stalkeado desde una cuenta alterna, todo fue
silencio hasta que ella me dijo “¿en
verdad? No me digas que sonreía cuando hablaba de él… yo nunca me lo hubiera
imaginado”, le regrese la mirada y solo le dije “vaya tenías que darte cuenta algún día y supongo que ya no estas con él,
por eso me buscaste ¿no?”, ella no tuvo la reacción que yo hubiese querido,
quizás la que nunca me hubiese imaginado de su boca solo brotó un “bájate de mi carro por favor”, la voltee
a ver, eran las 2 de la mañana y yo estaba en medio de la nada, pero su
insistencia de “¿qué esperas? ¿Acaso qué
te aplauda? Bájate por favor”, lo único que hice fue alcanzar mi maleta
pequeña del asiento de atrás y me bajé, para pedir un Uber, lo hacía justamente
en el momento que ella aceleró su auto mientras desaparecía de mi vista…
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